EL GRAN DISEÑO
Una Conferencia de G. EDWARD GRIFFIN
Filmada el 22 de Agosto de 1968
Señoras y señores,
Es realmente un placer poder darles
la bienvenida a tantos de Ustedes en mi casa;
no sólo a aquellos de Ustedes que realmente están aquí,
pero también a aquellos Ustedes que están aquí indirectamente,
a través de la película cinematográfica.
Ahora, como Ustedes saben,
el título de esta presentación
es "El Gran Diseño".
Pero yo debería explicar, desde el princípio,
que el verdadero objeto detrás de ese título es:
"La Política Exterior de Estados Unidos".
Ahora me doy cuenta de que hay algunos
que podrían pensar que yo estaba intentando ser
gracioso o sarcástico con esa afirmación,
porque desde hace mucho tiempo
ha sido una visión generalmente acceptada
el que nuestra política exterior ha sido
tan chapucera y confusa,
que no sería posible haber seguido ningún "diseño".
Mucho menos uno "grande".
Señoras y señores,
el propósito de esta presentación es mostrar
no solamente de que hay un "Gran Diseño",
pero que ha sido la fuerza dominante constante detrás
de absolutamente cada movimiento importante
por parte de los Estados Unidos en el campo de la política exterior
desde por lo menos el fin de la II Guerra Mundial.
Este "Gran Diseño" ha proporcionado la motivación
para todo lo que hemos hecho en el pasado.
Y, a menos que se hagan algunos cambios básicos,
determinará todo lo que haremos en el futuro.
Ahora bien, independientemente de la opinión
que uno tenga de ese "Gran Diseño",
es la consecuencia de un poderoso y convincente argumento,
una profunda declaración de filosofía
y un engañoso y atractivo apelo a la razón.
Y, señoras y señores, a menos que
seamos capaces de contrarrestar ese argumento,
y ofrecer una filosofía superior,
continuaremos a ser como masilla en las manos
de sus defensores.
Así, es importante, para decir lo menos,
que comprendamos qué es "El Gran Diseño".
Analisarlo.
Con el fin de descubrir sus fallos, si alguno hay.
Y entonces, ofrecer una alternativa superior,
si podemos.
Eses tres requisitos, entonces, constituirán
el contorno general del material
y de las ideas a ser presentados aquí.
Primero, identificación.
Segundo, análisis.
Y tercero, solución.
Bien, para sumergir en el centro de este desafío,
lo que voy a hacer ahora es abogar por
el "Gran Diseño", como si realmente creyera en él.
Lo que, con toda honestidad,
alguna vez lo hice.
De hecho, voy a enseñarles.
De la misma manera que fue enseñado a mí,
en la Universidad de Michigan.
Ahora, siguiendo la forma de lo que podríamos
llamar "un amplio silogismo",
así es cómo el argumento empieza:
1. Estamos viviendo en una nueva era.
Por supuesto que no se puede discutir eso.
Siempre estamos viviendo en una nueva era.
Sin embargo, se nos recuerda ese profundo hecho
de una forma, más bien, elaborada:
Estamos viviendo en una época de maravillosos
e increíbles avances tecnológicos.
Una época en la que los hombres viajan más
rápidamente que la velocidad del sonido.
En la que los satélites forjan nexos
de comunicación entre continentes,
en la que el espacio mismo se ha convertido
en una ilimitada frontera de exploración...
Y entonces, al final de esa lista de esos
maravillosos y productivos logros científicos,
siempre se nos recuerda, con insinuaciones
siniestras, que nosotros también tenemos algo
que ahora es llamada "la bomba".
Fin de la etapa 1, listos ahora para la etapa 2:
Por cierto, todo hasta este punto
no sólo es cierto,
es tan obviamente cierto,
que no es realmente
parte del argumento.
Es simplemente lanzado al principio,
como una especie de condicionante,
para hacernos asentir con la cabeza,
de acuerdo, con la esperanza de que
el hábito nos lleve al próximo paso,
que es donde la cosa se pone complicada
y donde necesitamos estar mucho más en guardia.
El próximo paso, entonces, la verdadera premisa
del "Gran Diseño", es esto:
Si la guerra total se desarrollara hoy
entre las principales potencias,
ambos lados perderían.
Nadie podría salir adelante en ese tipo de guerra,
todos perderían.
