♪ [música] ♪ [Josh] Bienvenidos nuevamente. Hoy continuaremos con la búsqueda del conocimiento causal. Recordemos que los graduados de universidades privadas ganan 14 % más en promedio que los graduados de universidades públicas. ¿Acaso eso significa que la educación privada hace que sus salarios suban? Como con la mayoría de las preguntas que proponemos, los hechos no son cuestionables, pero sí la interpretación de ellos. [Narrador] Comparemos a los graduados de escuelas privadas con los de las escuelas públicas. Los graduados de universidades privadas difieren de distintas maneras. Por ejemplo, tienen mejores puntajes en el SAT. En promedio, estudiantes de universidades privadas tienen 120 puntos más. Estas estrellas del SAT usan sudaderas naranjas. Los graduados de universidades privadas provienen de familias más ricas, 13 % más ricas que las familias de estudiantes de universidades públicas. Los niños ricos tienen pantalones verdes. Pareciera que las comparaciones públicas/privadas no son equiparables. Tal vez, el aumento del 14 % salarial es el resultado de diferencias pre-existentes en el salario potencial y no por asistir a una universidad privada. Igual que muchos que han estado antes que nosotros en búsqueda del conocimiento causal, nosotros estamos varados en el sesgo de selección. [Narrador] El sesgo de selección hace que interpretemos las comparaciones no ajustadas como efectos causales. [susurro] Ven conmigo. [Narrador] Aquí vemos el sesgo de selección engañándonos al dirigir el tráfico. Los que tienen mejores notas van a la izquierda a las universidades privadas. Aquellos con ingresos familiares bajos van hacia la derecha a las universidades públicas. Las comparaciones públicas/privadas tienen fuerza causal solo cuando los grupos comparados son idénticos en promedio. Entonces, podemos felizmente decir: "ceteris paribus", pero las escuelas privadas son normalmente más selectivas y más caras que sus contrapartes públicas. Los que van a la izquierda no tienen punto de comparación con los de la derecha. Así es como nos embruja el sesgo de selección. Aunque las universidades realmente sí seleccionan a los aspirantes, el término "sesgo de selección" se refiere a cualquier comparación plagad de diferencias sistemáticas entre grupos y no a las diferencias en las que estamos enfocados. Cuando los grupos que se comparan difieren de muchas formas, hemos perdido ceteris paribus. El sesgo de selección es el mayor enemigo de las métricas estudiantiles e igualmente en las métricas de maestrías. Nuestras cinco armas más importantes para luchar contra de él son las Cinco Furiosas de la Econometría. [susurro] Las Cinco Furiosas. [Josh] El sesgo de selección es engañoso y generalizado pero nuestras armas son poderosas y no es necesario que los individuos a comparar sean idénticos, no necesitamos clones virtuales. Solo debemos asegurarnos que los grupos a comparar sean los mismos en promedio. Nuestra arma más poderosa, fuerte y confiable es la asignación aleatoria de los miembros del grupo. Imagine un experimento secreto en el que los candidatos tanto a universidades privadas como a públicas son asignados aleatoriamente a una o a otra. Parece justo. Y, tal vez, aprenderemos algo sobre esto también. En pro del interés científico, he propuesto un experimento en el MIT donde enseño Econometría. Me gustaría reemplazar a nuestro hábil y bien remunerado personal de la oficina de admisión por el método de cara o cruz. La asignación aleatoria de la admisión universitaria asegura que, cuando se hacen comparaciones interuniversitarias, ceteris es paribus en promedio. Desafortunadamente para la ciencia, todavía no he convencido al MIT para reemplazar al personal de admisión por un montón de monedas. Como discutiremos más tarde, la asignación aleatoria es casi imposible o poco práctica, por lo que debemos buscar estrategias baratas y prácticas que tengan el mismo poder de inducción ceteris paribus de la asignación aleatoria. ¿Kamal, en dónde deberíamos buscar? [Kamal] No lo sé. Si tan solo pudiéramos controlar... Correcto. [susurro] ¿Qué? Las métricas de las maestrías son controladores obsesivos. Implementamos estrategias estadísticas que hacen que los grupos que escogen distintos caminos sean similares. En vez de solo comparar salarios de alumnos de universidades públicas y privadas, buscamos que haya habilidades y entornos similares dentro de los grupos de graduados. Dentro de estos grupos, hacemos comparaciones entre públicas/privadas, pero no entre ellos. Esta estrategia nos acerca grandemente hacia ceteris paribus y hacia