¿Cómo aprendemos?
¿Por qué algunos aprenden
más fácilmente que otros?
Como ya he mencionado,
soy la doctora Lara Boyd.
Investigo el cerebro aquí en la
Universidad de British Columbia.
Estas son las preguntas que me fascinan.
(Vitoreos) (Aplausos)
La investigación del cerebro
es una de las grandes barreras
en la comprensión de
la fisiología humana,
y también en la consideración de
lo que nos hace ser lo que somos.
Estamos en una era maravillosa
para investigar el cerebro,
y puedo asegurarles
que tengo el trabajo más
interesante del mundo.
Lo que sabemos sobre el cerebro
está cambiando a un ritmo acelerado.
Y mucho de lo que pensábamos que sabíamos
y entendíamos del cerebro
ha resultado no ser cierto
o estar incompleto.
Algunas de estas ideas erróneas
son más obvias que otras.
Por ejemplo, solíamos pensar
que después de la niñez,
el cerebro no podía cambiar.
Y resulta que nada
más lejos de la verdad.
Otra idea errónea sobre el cerebro
es que solo usas partes de él
en momentos determinados
y lo silencias cuando no haces nada.
Bueno, esto tampoco es cierto.
Resulta que incluso cuando
estás en reposo
y no pensando en nada,
el cerebro está activo.
Ha habido avances tecnológicos,
como el IRM,
que nos ha permitido hacer estos y
muchos más importantes descubrimientos.
Y puede que el más apasionante,
el más interesante y transformador
de estos descubrimientos
sea que, cada vez que aprendes
un nuevo dato o habilidad,
cambias tu cerebro.
Es algo que llamamos neuroplasticidad.
Hace nada, 25 años, pensábamos
que después de la pubertad,
los únicos cambios que ocurrían
en el cerebro eran negativos:
la pérdida de células cerebrales
con la edad,
daños cerebrales, como una apoplejía.
Y después, los estudios comenzaron
a mostrar notables cantidades
de reorganización en el cerebro adulto.
Y la investigación consiguiente
nos ha mostrado
que todos nuestros comportamientos
cambian nuestro cerebro.
Que estos cambios no estén
limitados por la edad
son buenas noticias, ¿verdad?
Y de hecho, ocurren todo el tiempo.
Y muy importante,
la reorganización del cerebro
ayuda en la recuperación
después de que tu cerebro
haya sufrido daños.
La clave para cada uno de estos cambios
es la neuroplasticidad.
¿Cómo es esto?
El cerebro puede cambiar
de tres maneras principales
para estimular el aprendizaje.
La primera es química.
El cerebro realmente funciona
transfiriendo señales químicas
entre las células cerebrales,
lo que llamamos neuronas,
y esta serie de acciones
y reacciones en cadena.
Para estimular el aprendizaje
el cerebro puede aumentar la cantidad
a través de las concentraciones
de estas señales químicas
que tienen lugar entre las neuronas.
Debido a que este cambio
puede ocurrir rápidamente,
esto estimula la memoria a corto plazo
o la mejora a corto plazo del
funcionamiento de una habilidad motora.
La segunda manera en que el cerebro
cambia para estimular el aprendizaje
es alterando su estructura.
Durante el aprendizaje, el cerebro puede
cambiar las conexiones entre neuronas.
Aquí, la estructura física del cerebro
está cambiando
así que lleva un poco más de tiempo.
Este tipo de cambios están relacionados
con la memoria a largo plazo,
la mejora a largo plazo
de una habilidad motora.
Estos procesos interactúan, y les
mostraré un ejemplo de cómo lo hacen.
Todos hemos intentado aprender
una nueva habilidad motora,
tal vez tocar el piano,
tal vez aprender a hacer malabares.
Han tenido la experiencia
de volverse cada vez mejores
en una sola sesión de práctica,
y pensar, "Lo tengo".
Y después, tal vez vuelven
al siguiente día,
y todas esas mejoras del día
anterior se han perdido.
¿Qué ha pasado?
Bien, a corto plazo, el cerebro
ha sido capaz de aumentar
las señales químicas entre las neuronas.
Pero por alguna razón, esos cambios
no han inducido cambios estructurales
necesarios para estimular
la memoria a largo plazo.
Recuerden que la memoria a largo plazo
necesita su tiempo.
Y lo que ven a corto plazo
no refleja el aprendizaje,
son los cambios físicos
que ahora van a estimular
la memoria a largo plazo,
y los cambios químicos que estimulan
la memoria a corto plazo.
Los cambios estructurales pueden llevar a
redes integradas en regiones del cerebro
que funcionan conjuntamente
para estimular el aprendizaje.