No haría ninguna diferencia quienes eran
los buenos tipos
o quienes eran los malos.
No haría ninguna diferencia saber quien empezó la guerra,
o incluso si empezó por accidente.
Ambos lados perderían.
¿Cierto? Ahora, habiendo reconocido
la existencia de la bomba,
y habiendo concluido que arriesgar una
guerra es impensable, en esta era moderna,
nos movemos ahora hacia el paso número 3.
Que es éste:
Una vez que los comunistas poseen armas nucleares,
y una vez que seguramente ellos las utilizarían
en su propia autodefensa,
esto significa -- ¿no es así? -- que
la victoria sobre el comunismo es imposible.
Podemos desear que fuera posible.
Podemos desear que estuviéramos viviendo
en una época pasada, en la cual
si uno tuviera un enemigo, podería afrontarlo
en el abierto campo de batalla y quitárselo de encima.
Podemos desear que un montón de cosas
fueran diferentes en ese viejo mundo,
Pero, en lugar de gemir y llorar y anhelar
esas cosas que ya no son posibles,
¡crezcamos!
¡Seamos seres humanos maduros e inteligentes
y afrontemos la vida del modo que ella realmente es!
En lugar de vivir en un mundo de fantasía,
soñando y anhelando esas cosas que queremos
pero que no podremos tener nunca,
en lugar de eso vamos a descubrir lo mejor
que podemos tener y entonces trabajar por ello.
¿Cierto? Ahora el próximo paso:
No nos es suficiente saber que la victoria es imposible.
Para nuestra propia seguridad,
debemos conducir nuestras relaciones exteriores
de tal manera, que refleje ese conocimiento en el otro lado.
Debemos ser extremadamente cuidadosos.
Nunca dar al enemigo ninguna razón para cuestionar
nuestras benignas intenciones.
Debemos evitar utilizar cualesquiera palabras
o cometer cualesquiera actos
que puedieran siquiera sugerir que estamos
persiguiendo el objectivo de la victoria.
No nos podemos permitir apostar.
¿Y qué podría hacer el enemigo en respuesta?
En otras palabras: no debemos asustar a los comunistas.
O darles cualquier motivo para un pánico autodefensivo.
De hecho, para avanzar un paso más,
debemos evitar la tentación de siquiera
ponerles a los soviéticos en situación embarazosa.
a los ojos del mundo.
¿Lo ven? El argumento es que... es como estar
encerrado en una jaula con un animal peligroso.
No puedes salir de la jaula, y no puedes matar al animal.
Entonces, ¿qué hace cuando él tiene hambre y se vuelve inquieto?
Usted lo alimenta.
Esperando que, si él está lleno y confortable y satisfecho,
entonces él no va a comerle a Usted.
Bueno, la gente que creó la política exterior norteamericana
durante las dos últimas décadas,
ven los Estados Unidos como estando
encerrado en una jaula mundial, con un peligroso
animal, llamado "Comunismo".
No podemos salir de la jaula, obviamente.
Y una vez que la victoria es imposible, acuérdense,
nosotros no podemos destruir el animal.
Así, para minimizar las posibilidades de
que el comunismo se vuelva contra nosotros,
eses estrategas no solamente han evitado
asustar el animal -- con cualesquiera acciones públicas
que él podría considerar erróneamente
una amenaza para sí mismo --, como
también han hecho todo lo posible para mantener
la bestia alimentada, confortable y contenida.
"Es en nuestro propio interés", ellos dicen.
Para ver eses regímenes comunistas mantenerse
razonablemente estables, si ellos necesitan
trigo u otros productos agrícolas, envíeselos.
Si ellos necesitan conocimiento industrial,
invite sus científicos e ingenieros para
una gira en nuestras fábricas, de modo que
ellos puedan aprender como mejor producir.
Si aún así ellos no pueden producir los bienes
de los que necesitan, entonces envie
nuestra propia gente allá para construir sus
fábricas y establecer sus líneas de producción.
Si eso no funciona, entonces véndales
los productos en términos de créditos fáciles
y no espere realmente que paguen.
De hecho, si ellos necesitan dinero, ¡déselo también!
Deles cualquier cosa de que necesiten,
de modo que no se vuelvan inquietos y agresivos
y, sí, tan duros como pueden parecer en la superficie.
