El maestro zen Thich Nhat Hanh responde 1. Mi familia tiene mucho sufrimiento que la ha hecho dura y autodestructiva. ¿Cómo puedo ayudarlos? 2. ¿Por qué hay tanta discriminación contra la mujer en el budismo aún hoy? Querido Thay, querida sangha, tengo dos preguntas. La primera es esta. Soy la última descendiente del linaje de mis antepasados. Y hay mucho sufrimiento que transformar. Pero he tenido la suerte de tener condiciones para encontrar el Dharma y no tener que buscar mi supervivencia. Así que pude practicar. Ahora acabo de regresar de un largo viaje. Al haber estado muy lejos, al regresar puedo ver con claridad cómo se generó el sufrimiento en mi familia, generación tras generación, por circunstancias históricas. Intento hablar con mis mayores para que puedan encontrar también alivio. Pero algunos están muy endurecidos. Tienen mucha ira. Se vuelven malos, desesperados. Y aunque tengo cierta comprensión, sé que en ciertas situaciones no soy lo bastante estable y ya no sé qué hacer para ayudarles. Estoy muy preocupada porque he visto a algunos de ellos, de esa generación de mis padres, que escaparon de la guerra, volverse totalmente locos y destruirse a sí mismos. Así que esta es mi primera pregunta. La segunda pregunta es esta. ¿Por qué en la tradición budista, aún hoy, hay tanta discriminación en contra de la mujer? Gracias. (Hna. Pine) Querido Thay, esta amiga hace dos preguntas. La primera se parece algo a la del joven que quería ayudar a su padre. Esta amiga también dice que puede ver mucho sufrimiento, no solo en la generación de sus padres, sino en las generaciones de ancestros. Quiere ayudarlos, pero ve que son muy duros, por el gran sufrimiento que les ha causado la guerra. Y se autodestruyen a causa de ese sufrimiento interior. Quiere saber cómo llegar a ellos, cómo puede ayudarlos a que vayan en una dirección más sana. La segunda pregunta es. ¿Por qué aún hoy hay en el budismo tanta discriminación contra la mujer? ¿Crees que en Plum Village discriminamos a las mujeres? Las monjas y las practicantes en Plum Village tienen un importante papel a la hora de organizar la vida y la práctica de la sangha y la práctica de la sangha extensa. Y en muchos países aún existe la tradición de las bhikshunis (monjas). Hay países que han perdido la sangha de bhikshunis. Pero no es a causa del budismo, sino por los practicantes budistas. Han permitido que esa discriminación de la sociedad penetre en la comunidad. En Tailandia, Sri Lanka, ya no tienen bhikshunis. Mucha gente de esos países intenta restaurar la orden de las bhikshunis. Así que los budistas no practican demasiado bien. Por eso, debemos hacerlo mejor que las generaciones anteriores. Y Thay es uno de los que intenta restaurar el espíritu, el espíritu primitivo, original del budismo, porque Buda eliminó toda discriminación. Recibió a todo tipo de gente, de todas las razas y castas en su comunidad. Y acogió a mujeres para ser bhikshunis. En su tiempo fue un verdadero revolucionario. Fue difícil, pero pudo hacerlo. Así que nosotros, continuación de Buda, deberíamos practicar lo bastante bien como para mantener su herencia, preservar su herencia. No discriminación. El sufrimiento es abrumador. Y algunos de nosotros que salimos de la guerra de Vietnam llenos de heridas, hemos visto nuestro hermano, padre, madre o hermana asesinado o destrozado en la guerra. Hemos visto a muchos presos y torturados durante la guerra. Ideologías y armas del extranjero se trajeron desde todo el mundo para destrozarnos, matarnos. Nos pusieron en esa situación durante largo tiempo. Cada uno de nosotros, cada vietnamita de la nueva generación lleva dentro ese sufrimiento. Tras cuarenta años de exilio, Thay ha podido regresar a casa varias veces y organizar retiros para ayudar a curar las heridas de la guerra en la gente, en las generaciones más jóvenes. Hizo todo lo que pudo e intentó hacerlo como una sangha, no como una persona. Thay regresó a Vietnam no como un individuo sino como una comunidad. 300 practicantes fueron a Vietnam con Thay por vez primera tras 40 años de exilio. Eso ocurrió en 2005, ¿verdad? 2005. Cientos de monásticos y practicantes laicos nos acompañaron. Y nuestra práctica era muy sólida. Imagina el hotel en Hanoi donde nos alojamos. La policía secreta vino a vigilarnos porque nos temían. Allá donde fuéramos nos seguían. Querían saber qué le decíamos a la gente, qué hacíamos. Fueron obligados a permitir que Thay regresara a casa, pero tenían miedo de que dijéramos algo, de que pidiéramos a los vietnamitas que dijeran algo contra ellos. Cientos de nosotros practicamos con solidez. Nuestra forma de caminar, de respirar, de tomar el desayuno, de encontrarnos con la gente en el hotel y con todos los que venían a vernos, incluso policías secretos, reflejaba nuestra práctica. Los hoteles en los que estábamos parecían centros de práctica. Había plena consciencia, había paz, hermandad. Y estaban muy impresionados. Una vez hicimos meditación andando alrededor el lago Hoan Kiem. Era la primera vez que la gente de la ciudad veía tanta gente caminando en paz, alegría y felicidad. Esa imagen les impresionó mucho. Tuvo un gran impacto en la población. Vieron practicantes sólidos. Y pudimos compartir la práctica con mucha gente en las charlas públicas y retiros. Después organizamos ceremonias de oración. Rezamos por los millones de personas que murieron en la guerra. Miles de personas vinieron a practicar con nosotros y rezamos juntos. Nos prometimos que nunca más aceptaríamos una guerra de ideologías semejante ni nos mataríamos con armas extranjeras por ideas extranjeras. Y eso fue posible. Practicamos para ayudar a sanar a todo el país. Así que mi respuesta es esta. Para tener éxito en tu intento de ayudar, tienes que hacerlo con una sangha. Tienes que pertenecer a una sangha. Necesitas hermanas y hermanos en la práctica. Debemos ser bastante fuertes para poder manejar el sufrimiento. Hay muchos desperdicios. Y como muchos no sabemos transformar los desperdicios en flores, hacer buen uso del sufrimiento para crear paz y sanación, necesitamos una sangha que nos ayude a hacerlo. Practicar solo, transformarse uno mismo ya es difícil, y más lo es transformar a los demás. Por eso, debemos saber, debemos ver que hemos de intentar hacer una sangha, estar en una sangha, contribuir a construir una sangha. Sin sangha, no puedes hacer mucho trabajo de transformación y sanación. Ni siquiera Buda habría hecho mucho sin una sangha. Por eso, tras despertar, lo primero en lo que pensó fue en identificar elementos de su sangha. Debes hacer lo mismo. Thay es muy consciente de ello. Thay sabía que si volvía a casa solo, no sería capaz de hacer nada. Así que puso una condición previa: "Solo regresaré si me permiten ir con mi sangha". Con la sangha tendremos una energía colectiva fuerte que podrá cuidar nuestro sufrimiento, transformar nuestro sufrimiento. ¡Buena suerte! conecta, inspírate, nútrete (Campana)