Egle Regelskis: Hola a todos. Me llamo Egle. Martynas Stonys: Y yo soy Martynas. ER: Somos profesores de baile de lindy hop, pero preferimos llamarnos "lindy hoppers". Tenemos nuestro propio estudio de baile y trabajamos a tiempo completo. MS: Les vamos a contar cómo el baile en pareja puede mejorar su personalidad. (Risas) ER: Sí, claro. MS: Así es. ER: Les voy a dar cuatro palabras, y con esas palabras van a formar una oración al final de la charla. Aquí vamos: "hombre", "mujer", "felices", "bailan". La mayoría de Uds. quizá concuerdan conmigo en que a las mujeres les gusta bailar más que a los hombres, o que les gustaría aprender. Normalmente es la mujer quien le pide al esposo, al novio, a su compañero de piso, a un amigo, que se anote en clases de baile o que vayan a la pista en una fiesta, ¿verdad? No les pasa a todos, pero algunos hombres dan sus primeros pasos de baile recién antes de la boda, cuando la novia lo lleva a clases de vals. En esos casos, esos primeros pasos de baile en una pareja suelen ser los últimos. ¡Es muy triste! Esperar uno de los días más felices de tu vida no es fácil. MS: Nosotros vemos a mucha gente bailar a nuestro alrededor y siempre quieren aprender más y más. ER: Ese es nuestro trabajo. MS: Ayudar a las personas a bailar más y más. MS: Pero cuando empezamos como instructores de danza de tiempo completo, me hice una gran pregunta: ¿Por qué la gente debería bailar? ¿Por qué baila la gente? ¿Por qué debería bailar yo? Le hice esa pregunta a un amigo, un estadounidense de 50 años, y me dijo que daría su brazo por poder bailar como yo. ¿Se imaginan? ¿Un brazo a cambio de la capacidad de bailar? ER: ¡Horrible! MS: Pero no supo decirme por qué. Les preguntamos a nuestros estudiantes: "¿Por qué vienes a las clases? ¿Por qué bailas? ¿Por qué te gusta?". Casi siempre empiezan con... ER: Siempre dicen: "Olvido todos mis problemas". MS: ¡Exacto! Vienen, bailan, se relajan, porque viven el momento. De hecho, así es como nació el lindy hop. Fue en la época de la Gran Depresión en EE. UU. La gente ahorraba hasta su último centavo para salir a bailar los viernes y los sábados por la noche, y así olvidar todos sus problemas, para ser felices. ER: ¿Creen que las cosas han cambiado? MS: ¿Creen que la gente ahora es diferente? ER: No. (Risas) Bueno, yo creo que a la mayoría de ustedes les gusta bailar porque todos tienen su música favorita, con la que les gusta moverse, ¿no? Pero si les pregunto: ¿Les gusta bailar más en pareja o bailar solos?, estoy segura de que muchos creerán que no saben, o que nunca aprendieron a bailar. Y por eso preferirían bailar solos. MS: Porque es mucho más fácil. ER: A Martynas y a mí nos encanta bailar, mucho. Y hoy estamos aquí para que todos ustedes se enamoren del baile, más de lo que ya lo están, pero sobre todo de bailar en pareja. MS: Pero ¿por qué bailar en pareja es tan hermoso? Primero, por supuesto, es por la música. ¿Hay alguien aquí a quien no le guste la música? Audiencia: ¡No! MS: ¡Genial! Escuchan su canción favorita en la radio, en YouTube, o en el Ipod, golpetean los pies, mueven la cabeza, y quieren aplaudir. ¡Ya está! Ya están bailando. Así es como empiezan a bailar. ER: Es movimiento corporal. Tenemos un cuerpo, y queremos usarlo. ¿Por qué no en un deporte? Sí, ejercitarse en el gimnasio es muy divertido, eso es lo que mucha gente... no hace. (Risas) El deporte se trata más de ganar mientras que hacer el amor, no. A veces el mismo proceso da más placer que el resultado. Bailar se trata más de vivir el momento más que de buscar un objetivo. MS: Pero ¿por qué bailar en pareja, y no bailar solo? Es como comparar la masturbación con hacer el amor. (Risas) Les voy a mostrar. (Risas) (Aplausos) El baile, el baile. ER: La parte del baile. MS: Entonces... yo bailo, hago pasos simples, estoy feliz conmigo mismo, y no es porque esté bailando yo solo. Pero si puedo bailar con Egle... ¿Ven? Está sonriendo naturalmente. Yo sonrío y es una historia completamente diferente. A veces es divertido estar solo, pero bailar con otro es mucho más divertido. El baile en pareja es una conexión entre el hombre y la mujer. ER: Miren, ahí estamos viendo a un hombre y a una mujer. Eso es conexión. MS: Un chico y una chica. (Risas) O dos mujeres. ER: ¿Ven? Dos mujeres