De niña, mi mamá y yo hicimos este trato. Me permitían tomar tres días de descanso de salud mental por semestre mientras siguiera yéndome bien en la escuela. Esto debido a que empecé mi recorrido por la salud mental con solo seis años. Siempre fui lo que mis maestros de primaria llamaban una "bola de nervios", pero luego descubrimos que tengo ansiedad inducida por trauma y depresión clínica. Esto dificultó bastante mi crecimiento. Me preocupaban muchas cosas que a otros niños no, y la escuela a veces me resultaba abrumadora. Esto dio lugar a muchos colapsos, ataques de pánico... a veces era súper productiva, y otros días no podía hacer nada. Todo esto sucedió en un momento en el que no se hablaba de la salud mental tanto como se habla ahora, sobre todo, de la salud mental de los jóvenes. Algunos semestres usé al máximo esos días de descanso. Otros, no lo necesitaba en absoluto. Pero el hecho de ser siempre una opción me daba felicidad, como estudiante me hacía sentir sana y exitosa. Ahora uso esas habilidades que aprendí de niña para ayudar a otros estudiantes que tienen problemas de salud mental. Hoy vine a presentarles una idea sobre salud mental adolescente: ¿Qué pasa, cómo llegamos aquí, y qué podemos hacer? Pero primero hay que entender que si bien no todos tienen una enfermedad mental diagnosticada como yo, absolutamente todos tenemos salud mental. Todos tenemos un cerebro que necesita ser atendido de la misma forma que atendemos nuestro bienestar físico. La mente y el cuerpo, después de todo, están conectados mucho más que por cuello. La enfermedad mental incluso se manifiesta de maneras físicas, como náuseas, dolores de cabeza, fatiga y dificultades para respirar. Y como la salud mental nos afecta a todos, ¿no deberíamos encontrar soluciones accesibles para todos? Eso me lleva a la segunda parte de mi historia. Cuando estaba en secundaria llegué a manejar bastante bien mi propia salud mental. Me iba bien como estudiante, y presidía la Asociación de Consejos Estudiantiles de Oregón. En ese entonces, empecé a darme cuenta de que la salud mental era un problema mucho mayor que el mío personal. Desafortunadamente, mi ciudad natal se vio afectada por múltiples suicidios durante mi primer año de secundaria. Vi cómo esas tragedias sacudieron a toda la comunidad, y como presidenta de un grupo estadual, empecé a escuchar cada vez más historias de estudiantes a los que también les ocurrió lo mismo en su pueblo. Así, en 2018 en nuestro campamento anual de verano, realizamos un foro con unos cien estudiantes de secundaria para discutir la salud mental de los adolescentes. ¿Qué podíamos hacer? Abordamos esta conversación con enorme empatía y honestidad, y los resultados fueron asombrosos. Lo que más me llamó la atención fue que cada uno de mis compañeros tenía una historia sobre una crisis de salud mental en su escuela, sin importar si era en un pueblito del este de Oregón o era en el corazón de Portland. Esto ocurría en todas partes. Incluso investigamos un poco, y descubrimos que el suicidio es la segunda causa principal de muerte para jóvenes de 10 a 24 años en Oregón. La segunda causa principal. Sabíamos que teníamos que hacer algo. Entonces, en los siguientes meses, creamos un comité denominado Estudiantes para un Oregón Saludable, y nos propusimos acabar con el estigma de la salud mental. También queríamos priorizar la salud mental en las escuelas. Con la ayuda de algunos cabilderos y profesionales de la salud mental, presentamos el Proyecto de Ley 2191, que permite a los estudiantes tomarse días por salud mental en la escuela de la misma forma que se toman días para atender la salud física. Porque muchas veces ese día libre es la diferencia entre sentirse mucho mejor y sentirse mucho peor. Era como esos días que mi madre me daba cuando era más joven. Entonces, en los meses siguientes, presionamos e investigamos e hicimos campaña por el proyecto, y, en junio de 2019, finalmente se convirtió en ley. (Aplausos)(Vítores) Fue un momento innovador para los estudiantes de Oregón. Este es un ejemplo de cómo se está desarrollando esto ahora. Digamos que un estudiante está teniendo un mes realmente difícil. Está abrumado, sobrecargado de trabajo, se está atrasando en la escuela y sabe que necesita ayuda. Tal vez nunca han hablado de salud mental con sus padres antes, pero ahora tienen una ley de su lado para ayudar a entablar esa conversación. Los padres aún tienen que llamar a la escuela y justificar la ausencia, no es un pase libre para los niños, pero lo más importante, ahora que la escuela registra esa ausencia como un día por salud mental, puedan seguir la pista de cuántos estudiantes toman cuántos días por salud mental. Si un estudiante se toma demasiados, el caso se derivará al consejero de la escuela para su registro. Esto es importante para detectar estudiantes en problemas antes de que sea demasiado tarde. Una de las principales cosas que escuchamos en ese foro en 2018 fue que muchas veces decidirse a obtener ayuda es el paso más difícil. Esperamos que esta ley pueda ayudar a eso. Esto no solo empezará a enseñar a los niños jóvenes a cuidarse, cuidar de sí mismos y manejar del estrés, sino que también podría literalmente salvar vidas. Ahora estudiantes de varios otros estados están tratando de aprobar estas leyes. Estoy trabajando con estudiantes tanto en California como en Colorado para que hagan lo mismo, porque creemos que los estudiantes en todas partes merecen la oportunidad de sentirse mejor. Aparte de las razones prácticas y los tecnicismos, la ley 2191 es especial por la idea central que conlleva: la salud física y mental son iguales y deben ser tratadas como tales. De hecho, están conectadas. Los cuidados de la salud, por ejemplo. Piensen en la RCP. Si tuvieran que hacer resucitación cardiopulmonar, ¿tendrían idea de qué hacer? Piénsenlo... quizá sí porque se entrena en RCP en la mayoría de escuelas y trabajos e incluso en línea. Hay hasta canciones sobre eso. Pero ¿y la atención de la salud mental? Sé que me capacitaron en RCP en la clase de salud de séptimo grado. ¿Y si en séptimo grado me hubiesen capacitado para manejar mi salud mental o para responder a una crisis de salud mental? Me encantaría ver que cada uno tuviese herramientas para ayudar a un amigo, a una compañera de trabajo, a un miembro de la familia o un desconocido que tiene una crisis de salud mental. Y estos recursos deberían estar disponibles en escuelas porque ahí los estudiantes encuentran más dificultades. Otro concepto que sinceramente espero que se lleven hoy es que siempre está bien no estar bien, y siempre está bien tomarse un descanso. No tiene que ser un día entero; a veces eso no es realista. Pero pueden ser unos momentos aquí y allá para encontrarse con uno mismo. Piensen la vida como una carrera... una carrera de larga distancia. Si pican al principio quedarán agotados. Incluso pueden lastimarse si se esfuerzan demasiado. Pero si siguen su ritmo, si lo toman con calma a veces intencionalmente, y en otro momento se esfuerzan, seguro que tendrán mucho más éxito. Así que, por favor, cuídense unos a otros, cuiden a los niños y adolescentes que hay entre Uds., sobre todo a aquellos que parecen tener todo bajo control. Los desafíos de salud mental no van a desaparecer pero, como sociedad, podemos aprender a manejarlos cuidándonos unos a otros. Y cuídense Uds. también. Como diría mi mamá: "De vez en cuando, tómate un descanso". Gracias. (Aplausos)