EL GRAN DISEÑO Una Conferencia de G. EDWARD GRIFFIN Filmada el 22 de Agosto de 1968 Señoras y señores, Es realmente un placer poder darles la bienvenida a tantos de Ustedes en mi casa; no sólo a aquellos de Ustedes que realmente están aquí, pero también a aquellos Ustedes que están aquí indirectamente, a través de la película cinematográfica. Ahora, como Ustedes saben, el título de esta presentación es "El Gran Diseño". Pero yo debería explicar, desde el princípio, que el verdadero objeto detrás de ese título es: "La Política Exterior de Estados Unidos". Ahora me doy cuenta de que hay algunos que podrían pensar que yo estaba intentando ser gracioso o sarcástico con esa afirmación, porque desde hace mucho tiempo ha sido una visión generalmente acceptada el que nuestra política exterior ha sido tan chapucera y confusa, que no sería posible haber seguido ningún "diseño". Mucho menos uno "grande". Señoras y señores, el propósito de esta presentación es mostrar no solamente de que hay un "Gran Diseño", pero que ha sido la fuerza dominante constante detrás de absolutamente cada movimiento importante por parte de los Estados Unidos en el campo de la política exterior desde por lo menos el fin de la II Guerra Mundial. Este "Gran Diseño" ha proporcionado la motivación para todo lo que hemos hecho en el pasado. Y, a menos que se hagan algunos cambios básicos, determinará todo lo que haremos en el futuro. Ahora bien, independientemente de la opinión que uno tenga de ese "Gran Diseño", es la consecuencia de un poderoso y convincente argumento, una profunda declaración de filosofía y un engañoso y atractivo apelo a la razón. Y, señoras y señores, a menos que seamos capaces de contrarrestar ese argumento, y ofrecer una filosofía superior, continuaremos a ser como masilla en las manos de sus defensores. Así, es importante, para decir lo menos, que comprendamos qué es "El Gran Diseño". Analisarlo. Con el fin de descubrir sus fallos, si alguno hay. Y entonces, ofrecer una alternativa superior, si podemos. Eses tres requisitos, entonces, constituirán el contorno general del material y de las ideas a ser presentados aquí. Primero, identificación. Segundo, análisis. Y tercero, solución. Bien, para sumergir en el centro de este desafío, lo que voy a hacer ahora es abogar por el "Gran Diseño", como si realmente creyera en él. Lo que, con toda honestidad, alguna vez lo hice. De hecho, voy a enseñarles. De la misma manera que fue enseñado a mí, en la Universidad de Michigan. Ahora, siguiendo la forma de lo que podríamos llamar "un amplio silogismo", así es cómo el argumento empieza: 1. Estamos viviendo en una nueva era. Por supuesto que no se puede discutir eso. Siempre estamos viviendo en una nueva era. Sin embargo, se nos recuerda ese profundo hecho de una forma, más bien, elaborada: Estamos viviendo en una época de maravillosos e increíbles avances tecnológicos. Una época en la que los hombres viajan más rápidamente que la velocidad del sonido. En la que los satélites forjan nexos de comunicación entre continentes, en la que el espacio mismo se ha convertido en una ilimitada frontera de exploración... Y entonces, al final de esa lista de esos maravillosos y productivos logros científicos, siempre se nos recuerda, con insinuaciones siniestras, que nosotros también tenemos algo que ahora es llamada "la bomba". Fin de la etapa 1, listos ahora para la etapa 2: Por cierto, todo hasta este punto no sólo es cierto, es tan obviamente cierto, que no es realmente parte del argumento. Es simplemente lanzado al principio, como una especie de condicionante, para hacernos asentir con la cabeza, de acuerdo, con la esperanza de que el hábito nos lleve al próximo paso, que es donde la cosa se pone complicada y donde necesitamos estar mucho más en guardia. El próximo paso, entonces, la verdadera premisa del "Gran Diseño", es esto: Si la guerra total se desarrollara hoy entre las principales potencias, ambos lados perderían. Nadie podría salir adelante en ese tipo de guerra, todos perderían. No haría ninguna diferencia quienes eran los buenos tipos o quienes eran los malos. No haría ninguna diferencia saber quien empezó la guerra, o incluso si empezó por accidente. Ambos lados perderían. ¿Cierto? Ahora, habiendo reconocido la existencia de la bomba, y habiendo concluido que arriesgar una guerra es impensable, en esta era moderna, nos movemos ahora hacia el paso número 3. Que es éste: Una vez que los comunistas poseen armas nucleares, y una vez que seguramente ellos las utilizarían en su propia autodefensa, esto significa -- ¿no es así? -- que la victoria sobre el comunismo es imposible. Podemos desear que fuera posible. Podemos desear que estuviéramos viviendo en una época pasada, en la cual si uno tuviera un enemigo, podería afrontarlo en el abierto campo de batalla y quitárselo de encima. Podemos desear que un montón de cosas fueran diferentes en ese viejo mundo, Pero, en lugar de gemir y llorar y anhelar esas cosas que ya no son posibles, ¡crezcamos! ¡Seamos seres humanos maduros e inteligentes y afrontemos la vida del modo que ella realmente es! En lugar de vivir en un mundo de fantasía, soñando y anhelando esas cosas que queremos pero que no podremos tener nunca, en lugar de eso vamos a descubrir lo mejor que podemos tener y entonces trabajar por ello. ¿Cierto? Ahora el próximo paso: No nos es suficiente saber que la victoria es imposible. Para nuestra propia seguridad, debemos conducir nuestras relaciones exteriores de tal manera, que refleje ese conocimiento en el otro lado. Debemos ser extremadamente cuidadosos. Nunca dar al enemigo ninguna razón para cuestionar nuestras benignas intenciones. Debemos evitar utilizar cualesquiera palabras o cometer cualesquiera actos que puedieran siquiera sugerir que estamos persiguiendo el objectivo de la victoria. No nos podemos permitir apostar. ¿Y qué podría hacer el enemigo en respuesta? En otras palabras: no debemos asustar a los comunistas. O darles cualquier motivo para un pánico autodefensivo. De hecho, para avanzar un paso más, debemos evitar la tentación de siquiera ponerles a los soviéticos en situación embarazosa. a los ojos del mundo. ¿Lo ven? El argumento es que... es como estar encerrado en una jaula con un animal peligroso. No puedes salir de la jaula, y no puedes matar al animal. Entonces, ¿qué hace cuando él tiene hambre y se vuelve inquieto? Usted lo alimenta. Esperando que, si él está lleno y confortable y satisfecho, entonces él no va a comerle a Usted. Bueno, la gente que creó la política exterior norteamericana durante las dos últimas décadas, ven los Estados Unidos como estando encerrado en una jaula mundial, con un peligroso animal, llamado "Comunismo". No podemos salir de la jaula, obviamente. Y una vez que la victoria es imposible, acuérdense, nosotros no podemos destruir el animal. Así, para minimizar las posibilidades de que el comunismo se vuelva contra nosotros, eses estrategas no solamente han evitado asustar el animal -- con cualesquiera acciones públicas que él podría considerar erróneamente una amenaza para sí mismo --, como también han hecho todo lo posible para mantener la bestia alimentada, confortable y contenida. "Es en nuestro propio interés", ellos dicen. Para ver eses regímenes comunistas mantenerse razonablemente estables, si ellos necesitan trigo u otros productos agrícolas, envíeselos. Si ellos necesitan conocimiento industrial, invite sus científicos e ingenieros para una gira en nuestras fábricas, de modo que ellos puedan aprender como mejor producir. Si aún así ellos no pueden producir los bienes de los que necesitan, entonces envie nuestra propia gente allá para construir sus fábricas y establecer sus líneas de producción. Si eso no funciona, entonces véndales los productos en términos de créditos fáciles y no espere realmente que paguen. De hecho, si ellos necesitan dinero, ¡déselo también! Deles cualquier cosa de que necesiten, de modo que no se vuelvan inquietos y agresivos y, sí, tan duros como pueden parecer en la superficie. Es incluso en nuestro mejor interés. Ver que los regímenes comunistas pueden, con éxito, establecer revoltas anti-comunistas internas. Ahora bien, ¡nada de eso porque seamos pro-comunistas! Sólo porque somos personas maduras, objectivas e inteligentes, que reconocen que en esa moderna era nuclear no podemos permitirnos el riesgo para nuestra propia supervivencia, el riego inherente de tener un adversario tan poderoso luchando defensivamente para mantener su posición. Cierto, estamos listos ahora para el paso final en el "Gran Diseño". Que se ocupa de la cuestión de los objetivos alcanzables realistas. ¿Qué es lo mejor que podemos esperar lograr en esta nueva era con todas sus