también pueden bailar. MS: O dos hombres. (Risas) A ella le encanta. ER: ¿Y por qué bailamos lindy hop? MS: Porque es música de jazz. Es jazz, y punto. Podemos juntarnos a bailar porque ya conocemos el ritmo. Podemos improvisarlo. Los pasos no son importantes. Solo con el ritmo, en el momento, vas guiando a tu compañero. ER: O eres guiado por tu compañero. Normalmente, hay un líder y un seguidor. Es así en cualquier baile en pareja. En el lindy hop es lo mismo: uno guía y el otro sigue. MS: No, no, no. MS y ER: Uno guía y el otro sigue. (Risas) ER: Se sorprenderían de ver cuántas mujeres acostumbradas a guiar, a ser la cabeza de la familia, disfrutan de seguir, o de dejar que el hombre se haga cargo, al menos durante el baile. Pero el lindy hop no sería un baile tan genial si yo tuviera que seguir todo el tiempo, porque soy una mujer que le gusta liderar, o que le gusta ir primera. Y a veces es muy difícil controlarme. Pero les diré por qué lindy hop es el baile que más me gusta. Nuestro baile es comunicación. Mi compañero dice qué hacer, y cómo, y yo lo acepto. Pero ambos escuchamos la música, sea cual sea. Nuestra danza es improvisación y comunicación corporal, cómo sentimos la música. Tengo permitido hablar mientras bailo. No todo el tiempo, claro, pero puedo decir lo que quiero decir, si es que quiero. MS: Aceptar estas reglas hace que el baile sea más divertido. Yo le muestro lo que quiero hacer, y cómo quiero hacer los movimientos. ER: Como este baile se basa en la comunicación, socializamos un montón. Se parece a esto: imaginen que estamos en una fiesta y me acerco a la persona con la que me gustaría bailar. No es necesario que la conozca, y le digo: "Hola. ¿Quieres bailar?". MS: Sí, por supuesto. (Risas) ER: Y nos ponemos a bailar. Al terminar la canción, yo o Martynas, o alguien más... MS: ¿Una más? ER: Sí, claro. Y seguimos bailando. Después de un par de canciones, puedo decir: "Gracias", e ir con otra persona con la que quiera bailar. Y, una vez más, bailamos, cambiamos; bailamos, cambiamos. Entre más compañeros tengan, más oportunidades de bailar. MS: ¡Por favor! Tienes que tener un límite. ER: Los tengo, pero cambiar de pareja... en el baile. (Risas) Cambiar de pareja los hace mejores bailarines, porque tienen que adaptar sus movimientos a los de otra persona. Hace que escuchen más y hablen menos. Y entender los diferentes mensajes del lenguaje corporal me da más inteligencia y confianza. Y les cuento que tenemos alumnos –no voy a mentir: son más hombres que mujeres– que no van a ritmo. (Risas) Siempre van más lento, o más rápido, pero nunca al ritmo de la música. De hecho, no necesitan música para bailar. Es muy difícil bailar con ellos si tú sí vas a ritmo. Uds. pueden pensar que para ellos aprender a bailar es imposible. En ese caso, se equivocarían. A veces lleva una semana, a veces lleva un mes, a veces hasta un año. Pero si siguen viniendo a clases, si siguen practicando, de algún modo sienten la energía, y sienten el ritmo, y ya por fin comienzan a bailar. ER: Lo más extraño es que aún no se ven bien bailando, pero ese no es el punto. El sentimiento es mucho más importante. Bailar con ellos se siente mucho mejor. Por eso decimos: "El que puede caminar, MS y ER: puede bailar". Todo el mundo puede sentir la música. Y para estas personas es muy difícil anotarse a las clases, porque ellos saben que no saben bailar, pero tienen muchas ganas de aprender. Son personas muy tímidas, modestas y discretas. Creen que todos los demás bailan mucho mejor que ellos, son mejores vendedores, mejores estudiantes, mejores bailarines. Mejores personas, en general. Pero cuando ejercitan esa habilidad de comunicarse con una pareja, cómo bailar con alguien más, brillan, tienen más confianza, porque pueden pedirle a un completo desconocido que baile con ellos. Al menos a uno. O a dos, quizás. O buscar una novia, o cambiar sus vidas de algún modo. MS: Véannos a nosotros hace siete años. (Risas) ER: Son solo cinco años, porque antes del lindy hop no éramos pareja. El lindy hop nos cambió. Antes de conocer este baile, no podía pararme frente a 20 personas y leer mi discurso sin sonrojarme ni tartamudear. Mírennos ahora. Somos nosotros. Ahora tenemos un mejor corte, ¿no? (Risas) No digo que ahora no esté nerviosa. Estar