Es incluso en nuestro mejor interés.
Ver que los regímenes comunistas pueden, con éxito,
establecer revoltas anti-comunistas internas.
Ahora bien, ¡nada de eso porque seamos pro-comunistas!
Sólo porque somos personas maduras,
objectivas e inteligentes, que reconocen
que en esa moderna era nuclear no podemos
permitirnos el riesgo para nuestra propia
supervivencia, el riego inherente de tener
un adversario tan poderoso luchando defensivamente
para mantener su posición.
Cierto, estamos listos ahora para el paso
final en el "Gran Diseño".
Que se ocupa de la cuestión de los objetivos alcanzables realistas.
¿Qué es lo mejor que podemos esperar lograr
en esta nueva era con todas sus complejidades?
¿Cómo resolvemos ese dilema, antes de que
ardamos todos en una nube de hongo de polvo nuclear?
La respuesta que se nos ofrece es ésta:
Debemos alentar al mundo comunista a
moverse gradualmente hacia nosotros
ideológica, política y económicamente.
Mientras que, al mismo tiempo, debemos estar
dispuestos a avanzar hacia ellos
ideológica, política y económicamente,
hasta el punto en que, con suerte, en un
futuro no muy lejano, podremos fusionar
nuestro sistema con el de ellos.
Y, por supuesto, con el del resto del mundo,
para formar algún tipo de Hermandad Mundial,
una Unión Mundial, un Gobierno Mundial, para ser exacto.
Lo que, por definición, sostendría un monopolio
sobre todas esas armas de destrucción masiva
y entonces una guerra nuclear entre naciones
finalmente sería imposible, por la simple
razón de que ya no habría cualquier nación,
incluyendo la nuestra. Sólo quedaría un grupo
de subdivisiones políticas desarmadas de
un todo poderoso Gobierno Mundial.
Por supuesto, los Grandes Diseñadores se
burlan de la sugerencia de que una tal concentración
de poder en un sólo lugar podría, perfectamente,
ser adecuado para la total consolidación
del control en las manos de un pequeño grupo
de políticos mundiales hambrientos de poder.
Ellos se burlan, especialmente, de la posibilidad
de que ese poder caiga en las manos de los
comunistas, a través de las tácticas utilizadas
tan exitosamente por sus agentes que trabajan
dentro de cada gobierno de coalición
en los que alguna vez han participado.
Se nos asegura que, dado que ese sería un gobierno de coalición mundial,
por esa razón los comunistas no tratarían de tomar el poder,
que estarían conformes con simplemente compartirlo.
Bien, sin entrar en esa pequeña particular fantasía,
sólo por el bien de la discusión,
vamos a conceder el punto. Y asumir que
un gobierno de coalición mundial con los comunistas
realmente resultaría en una fusión de
nuestros sistemas, más bien que en la
dominación del de ellos sobre el nuestro.
¿Y entonces?
Bien, en primer lugar, deberíamos estar dispuestos a renunciar a ciertas cosas
que preferiríamos retener, como nuestra soberanía y nuestra independencia.
En otras palabras, debemos estar dispuestos a cumplir
los dictados políticos de la mayoría de las otras naciones.
Un hombre, un voto, en una Democracía Mundial.
Debemos fusionar nuestro sistema monetario con aquellos
de otras naciones, para finalmente formar
una moneda mundial.
Debemos someter voluntariamente todas las disputas internacionales a un
Tribunal Supremo Mundial y acatar esas decisiones
independientemente del resultado.
Y, sobre todo, debemos entregar nuestras armas más poderosas e incluso
nuestros ejércitos, al control internacional para que el nuevo gobierno mundial
posea el poder militar suficiente para obligar
a las diversas subdivisiones políticas por la fuerza, si es necesario,
para cumplir los dictados de sus leyes y los decretos de su Corte.
Ahora bien, para estar seguros de que preferiríamos no tener que hacer
ninguna de esas cosas -- porque, obviamente,
si vamos a fusionarnos con otros países, otras culturas,
otros sistemas legales e ideologías políticas,
no podemos esperar que el mundo entero adopte
nuestra forma de hacer las cosas --
será una situación de toma y daca, en la que habrá
que buscar un denominador común,
un término medio entre nuestro modo de vida
y la manera en que se hacen las cosas
en otras partes del mundo.