También puede llevar a ciertas
regiones del cerebro
que son importantes para
comportamientos muy específicos
a cambiar su estructura o aumentar.
Aquí hay algunos ejemplos de esto.
La gente que lee Braille
tiene áreas táctiles más grandes
en su cerebro que los que no leemos.
La región motora de la mano dominante,
que está en el hemisferio izquierdo
si son diestros, es mayor
que la del otro lado.
Y los estudios demuestran
que los taxistas de Londres
que tienen que memorizar un mapa
de Londres para su licencia de taxi,
tienen mayores regiones cerebrales
dedicadas a la memoria espacial.
La última manera en que vuestro cerebro
cambia para estimular el aprendizaje
es alterando su función.
A medida que usan una región
del cerebro,
se vuelve más y más excitable
y fácil de usar con cada vez.
Y a medida que vuestro cerebro tiene
áreas que aumentan su excitabilidad,
el cerebro cambia cómo y cuándo
son activadas.
Con el aprendizaje, vemos
que redes enteras de actividad cerebral
se mueven y cambian.
Así que la neuroplasticidad se apoya
en cambios químicos, estructurales
y funcionales,
y estos tienen lugar por todo el cerebro.
Pueden ocurrir de manera aislada
entre ellos,
pero lo más común
es que ocurran en conjunto.
Juntas, estimulan el aprendizaje.
Y ocurren todo el tiempo.
Acabo de contar lo impresionantemente
neuroplástico que es el cerebro.
¿Por qué no pueden aprender
lo que quieran con facilidad?
¿Por qué nuestros hijos
a veces fracasan en el colegio?
¿Por qué según envejecemos
tendemos a olvidar cosas?
¿Y por qué la gente no se recupera
por completo de daños cerebrales?
Esto es: ¿Qué es lo que limita
y facilita la neuroplasticidad?
Eso es lo que yo estudio.
Estudio específicamente cómo se relaciona
con la recuperación tras una apoplejía.
Hace poco, la apoplejía pasó
de ser la tercera causa principal
de muerte en Estados Unidos
a ser la cuarta causa principal de muerte.
Buenas noticias, ¿verdad?
Pero en realidad, resulta
que el número de personas
que la sufren no ha disminuido.
Simplemente somos mejores en mantener
vivas a las personas tras un derrame.
Resulta que es muy difícil ayudar al
cerebro a recuperarse de un derrame.
Y, francamente,
hemos fracasado en el desarrollo de una
intervención de rehabilitación efectiva.
El claro resultado de esto es que
la apoplejía es la causa principal
de discapacidad a largo plazo
en adultos en el mundo;
los individuos con apoplejía
son más jóvenes
y tienden a vivir más
con esa discapacidad,
y la investigación de mi grupo muestra
que la calidad de vida de los canadienses
con apoplejía ha disminuido.
Claramente necesitamos mejorar
en la ayuda a la recuperación
de personas con apoplejía.
Este es un gran problema social
que no estamos solucionando.
Así que, ¿qué podemos hacer?
Una cosa es absolutamente clara:
el mejor conductor para un cambio
neuroplástico es el comportamiento.
El problema es que la dosis de
comportamiento, la dosis de práctica
requerida para aprender o reaprender
una habilidad motora,
es muy grande.
Y cómo conducir estas grandes
dosis de práctica de manera efectiva
es un problema muy difícil;
también es un problema muy caro.
El enfoque que he tomado
en mi investigación
es desarrollar terapias que preparan
al cerebro para aprender.
Y éstas incluyen simulaciones
del cerebro, ejercicio y robótica.
Pero a lo largo de mi investigación,
he advertido que una limitación mayor
al desarrollo de estas terapias que
aceleren la recuperación tras un derrame
es que los patrones de neuroplasticidad
varían de persona a persona.
Como investigadora, la variabilidad
me vuelve loca.
Hace muy difícil usar estadísticas
para probar tus datos y tus ideas.
Y debido a esto, los estudios
sobre intervención médica
están específicamente diseñados
para minimizar la variabilidad.
Pero en mi investigación,
se ha vuelto muy claro
que el dato más importante, más
informativo que hemos recogido
es la muestra de esta variabilidad.
Mediante el estudio del cerebro después
de una apoplejía, hemos aprendido mucho,
y creo que estas lecciones
son de valor para otras áreas.
La primera lección
es que el principal conductor de cambio
en el cerebro es el comportamiento,
así que no hay ninguna droga de
neuroplasticidad que puedan tomar.
Nada es más efectivo que la práctica
para ayudarte a aprender,
y al final lo que tienes que hacer
es ponerte a trabajar.