complejidades? ¿Cómo resolvemos ese dilema, antes de que ardamos todos en una nube de hongo de polvo nuclear? La respuesta que se nos ofrece es ésta: Debemos alentar al mundo comunista a moverse gradualmente hacia nosotros ideológica, política y económicamente. Mientras que, al mismo tiempo, debemos estar dispuestos a avanzar hacia ellos ideológica, política y económicamente, hasta el punto en que, con suerte, en un futuro no muy lejano, podremos fusionar nuestro sistema con el de ellos. Y, por supuesto, con el del resto del mundo, para formar algún tipo de Hermandad Mundial, una Unión Mundial, un Gobierno Mundial, para ser exacto. Lo que, por definición, sostendría un monopolio sobre todas esas armas de destrucción masiva y entonces una guerra nuclear entre naciones finalmente sería imposible, por la simple razón de que ya no habría cualquier nación, incluyendo la nuestra. Sólo quedaría un grupo de subdivisiones políticas desarmadas de un todo poderoso Gobierno Mundial. Por supuesto, los Grandes Diseñadores se burlan de la sugerencia de que una tal concentración de poder en un sólo lugar podría, perfectamente, ser adecuado para la total consolidación del control en las manos de un pequeño grupo de políticos mundiales hambrientos de poder. Ellos se burlan, especialmente, de la posibilidad de que ese poder caiga en las manos de los comunistas, a través de las tácticas utilizadas tan exitosamente por sus agentes que trabajan dentro de cada gobierno de coalición en los que alguna vez han participado. Se nos asegura que, dado que ese sería un gobierno de coalición mundial, por esa razón los comunistas no tratarían de tomar el poder, que estarían conformes con simplemente compartirlo. Bien, sin entrar en esa pequeña particular fantasía, sólo por el bien de la discusión, vamos a conceder el punto. Y asumir que un gobierno de coalición mundial con los comunistas realmente resultaría en una fusión de nuestros sistemas, más bien que en la dominación del de ellos sobre el nuestro. ¿Y entonces? Bien, en primer lugar, deberíamos estar dispuestos a renunciar a ciertas cosas que preferiríamos retener, como nuestra soberanía y nuestra independencia. En otras palabras, debemos estar dispuestos a cumplir los dictados políticos de la mayoría de las otras naciones. Un hombre, un voto, en una Democracía Mundial. Debemos fusionar nuestro sistema monetario con aquellos de otras naciones, para finalmente formar una moneda mundial. Debemos someter voluntariamente todas las disputas internacionales a un Tribunal Supremo Mundial y acatar esas decisiones independientemente del resultado. Y, sobre todo, debemos entregar nuestras armas más poderosas e incluso nuestros ejércitos, al control internacional para que el nuevo gobierno mundial posea el poder militar suficiente para obligar a las diversas subdivisiones políticas por la fuerza, si es necesario, para cumplir los dictados de sus leyes y los decretos de su Corte. Ahora bien, para estar seguros de que preferiríamos no tener que hacer ninguna de esas cosas -- porque, obviamente, si vamos a fusionarnos con otros países, otras culturas, otros sistemas legales e ideologías políticas, no podemos esperar que el mundo entero adopte nuestra forma de hacer las cosas -- será una situación de toma y daca, en la que habrá que buscar un denominador común, un término medio entre nuestro modo de vida y la manera en que se hacen las cosas en otras partes del mundo. Y, como es lógico, el resultado de tal compromiso de sistemas previsiblemente tendría que ser una mezcla de las volátiles dictaduras de América Latina, las costumbres tribales del África recién emergida y los regímenes socialistas de Europa y Asia. Agregue a este brebaje la necesidad de absorber las doctrinas y los métodos de los regímenes comunistas y es bastante obvio que tendremos que renunciar a ciertas tradiciones y costumbres apreciados y aprender a adaptarnos a una forma de vida sustancialmente diferente de la que nosotros hemos heredado. Pero, no será tan malo... Nos acostumbraremos a ello... Y las futuras generaciones no percibirán la diferencia. Además, nosotros realmente no tenemos elección en el tema. Es eso o la bomba. Entonces, sigamos con el trabajo de poner fin a nuestra propia nacionalidad, como ha sido definida historicamente. Ahora, señoras y señores, los hombres que han formulado este "Gran Diseño" se consideran como siendo parte de la élite intelectual. En otras palabras, en su opinión, ellos son un poco más inteligentes que el resto de nosotros. Sienten que el estadounidense medio no tiene la inteligencia o la capacidad suficiente para comprender la sabiduría de su "Gran Diseño". De hecho, están más preocupados por si suficientes estadounidentes de repente descubrieran lo que realmente estaba pasando. Puede que se descontrolaran e insistirían en que sus líderes hicieran algo tan tonto como estar dispuestos a un cambio. Así, para mantenernos contentos en las urnas y para evitar que hagamos demasiadas preguntas, algunas veces es necesario que ellos presenten una muy buena puesta en escena de oponerse firmemente a los comunistas, hacer algunas fuertes declaraciones nacionalistas de cuando en cuando. Y tal vez incluso involucrarnos en algunas guerras limitadas que, aunque claramente no se llevan a cabo de ninguna manera para poner en peligro al enemigo o debilitar su posición, aún con la pérdida diaria de vidas estadounidenses en una guerra de disparos contra los comunistas, ¿quién se atrevería a sugerir que nuestra política exterior es suave con el comunismo? Y de esta forma los Grandes Diseñadores confían en que el pueblo estadounidense seguirá satisfecho de que sus líderes se mantengan realmente firmes y hagan todo aquello que es humanamente posible. Pero, en realidad, señoras y señores, ellos están meramente ganando tiempo. Es su plan el que, los veteranos entre nosotros, aquellos de ustedes que ha sido criados con eses obsoletos y anticuados conceptos de patriotismo y amor por el país, que con el tiempo su generación morirá o al menos se convertirá en la voz minoritaria. Y al mismo tiempo están atrapando a las generaciones más jóvenes que vienen a través de las escuelas secundarias hacia las universidades, como me atraparon a mí. Y los Grandes Diseñadores están seguros que en sólo unos años más, especialmente si ellos pueden rebajar la edad para votar, la mayoría política del pueblo estadounidense puede ser condicionada a aceptar el completo abandono de nuestra soberanía nacional. Bien, ahora yo me doy cuenta de que para aquellos de Ustedes que nunca antes escucharon "El Gran Diseño" explicado en detalle, de esta forma, es casi imposible creer que es real. Y puede que haya algunos de Ustedes que se estén preguntando si tal vez yo no haya sólo soñado todo ello. Entonces, vamos a pasar ahora a las reales palabras y los documentos de eses hombres que no sólo respaldaron plenamente "El Gran Diseño", sino aquellos que han sido determinantes en crearlo en primer lugar. Y que ayudaron a ponerlo en práctica. Ahora, voy a intentar no aburrirles con muchas citas, pero para darles alguna idea de cuán real y consistente ese "Gran Diseño" es, creo que es necesario ofrecer ejemplos concretos de un amplio espectro de liderazgo estadounidense y durante un extenso lapso de tiempo. Porque la filosofía que yo acabo de resumir, ha sido sostenida y predicada durante muchos años, por los motores de opinión en los medios de comunicación, por Diputados y Senadores, por personal de alto rango en todas las agencias del gobierno federal, por Secretarios de Estado, Secretarios de Defensa, por jueces de la Suprema Corte, e incluso Presidentes de los Estados Unidos. Un buen lugar para empezar es con el discurso pronunciado por Joseph E. Johnston el 2 de Febrero de 1959. El Señor Johnston, cómo recordarán, fue con anterioridad el hombre número uno a cargo de la división de planificación de políticas de nuestro Departamento de Estado, pero al momento de estas declaraciones, era el Presidente del "Fondo de Dotaciones Carnegie Para La Paz Internacional". Una de las muchas fundaciones exentas de impuestos, que, en conjunto, gastan, cada año, millones de dólares, sólo para promover el "Gran Diseño". Hablando en un almuerzo en Nueva York, Joseph E. Johnston dijo -- y esta es una cita directa -- "a partir de ahora, cada decisión que enfrenta a los "Estados Unidos en este campo de política exterior, "debe ser tomada a la luz del hecho de que "una buena parte del país podría ser destruida. "Debemos estar preparados para luchar guerras limitadas. "Limitadas en relación a las armas y a los objetivos. "Para estabilizar la situación temporariamente. "Paliar el problema. Pero la victoria ya no es