Einstein decía que le guiaba una
musa científica de la estética:
"Lo más bello que podemos
experimentar es lo misterioso.
Es el origen de todo el auténtico
arte y ciencia", dijo.
Hay misterio en el Universo,
un misterio seductor,
pero no es caprichoso, arbitrario,
frívolo en su volubilidad.
El universo es un lugar ordenado
y a un nivel profundo, hay lugares que actúan como otros,
momentos que parecen otros momentos.
Hay misterio, pero no magia,
más rareza de la que podamos imaginar, pero no
hechizos ni brujería, no milagros arbitrarios.
La popularidad de lo paranormal, curiosamente, puede
que hasta sea una base para estimularlo.
Creo que el apetito de misterio,
el entusiasmo por lo que no podemos entender,
es saludable y debería fomentarse.
Es el mismo apetito que guía lo
mejor de la verdadera ciencia,
y es un apetito que la ciencia es la más
cualificada para satisfacer.
Quizás es éste apetito lo que subyace bajo
el éxito de los paranormalistas.
A menudo se dice que la gente "necesita" algo más
en sus vidas que sólo el mundo material.
Hay un hueco que debe ser llenado.
La gente necesita sentir que hay un propósito.
Bueno, un propósito no tan malo sería averiguar
lo que hay aquí, en el mundo material,
ántes de concluir que necesitas algo más.
¿Cuánto más quieres?
Simplemente estudia lo que existe,
y verás que de por sí es mucho más estimulante
que cualquier cosa que imagines que necesitas.
No necesitas ser un científico,
no tienes que encender un mechero Bunsen,
para comprender la ciencia lo bastante como para
que rebase tu ilusoria necesidad y llene ese hueco.
La ciencia debe ser liberada del laboratorio,
hacia la cultura general.