aquí es la mejor experiencia que hemos tenido. En clase tenemos hasta 60 o 70 personas, y aquí hay muchas más. Sí. También te cambió a ti. MS: Sí, por supuesto. Cuando empecé a bailar lindy hop, o incluso antes, era muy tímido y no me tenía mucha confianza en muchas situaciones de la vida. Para mí era un gran desafío tomar una cerveza o ir a un bar. ¿Vieron cuando ni siquiera el mesero te presta atención? ER: ¡Oh! MS: ¿Creen que eso impresiona a las chicas? ER: Mm, mm... MS: No digo que ahora me atiendan primero; casi siempre es a Egle. (Risas) Las damas primero. A menos que yo esté pidiendo algo para ella, entonces sí soy el primero. ER: Muy bien. MS: Pero si estamos en una situación en la que podemos bailar, especialmente si puedo bailar con Egle, improvisamos y bailamos cualquier tipo de música. La gente nos mira y sonríe, y charlamos un rato. Las mujeres me hablan, y bastante. ¡Un gran halago para mi ego! (Risas) ER: Entonces, si se tratan a Uds. mismos con esta medida de confianza, al principio, cuando aprenden a bailar y a comunicarse con otras personas, van a tratarse a Uds. mismos... con esta medida de confianza. Eso sumado a más inteligencia y más capacidad de escucha, lo que pueden ofrecer, no solo recibir. Y luego se ven como mejores personas, merecen una vida mejor y son más felices. Por un lado, es solo bailar en pareja. Pero todas estas reglas, cambiar de compañero, preguntar qué está mal, qué está bien, decir "gracias", apoyar a la gente. Y en lugar de ser un bailarín tipo A, como esos, (Risas) siempre mirando hacia abajo, como tímidos, son, o pueden ser, una persona y un bailarín como los de esta foto. MS: Una vez, un alumno se acercó y nos dijo: "Gracias, muchas gracias". Le preguntamos: "¿Por qué?, ¿qué pasó?". Nos contó que estuvo en una fiesta con sus nuevos amigos de la universidad, y que escogió a la chica más linda de la fiesta solo porque podía bailar como nadie más, y que bailaron por dos o tres horas seguidas. (Risas) Claro, la relación después de eso duró como dos semanas. ER: Ese no es el punto, en realidad. (Risas) Fueron felices bailando juntos. Bueno, ahora les vamos a mostrar por qué le decimos al lindy hop "el" baile. Sí, está bien. Supongo que la mayoría de Uds. conocen la samba, salsa, chachachá, house, quizá el funk. Nosotros conocemos la mayoría, pero no sabemos los pasos. No hace falta. Si saben comunicarse en una pareja, pueden bailar la mayoría de ellos. Casi. Es decir, al menos pueden moverse al ritmo de esa música, porque bailar, primero que todo, es ritmo y conexión con la pareja. A veces ni siquiera hacen falta pasos. MS: ¿Les gustaría ver? ER: Sí. MS: Sí. ER: ¿Dónde está la música? (Música) MS: Empezamos lento con swing. (La música se detiene) ¡Aah! ER: De nuevo, por favor. (Música de swing) Este es nuestro paso básico. MS: Con esto somos más felices que Uds., porque Uds. observan y nosotros bailamos. Y ahora... (Música de charleston) charleston. Lo sé; es rápido. Recuerden que les dijimos que el ritmo es más importante que los pasos. Paremos un momento. ER: Creo que lo tenemos que repetir, ¿sí? Deja la música... (Aplausos) Hagámoslo de nuevo. (Música de samba) MS: También trajimos ritmos sudamericanos. Podemos bailar y hacer exactamente lo mismo. ER: Pero pongan más caderas, y se verá como... (Música de swing) MS: Música, música. (Música funk) Ahora funk. (Música de house) ¿Han bailado house? ¿Han visto un baile en pareja con house? (Aplausos) (Ovaciones) Audiencia: ¡Ah! (Aplausos) ER: Todo eso fue improvisado. MS: Sí, improvisado, seguro. ER: Y conexión. Y la música, de nuevo. MS: Pero volviendo a la pregunta: ¿Por qué la gente quiere bailar lindy hop? y ¿por qué esta comunidad atrae tanto a la gente? ER: Creo que encontramos la respuesta, y no es por la música de swing. MS: Es porque es pura improvisación. ER: Sí, mucha... MS: Mucha improvisación. Y gran variedad de música. Y, por supuesto, es pura y completa diversión. Eso es todo. ER: ¿Se acuerdan de esas cuatro palabras que les di al principio de la charla? Tenían que formar una oración con esas cuatro palabras. Les voy a decir la mía. Es muy fácil. El hombre y la mujer son felices cuando bailan juntos. MS: Ahora les toca bailar a ustedes. ER: Muchas gracias. Él es Martynas. MS: Y ella es Egle. (Aplausos)