posible." Moviéndonos desde el Departamento de Estado, ahora para el Departamento de Defensa, al Pentágono, encontramos este artículo, difundido por Associated Press, el 4 de Febrero de 1968, y titulado "Reflexiones de Robert S. McNamara Tras Siete Años En Situación Difícil". Y yo creo que encontrarán más reveladora esta cita directa de nuestro ex Secretario de Defensa: "Quedó claro que no podíamos ganar una guerra nuclear estratégica. "El concepto de retaliación masiva fue descartado. "Entonces era necesario educar al público "Y al Congreso [en el sentido de] que no "podíamos vencer una guerra nuclear estratégica. "Lo dijimos de diferentes maneras durante un periodo de tiempo. "Yo considero que haber comunicado ese mensaje "ha sido nuestro mayor logro individual." Bien, en la transcripción de las audiencias ante la Comisión de Servicios Armados del Senado, el 25 de Febrero de 1966, otra vez encontramos a McNamara testificando, esta vez oficialmente, como nuestro Secretario de Defensa. Y él dijo: "Declarar la guerra en Vietnam "añadiría un nuevo elemento psicológico "a la situación internacional, una vez que, "en este século, las declaraciones de guerra "han llegado a implicar dedicación a la "destrucción total del enemigo. "Aumentaría el peligro de malinterpretar "nuestros verdaderos objetivos." La edición del 2 de Agosto de 1961 de los Registros del Congreso contiene una declaración del Senador Jay W. Fullbright, Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, y, por supuesto, un viejo exponente del "Gran Diseño". Aquí está lo que Fullbright dijo: "A largo plazo es muy posible que el principal problema "del liderazgo será frenar el deseo del pueblo estadounidense "de golpear a los comunistas, con todo lo que conseguimos. "Sobre todo, si hay más Cubas." Bien, volviendo al Departamento de Estado, encontramos que allá por 1962, el hombre que estaba operando la división de planificación de política exterior era Walt Rostow, asesor especial del Presidente Kennedy en Asuntos Exteriores. En un informe al Presidente, intitulado "Seguridad Nacional Básica", Rostow declaró: "Las crecientes tensiones o súplicas del público estadounidense "deben ignorarse en cualquier crisis con Rusia. "Debe evitarse la tentación de degradar "o avergonzar los soviéticos a los ojos del mundo." Si Usted se ha estado preguntando por qué parece que no podemos ganar ninguna guerra contra los comunistas, es simplemente porque... ¡Es nuestra política! ¡Ni siquiera avergonzarlos! Mucho menos derrotarlos. En 1963, la Agencia de Control de Armas y Desarme de los Estados Unidos financió un informe del Peace Research Institute [Instituto de Investigación de la Paz], publicado en abril de aquel año, e, aquí está lo que nuestros impuestos producieron: "Ya sea que lo admitamos o no, nos beneficiamos "enormemente de la capacidad del sistema policial soviético "de mantener la ley y el orden sobre los "200 millones de rusos y los muchos millones "adicionales en los estados satélites. "La ruptura del imperio comunista ruso hoy, "indudablemente conduciría a la libertad, "pero sería mucho más catastrófico para un Orden Mundial." En otras palabras, señoras y señores, de acuerdo con el "Gran Diseño", supuestamente es en nuestro propio auto-interés, para que el estado policial soviético siga intacto, para permanecer estable; y para mantener su control total sobre las naciones cautivas. Bueno, ese tipo de razonamiento nos lleva ahora a las páginas de uno de los más influyentes periódicos del mundo, "The New York Times". El 16 de Agosto de 1961, "The Times" publicó este editorial: "Debemos tratar de desalentar las revueltas "anticomunistas, para evitar derramamiento "de sangre y guerra. Debemos, bajo nuestros "principios, vivir con el mal, aunque, al hacerlo, "ayudemos a estabilizar los tambaleantes "regímenes comunistas y quizás incluso "exponer sedantes de libertad para frenar "la muerte por estrangulación." ¿No es chocante? Bien, si Usted acepta la premisa del "Gran Diseño", no debería ser. Es entonces simplemente la evaluación fría y objetiva de nuestras alternativas limitadas en esta era nuclear. Bien, vamos llevar esa filosofía ahora a su conclusión definitiva y ver qué los planificadores mundiales tienen a decir sobre el futuro papel de la soberanía estadounidense. Volviendo otra vez a las palabras del Senador Fullbright, encontramos este su libro, de lo más revelador, intitulado "Viejos Mitos y Nuevas Realidades". Y tenga en mente que fue escrito por el Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, una de las más influyentes Comisiones legislativas en Washington. En la página 25, el Senador Fullbright tiene esto a decir: "El problema para la política de los Estados Unidos no es definir lo que nos gustaría, "sino más bien cómo vivir con lo mejor que podemos obtener." Y luego, en la página 87, él continúa: "El concepto de soberanía nacional se ha vuelto, "en nuestro tiempo, un principio de anarquía internacional. "Nuestra supervivencia en este siglo, "bien puede depender de si tenemos "éxito en transferir al menos una pequeña parte "de nuestros sentimientos de lealtad y responsabilidad "desde la nación soberana a alguna comunidad política más grande." Y entonces otra vez él repite aquí en la página 108, sólo para que nadie malinterprete lo que él está tratando de decir: "La nación soberana ya no puede servir "como la unidad máxima de lealtad personal y responsabilidad." Bueno, yo creo que está bastante claro que muchos de nuestros líderes en Washington hace mucho han transferido porciones sustanciales de su lealtad personal y responsabilidad desde la nación soberana de los Estados Unidos hasta la más grande comunidad política llamada "Naciones Unidas". En sus propias mentes, es probable que se consideren a sí mismos como "ciudadanos del mundo" primero y "ciudadanos de lo Estados Unidos" segundo. En cualquier decisión donde os interesses dos Estados Unidos están en conflicto directo con aquellos de la comunidad política más grande, Ustedes pueden estar seguros de que los Estados Unidos terminará llevando la peor parte. Nuestro ex Secretario de Estado John Foster Dulles, en una conferencia en la Ohio Wesleyan University, intitulada "Hacia la Unidad Mundial", lo expresó de esta manera: "Lo que yo propongo inicialmente involucra "una organización dedicada al bienestar general, "la paz y el orden de la humanidad. "Y la asunción de una lealtad a ese objetivo, "superior al de cualquier lealtad nacional." Bueno, volviendo otra vez a las palabras de Walt Rostow, nuestro ex Jefe de División de Planificación de Políticas del Departamento de Estado, encontramos un resumen inusualmente abierto y franco de los objetivos del "Gran Diseño", detallado en su libro, "Los Estados Unidos en la Palestra Mundial", que, por cierto, fue subvencionado por la CIA. Volviendo aquí, a la página 549, Rostow dice: "Es un objectivo nacional legítimo de los "Estados Unidos ver eliminadas de todas las "naciones, incluído los Estados Unidos, "el derecho a usar una fuerza militar substancial "para perseguir sus propios intereses, "ya que ese derecho residual es la raiz de la "soberanía nacional. Por lo tanto, es un "interés de Estados Unidos ver el fin de la "nacionalidad como ha sido definida historicamente." Bien, el juez de la Suprema Corte, William Douglas, escribió un ensayo titulado "The Rule of Law in World Affairs" ["El Estado de Derecho en los Asuntos Mundiales"], publicado en 1961 por el Center for the Study of Democratic Institutions [Centro para el Estudo de las Instituciones Democráticas] que a su vez, por supuesto, es financiado por otras de esas fundaciones exentas de impuestos, "The Fund for the Republic" [el Fondo para la República]. En la página 32, Douglas escribió: "No hay razón para que nos enredemos "en los legalismos que marchan inexorablemente "para la conclusión de que se debe retener "la soberanía total incompleta, porque ahora "sabemos que cuando todas las naciones "presionan en ese sentido, todo el mundo "se enfrenta a la extinción "en un holocausto nuclear." Bueno, ¡ese es un resumen bastante preciso del "Gran Diseño"! En sólo dos oraciones se nos dice que es el Gobierno Mundial o la Bomba. Decidan. Por cierto, el tema general y el propósito de ese panfleto era generar apoyo público para aumentar el poder y el prestigio de la Corte Mundial de la ONU, y también para prestar apoyo a un impulso, en aquel momento, para la derogación de la Enmienda Connally. Ahora, sin involucrarnos demasiado en eso, debería explicarles que, cuando el Senado ratificó el Estatuto de la ONU de la Corte Internacional de Justicia y acordó comprometer los Estados Unidos a aceptar las decisiones finales de la Corte Mundial de la