comparaciones que tienen sentido. Veamos de nuevo a las Cinco Furiosas. [susurro] Las Cinco Furiosas. [Josh] Nuestra herramienta principal en la lucha por el control es la regresión. La regresión es una forma limpia de comparar dos grupos mientras que se mantienen muchas diferencias entre aquellos que están en los grupos fijos. ¿Los estimados de la regresión muestran que vale la pena pagar por la educación universitaria privada? [Hombre] Buena pregunta. [Narrador] El uso de la regresión para ajustar la habilidad del aspirante y el entorno familiar y unas pocas características demográficas como raza y sexo, reduce el recargo de la universidad privada de un 14 % a un 9 %. Un 9 % aún es bastante. [Hombre] Eso es legítimo. [Narrador] ¿Pero, se mantiene ceteris paribus? ¿Camila? [Camila] No estoy segura que controlemos todo. Tal vez, los estudiantes de universidades privadas son, de cierta forma, más ambiciosos o más listos como para que los test no lo detecten. Si es así, las comparaciones no son de manzanas con manzanas, aún después de hacer los ajustes que mencionas. Sí, es preocupante. A la posibilidad de que las variables, que hemos ajustado usando regresión, no tomen en cuenta las diferencias de grupos se le llama sesgo por omisión de variables o SOV. [Hombre] Qué mal. [Narrador] SOV es sesgo de selección en una regresión. Sufrimos de estos efectos cuando la regresión no es la que queremos. La regresión que queremos, la de nuestros sueños tiene más y mejores controles que la que hemos obtenido. ¿Cómo podemos controlar algo como la ambición? ¿Hay algún índice de ambición? No es fácil hacer comparaciones ceteris paribus. La regresión es una herramienta; no es magia. Y, aun así, a veces se logran resultados notables con esta herramienta. Los profesores de Maestría en Econometría, Stacy Dale y Alan Krueger, se han enfrentado al reto del sesgo de selección y SOV. En un famoso estudio académico Dale y Krueger controlaron diversas diferencias posibles entre estudiantes que fueron a distintos tipos de universidades. Tenían la noción de que el sesgo de selección en este contexto origina dos fuerzas: la ambición estudiantil y la oportunidad de ingresar a la universidad. La mayoría de los estudiantes están conscientes de sus propias aptitudes, inclinaciones y motivaciones para el trabajo universitario. Estas fuerzas se resumen por el tipo de universidades a las que aplican. Al mismo tiempo, el personal de admisión de las universidades invierten cientos de horas y energía en tratar de determinar quién triunfará en el campus. Evalúan y seleccionan usando la habilidad académica y el compromiso universitario. ¿Y si comparamos los resultados de aquellos que tuvieron las mismas aprobaciones o rechazos? Comparemos dos estudiantes de secundaria Maya y Mariana. Ambas admitidas a la UNC y Duke, pero no en Yale, calificadas en forma similar en cuanto a sus ambiciones y capacidad por las oficinas de admisión de estas tres universidades. Maya opta por ir a Duke porque su amiga va a ir allí, mientras que Mariana va a la UNC en Chapel Hill. [Mujer] ¡Vamos! [Josh] Maya y Mariana no son clones por supuesto y han escogido diferentes universidades por razones personales, pero, por otra parte, tienen mucho en común. Los factores personales que conducen a que escojan entre una u otra universidad pudieran no estar muy relacionados con sus salarios futuros. Juntar tantas comparaciones nos acercan muchísimo más a ceteris paribus. Notablemente, un modelo de regresión que controla los grupos de universidades a las que han aplicado y aprobado los estudiantes muestra que casi no hay diferencia entre los ingresos de los graduados de universidades públicas o privadas. En otras palabras, al promediar muchos casos como los de Maya y Mariana, el recargo de universidades privadas cae a cero. Maya, tal vez, disfrutó su educación cara en Duke, pero en promedio, estudiantes como ella no ganarán más en el mercado laboral que otros de universidades públicas comparables. Ese es un tremendo cambio en nuestra diferencia salarial de 14 % que favorece a los graduados de las universidades élite. La regresión tiene el poder de volver una oscura noche estadística en un claro día causal. Pero necesitarás saber un poco más antes de poder realizar la regresión con habilidad y confianza. [Narrador] Estás en camino de dominar la Econometría. Asegúrate de haber aprendido del video, respondiendo a las preguntas de práctica. O, si estás listo, haz clic en el siguiente video. También puedes visitar el sitio web de MRU para ver más cursos, recursos de enseñanza y mucho más. ♪ [música] ♪