Y, como es lógico, el resultado de tal compromiso de sistemas
previsiblemente tendría que ser una mezcla
de las volátiles dictaduras de América Latina,
las costumbres tribales del África recién emergida
y los regímenes socialistas de Europa y Asia.
Agregue a este brebaje
la necesidad de absorber las doctrinas y
los métodos de los regímenes comunistas
y es bastante obvio que tendremos que
renunciar a ciertas tradiciones y costumbres
apreciados y aprender a adaptarnos a una forma de vida
sustancialmente diferente de la que nosotros hemos heredado.
Pero, no será tan malo...
Nos acostumbraremos a ello...
Y las futuras generaciones no percibirán la diferencia.
Además, nosotros realmente no tenemos elección en el tema.
Es eso o la bomba.
Entonces, sigamos con el trabajo de poner
fin a nuestra propia nacionalidad, como ha
sido definida historicamente.
Ahora, señoras y señores, los hombres que
han formulado este "Gran Diseño"
se consideran como siendo parte de la
élite intelectual. En otras palabras, en
su opinión, ellos son un poco más
inteligentes que el resto de nosotros.
Sienten que el estadounidense medio no
tiene la inteligencia o la capacidad suficiente para
comprender la sabiduría de su "Gran Diseño".
De hecho, están más preocupados por
si suficientes estadounidentes de repente
descubrieran lo que realmente estaba pasando.
Puede que se descontrolaran e insistirían
en que sus líderes hicieran algo tan tonto
como estar dispuestos a un cambio.
Así, para mantenernos contentos en las urnas
y para evitar que hagamos demasiadas preguntas,
algunas veces es necesario que ellos presenten
una muy buena puesta en escena de oponerse
firmemente a los comunistas, hacer algunas
fuertes declaraciones nacionalistas de cuando en cuando.
Y tal vez incluso involucrarnos en algunas
guerras limitadas
que, aunque claramente no se llevan a cabo
de ninguna manera para poner en peligro
al enemigo o debilitar su posición, aún
con la pérdida diaria de vidas estadounidenses
en una guerra de disparos contra los comunistas,
¿quién se atrevería a sugerir que nuestra
política exterior es suave con el comunismo?
Y de esta forma los Grandes Diseñadores
confían en que el pueblo estadounidense seguirá
satisfecho de que sus líderes se mantengan
realmente firmes y hagan todo aquello que
es humanamente posible.
Pero, en realidad, señoras y señores,
ellos están meramente ganando tiempo.
Es su plan el que, los veteranos entre nosotros,
aquellos de ustedes que ha sido criados
con eses obsoletos y anticuados
conceptos de patriotismo y amor por el país,
que con el tiempo su generación morirá
o al menos se convertirá en la voz minoritaria.
Y al mismo tiempo están atrapando a las
generaciones más jóvenes que vienen
a través de las escuelas secundarias hacia
las universidades, como me atraparon a mí.
Y los Grandes Diseñadores están seguros
que en sólo unos años más, especialmente
si ellos pueden rebajar la edad para votar,
la mayoría política del pueblo estadounidense
puede ser condicionada a aceptar
el completo abandono de nuestra soberanía nacional.
Bien, ahora yo me doy cuenta de que para
aquellos de Ustedes que nunca antes escucharon
"El Gran Diseño" explicado en detalle, de esta forma,
es casi imposible creer que es real.
Y puede que haya algunos de Ustedes que
se estén preguntando si tal vez yo no haya
sólo soñado todo ello.
Entonces, vamos a pasar ahora a las reales palabras y
los documentos de eses hombres que no sólo
respaldaron plenamente "El Gran Diseño",
sino aquellos que han sido determinantes
en crearlo en primer lugar. Y que ayudaron
a ponerlo en práctica.
Ahora, voy a intentar no aburrirles con
muchas citas, pero para darles alguna idea
de cuán real y consistente ese "Gran Diseño" es,
creo que es necesario ofrecer ejemplos
concretos de un amplio espectro de liderazgo
estadounidense y durante un extenso lapso de tiempo.
Porque la filosofía que yo acabo de resumir,
ha sido sostenida y predicada durante muchos años,
por los motores de opinión en los medios de comunicación,
por Diputados y Senadores, por personal de
alto rango en todas las agencias del gobierno federal,
por Secretarios de Estado, Secretarios de Defensa,
por jueces de la Suprema Corte, e incluso
Presidentes de los Estados Unidos.