ONU, generalmente se entendía que el Tribunal nunca se inmiscuiría en nuestros asuntos puramente domésticos. Pero hubo algunos que temieron que, con el tiempo, la Corte Suprema Mundial comenzaría a encontrar formas legalistas para declarar que, lo que pensábamos que era estrictamente asunto nuestro y de nadie más, en un sentido más amplio, es también preocupación de la "humanidad". Entonces, para evitar que la Corte Suprema Mundial extienda su jurisdicción a nuestros asuntos locales de la misma manera en que la Corte Suprema Federal ha asumido, gradualmente, la jurisdicción sobre lo que una vez se consideraron asuntos locales de nuestros propios Estados, el Senado votó a favor de una enmienda al Estatuto, propuesta por el Senador Tom Connally. Esa enmienda sigue en pie y simplemente dice que lo que es o lo que no es un asunto doméstico de los Estados Unidos será determinado por los Estados Unidos, no por otras naciones o por la propia Corte Mundial. Por lo que es comprensible por qué los "Grandes Diseñadores" han sentido la necesidad de generar mayor apoyo público para la Corte Internacional Mundial y de revocar la Enmienda Connally. Ahora bien, el 4 de Abril de 1960, el Vice-Presidente Richard Nixon emitió una declaración bajo el sello oficial y el membrete de su oficina. Y esa declaración dice, en parte, lo siguiente: "Muchas personas bien "intencionadas han planteado la pregunta "básica de por qué una Corte Internacional "tiene el primer lugar. La respuesta, expuesta "en sus términos más sencillos "y contundentes, es que incluso las naciones "a las que nuestros amigos están vinculados, "tienen disputas. Si esas disputas no se "resuelven mediante negociaciones, la única "alternativa que queda es resolverlas por "la forza o por la ley, en un momento en "el que el uso de la fuerza significa "liberar armas nucleares que "destruirían la civilización. Todas las "personas sensatas están de acuerdo "en que debemos encontrar alguna "alternativa a la fuerza para resolver "disputas internacionales." Ahora bien, esa es realmente una increíble declaración porque, de paso, deberíamos tener en cuenta que la ley también es fuerza. Si las Cortes no tienen la policía y los ejércitos para apoyar sus decisiones con la fuerza, si necesaria, ¡entonces no hay ninguna ley! La ley ES fuerza. Legalizada. Y entonces, con esa realidad en mente, la declaración del Señor Nixon continúa: "Hay algunos hoy que creen que la perspectiva "del uso de armas atómicas para resolver "disputas internacionales es tan terrible, "que debemos establecer una nueva organización "mundial todo-poderosa, que tenga jurisdicción "sobre disputas entre naciones. "Yo no estoy de acuerdo con ese enfoque. "Yo creo que, en lugar de establecer "una nueva institución internacional, "tenemos que empezar a usar la que ya tenemos." Y entonces el Vice-Presidente Nixon continúa en su declaración y concluye con fuertes garantías de que no tenemos nada que temer y mucho a ganar revocando la Enmienda Connally. La institución internacional que ya tenemos, por supuesto, son las Naciones Unidas. La mayoría de los estadounidenses acepta de todo corazón la ONU, como una especie de sociedade de debates farsante. Pero puedo asegurarles que los Grandes Diseñadores tienen otros pensamientos y planes. El número de Mayo de 1964 del oficial "UN Montly Chronicle" ["Crónica Mensual de la ONU] contiene estos destellos hacia el futuro, a través de los ojos del Secretario General, quien pensaba: "Si queremos dar el "próximo paso hacia la Autoridad Mundial "y luego hacia el Gobierno Mundial, será "por el crecimiento en autoridad y prestigio de las Naciones Unidas y la Corte Internacional. "Se requiere alguna forma de maquinaria "internacional reguladora del gobierno "en el verdadero sentido de la palabra. "Una tal autoridad no puede consistir "meramente en una Constitución en papel "y debe estar basada en un cierto grado de poder." Bien, "un cierto grado de poder" no suena muy amenazador. Pero, ¿cuánto poder tomaría, hacer realidad la visión de un Gobierno Mundial? Bueno, obviamente, tomaría cualquier cantidad requerida para ser superior a la de cualquier subdivisión política debajo de él. Tendría que ser tan poderoso, que ninguna nación podría desafiarlo sin arriesgarse a una aniquilación nuclear a manos del ejército de la ONU. Pero, por supuesto, si eso sucediera, nadie podría oponerse porque no se llamaría un "acto de guerra". Sería una "maniobra de pacificación" por parte de las "fuerzas de paz". Y la nube de hongo surgiría de una "bomba pacificadora". Ahora bien, yo sé que eso debe sonar extraño para algunos de Ustedes. Así que volvamos al registro. En 1961, el Departamento de Estado publicó el documento "7277", un folleto titulado "Fredom From War" ["Libres de Guerra"]. Y el subtítulo explica qué es realmente: "El Programa de Estados Unidos Para El "General Y Completo Desarme En Un Mundo Pacífico". Ahora bien, esta fue nuestra propuesta presentada a la Asamblea General de las Naciones Unidas para desarmar y transferir a la ONU el control completo sobre nuestras armas atómicas, nuestros misiles y nuestro Ejército de Tierra, Armada y Ejército del Aire también. ¡Todo! Excepto lo que podríamos necesitar para una limitada función interna policial. Ahora bien, después de 18 páginas de propuestas detalladas, finalmente descubrimos, en lenguaje sencillo, el objetivo final de nuestro programa de desarme. Y eso, señoras y señores, es una cita directa: "El desarme proseguiría hasta un punto en "el que ningún Estado tendría el poder "militar para desafiar a la fuerza de paz progresivamente fortalecida de la ONU." Bueno, por supuesto, 1961 fue hace mucho tiempo. Y es cierto que la publicación del Departamento de Estado "7277" ya no es nuestra posición oficial sobre el desarme. Fue reemplazada por ésta: "Agencia de Desarme y Control de Armamentos", número 4, serie general 3. Y, como pueden ver, se titula "Anteproyecto para la carrera por la paz". En la página 33, encontramos la nueva posición: "Las partes en el Tratado fortalecerían "progresivamente las fuerzas de paz "de las Naciones Unidas, establecidas "en la etapa 2, hasta que éstas tuvieran "suficientes Fuerzas Armadas y armamentos, "para que ningún Estado pueda desafiarla." Y así ha ido, año tras año, revisión tras revisión. El objetivo básico de nuestras propuestas de desarme ha sido y es hoy el objetivo del "Gran Diseño". La creación de un verdadero Gobierno Mundial, con suficiente fuerza militar para obligar todas las naciones, incluida la nuestra, a obedecer. El número de Enero/Febrero de la revista "Vista", publicada por la "United Nations Association", presentó una entrevista exclusiva con el ex-Presidente Eisenhower, que trata exactamente de este asunto. La reportera, Mary Kersey Harvey, una editora senior de la revista "McCall", quería obtener la reacción del Presidente a una propuesta de Grenville Clark, que establecería un Ejército Mundial permantente de la ONU. Después de esbozar la propuesta de Clark para el Presidente Eisenhower, aquí está lo que la señorita Harvey informó: "El Presidente estudió el plan anterior rapidamente "y, como yo había esperado, cogió la pelota "y empezó a jugar con ella: "'Usted tendría -- empezó él a planear en voz alta -- 'Mariscales Mundiales, comparables a nuestros 'mariscales estadounidenses, respaldados 'por Fuerzas Armadas. Incumplimiento con 'las leyes de la ONU y se envían las fuerzas de la ONU.' "Él orquestó eso con alguna lentitud. "'Y, también -- él martilleó -- la ONU necesita 'poder nuclear'. Él se vino encima de la palabra "nuclear". 'Tome este ejemplo', "se apuró en decir, 'Usted tiene dos países 'en una disputa sobre fronteras. 'La ONU ordena que la materia sea sometida 'a la Corte Internacional. Uno o ambos 'los contendientes se niegan a someterse 'al arbitraje obligatorio. La ONU, que 'ya tiene en su poder una flota 'de submarinos armados con ojivas nucleares, 'desplegada en todo el mundo, ordena 'uno de los submarinos que se dirija al area. 'Se dice entonces al mundo que si se 'dispara por cualquier motivo que sea, 'una arma táctica nuclear será lanzada 'sobre el territorio en disputa. 