Cuando salí de la escuela de comercio,
estaba programada para vender detergentes,
pero lo dejé muy pronto,
porque lo que yo quería
era ser útil a la sociedad,
acompañarla en sus cambios.
Así que decidí entrar a...
(Sintonía SNCF)
y todos mis compañeros
me dijeron que estaba loca.
Pero el caso es que llevo
24 años en esta empresa.
Soy una de sus dirigentes,
y me encargo de un territorio en el
que trabajan cerca de 3,000 personas.
Hace poco más de un año, estaba
frente a la ventana de mi despacho
mirando a las vías y no veía ningún tren,
pero la carretera estaba llena de coches,
y entonces me dije: "Va siendo
hora de cambiar las cosas".
Por eso estoy aquí hoy.
Por nosotros, por ustedes.
Para venir aquí hoy, a la Rochelle,
he utilizado el coche,
porque no había ningún tren
que llegara antes de las 11.
Lo sé, alguno de ustedes pensará:
"No tenía más que añadir una línea,
usted puede hacerlo".
Sí, pero desgraciadamente,
el hecho de añadir un tren
no supone que vaya a llenarse,
y si el tren no se llena
nos cuesta dinero a todos,
y sobre todo, no cumple
con su función social.
Así que, en realidad,
no he tenido elección.
He tenido que elegir un medio
de transporte contaminante.
Porque no, mi coche no es eléctrico.
Y aunque lo hubiera sido,
seguramente no habría tenido la autonomía
para hacer el trayecto de una sola vez.
Me habría visto obligada
a parar para cargarlo,
y habría llegado tarde a nuestra cita.
Porque no puedo permitirme
el coche con mayor autonomía,
ese cuyo nombre empieza por T.
Pero lo peor de todo es,
que si no cambio mi forma de viajar,
en 100 años... no es nada, ¿eh?
Para los mayores de la sala
sería la generación de sus nietos.
He visto también niños en la sala.
Serán sus propios hijos los que vean
cómo la Rochelle quedará bajo el agua.
Ustedes y yo habremos
sido los responsables,
ya que nuestros transportes suponen un
32 % de las emisiones de CO2 en Francia.
Bueno, pero en 100 años, ¿nos
moveremos más o menos que ahora?
Porque al fin y al cabo,
hay animaciones 3D,
gafas de realidad virtual,
tenemos teleconferencias,
videoconferencias, Skype.
No habría necesidad de desplazarse.
Pero no es verdad,
porque hay una regla muy simple,
desde la invención del telégrafo:
cuanto más nos comunicamos, más viajamos.
A comienzos del siglo XX, cada día
se daba la vuelta
a la Tierra 125 000 veces.
Hoy en día, damos la vuelta a la Tierra
más de 4 millones de veces al día.
En orden de magnitud,
es más de 1,000 veces la
distancia entre el Sol y la Tierra.
Así que con el crecimiento
de las telecomunicaciones,
vamos a seguir viajando cada día más,
y naturalmente, vamos a tener
que hacer frente a múltiples problemas.
El primero lo conocemos, la contaminación,
pero el segundo son los gastos.
¿Qué dirían si un día
tuvieran que elegir
entre comer y desplazarse,
porque su presupuesto no
les permite hacer las dos cosas?
El tercer problema será el tiempo,
porque si viajamos más,
¿qué podemos hacer para no
perder el tiempo en el transporte?
Buenas noticias, el transporte
está evolucionando,
y podemos decir que va por buen camino.
El proyecto Hyperloop, por ejemplo,
está a punto de ser una realidad.
En 2016, en San Francisco,
un tren capaz de circular a
1,200 km/h en un tubo al vacío,
va a ser probado.
Toda una proeza tecnológica.
Digno sucesor del TGV
pero mucho más rápido.
Pero, ¿se han preguntado ustedes
por qué si hace más de
30 años que se inventó el TGV,
y nos hace ganar tiempo,
no está por todo el mundo?
No es porque somos malos vendedores.
Es una simple cuestión de gastos,
gastos en nuevas infraestructuras
que se cuentan en miles de millones.
Y el proyecto Hyperloop va a tener
que enfrentarse a este freno estructural,
que, sin duda, va a bloquear
su desarrollo a gran escala
de una forma muy rápida.
Además, el proyecto actual no permite
llevar más que 800 pasajeros cada hora.
Viene a ser la capacidad de un TGV.
Así que para aumentar
el crecimiento del tráfico,
va a resultar un poco justo.
Pero bueno, para el transporte individual
está el coche eléctrico y sabemos
que va a tener más autonomía.
O mejor aún, el coche de hidrógeno.
Más de 1,000 km de autonomía.
Empezará a comercializarse en 2025.
Estos coches se van a conducir solos.
Ya está, ya tenemos una solución.
Pero no del todo, por esta razón:
el espacio.
Aquí ven el espacio que ocupan
200 pasajeros en coche.
De media, cada coche lleva 1.2 pasajeros.
Si los metemos en un autobús tenemos esto.
Y en tren, esto.
Eficaz, ¿no? Para acompañar
el crecimiento del transporte.
Sí, el crecimiento de nuestra movilidad
pasará indudablemente
por el transporte colectivo.
Pero los saltos tecnológicos no bastan
para hacer frente a los tres problemas
que les he citado hace un momento,
y es por una razón muy simple:
la electricidad no se inventó
mejorando la vela.