Un buen lugar para empezar es con el discurso
pronunciado por Joseph E. Johnston
el 2 de Febrero de 1959.
El Señor Johnston, cómo recordarán, fue con anterioridad el hombre
número uno a cargo de la división
de planificación de políticas de nuestro
Departamento de Estado, pero al momento
de estas declaraciones, era el Presidente
del "Fondo de Dotaciones Carnegie Para
La Paz Internacional". Una de las muchas fundaciones
exentas de impuestos, que, en conjunto, gastan,
cada año, millones de dólares, sólo para
promover el "Gran Diseño".
Hablando en un almuerzo en Nueva York, Joseph E. Johnston
dijo -- y esta es una cita directa --
"a partir de ahora, cada decisión que enfrenta a los
"Estados Unidos en este campo de política exterior,
"debe ser tomada a la luz del hecho de que
"una buena parte del país podría ser destruida.
"Debemos estar preparados para luchar guerras limitadas.
"Limitadas en relación a las armas y a los objetivos.
"Para estabilizar la situación temporariamente.
"Paliar el problema. Pero la victoria ya no es posible."
Moviéndonos desde el Departamento de Estado, ahora
para el Departamento de Defensa, al Pentágono,
encontramos este artículo, difundido por Associated Press,
el 4 de Febrero de 1968, y titulado
"Reflexiones de Robert S. McNamara Tras
Siete Años En Situación Difícil".
Y yo creo que encontrarán más reveladora
esta cita directa de nuestro
ex Secretario de Defensa:
"Quedó claro que no podíamos ganar una guerra nuclear estratégica.
"El concepto de retaliación masiva fue descartado.
"Entonces era necesario educar al público
"Y al Congreso [en el sentido de] que no
"podíamos vencer una guerra nuclear estratégica.
"Lo dijimos de diferentes maneras durante un periodo de tiempo.
"Yo considero que haber comunicado ese mensaje
"ha sido nuestro mayor logro individual."
Bien, en la transcripción de las audiencias
ante la Comisión de Servicios Armados del Senado,
el 25 de Febrero de 1966, otra vez encontramos
a McNamara testificando, esta vez oficialmente,
como nuestro Secretario de Defensa.
Y él dijo: "Declarar la guerra en Vietnam
"añadiría un nuevo elemento psicológico
"a la situación internacional, una vez que,
"en este século, las declaraciones de guerra
"han llegado a implicar dedicación a la
"destrucción total del enemigo.
"Aumentaría el peligro de malinterpretar
"nuestros verdaderos objetivos."
La edición del 2 de Agosto de 1961 de los
Registros del Congreso contiene una declaración
del Senador Jay W. Fullbright, Presidente de
la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado,
y, por supuesto, un viejo exponente del "Gran Diseño".
Aquí está lo que Fullbright dijo:
"A largo plazo es muy posible que el principal problema
"del liderazgo será frenar el deseo del pueblo estadounidense
"de golpear a los comunistas, con todo lo que conseguimos.
"Sobre todo, si hay más Cubas."
Bien, volviendo al Departamento de Estado,
encontramos que allá por 1962, el hombre que
estaba operando la división de planificación de política exterior
era Walt Rostow, asesor especial
del Presidente Kennedy en Asuntos Exteriores.
En un informe al Presidente, intitulado
"Seguridad Nacional Básica", Rostow declaró:
"Las crecientes tensiones o súplicas del público estadounidense
"deben ignorarse en cualquier crisis con Rusia.
"Debe evitarse la tentación de degradar
"o avergonzar los soviéticos a los ojos del mundo."
Si Usted se ha estado preguntando por qué
parece que no podemos ganar ninguna guerra
contra los comunistas, es simplemente porque...
¡Es nuestra política! ¡Ni siquiera avergonzarlos!
Mucho menos derrotarlos.
En 1963, la Agencia de Control de Armas y Desarme
de los Estados Unidos financió un informe
del Peace Research Institute [Instituto de Investigación de la Paz],
publicado en abril de aquel año, e, aquí
está lo que nuestros impuestos producieron:
"Ya sea que lo admitamos o no, nos beneficiamos
"enormemente de la capacidad del sistema policial soviético
"de mantener la ley y el orden sobre los
"200 millones de rusos y los muchos millones
"adicionales en los estados satélites.