'Si esa amenaza falla en evitar el conflicto armado, 'entonces Usted lo respaldará con acción.'" Y eso, señoras y señores, es el "Gran Diseño" para prevenir la guerra nuclear. Bueno, esas son todas las citas y muestras que el tiempo permite, lo que de alguna manera es desafortunado, porque los ejemplos que he usado hasta ahora han sido un poco pesados con los republicanos. Si tuviera más tiempo, podría equilibrarlo y luego tener todo el mundo enojado conmigo. Pero, en serio, señoras y señores, es tan fácil de encontrar los sentimientos expresados aquí en los altos rangos de uno de los dos grandes partidos, como del otro. El "Gran Diseño" no tiene absolultamente nada que ver con política partidista. Esos hombres no son tanto republicanos [de derechas] o demócratas [de izquierdas] como son "políticos mundiales". Ellos tienen cosas más grandes con que ocupar sus mentes que meras etiquetas de partidos. Para ellos, la política partidaria es sólo un juego para divertir las masas que anhelan la espectacularidad de grandes convenciones nacionales, la emoción de las campañas partidistas y la emoción de emitir un voto en la ilusión de que, de alguna manera, están realmente ayudando a decidir los asuntos importantes de la actualidad. Pero con poquísimas excepciones, durante las dos últimas décadas, el votante estadounidense ha tenido que hacer su elección entre el "Gran Diseño A" y el "Gran Diseño B". Es siempre una fuente de asombro para mí, cuando escucho a alguien criticar nuestros líderes por confundirse en el area de política exterior, de revertir su posición, de hacer mal su trabajo, y de no tener objetivos de largo plazo. Esos hombres no están haciendo mal su trabajo. Están actuando de acuerdo con un plan definido y bien elaborado y están ejecutando ese plan con brillante precisión. Puede que nos guste o no el plan, pero no nos engañemos pensando que no existe uno. Bueno, por mi parte, a mi no me gusta el plan. Y Ustedes pueden preguntarse por qué no. Como recordarán, yo anteriormente dije que cuando me expusieron por primera vez el "Gran Diseño", me pareció un argumento convincente. Después de todo, cada uno de esos pasos parece progresar lógicamente uno hacia el otro. Así que, habiéndome tomado tanto tiempo simplemente para exponer y explicar un punto de vista que ya no accepto, creo que lo menos que puedo hacer ahora es ofrecer las razones por haber cambiado de opinión. Y exponer lo que considero ser los errores fatales del "Gran Diseño". Señoras y señores, hay al menos dos grandes falacias que deben entenderse si queremos superar los argumentos de contención, coexistencia, acomodación y fusión definitiva con el comunismo mundial. Em primer lugar, la premisa detrás de esos argumentos está mal y Usted sabe que no puede hacer mucho con una pieza de lógica, si empieza con una premisa falsa. La premisa subyacente al "Gran Diseño" es esta: Si la gerra total se desarrollase entre grandes potencias hoy... Bueno, paremos aquí, porque ya lo hemos pasado. Regresemos todo el camino hasta la primera palabra: "SI". "SI". Señoras y señores, ¿cuándo vamos a convencernos que la guerra total se está librando contra nosotros ahora mismo y lo ha sido por un largo tiempo? Y por "guerra total" quiero decir guerra "total". No sólo guerra militar. Estamos tan acostumbrados a pensar en términos de los conceptos de guerra anticuados, en los que las armas primarias eran pistolas y bombas, que no nos dimos cuenta de que, por primera vez en la Historia, nos enfrentamos a un enemigo que ha dominado el concepto de "guerra total". La Tercera Guerra Mundial, que se libra alrededor nuestro en este momento, es una guerra política, guerra económica, una guerra psicológica, una guerra espiritual, y una guerra militar. Pero el aspecto militar es el menos importante de todos. importante de todos. La única forma en que la estrategia militar juega un papel en el proyecto comunista, es en forma de tácticas de guerrilla, con la intención de crear caos interno y anarquía, para crear el tipo de condiciones propicias a la rápida toma de centros de poder por un pequeño grupo de revolucionarios organizados y bien entrenados. Ese es el único tipo de estrategia militar que Usted encontrará en los manuales comunistas, ya sean escritos por Lenin, Mao Zedong o Che Guevara. E incluso ese tipo de limitada actividad militar nunca podría ser exitosa sin el combate simultáneo de la guerra no militar. Las bandas guerrilleras comunistas no tendrían ninguna oportunidad de tener éxito en la mayoría de los países, sin que otros comunistas operaran en secreto entre la gente para crear la apariencia de apoyo popular. Operando dentro de los medios de comunicación para generar propaganda y operando dentro del mismo gobierno para crear las necesarias corrupción, disputas y aparentes ineficiencias para evitar que aquel gobierno se mueva fuertemente contra los grupos guerrilleros. En Cuba, por ejemplo, casi todo el mundo se acuerda de que cuando Batista huyó del país un ejército de más de 45.000 soldados se rindió, sin luchar, a sólo aproximadamente 18.000 revolucionarios liderados por Castro. Pero muy poca gente sabía que el General que entregó esas fuerzas era, él mismo, un miembro del Partido Comunista en Cuba. Un ejemplo perfecto de la estrategia no millitar de infiltración y traición produciendo una victoria militar aparente. Las armas favoritas de la conquista comunista no son armas de destrucción masiva en las manos de los soldados usando un uniforme reconocible. Son, en cambio, propaganda. Una sesgada visión de la Historia. La predicación del odio para incitar el desorden civil. Las tácticas de subversión interna, traición, chantaje, la calumnia, asasinato político, todo cometido por soldados que no usan uniforme y quienes alegan ser ciudadanos leales del país alvo marcado para la conquista desde dentro. Así es como el comunismo se ha propagado por el mundo, no con ejércitos invasores o bombas. Y es extremadamente improbable que hubieran abandonado esa estrategia no militar, que ha sido tan efectiva para ellos, justo en el cenit de su éxito. Ahora bien, sin duda la bomba es la más poderosa arma en el arsenal comunista. Pero es como un arma psicológica, no como un arma militar que los soviéticos han ganado más, usando la bomba como un arma psicológica, de lo que ellos no hubieran podido nunca si la hubiera utilizado como un arma militar. Bajo la constante amenaza de la aniquilación nuclear hemos aceptado concesiones, compromisos y derrotas, unos tras otros, que hubieran sido impensables sin aquel espectro de una gigante seta nuclear profundamente fijada en nuestro subconsciente. De hecho, la bomba, como un arma psicológica, está siendo lanzada sobre el pueblo estadounidense cada día. Películas como "On the Beach", "Seven Days in May", "Dr. Strangelove", "Fail Safe", "Planet of the Apes", esas películas bien producidas y entretenidas han hecho un trabajo realmente profesional en el sentido de fortalecer, subconscientemente, al menos, la premisa del "Gran Diseño". Las películas cinematográficas, por supuesto, no son la única fuente de condicionamiento de la mente del público. Radio, televisión, libros, revistas y periódicos, todos ellos han colaborado con el mensaje que, más o menos, se nos ha metido en la cabeza. Sigue bastante bien el padrón presentado en este folleto ilustrado, titulado "Let There Be a World" ["Deja que haya un mundo], escrito por Felix Greene. Greene es bien conocido, en los círculos de ultraizquierda, como un importador de películas de propaganda de la China Roja y por sus conferencias y películas de exaltación de las virtudes de la vida bajo el comunismo en Asia. Por cierto, yo conseguí esto no hace mucho en la librería comunista en Los Angeles. La "librería progresista", como es llamada. De vez en cuando doy un vistazo por allí, sólo para descubrir qué es lo que los progresistas y los intelectuales están leyendo hoy en día. Y esto es un ejemplo clásico. Página tras página de fotografías bellamente reproducidas, todas describiendo, en el más mínimo detalle, los horrores de la guerra nuclear y las bellezas del desarme y de la paz. Echemos un vistazo a algunos de estos. Y, realmente, sólo para empezar, vemos aquí, al inicio, la bola de fuego y la nube de hongo. Luego, los cuerpos calcinados de Hiroshima y Nagasaki. Recordatorios sombríos del dolor y sufrimiento de cualquier guerra. Pero, particularmente, de la guerra nuclear. Y luego, para aquellos de nosotros con una imaginación débil, se nos muestra qué podría suceder a nuestras ciudades. De acuerdo con este mapa, si una de las super bombas fuera lanzada en la Isla de Manhatan, podríamos tachar todo, despejar Bridgeport, Connecticut. Y las consecuencias se encargarían del resto, probablemente, claramente, California. Hablando en consecuencias, ellos tienen una seción especial aquí, sólo para las señoras. Conservados en frascos de formaldehido, estos son los grotescos restos tras la autopsia de pequeños bebés nacidos muertos deformes, supuestamente como resultado de las consecuencias radioactivas. Bueno, ¿qué mujer puede mirar para esto? o ¿qué hombre, en todo caso -- sin algún tipo de reacción emocional duradera -- incluso contra la mera idea de arriesgar una guerra nuclear? Bueno, aquí, graficamente