Así que, ¿cómo podemos pensar
en estos medios del futuro
con lo que tenemos ahora? Porque no
tendremos una gran capacidad de inversión.
Sin duda alguna, no vamos a
necesitar ciencia ficción,
sino soñar.
Porque en cada sueño
hay una parte de realidad.
Y también nos hará falta
abrir un poco nuestras mentes.
Porque si les hubiera dicho hace 20 años,
que llevarían en el bolsillo
un equipo de música,
una enciclopedia, una cámara de fotos,
y, ¿por qué no?, una linterna;
¿qué me habrían dicho?
Y sin embargo, muchos de nosotros
lo llevamos: el Smartphone.
Y sí, hay mucho interés por acercar cosas
que hasta ahora habían estado separadas.
Yo les propongo hacer con el transporte
lo mismo que se hizo con el Smartphone,
la "smart movilidad".
Es decir, lo mejor del transporte guiado,
lo mejor del coche,
y lo mejor del transporte público.
Sé que les puede parecer un poco confuso,
pero como nos gustan tanto los acrónimos,
siguiendo el esquema del TGV,
yo les propongo llamarlo TAC,
veamos, en imágenes,
lo que podría ofrecernos.
(Vídeo)
Antonio,
vive en la ciudad y quiere irse
de fin de semana al campo.
Pide un TAC desde su Smartphone.
Antonio no va a la parada del TAC,
el TAC viene a buscar a Antoine.
Monta con sus maletas y
se encuentra con otros pasajeros
que van en la misma dirección que él,
pero no todos van al mismo destino.
TAC es un vehículo autónomo, eléctrico,
que puede circular tanto
por carretera como por carriles.
Para tomar una vía,
utiliza los pasos a nivel.
Una vez está sobre los carriles, se carga.
TAC puede modificar su ruta
en función del tráfico de las redes
ferroviarias y de las carreteras.
Los pasajeros cambian
de TAC donde quieren.
No necesitan una estación para
pasar de un TAC a otro TAC.
Antonio ha aprovechado su tiempo a bordo,
ahora el TAC le deja en su casa del campo,
pero el TAC no descansa.
El TAC siempre está en movimiento.
(Aplausos)
Gracias. Me alegro de que les guste,
pero hay que decirlo,
a nivel tecnológico, aún no
hemos llegado tan lejos.
Sin embargo, no es muy difícil,
porque todos los componentes
tecnológicos ya existen,
ahora tenemos que unirlos
para poder construir el TAC.
En Francia, por ejemplo, hay
más de 15 000 pasos a nivel
que hoy en día son zonas de
concentración de accidentes,
y que mañana podrían ser lugares de cruce,
tanto puertas de entrada como de
salida entre las diferentes redes.
Asimismo, hay sistemas que permiten
regular la distancia de separación
entre dos vehículos en movimento,
y que permitirían, por ejemplo,
que en una misma red,
cohabitaran trenes y TAC.
En realidad, a nivel tecnológico,
lo que tenemos que hacer
es reinventar la rueda.
Y no sé si se han dado cuenta,
pero con cada gran evolución
en materia de transporte,
se ha inventado una rueda nueva.
De piedra o de madera,
de acero, neumática...
Es hora de inventar
la rueda del siglo XXI.
Puede que nos lleve 10 años,
pero es totalmente factible.
Eso sí, lo que más tenemos que
cambiar es a nosotros mismos.
Porque nos encanta
nuestro transporte individual.
En cierto modo, es nuestro derecho a ir
a donde queremos, cuando y como queremos.
Se trata de nuestra libertad.
Supongo que no les gustaría
ir a coger champiñones en TAC.
Tranquilos, les aseguro que no lo harán.
Porque para que el transporte
colectivo sea eficaz,
se necesita un flujo mínimo,
aunque las personas no
vayan al mismo destino.
Y si con el TAC
se puede bajar del transporte
colectivo en flujos más pequeños,
para su rincón de champiñones,
que espero que no lo conozca mucha gente,
el vehículo individual
será siempre el más eficaz.
Lo que yo les propongo
es reinventar el transporte colectivo.
Un transporte colectivo que
se adapte a Uds., a sus horarios,
porque todos los días,
no cierran la puerta de
casa a la misma hora.
Un transporte que vaya
a buscarles a donde estén,
solo así será posible
que el transporte colectivo,
que representa hoy en día solo
un 15 % de nuestra movilidad,
alcance un 30 % para 2030,
o quizá un 50 % para 2050.
De momento el TAC es un sueño.
También otros sueñan.
La Escuela Politécnica de Lausana
sueña incluso con un "avión tren".
Y yo estoy muy orgullosa de decirles,
que en 2016 vamos a avanzar
sobre el tema.
Y esos avances empiezan hoy.
Vamos a invitarles
a coconstruir con nosotros
su transporte TAC del futuro,
que responda a sus necesidad y
exigencias en materia de movilidad.
En Facebook encontrarán el enlace
a la cuenta de Twitter de TEDxLaRochelle.
Así podremos trabajar juntos.
No hay límites a su imaginación,
les necesitamos para construir
esta nueva forma de transporte,
más flexible, más respetuosa
con el medio ambiente,
y que se ajuste a su presupuesto.
Quiero decirles una última cosa:
Tack, en polaco, quiere decir "sí",
y tack, en sueco y en danés,
quiere decir "gracias".
(Aplausos)