"La ruptura del imperio comunista ruso hoy,
"indudablemente conduciría a la libertad,
"pero sería mucho más catastrófico para un Orden Mundial."
En otras palabras, señoras y señores,
de acuerdo con el "Gran Diseño", supuestamente
es en nuestro propio auto-interés,
para que el estado policial soviético siga intacto,
para permanecer estable; y para mantener
su control total sobre las naciones cautivas.
Bueno, ese tipo de razonamiento nos lleva ahora
a las páginas de uno de los más influyentes
periódicos del mundo, "The New York Times".
El 16 de Agosto de 1961,
"The Times" publicó este editorial:
"Debemos tratar de desalentar las revueltas
"anticomunistas, para evitar derramamiento
"de sangre y guerra. Debemos, bajo nuestros
"principios, vivir con el mal, aunque, al hacerlo,
"ayudemos a estabilizar los tambaleantes
"regímenes comunistas y quizás incluso
"exponer sedantes de libertad para frenar
"la muerte por estrangulación."
¿No es chocante?
Bien, si Usted acepta la premisa del
"Gran Diseño", no debería ser.
Es entonces simplemente la evaluación fría y objetiva
de nuestras alternativas limitadas en esta
era nuclear.
Bien, vamos llevar esa filosofía ahora a
su conclusión definitiva y ver qué los
planificadores mundiales tienen a decir
sobre el futuro papel de la soberanía estadounidense.
Volviendo otra vez a las palabras del
Senador Fullbright, encontramos este su libro,
de lo más revelador, intitulado "Viejos Mitos y Nuevas Realidades".
Y tenga en mente que fue escrito por el Presidente
de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado,
una de las más influyentes Comisiones legislativas en Washington.
En la página 25, el Senador Fullbright tiene esto a decir:
"El problema para la política de los Estados Unidos no es definir lo que nos gustaría,
"sino más bien cómo vivir con lo mejor que podemos obtener."
Y luego, en la página 87, él continúa:
"El concepto de soberanía nacional se ha vuelto,
"en nuestro tiempo, un principio de anarquía internacional.
"Nuestra supervivencia en este siglo,
"bien puede depender de si tenemos
"éxito en transferir al menos una pequeña parte
"de nuestros sentimientos de lealtad y responsabilidad
"desde la nación soberana a alguna comunidad política más grande."
Y entonces otra vez él repite aquí en la página 108,
sólo para que nadie malinterprete lo que
él está tratando de decir:
"La nación soberana ya no puede servir
"como la unidad máxima de lealtad personal y responsabilidad."
Bueno, yo creo que está bastante claro que
muchos de nuestros líderes en Washington
hace mucho han transferido porciones sustanciales
de su lealtad personal y responsabilidad
desde la nación soberana de los Estados Unidos
hasta la más grande comunidad política
llamada "Naciones Unidas".
En sus propias mentes, es probable
que se consideren a sí mismos como "ciudadanos del mundo" primero
y "ciudadanos de lo Estados Unidos" segundo.
En cualquier decisión donde os interesses
dos Estados Unidos están en conflicto directo
con aquellos de la comunidad política más grande,
Ustedes pueden estar seguros de que los
Estados Unidos terminará llevando la peor parte.
Nuestro ex Secretario de Estado John Foster Dulles,
en una conferencia en la Ohio Wesleyan University,
intitulada "Hacia la Unidad Mundial",
lo expresó de esta manera:
"Lo que yo propongo inicialmente involucra
"una organización dedicada al bienestar general,
"la paz y el orden de la humanidad.
"Y la asunción de una lealtad a ese objetivo,
"superior al de cualquier lealtad nacional."
Bueno, volviendo otra vez a las palabras de
Walt Rostow, nuestro ex Jefe de División de
Planificación de Políticas del Departamento de Estado,
encontramos un resumen inusualmente abierto
y franco de los objetivos del "Gran Diseño",
detallado en su libro, "Los Estados Unidos en la Palestra Mundial",
que, por cierto, fue subvencionado por la CIA.