presentado, está lo que, al menos supuestamente, es la única forma en que podemos evitar que eso nos suceda. Desarme, por supuesto. Y, finalmente, atrás, en el final, el apelo a la fibra sensible. "Deja que haya un mundo". Es realmente bastante bien hecho, creo. Ustedes deben dar crédito a esa gente, por saber como comercializar una idea. Por cierto, esas son generalmente las mismas personas a quienes les gusta etiquetar los anticomunistas como siendo "traficantes de miedo". Bueno, con respecto a este específico libro, no estoy diciendo que estas imágenes son falsas o que los efectos devastadores de la guerra nuclear han sido exagerados para el público, para fines de propaganda. Aunque hay ahora mucha evidencia para apoyar eses dos argumentos. Pero ese no es el punto. El punto es que los productores de películas, los comentaristas de televisión y los editores, que son tan creativos en su habilidad para transmitirnos todos los horrores de la muerte bajo una bomba nuclear, por alguna razón nunca se mueven para retratar el hecho de que hay otras maneras horribles de morir. Se nos muestra el hongo nuclear, pero no las fosas comunes o los dispositivos de tortura que existen detrás de las cortinas de hierro y de bambú. Se nos muestra los cuerpos calcinados en Hiroshima y Nagasaki, pero no los rostros demacrados de los muertos vivientes en los campos de concentración soviéticos. o los cadáveres mutilados de civiles inocentes hechos pedazos por comunistas terroristas en un país tras otro. No es que no haya imágenes como esas. Es sólo que rara vez se nos permite verlas. O que nos recordemos de ellas a través de los acceptados canales de comunicación de masa. Ahora bien, aquí están sólo dos ejemplos, entre muchos, que podrían ser ofrecidos. Dos documentos que han estado fácilmente disponibles por un largo tiempo. Ellos contienen material que casi ha sido totalmente negado al pueblo estadounidense. El primero es un panfleto del gobierno, titulado "Lest We Forget" ["No lo olvidemos"] Un resumen pictórico del comunismo en acción. Consiste principalmente en fotografías, contrabandeadas de Europa del Este, que proporcionan prueba documental de las atrocidades comunistas cometidas en aquellas tierras para liquidar la oposición anti-comunista y para aterrorizar a la gente hacia la sumisión. Ahora bien, no hay toque profesional aquí, pero las fotos aún cuentan la historia. Tenemos las fosas comunes, cámaras de tortura a prueba de sonido, y, bueno, supongo que se diría que serían las lastimosas víctimas de un deliberado programa de hambruna masiva. ¿Saben? Es realmente dificil de creer que estos niños, incluso hasta la edad de 2 años, se murieron de hambre, de esta manera, en campos de trabajos forzados comunistas. Pero ahora, el otro ejemplo es este folleto titulado "On the Morning of March 15th" ["En la mañana de 15 de Marzo"]. Y consiste en fotografías y descripciones objetivas de los resultados de un ataque terrorista comunista en el norte de Angola en la mañana del 15 de Marzo de 1961. Más de 200 europeos y 300 africanos fueron fueron asesinados sólo aquel día. Más de 50 lugares ampliamente separados, a lo largo de un frente de 650 km, fueron atacados casi simultaneamente. En la mayoría de los lugares, cada hombre, mujer, niño y bebé, cada criatura viviente, incluso los gatos y los perros, fueron asesinados de la manera más brutal y sádica que se pueda imaginar. Bien, aquí están algunas de las fotografías menos nauseabundas, que apenas necesitan descripción. ... ¿Saben? Ver esa imagen del bebé en la cuna me recuerda una historia que, perdónenme señoras, debo leer. Pese a que me enferma hacerlo. "Un grupo de unos 400 terroristas atacaron "la granja experimental en el puente. "Uno de los pocos supervivientes de ese ataque, Manuel Lourenço Alves, "relata lo sucedido: 'El asalto empezó a 'las 6 de la mañana y todas la casas en la granja, 'ya pertenecieran a los europeos, africanos o mulatos, 'fueran atacadas simultaneamente. 'Las mujeres fueron arrastradas fuera de sus casa con sus niños. 'Delante de las madres, los terroristas entonces empezaron 'a cortar las piernas y los brazos de los niños. 'Y entonces empezaron a jugar un grotesco juego de fútbol 'con los cuerpos crispados. 'Las mujeres y las chicas fueron entonces 'llevadas lejos, despojadas de sus ropas, 'violadas y cortadas.'" Señoras y señores, he discutido esas escenas, y mostrado esas imágenes, no por cualquier deseo de ser sensacionalista, créanme. Pero meramente para ayudar a equilibrar las escalas de nuestro juicio. Para enfatizar el casi olvidado hecho, hoy día, de que ¡hay otras horribles maneras de morir! Maneras, de hecho, que hacen que el instantáneo flash de una bomba nuclear parezca misericordioso por comparación. Y tengan en cuenta que esas otras horribles formas de morir no son el resultado de un evento que sucedió hace casi un cuarto de siglo. Estamos hablando de eventos que están sucediendo ahora mismo a miles de seres humanos indefensos en algún lugar, todos los días. Millones cada año. Y no estamos examinando el resultado desafortunado de un esfuerzo para acabar una larga y sangrienta guerra. Esos increíbles actos de brutalidad son el deliberado trabajo premeditado de hombres cuyo único propósito es la destrucción de la vida humana y de los valores humanos. Pero estamos tan saturados de propaganda por la paz y del espectro de la nube de hongos, que raramente tenemos la ocasión de reflexionar sobre esos hechos. Debido a esa exposición unilateral, millones de estadounidenses han sido condicionados, sin siquiera saberlo, a temer el horror de la guerra nuclear mucho más de lo que temen el terror de una paz comunista. Los comunistas han estado ganando esta guerra porque han dominado el arte de la "guerra total". Mientras nosotros hemos estado condicionados a acobardarnos en temerosa expectativa de una guerra limitada unicamente a armas de destrucción masiva. Y así, la premisa del "Gran Diseño" empieza de inmediato con una defectuosa suposición. En lugar de preguntarnos qué pasaría si la guerra total se desarrollara, debemos despertar para el hecho de que estamos en una "guerra total", ahora mismo, por nuestra propia supervivencia. Y en lugar de permitirnos volvernos afligidos con una fijación en la guerra nuclear, debemos reconocer que, porque la estrategia comunista es la que es, las posibilidades de que esa guerra alguna vez involucre un intercambio de ojivas nucleares es tan remota, como para ser casi incalculable en la ecuación general. Pero eso no es todo lo que está mal con el "Gran Diseño". Otra falacia que debe ser expuesta de una vez por todas es la absurda conclusión de que la victoria es imposible. Señoras y señores, la victoria no sólo es posible, es inevitable. Déjenme repetir eso, porque es tan importante: Se Ustedes no se acuerdan de nada, más de lo que yo he dicho, acuérdense de esto: la victoria no sólo es posible, es inevitable. La única pregunta es: ¿para cuál lado? Es inconcebible que las fuerzas de la libertad y las fuerzas de la esclavitud puedan coexistir lado a lado indefinidamente. Uno u otro va a triunfar. En nuestra vida. Y si Usted desea satisfacer su curiosidad en cuánto a de qué lado, todo lo que Usted tiene que hacer es coger un trozo de papel, un lápis y un papel cuadriculado, y marque un lado con los años empezando en 1945. En el otro lado, usando cualquier medida que desea, marque el nivel relativo de prestigio, poder e influencia de los Estados Unidos y del comunismo mundial. Trace el progreso, a través de los años, justo hasta el presente. Y creo que encontrará altamente instructivo el gráfico de barras resultante, con casi ninguna desviación en la línea. El poder del comunismo mundial se ha estado moviendo continuamente hacia arriba. Mientras que la de los Estados Unidos se ha estado moviendo y hundiendo desde una nueva profundidad a otra. Tome una regla, entonces, y proyecte esas dos líneas hacia el futuro. Y Usted puede ver, de una forma muy gráfica, que a menos que haya algunos cambios drásticos en la política exterior de los Estados Unidos -- una política que ha sido seguida consistentemente por todas las administraciones y ambos partidos políticos desde 1945 -- nosotros vamos a perder. Es tan simple como eso. Ahora bien, no me malinterprete. No soy un profeta de la perdición. No estoy diciendo que VAMOS a perder. Sólo estoy diciendo que para que tengamos cualquier oportunidad de ganar, debemos primero despertar para la realidad de aquel "Gran Diseño" que es la política exterior de los Estados Unidos. Y entonces debemos ponernos a cambiarla. Eso, por supuesto, nos lleva a la tercera y última pregunta: ¿Cambiarla para el qué? Ahora, señoras y señores, es mejor