Recuerdo a mi madre llevándonos al Museo Británico en Londres. La familia de mi madre era de Irak. Ella nos llevó de inmediato a las galerías asirias y a la habitación que tenía la Cacería de leones de Asurbanipal. No hay nada más genial que tener diez años y aprender que este es el primer cómic, y tu pueblo es responsable por él. Ella se volteó hacia nosotros y dijo: “¿Qué está haciendo aquí?” Esto nos hizo ser muy conscientes de que estos museos no eran solamente estos relicarios corteses para cosas que se intercambiaron entre culturas-- sino que también fueron extraídas con violencia. Era un museo, pero también era un palacio del crimen. [Michael Rakowitz: Haunting the West] El trabajo en curso que inicié en 2006 es “El enemigo invisible no debería existir”. Tras la invasión estadounidense a Irak, se saquearon más de ocho mil artefactos del Museo Nacional de Irak. Pensé acerca de lo que significaría para esos artefactos volver como fantasmas a acechar los museos de Occidente. Lamentablemente, este proyecto creció hasta incluir los sitios arqueológicos destruidos por grupos como ISIS. Esta instalación es la Sala F en el palacio noroeste de Nimrud. Cuando se destruyó en 2015, tenía doscientos relieves. Sin embargo, originalmente, tenía más de seiscientos relieves. La mayoría de ellos fueron excavados a mediados del 1800 y enviados a diferentes instituciones occidentales. El Occidente le da valor a los objetos que vienen de esa parte del mundo pero no tiene simetría si se considera la forma en la que hay una devaluación de la gente oriunda de esos lugares. Los relieves están puestos de acuerdo con la huella arquitectónica original. Este proyecto busca poner al espectador en la posición de un iraquí dentro del palacio el día previo a que ISIS lo destruyera, mostrar cuánto de su historia no tuvieron acceso y los vacíos que estuvieron forzados mirar. Los artefactos se quitaron a la fuerza al igual que mi familia de su la tierra natal. La familia de mi madre se fue de Irak en 1947 a causa del surgimiento de nacionalismos en el Medio Oriente. Los judíos iraquíes estaban en una situación imposible. Cuando entraron a EE. UU., debió haber mucha presión para integrarse. Su historia de integración no fue una en la que renunciaron a todo. Mis abuelos fueron los primeros artistas de instalaciones que conocí. La casa en Great Neck, Long Island, todo lo que estaba en el suelo era de Irak. Todo lo que estaba en las paredes era de Irak.