Es difícil exagerar los efectos beneficiosos de la inmunización. Según los Centros para el Control de Enfermedades de EE. UU., para los niños estadounidenses nacidos durante los últimos 20 años las vacunas van a prevenir más de 322 millones de enfermedades, más de 21 millones de hospitalizaciones y más de 730 000 muertes con un ahorro social de casi 1,4 billones de dólares. Esos son números grandes. Pero observemos un caso en particular. La vacunas casi han eliminado una infección bacteriana llamada Haemophilus influenzae. Esta bacteria solía infectar a niños pequeños y les causaba infecciones sanguíneas, neumonía, meningitis, muerte o discapacidad permanente. De joven, como pediatra, vi algunos casos. Probablemente nunca hayan oído sobre esta enfermedad, porque las vacunas han sido muy eficaces. En el gráfico de la derecha pueden ver que desde la introducción de las vacunas, la incidencia de infecciones bacterianas Haemophilus se han desplomado como una roca y han casi desaparecido. Así que las vacunas generalmente son una historia de éxito. Pero también enfrentamos desafíos. Por un lado, para la mayoría de las vacunas debemos dar dosis múltiples para poder lograr o mantener la protección. La comunidad científica está trabajando en desarrollar vacunas de una sola dosis. Imaginen poder recibir una sola inyección contra la gripe en toda su vida y no tener que recibir una vacuna contra la gripe estacional. Es difícil inmunizar contra ciertos microbios. Un ejemplo clásico es el virus de inmunodeficiencia humana, o VIH. Se necesita con urgencia, y se ha progresado algo, pero todavía no la hemos logrado. Otro elemento crítico en la investigación actual sobre las vacunas es optimizar las vacunas para los que son más vulnerables, los que son muy jóvenes y los ancianos. Y esta es un área de investigación muy activa. Por último, uno de los mayores desafíos que desafortunadamente enfrentamos ahora son las actitudes antivacunas. De hecho, resulta alarmante que más de 100 000 bebés y niños en los EE. UU. no han recibido ninguna vacuna, y la cantidad está aumentando. De hecho, la Organización Mundial de la Salud, la OMS, ha declarado que las actitudes antivacunas son una de las 10 amenazas contra la salud más importantes en el mundo de hoy. Este gráfico ilustra la difusión del sentimiento antivacunas en el estado de California, entre los años 2000 y 2013, que resulta de observar el porcentaje de alumnos de jardines de infantes públicos que reclamaron ser exentos de la inmunización. El sentimiento antivacunas está aumentando y tiene consecuencias muy reales. Muchos de Uds. serán conscientes del hecho de que estamos viendo infecciones que creíamos conquistadas y que regresan. Se ha informado de brotes de sarampión en múltiples estados de EE. UU. Y muchos han olvidado que el sarampión es muy contagioso y peligroso. Tan solo unas pocas partículas virales pueden infectar a un individuo. Incluso, ha habido informes de eventos deportivos y de un estadio olímpico donde el virus viaja grandes distancias por el aire e infecta a una persona vulnerable de entre la multitud. Si yo ahora tuviera sarampión y tosiera, (Tose) alguien en el fondo de este auditorio podría ser infectado. Y esto ha tenido consecuencias muy reales. Tan solo hace unos meses una azafata contrajo sarampión en un vuelo; el virus entró en su cerebro, le produjo encefalitis y murió. Así que la gente está muriendo por causa de este sentimiento antivacunas. Quisiera tomar un momento para dirigirme a aquellos que no creen en las vacunas y las resisten. Para mí, como pediatra que recibe su vacunación anual contra la gripe, como padre de tres niños que han sido vacunados de acuerdo con el cronograma recomendado, y como médico pediatra especialista en enfermedades infecciosas que ha cuidado a niños pequeños con meningitis que habría sido prevenida si sus padres hubieran acceptado la inmunización, esto es un asunto personal. Veamos quienes van a pagar el precio si comenzamos a reducir la cantidad de vacunaciones en nuestra sociedad. Este gráfico muestra, en el eje Y, la cantidad de individuos en el mundo que mueren a causa de una infección. Y en el eje X la edad de los individuos que mueren. Como pueden ver, es una distribución en forma de U, y es especialmente marcada en las edades tempranas. Así que las vacunas protegen de las infecciones a los muy pequeños. Y si queremos hablar de lo que producen las vacunas, porque hay mucha especulación en Internet, sin fundamento, de lo que producen las vacunas, las vacunas producen adultos, ¿sí? Eso es lo que producen. Y la otra cosa que causan es que los ancianos vivan más tiempo. Porque están protegidos contra la gripe y otros asesinos de ancianos. Ahora, hablemos un poquito sobre cómo podemos mejorar las vacunas aún más. Podemos crear vacunas que inmunicen a los más vulnerables y quizá vacunas que inmunicen con una sola aplicación. Les hablaré un poquito sobre inmunología. Lo que ven en el panel superior es una vacuna. Todas las vacunas contienen algo llamado antígeno. Un antígeno es como un trozo de un germen, de un microbio, que nuestro cuerpo recuerda. Forma anticuerpos, y esos anticuerpos nos protegen. Ese tipo de vacunas pueden inducir una respuesta inmunitaria, pero como pueden ver, esa respuesta inmunitaria tiende a aumentar y disminuir, por lo que necesitaremos recibir otra dosis, y otra dosis, para mantener la protección. ¿Qué podemos hacer? Nosotros y otros científicos alrededor del mundo estamos hallando moléculas para estimular