En 1967, el senador demócrata Eugene
McCarthy se postuló a elecciones primarias,
aquí en New Hampshire, para desafiar
al presidente de su propio partido,
porque temía que el asunto moral
más importante, la Guerra de Vietnam,
iba a ser invisible en esa elección.
En cuatro meses, McCarthy fue de
casi nada en las encuestas
a casi vencer a Lyndon Johnson
en las elecciones primarias.
Y el único asunto sobre el que nadie
quería hablar
se convirtió en el asunto que
nadie pudo ignorar.
En el centro de nuestra democracia
existe una desigualdad básica.
No es la desigualdad de riqueza
—aunque ese es un problema—
o la desigualdad de discurso —aunque
muchos piensan que también es un problema—
sino la desigualdad de los ciudadanos.
La verdad de Jefferson de que
"Todos son creados iguales"
se ha convertido en el meme orwelliano de
que "unos son más iguales que otros".
Y con este cambio,
el compromiso central de una
democracia representativa
se ha perdido.
La desigualdad se muestra a sí misma
de mil maneras distintas.
Es la razón de que tengamos que decir:
"Las vidas de los negros importan"
Es la razón de que el congreso
se doblegue
para beneficiar a quienes
financian sus campañas.
Es la razón de que una gran proporción de
nosotros no desperdicie tiempo votando.
Es la razón de que el sistema,
como lo describió Elisabeth Warren,
esté amañado.
Amañado para bloquear reformas que
beneficiarían a la mayoría de estadounidenses,
amañado para ayudar a unos pocos:
aquellos con dinero para
financiar campañas políticas.
Necesitamos desafiar este sistema amañado
tal como McCarthy desafió a la guerra.
Necesitamos convertir a esto
en la primera prioridad
del próximo Presidente,
y del próximo Congreso,
porque hasta que lo corrijamos,
ninguna reforma sensible es siquiera posible.
A pesar de que todos los candidatos
importantes en las primarias presidenciales demócratas
han reconocido esta corrupción,
hasta ahora todos y cada uno de ellos
la han puesto de lado,
como que sin corregir primero,
el sistema amañado,
se pudiera lograr una ley
sobre el cambio climático
o límites sensatos a las armas;
como que sin antes corregir la forma
en que se financian las campañas,
pudiésemos reformar Wall Street,
o hacer frente a las empresas aseguradoras;
como si esta corrupción
fuera solo un detalle,
algo para resolver
"en el largo plazo";
como si arreglar la democracia
mediante el logro de la igualdad
fuese algo que puede esperar.
No puede esperar.
Esto debe terminar ahora.
Necesitamos una campaña que sea más
que otra disputa partidista.
Necesitamos una campaña
por un referéndum,
un referéndum que exprese
nuestro mandato claramente,
que acabe con esta desigualdad
y corrupción,
que nos de un gobierno
libre de dinero,
que nos de un Congreso,
con libertad de liderar
Así que esta es la idea
que queremos probar:
Un Presidente-Referéndum
un candidato que postule a la Presidencia
haciendo una única promesa,
que de ser elegido, servirá
el tiempo que tome
—pero únicamente el tiempo que tome—
aprobar esta reforma fundamental
para lograr finalmente la igualdad ciudadana.
Una vez que se apruebe esta reforma,
el Presidente renunciará
y el vicepresidente electo
se convertirá en Presidente
para acabar su período.
El candidato es el Referéndum.
La campaña es por el Referéndum.
Así que les pido
que me ayuden a financiar una campaña
para una Presidente-Referéndum,
para que podamos darle al próximo
y extraordinario Presidente
— ya sea Hillary o Bernie o Joe
o alguien más—
un Congreso que nos pueda representar
y un Congreso con libertad de liderar.
Y si logramos nuestra meta de financiamiento
y los candidatos principales
en las Primarias Demócratas
no se comprometen a hacer
esta reforma fundamental
la primera prioridad
de su administración,
entonces yo me postularé como
un candidato-Referéndum
Vincularía todos los temas
discutidos en la campaña
—desde cambio climático hasta
la deuda estudiantil—
a esta corrupción fundamental.
Haré que la igualdad ciudadana
sea central en esta elección.
Y si este referéndum vence,
su mandato sería tan poderoso
como sea posible
dentro de nuestro sistema político.
Esta sería la manifestación pacífica más
clara por la igualdad de la democracia
en nuestra vida.
No será fácil, lo entiendo.
Y sin dudas, debe haber
alguien mejor que yo.
He tratado de reclutarlos
y si alguien mejor conocido de verdad
se compromete a esta postulación
estaré feliz de hacerme a un lado.
Esta campaña no es acerca de una persona,
es acerca de un principio,
un principio estadounidense
que debemos reclamar:
que todos somos creados iguales
y que una Democracia debe
respetarnos a todos como iguales.
Por favor, donen lo que puedan
y, más importante aún,
por favor, compartan esto tanto como
puedan,
porque con la red,
podemos cambiar esta elección,
y si lo hacemos, también cambiaremos
todas las elecciones que vienen después.
Esta es nuestra oportunidad
para lograr que la democracia sea posible.
Necesitamos tomarla ahora.
[música]