Entrevistador: ¿Te puedo decir Pepe
o Dr. Silberstein? Como prefieras.
Pasa que "Dr. Silberstein"
suena a película, ¿no?
"Llámemos al Dr. Silverstein".
Vamos a ir puntualmente
a las cuestiones que nos interesan.
Yo sé que en tu vida hubo un disparador.
Un día decidiste dedicarte a esto.
¿Cuál fue ese disparador?
¿Qué fue lo que te motivó
a dedicarte a asesinos
seriales, a estas ideas?
Silberstein: Bueno,
no me dedico solamente a eso.
Cuando llegué a Canadá,
con mi familia, que habíamos ido
porque yo iba a hacer un posgrado
y mi mujer iba a hacer un máster,
ese día ejecutaban a uno de
los seriales más famosos del mundo.
E: ¿Cómo se llamaba?
S: Ted Bundy.
E: Ah, el que era
muy elegante, que tenía...
S: Ese.
Por eso es que, cuando se descubrió,
más horrorizó a la gente
lo que él había hecho,
que las cosas que había hecho,
cómo él podía haber hecho eso,
un estudioso del derecho,
de la psicología, del chino,
una figura promisoria
del partido republicano,
130 de coeficiente intelectual.
E: Una luz.
S: Ese tipo mató, en principio,
13 adolescentes.
No sabemos si fue más o menos.
E: Las que se saben son 13.
S: Las que se saben, pero fueron
todas mujeres las que mató.
E: Dicen que cuando fue ejecutado,
la palanca que lo ejecutó,
la bajó una mujer.
S: Sí, eso dicen. Podría ser. No sé.
Se dicen tantas cosas de Bundy,
que verdaderamente él mismo
se definía como el "physical doctor"
de los asesinos seriales.
Yo creo que después de él,
hay muchísimos,
pero el paradigma de que uno
tiene que tomar para pensar, es él.
E: ¿Y por qué lo elegiste a él?
¿Qué te pasó cuando viste la ejecución?
¿Ahí decidiste?
S: No, hay otros también,
como Jeffrey Dahmer,
que era el asesino caníbal,
Albert Fish, que también
fue un asesino caníbal,
o Bichkov, que era un criminal ruso
que también era asesino caníbal.
Más bien no era caníbal,
era un asesino sádico.
E: Caníbal es que come...
S: Se los come, sí, sí, sí.
(Risas)
E: Canibal. Óyeme.
(Risas)
"Es para una película. Ya la hicieron".
(Risas)
¿Y por qué vos te dedicaste a eso?
¿Qué fue lo que te atrajó a vos?
S: A mí lo que me atrajó fue
fundamentalmente la pregunta del millón.
¿Por qué mata la gente?
¿Qué pasa con los funcionamientos
mentales de ciertos individuos
y hasta dónde son capaces de llegar?
E: ¿Y hasta dónde son capaces de llegar?
S: A cualquier grado. A cualquier punto,
porque la mente tiene su propio lugar
y puede hacer de ella
un cielo o un infierno.
Entonces, podemos estudiar,
pero verdaderamente sabemos muy poco.
Muy, muy poco.
Es más, cuando vos ves las películas,
que para mí la mejor películas de todas
ha sido "El silencio de los inocentes",
es excelente, pero no solamente
por el argumento,
sino por el informe y
por los personajes en que se basan.
E: Está basada realmente
en sucesos que son así.
S: Sí, sí, sí, sí.
E: Vos hablás siempre de la idea caníbal.
¿Qué es la idea caníbal?
S: Para mí, la idea caníbal
está ligada al fanatismo.
E: ¿Al fanatismo?
S: Al fanatismo.
Una idea caníbal es una idea fanática
y una idea fanática
es una idea destructiva
que no tolera la presencia
de otra idea diferente en la mente
y que tampoco tolera
las ideas del diferente, del otro.
Es donde se nutre el fanatismo, ¿no?
E: Pero cuando dices fanatismo,
es cualquier fanatismo.
S: Cualquier fanatismo.
E: Por un equipo de fútbol,
por una raza...
S: Podemos hablar
desde el fútbol a la raza.
E: ¿Es cierto que, en esta sala,
puede haber algún
potencial asesino serial?
S: Yo pienso que podría haberlo.
E: (al público) Hola. (Risas)
¿Pero es fácil identificarlo
o es que en realidad
esa potencialidad está
en cualquiera de nosotros?
S: No, yo digo que
porque hay mucha gente.
Acá en Argentina,no hay
muchos "seriales", entre comillas.
Yo creo que hay, lo que pasa
es que no los estudian...
E: El Petiso Orejudo, ¿fue serial?
S: Sí, el Petiso Orejudo fue serial.
E: Y el último que conocemos,
Robledo Puch ¿fue serial?
S: No, ése fue un psicópata múltiple.
E: ¿Qué es un psicópata múltiple?
S: Es un asesino mútliple.
Ése mataba y robaba.
E: ¿Es petiso?
S: No, es que fue un serial.
Fue un asesino de prostitutas
y además de plata.
Tal es así que fue medio gracioso
porque estaba en ese momento sesionando
el congreso argentino de psiquiatría
y dice llegó (indistinguible),
que este tipo había ido al congreso,
es que estaba haciendo de policía federal.
Después desapareció el tipo.
No sé si se mudó o si se murió.
No creo que haya dejado de matar.
Estos tipos no dejan nunca de matar.
Pero éste era típico serial.
Los cuchillos, prostitutas.
E: Bueno, para que nos quedemos
todos un poco más tranquilos,
Estamos así todos.
(Respira).
En la sala, ya que estamos terminando,
podríamos ampliar para cerrar
que, en realidad, uno tendría que
observar las actitudes que tenemos, ¿no?
Para ver si somos realmente
potenciales asesinos seriales o no.
S: Sí, yo creo que hay que estudiarlo.
Por ejemplo, el tema del fanatismo.
Vos vas a cualquier laboratorio,
cualquier compañía de productos químicos,
y te van a sacar con
un proyecto de investigación,
unas vitaminas, o un antibiótico,
y te dan no sé cuántos miles de dólares,
pero si vos querés investigar sobre
el fanatismo nadie te va a dar nada.
E: O sea, sí sobre vitaminas,
no sobre fanatismo.
Queda más que claro, ¿no?
S: Ése es fanatismo,
cuando le interesa demasiado.
E: Bueno, tal vez pueda ser eso.
A lo mejor te interesa demasiado
porque allí hay algo escondido.
Señores, Pepe Silbserstein.
(Aplausos)