la respuesta de una vacuna. Se llaman adyuvantes, del latín "adjuvare", ayudar. Los adyuvantes son moléculas que podríamos agregar a una vacuna para lograr una mayor respuesta. Y, en presencia del adyuvante, aquí presentado en rojo, tenemos una activación mucho más profunda de las células blancas del sistema inmunológico, y generan una respuesta inmunológica mucho más profunda, con niveles mucho más altos de anticuerpos, más rápida, y que dura por mucho tiempo, para una inmunidad duradera. Resulta interesante que estos adyuvantes tienen efectos diferentes según la edad o los factores demográficos del individuo. Lo que me lleva a la noción de vacunas de precisión. Es la idea de que tomaremos la medicina de precisión, la medicina de precisión es la idea de que las poblaciones pueden variar en su respuesta a una medicina en particular y aplicarla a las vacunas. ¿Sí? Y aquí, en el Boston Children´s Hospital en el Programa de Vacunas de Precisión que dirijo, tenemos cinco enfoques graduales que tomamos para producir vacunas de precisión específicas para las poblaciones vulnerables. Número uno, debemos entender cuál es la actitud de una población determinada hacia una vacuna. Podemos producir la vacuna más sofisticada del mundo, pero si nadie la quiere, no vamos a ninguna parte. Número dos, debemos pensar en la vía de inmunización. La mayoría de las vacunas son intramusculares, o IM, pero hay otras: intranasal, oral y otras. Luego, como ya lo describí, las vacunas tienen componentes. Todas las vacunas tienen un antígeno, que es la parte del microbio que nuestro cuerpo recuerda, contra el que desarrollamos anticuerpos o inmunidad mediada por células. Y también podríamos agregar un adyuvante para estimular una respuesta inmunitaria. Pero hay muchos antígenos diferentes para elegir y muchos adyuvantes distintos. ¿Cómo podemos tomar una decisión? Y el menú de estos sigue aumentando. En nuestro equipo hemos desarrollado modos de probar las vacunas fuera del cuerpo, en latín eso es "in vitro", en un cultivo de tejido en una placa. Así que usamos la ingeniería de tejidos con células sanguíneas para inmunizar fuera del cuerpo y estudiar el efecto de la vacuna en vez de, por ejemplo, en los bebés, los ancianos u otras personas. Y, si lo piensan, esto es muy importante, porque si vemos todas las infecciones contra las que queremos producir vacunas, como el virus de Zika, el virus de Ebola, el VIH y otros, todos los posibles antígenos, todos los posibles adyuvantes, todas las diferentes poblaciones, sería imposible hacer grandes ensayos clínicos de fase III para cada combinación. Por eso pensamos que poder probar las vacunas fuera del cuerpo puede hacer una gran diferencia para acelerar el desarrollo de las vacunas. Y todo este esfuerzo es para producir una respuesta inmunitaria que proteja contra un patógeno en particular con la obtención de anticuerpos y otras células que defiendan el cuerpo. También estamos usando enfoques adicionales innovadores para incorporar la ciencia más avanzada al desarrollo de las vacunas. Estamos profundizando en cómo protegen las vacunas actuales. Hemos formado un consorcio internacional para estudiar cómo la vacuna contra hepatitis B protege a los recién nacidos de la infección por hepatitis B. Y para hacerlo, hemos desarrollado una técnica llamada "pequeña muestra, grandes datos". Obtenemos una gota de sangre diminuta del bebé antes de la inmunización, y otra gota diminuta después de la inmunización; medimos el inventario de todas las células, de los genes y de todas las moléculas en esa gota de sangre, y comparamos antes y después de la vacuna en ese mismo bebé. Así podemos entender en profundidad exactamente cómo protege esa vacuna exitosa. Y utilizamos esas lecciones para producir nuevas vacunas en el futuro. Este diagrama ilustra cómo una gota diminuta de sangre contiene una cantidad enorme de información, decenas de miles de analitos. Y esa bola de pelo ilustra las vías genéticas y las vías moleculares que se activan. Así que, mucho de eso está por venir; es una ciencia muy emocionante. Nos estamos asociando con científicos de todo el mundo para todas esas nuevas tecnologías puedan revitalizar el desarrollo de vacunas en una red de Vacunas de Precisión. Vamos a mejorar las vacunas personalizadas para las poblaciones vulnerables del mundo. Nuestro equipo incluye científicos, expertos técnicos y médicos. Y estamos desarrollando vacunas contra enfermedades infecciosas como la pertusis, que es la tos ferina. Ya tenemos una vacuna contra la tos ferina, pero requiere múltiple dosis, y la inmunidad aún disminuye. Queremos desarrollar una vacuna de una sola dosis. Estamos trabajando en una vacuna para el virus sincitial respiratorio la causa número uno de hospitalización infantil en EE. UU., una mejor vacuna contra la gripe y, por supuesto, contra el VIH. También estamos contemplando vacunas contra el cáncer, contra alergias y, lo que es interesante, contra la sobredosis con opioides. Así que este es mi mensaje final: las vacunas los protegen a Uds., a sus seres queridos y a quienes los rodean. No solo los protegen a Uds. contra la infección sino que también evitan que contagien a otros. Vacúnense. El progreso científico es frágil y se puede perder. Debemos estimular un diálogo público correcto y respetuoso. Y, finalmente, estamos al borde de grandes cosas, de una nueva era de vacunación. Solo hemos arañado la superficie de lo que se puede lograr. Por favor, defiendan esta investigación. Gracias. (Aplausos)