aguantarse para esta próxima parte, porque lo sé, por experiencia, que el terreno adelante se vuelve bastante áspero en algunos lugares. Algunos de Ustedes van a sorprenderse y el resto probablemente profundamente asustado porque yo voy a proponer mi propio "Gran Diseño". Yo lo llamo "El Gran Diseño para la Victoria". Y no es para los cobardes. Paso 1: en mi "Gran Diseño" para la victoria está la premisa de que nosotros tenemos que ser capitanes de nuestro propio barco. Debemos restaurar nuestra independencia militar, económica y política, de los estrangulados enredos de ese Gobierno Mundial en ciernes llamado Naciones Unidas. En lugar de eliminar nuestras mejores armas, deberíamos eliminar todos los programas de desarme y aquellos que los proponen. Como deberíamos haber aprendido en Pearl Harbor, las naciones desarmadas y militarmente despreparadas están mucho más propensas a involucrarse en la guerra que aquellas completamente preparadas para contraatacar. La mejor manera de preservar la paz es estar preparado para la guerra. Y la mejor manera de acabar con la carrera armamentista es moverse tan lejos del frente, que incluso deja de ser una carrera. Ahora bien, en lugar de buscar formas de diluir nuestros principios y nuestras tradiciones al punto en que pueden ser aceptados y fusionados con aquellos de la mayoría del mundo, deberíamos esforzarnos realmente para mejorar y renovar nuestro "American Way of Life" ["modo de vida americano"] incluso más allá de los estándares actuales y entonces dejar que el resto del mundo siga nuestro ejemplo, si ellos lo desean. Con relación al comunismo mundial, debemos hacer frente al hecho de que lo admitamos o no, nos guste o no, estamos ahora involucrados en la Tercera Guerra Mundial. Una guerra total en la que, lo que está en juego no es nada menos que nuestras vidas y nuestras libertades. Y en esta guerra nuestro objetivo no debe ser contención o coexistencia con el comunismo, debe ser la victoria sobre el comunismo, para que incluso supervivamos. No es que lo queramos de esta manera. Es sólo que no tenemos otra opción. Ahora bien, antes de dar su asentimiento a ese objetivo de victoria ante el comunismo, déjenme aclarar lo que eso significa. No estoy pensando en términos de esas frases vacías y tópicos que, tan a menudo, caen de los labios de los políticos. Cuando digo "victoria sobre el comunismo", quiero decir exatamente eso. Independientemente de que los comunistas elijan avanzar por fuerza militar abierta o si esa fuerza si manifiesta en la forma de un Bloqueo de Berlin o una guerra de guerrillas de Vietnam de la así llamada "liberación nacional", no importa qué forma tome, debe ser destruida inmediatamente por fuerza militar superior. Y noten que yo no dije "jaque mate". Yo dije "destruido". El crimen internacional no sólo debe ser detenido, debe ser castigado. Ahora bien, la pregunta que se precipita a la mente en este punto es: ¿Qué pasa con el peligro de escalada? Señoras y señores, el objetivo total de la guerra militar, una vez que estalla, es escalarlo lo más rápido posible más allá de la resistencia del enemigo, para que él deje de luchar. Sin la escalada, la matanza continúa sin parar, sin final a la vista. De hecho, ningún objetivo digno de sacrificio. "Acudan a la mesa [de negociaciones]", decimos a los matones comunistas. "No queremos hacerles daño. "Todo lo que pedimos es que dejéis "de matar a la gente por un tiempo, "lo suficiente para que celebremos una conferencia "para ver si podemos negociar algo "para vosotros, que vosotros queráis..." Me pregunto cuántos de Ustedes estarían dispuestos a dar sus vidas por ello. Y, sin embargo, ese es el objetivo por el que hemos pedido a más de un millón de estadunidenses de uniforme que estén dispuestos a morir, si necesario. Y yo no creo que valga la pena una sola gota de sangre estadounidense. Cuando se pone a un joven en uniforme y se le pide que enfrente a un enemigo en un combate mortal, es mejor dar a ese chico todas las posibilidades en el mundo para ganar, de modo que pueda volver a casa. Y eso, señoras y señores, significa escalada. En el sudeste de Asia, en lugar de combatir las fuerzas comunistas en el terreno, en cambio de mano de obra, deberíamos haber seguido la propuesta del General MacArthur, de llevar la guerra directamente a los centros nerviosos de la base de origen del enemigo, usando nuestro poder aéreo superior. Luchar en tierra, hombre por hombre, contra la ilimitada reserva de población de la Asia comunista, es casi la única manera en la que los Estados Unidos posiblemente podría perder una guerra. Destruir desde el aire las fuentes de suministro y liderazgo. Entonces, la guerrilla que combate en el terreno luego se marchitaría a no más que un problema de policía local. Cuando el enemigo de repente se da cuenta de que las cartas ya no están apilladas en su favor, de que él ya no tiene sanctuarios privilegiados y de que incluso podría perder algo por empezar una guerra, él vendrá a esta mesa de paz, tan rápido, que dejará a uno confuso. Y cuando él llegue allí, sólo hay una cosa que discutiremos con él: sus términos de rendición. Nada más. Ahora bien, cualquier plan serio para la victoria sobre el comunismo debe reconocer la necesidad de aceptar la ayuda de todos los aliados dispuestos y fiables. Aún en Corea y, otra vez, en Vietnam, los nacionalistas chinos nos han rogado aceptar más de medio millón de sus bien entrenadas, completamente equipadas, fuertemente motivadas tropas, ya sea para luchar junto a nuestros chicos o para reemplazarlos por completo. Y nos negamos a aceptar. ¿Por qué? Bien, por supuesto, no es realmente tan dificil entender cuando se recuerda el "Gran Diseño". Si alguna vez a los chinos nacionalistas les fuera alguna vez permitido entrar en lo que es basicamente su propia batalla contra la China Roja, podrían simplemente obtener un impulso para casa, a tierra firme. Podrían no parar cuando llegaran a Yalu o a la zona desmilitarizada. De hecho, ellos podrían incluso intentar vencer. Y eso arruinaría todo. Pero ese es precisamente mi punto. En lugar de acobardarse y temblar de miedo ante la temida posibilidad de que la China Roja entrara en una guerra, deberíamos esperar y rezar para que los chinos anti-comunistas y los coreanos y los vietnamitas arrastraran la China Roja a una guerra, gritando y pateando. Y entonces, desencadenando revueltas internas, liberara su pueblo del yugo de la esclavitud comunista de una vez por todas. Y no debemos alejarnos de esa apuesta si realmente vamos en serio acerca de la victoria. Porque nuestro objetivo no debe ser simplemente mantener a los comunistas fuera de la Corea del Sur, o del Vietnam del Sur. Eso no es victoria, eso es contención. Debería incluir la eliminación de los comunistas de Corea del Norte, de Vietnam del Norte, de la China Roja, de Cuba, de Europa del Este, y de la primera nación cautiva, Rusia misma. Del mismo modo que no podíamos descansar en la Segunda Guerra Mundial, hasta que el último vestigio del Nazismo fuera erradicado de todas partes, por diez veces esa razón no podemos esperar nunca, hoy, tener paz o seguridad hasta que el último régimen comunista sea eliminado de la faz de la tierra. No es que deseemos que las cosas sean así. Es que no tenemos otra opción. Bien, señoras y señores, si esto suena arriesgado, es porque lo es. No nos engañemos: la propuesta que acabo de esbozar es un negocio muy arriesgado. La única cosa más arriesgada es el "Gran Diseño" que ahora estamos siguiendo. Porque si continuamos por ese camino, no tenemos ninguna posibilidad para nuestra supervivencia. Ahora bien, eso no significa que tenemos que invadir todos eses países con soldados. Y ciertamente no significa que deberíamos ir por ahí soltando la bomba en todo el mundo. Y si están pensando que eso es lo que mi propuesta implica, entonces eso es una indicación bastante precisa de que aún piensan en términos de guerra a la vieja usanza. Ahora bien, es cierto que, ocasionalmente, cada vez que las condiciones parecen las correctas, los comunistas recurren a la fuerza bruta y a tácticas semi-militares para avanzar su causa. Cuando eso ocurre, entonces la contienda claramente debe ser vencida con medios militares. Pero, a causa de la naturaleza misma de la estrategia comunista, esos puntos calientes nunca han sido y nunca serán más que tácticas de distracción para implementar la estrategia más grande en la guerra total. Que es predominantemente no militar. Así como estamos perdiendo esta guerra a través de medios no militares, si alguna vez esperamos ganarla, tendremos que hacerlo a través, exactamente, a través de los mismos medios no militares. Déjeme darle unos pocos rápidos ejemplos