Y de hecho, mi estudio ha mostrado
que aumentar la dificultad,
el esfuerzo, durante la práctica,
realmente conduce tanto
a un mayor aprendizaje
como a un mayor cambio
estructural en el cerebro.
El problema es que la neuroplasticidad
puede funcionar en ambos sentidos.
Puede ser positiva, aprendes
algo nuevo,
y refinas una habilidad motora.
Y también puede ser negativa,
olvidas algo que una vez supiste,
te vuelves adicto a las drogas,
tal vez tengas dolores crónicos.
Así que vuestro cerebro
es tremendamente plástico,
y se modifica tanto estructural como
funcionalmente con todo lo que hacen,
pero también con todo lo que no hacen.
La segunda lección que hemos aprendido
sobre el cerebro
es que no hay un enfoque de "un-modelo
para-todos" en el aprendizaje.
No hay una receta para aprender.
Consideren la creencia popular de
que lleva 10 000 horas de práctica
aprender y dominar una nueva
habilidad motora.
Les puedo asegurar que
no es tan simple.
Para algunos de nosotros,
nos llevará mucha más práctica,
y para otros mucha menos.
Así que la alteración plástica
del cerebro es demasiado única
para que haya una sola intervención que
vaya a funcionar para todos nosotros.
Este dato nos obliga a considerar algo
llamado medicina personalizada.
Esta es la idea de que
para optimizar los resultados
cada individual necesita
su propia intervención.
Y la idea realmente viene de los
tratamientos del cáncer.
Y aquí resulta que la genética
es muy importante para emparejar
ciertos tipos de quimioterapia
con formas específicas de cáncer.
Mi investigación demuestra que esto
también se aplica para la apoplejía.
Hay ciertas características de la
estructura y función cerebrales
que llamamos biomarcadores.
Y estos biomarcadores han demostrado
ser de gran ayuda
y nos han ayudado a emparejar
terapias específicas con pacientes
individuales.
Los datos de mi laboratorio sugieren que
es una combinación de biomarcadores lo que
mejor predice el cambio neuroplástico
y los patrones de recuperación.
Y no es sorprendente, sabiendo lo
complicado que es el cerebro humano.
Pero también pienso que podemos considerar
este concepto de una manera más amplia.
Dada una única estructura y función
en cada uno de nuestros cerebros
lo que hemos aprendido de neuroplasticidad
tras una apoplejía se aplica a todos.
El comportamiento que emplean en
su día a día es importante.
Cada uno cambia su cerebro.
Y creo que debemos considerar
no solo la medicina personalizada, sino
también el aprendizaje personalizado.
La singularidad del cerebro les afectará
como aprendices y como profesores.
Esta idea nos ayuda a comprender
por qué algunos niños prosperan en
un ambiente de educación tradicional
y otros no;
por qué algunos aprendemos
lenguajes fácilmente
mientras otros pueden apuntarse a
cualquier deporte y especializarse.
Así que cuando salgan
de esta sala hoy,
su cerebro no será el mismo que
cuando entraron por la mañana.
Y creo que eso es realmente
impresionante.
Pero cada uno de Uds. habrá cambiado
su cerebro de manera diferente.
Comprender estas diferencias,
estos patrones individuales,
esta variabilidad y cambio
conducirá al próximo gran avance
en neurociencia;
nos permitirá desarrollar
intervenciones nuevas y más efectivas,
y nos permitirá emparejar
aprendices y profesores,
pacientes e intervenciones.
Y esto no solo se aplica a la
recuperación tras una apoplejía,
se aplica a cada uno de nosotros,
como padres, profesores, empresarios,
y también porque están en TEDx hoy,
como aprendices de por vida.
Estudien cómo y qué aprenden mejor.
Repitan esos comportamientos que
son saludables para su cerebro,
y rompan esos comportamientos
y hábitos que no lo son.
Practiquen.
El aprendizaje se basa en hacer
el trabajo que el cerebro necesita.
Así que las mejores estrategias
van a variar entre individuos.
Incluso van a variar
dentro de cada individuo.
Así que para Uds., aprender música
puede ser muy fácil,
pero aprender snowboard,
mucho más difícil.
Espero que se marchen hoy
con una nueva apreciación de lo
maravilloso que es el cerebro.
Uds. y su cerebro plástico son moldeados
por el mundo que les rodea.
Comprendan que todo lo que hacen,
todo con lo que encuentran, y todo
lo que experimentan cambia el cerebro.
Y eso puede ser para mejor,
pero también puede ser para peor.
Así que cuando se marchen hoy, vayan
y construyan el cerebro que quieren.
Muchas gracias.
(Aplausos)