Ikigai: el secreto japonés para vivir
una vida con propósito,
originario de la isla de Okinawa,
donde sus habitantes tienen
la esperanza de vida más alta del mundo.
Una vez conocida como la tierra
de los inmortales, Naciones Unidas afirma
que actualmente Okinawa tiene el mayor
porcentaje de personas centenarias.
Los okinawenses viven bajo
el concepto llamado ikigai.
"Iki" significa vida;
y "gai" quiere decir valor.
Esta palabra se refiere a todo
lo que hace que la vida valga la pena,
la razón para salir de la cama
todas las mañanas.
El ikigai se encuentra en el cruce
de cuatro cualidades principales:
Lo que aman, lo que se les da bien,
lo que el mundo necesita,
y aquello por lo que
pueden ser recompensados.
La intersección entre lo que aman
y lo que se les da bien es su pasión.
Es algo que tiene mucho sentido para Uds.
y por lo que están
dispuestos a sacrificarse.
También entra en juego que
lo que el mundo necesita es vital,
y que servir a la sociedad nos da
sentido de pertenencia y propósito.
Finalmente, tener en cuenta aquello
por lo que se les puede compensar
es esencial para poder
vivir de su propósito.
Encontrar su ikigai
requiere una experimentación
profunda y autoexploración.
Realizando acciones concretas
y reflexionando cuidadosamente,
pueden descubrir cómo su pasión,
misión, profesión y vocación
se entrelazan para ofrecer más sentido
a sus vidas y carreras profesionales.
Tomemos a Steve Jobs como ejemplo.
Era el epítome del éxito
en el ámbito tecnológico,
pero no le apasionaban
los componentes informáticos,
le apasionaban las herramientas
que daban rienda suelta a su creatividad.
Su curiosidad e interés por la caligrafía
se convirtió en la inspiración
para Apple y su original tipografía.
Explorando sus pasiones e intereses
pueden implicar a su mente
de nuevas maneras
y descubrir su propósito, su ikigai.
Y su ikigai no solo
les ayudará a vivir una vida
con más propósito,
sino que también les protegerá
del estrés y la enfermedad.
Según la sociedad psicosomática de EE.UU.,
tener un sentido
del propósito vital elevado
se asocia con una reducción
del riesgo de mortalidad
y accidentes cardiovasculares.
Los que sienten que tienen un propósito
suelen tener vidas más sanas,
con más motivación y resiliencia.
Creo que todos y cada uno de nosotros
tenemos un ikigai.
solo deben explorarse profundamente
a Uds. mismos para encontrarlo.
Pero les advierto: no es fácil.
Requiere coraje, determinación
y voluntad de sacrificio.
Para descubrir mi ikigai,
primero tuve que deshacerme
de mis miedos, negatividad
y preocupaciones.
Solía pensar que era demasiado tímida
para contribuir a la sociedad,
e incluso si lo hacía,
¿a quién le iba a importar?
¿Cuál era mi propósito?
Me criticaba constantemente
y encontraba defectos en mí
y en lo que hacía.
Pero tras años de dudar de mí misma
y de falta de seguridad,
me di cuenta de que el verdadero
enemigo era yo misma
y que, si continuaba así,
nunca sería capaz de experimentar
ni descubrir mi pleno potencial.
Intenté convencerme de que
mis contribuciones importaban
y de que tenía un propósito,
pero parecía que no me lo creía.
Entonces decidí llevar a cabo
acciones concretas
que creasen confianza en mi interior
y me ayudasen a ver
de qué era capaz en realidad.
Aunque supuso considerar muchas cosas
y una larga lista de pros y contras,
participé en un programa para
emprendedores llamado FutureHack,
un taller diseñado para líderes motivados
que luchan por resolver
problemas mundiales.
Empecé el programa mostrándome tímida,
con muy poca experiencia en liderazgo
e incapaz de compartir mis ideas
con los demás cómodamente.
Pero a través de esa experiencia,
conocí a mucha gente apasionada,
trabajadora e inspiradora.
Colaboramos
en un proyecto nacional
sobre innovación educativa.
Por primera vez, gobernantes,
profesores y estudiantes japoneses
se reunieron para intercambiar ideas
acerca de cómo reformar
el sistema educativo japonés.
Unos 50 profesores y 50 alumnos
participaron en esta actividad
mientras los oficiales
del gobierno observaban
y tenían en cuenta
las ideas de los estudiantes.
Fue sorprendente ver
a profesores y estudiantes interactuar
y presentar sus ideas
los unos a los otros.
Esta nueva sensación
de entusiasmo y ambición
encendió la confianza en mí misma
y presenté con alegría mis ideas de
reforma a los que podían hacer cambios.
Enfrentándome a mi miedo
y dándome cuenta de que soy capaz,
ya no me sentía temerosa o intimidada.
Finalmente sentía que mi opinión
realmente importaba a los demás
y desarrollé esta atracción hacia
tener un impacto positivo en la sociedad.
Había descubierto mi pasión
por el diseño y el emprendimiento
y seguí alimentando ese deseo
para seguir expandiendo y explorando
para descubrir más sobre
mi verdadero yo interior.
En gran Dalai Lama resume mi experiencia:
"Darse cuenta del potencial propio
y confiar en sus capacidades
puede crear un mundo mejor".
Ahora, cierren los ojos.
Voy a darles este momento
para que se pregunten,
¿Qué les apasiona?
¿Qué se les da bien?
¿Por qué se les puede recompensar?
¿Qué cambio les gustaría
ver en el mundo?
Ahora, abran los ojos
y ábranse a las oportunidades
que les esperan.
Les animo a que se diversifiquen
y aprovechen esas oportunidades
a pesar de sus inseguridades.
Recuerden su pasión.
Libérense del miedo.
Persigan aquello de lo que
se han privado durante tanto tiempo.
Cambien su mentalidad
de ver cosas como obstáculos
a considerarlas oportunidades.
Finalmente, quizá vean
cómo su propósito se revela.
Salgan y descubran su ikigai.
Gracias.