de como eso puede ser logrado. En primer lugar, y el más obvio de todos, debemos detener todo el comercio y toda la ayuda a regímenes comunistas. Dejemos eses llamados "paraisos socialistas" intentar existir por su propios sistemas vinculados a la improductividad y burocracia, para variar, sin poder correr hacia el Tío Sam cada vez que se meten en un lío y veamos cuánto tiempo duran. ¡No creo que duren dos años! En segundo lugar, propongo que reconozcamos todos los regímenes comunistas. Reconocerlos --y esto es -- por lo que ellos son: nuestros enemigos mortales. Y si hacemos eso, entonces retiramos de ellos la representación diplomática. No más invitar sus líderes a cenar en la Casa Blanca Y enviamos sus agentes de espionaje, que se hacen pasar por diplomáticos, transportados desde nuestras costas. Ahora bien, nuestra estrategia no militar para la victoria sobre el comunismo mundial debe tomar en cuenta que nuestros aliados más fuertes y nuestro mayor ejército ya están dentro del campo enemigo. Pero esa gente cautiva detrás de las cortinas de hierro y de bambú han aprendido de la manera más difícil que aunque los líderes estadounidenses hablan mucho sobre la libertad mundial, cuando llega la hora de la verdad, ellos no hacen lo que de ellos se espera. ¿Quiere conocer alguna gente amarga? Hable con unos pocos refugiados húngaros o con algunos cubanos cuyos seres queridos fueron abandonados en "Bay of Pigs" [la Bahía de Cochinos]. Nunca olvidaré una conversación con un joven húngaro luchador por la libertad. Él describió cómo, por meses, antes de la revuelta, transmisores de radio estadounidenses en Europa habían estado transmitiendo para Hungría, alentando a la gente a rebelarse y prometiendo total apoyo. Ahora bien, para hombres y mujeres que están luchando por sus vidas, "total apoyo"no significa "apoyo moral" y buenos deseos. Significa armas y munición. Y entonces, cuando la revuelta finalmente estalló, este joven contó cuán seguros él y sus amigos estaban, de que los Estados Unidos vendría en su ayuda después de todo lo que prometimos. Todos los días, a través de la radio, ellos suplicaban desesperadamente al mundo libre por suministros militares, especialmente bazucas y granadas de mano, algo que fuera eficaz contra los tanques soviéticos que estaban formando un anillo de hierro alrededor de Budapest. Y, entonces, ellos irían al aeropuerto y esperaban. Finalmente, allá por el cuarto día, un avión de transporte estadounidense circuló el campo para aterrizar. Y cuando ellos levantaron la vista y vieron esa grande, hermosa estrella en el lado del avión, él dijo que empezaron a llorar como bebés, porque, al fin, los estadounidenses habían venido. Cuando el avión aterrizó, ellos estaban tan ansiosos por saber qué tipo de armas habían sido enviadas, que treparon a bordo y empezaron a abrir las cajas de madera directamente con las manos. ¿Saben lo que encontraron? Leche en polvo. ¡Ellos estaban aturdidos! ¡No podían creerlo! Y entonces uno de ellos tuvo la idea de que, tal vez, los estadounidenses habían sido lo bastante listos como para camuflar su envío ocultando granadas de mano o, al menos, balas, dentro de las latas. Y entonces, obtuvieron un abrelatas y empezaron desesperadamente a abrir una lata tras otra. Pero cada una era lo mismo: leche en polvo. En realidad, fue revelado más tarde que, al mismo tiempo, nos estábamos negando a ofrecer cualquier ayuda real a los luchadores por la libertad húngaros. Nuestro Departamento de Estado envió un comunicado a la Yugoslavia comunista, -- y así, indirectamente, a todo el mundo comunista --, que dejaba claro que no tomaríamos ninguna medida para evitar que los soviéticos abandonaran esa revuelta en Hungría. El mensaje decía como sigue: "Los Estados Unidos mira con desaprobación "a los gobiernos poco amistosos con la Unión Soviética en las fronteras de la Unión Soviética." Y, una vez que Hungría se encuentra en la frontera con la Unión Soviética, con aquella garantía de no intervención de los Estados Unidos, el destino de los luchadores por la libertad húngaros estaba sellado. Pero, volviendo al joven refugiado que contaba la historia: Después de describir la escena en el aeropuerto, él me miró y dijo: "Cuando nosotros "necesitamos vuestra ayuda, "vosotros elegísteis, en cambio, ser amigos de los soviéticos. "Mi pueblo jamás volverá a creer "en los Estados Unidos otra vez. "O al menos mientras la bandera de los Estados Unidos "sobrevuele su Embajada en Budapest, "como un recordatorio, para nosotros, "de que su Embajador de buena voluntad "sigue intercambiando saludos cordiales "con nuestros odiados amos. "El día en que bajéis vuestra bandera "y llaméis de vuelta a casa su embajador, "en ese día mi pueblo luchará otra vez." Y esas son casi sus palabras exactas. He tenido razones para reflexionar sobre esa declaración muchas veces, desde entonces. Y he llegado a la conclusión de que, si a los pueblos cautivos detrás de las cortinas de hierro y de bambú alguna vez se les hubiera dado cualquier motivo para creer que estábamos realmente de su lado, en lugar de buscando acomodación con sus amos, estoy convencido de que ellos hubieran tenido el valor de levantarse como uno sólo y derrocado a sus regímenes comunistas, de la misma manera que se les impuso desde el principio y desde dentro. Y nosotros no hubiéramos tenido que disparar ni un tiro. Pero tenemos que dejar de ayudar a los comunistas. Tenemos que parar de dignificar sus líderes como representantes legítimos del pueblo. Y tenemos que mantenernos firmes por el cambio y declarar abiertamente, de palabra y acción, nuestra dedicación intransigente a la victoria sobre el comunismo en todas partes del mundo. Señoras y señores, ese probablemente sería un lugar fácil para mí, en donde terminar. Tres aplausos para la victoria. Pero no es del todo tan simple. Yo sería menos que honesto con Ustedes si lo cerrara en este punto. Porque todavía nos falta una consideración final muy importante. Aunque sea cierto que la bomba es, principalmente, un arma psicológica hoy, y aunque las posibilidades son microscopicamente pequeñas de que la bomba sería usada para nuestra victoria, o nuestra derrota, sin embargo no podemos descartar, completamente, la posibilidad. No importa cuán remota, ella todavía existe. Ahora bien, ¿cuál es nuestra posición? ¿Renunciamos a la idea completa y volvemos ciegamente a la esperanza de que de alguna manera podemos coexistir, al menos por un poco de tiempo más, de forma que podamos disfrutar la vida al máximo, en el tiempo que nos queda? Creo que no. Tengo demasiada fe en el pueblo estadounidense. Una vez que él comprende del todo cuál es la elección. Diciéndolo sin rodeos, señoras y señores, si no estamos dispuestos a arriesgar nuestras vidas, nuestras hermosas ciudades, y todas las cosas materiales que valoramos, por eses principios en los cuales creemos, entonces, ¿cómo podemos tener la audacia de enviar a nuestros hijos a un campo de batalla extranjero, y pedirles que den sus vidas por eses principios? ¿Sus vidas son menos preciosas que las nuestras? En lo que a mí respecta, cuando enviamos a aquel primer soldado estadounidense a la batalla, cuando le pedimos por primera vez que estuviera dispuesto a dar su vida por nosotros, pusimos a toda la nación en la línea detrás de él. Y si no estamos dispuestos a hacer eso, entonces este ya no es el hogar de los valientes, ni mucho menos la tierra de la libertad. Bien, eses son los pesados pensamientos que dejo con vosotros. Y yo no sé bien cómo cerrar esta presentación sin correr el riesgo de sonar casi cursi. Porque el sentimiento que quiero expresar aquí, a menudo ha sido ridiculizado como siendo cursi. Pero para mí está lejos de eso. Es un artículo de fe, que necesita ser reafirmado en la mente pública, abiertamente, sin vergüenza o bochorno. Y es sencillamente esto: Como estadounidenses, hoy, somos realmente un pueblo privilegiado en una tierra privilegiada. Pero con nuestras bendiciones vienen responsabilidades. Y con responsabilidades, vienen riesgos. El desafío de nuestro tiempo es que es que debemos aceptar las responsabilidades de nuestras bendiciones y los riesgos involucrados en defenderlos para nosotros y para las futuras generaciones. Y debemos hacer eso, sin dudarlo, para que seamos dignos beneficiarios de esa preciosa herencia de libertad, que se nos ha pasado a través de los sacrificios épicos de aquellos que se han ido antes. Ahora bien, eso no es chovinismo. Y no es patriotismo cliché. Es una simple declaración de las obligaciones de la ciudadanía, en esta gloriosa tierra. Nuestra tierra. Que, con la ayuda de Dios, debemos preservar. ¡Gracias! Traducción por Helga Maria Saboia Bezerra