Volviendo aquí, a la página 549, Rostow dice:
"Es un objectivo nacional legítimo de los
"Estados Unidos ver eliminadas de todas las
"naciones, incluído los Estados Unidos,
"el derecho a usar una fuerza militar substancial
"para perseguir sus propios intereses,
"ya que ese derecho residual es la raiz de la
"soberanía nacional. Por lo tanto, es un
"interés de Estados Unidos ver el fin de la
"nacionalidad como ha sido definida historicamente."
Bien, el juez de la Suprema Corte, William Douglas,
escribió un ensayo titulado "The Rule of Law in World Affairs" ["El Estado de Derecho en los Asuntos Mundiales"],
publicado en 1961 por el Center for the Study of Democratic Institutions [Centro para el Estudo de las Instituciones Democráticas]
que a su vez, por supuesto, es financiado por
otras de esas fundaciones exentas de impuestos,
"The Fund for the Republic" [el Fondo para la República].
En la página 32, Douglas escribió:
"No hay razón para que nos enredemos
"en los legalismos que marchan inexorablemente
"para la conclusión de que se debe retener
"la soberanía total incompleta, porque ahora
"sabemos que cuando todas las naciones
"presionan en ese sentido, todo el mundo
"se enfrenta a la extinción
"en un holocausto nuclear."
Bueno, ¡ese es un resumen bastante preciso
del "Gran Diseño"! En sólo dos oraciones
se nos dice que es el Gobierno Mundial
o la Bomba. Decidan.
Por cierto, el tema general y el propósito
de ese panfleto era generar apoyo público
para aumentar el poder y el prestigio
de la Corte Mundial de la ONU, y también
para prestar apoyo a un impulso, en aquel momento,
para la derogación de la Enmienda Connally.
Ahora, sin involucrarnos demasiado en eso,
debería explicarles que, cuando el Senado
ratificó el Estatuto de la ONU de la
Corte Internacional de Justicia y acordó
comprometer los Estados Unidos a aceptar
las decisiones finales de la Corte Mundial
de la ONU, generalmente se entendía
que el Tribunal nunca se inmiscuiría en
nuestros asuntos puramente domésticos.
Pero hubo algunos que temieron que,
con el tiempo, la Corte Suprema Mundial
comenzaría a encontrar formas legalistas
para declarar que, lo que pensábamos que
era estrictamente asunto nuestro y de nadie más,
en un sentido más amplio, es también
preocupación de la "humanidad".
Entonces, para evitar que la Corte Suprema
Mundial extienda su jurisdicción a
nuestros asuntos locales de la misma
manera en que la Corte Suprema Federal
ha asumido, gradualmente, la jurisdicción
sobre lo que una vez se consideraron
asuntos locales de nuestros propios
Estados, el Senado votó a favor de una
enmienda al Estatuto, propuesta por el
Senador Tom Connally. Esa enmienda sigue
en pie y simplemente dice que lo que es
o lo que no es un asunto doméstico de
los Estados Unidos será determinado por
los Estados Unidos, no por otras naciones
o por la propia Corte Mundial.
Por lo que es comprensible por qué los
"Grandes Diseñadores" han sentido la
necesidad de generar mayor apoyo público
para la Corte Internacional Mundial y de
revocar la Enmienda Connally.
Ahora bien, el 4 de Abril de 1960,
el Vice-Presidente Richard Nixon emitió
una declaración bajo el sello oficial y
el membrete de su oficina.
Y esa declaración dice, en parte,
lo siguiente: "Muchas personas bien
"intencionadas han planteado la pregunta
"básica de por qué una Corte Internacional
"tiene el primer lugar. La respuesta, expuesta
"en sus términos más sencillos
"y contundentes, es que incluso las naciones
"a las que nuestros amigos están vinculados,
"tienen disputas. Si esas disputas no se
"resuelven mediante negociaciones, la única
"alternativa que queda es resolverlas por
"la forza o por la ley, en un momento en
"el que el uso de la fuerza significa
"liberar armas nucleares que
"destruirían la civilización. Todas las
"personas sensatas están de acuerdo
"en que debemos encontrar alguna
"alternativa a la fuerza para resolver
"disputas internacionales."
Ahora bien, esa es realmente una increíble
declaración porque, de paso, deberíamos
tener en cuenta que la ley también es fuerza.
Si las Cortes no tienen la policía
y los ejércitos para apoyar sus decisiones
con la fuerza, si necesaria,
¡entonces no hay ninguna ley!
La ley ES fuerza. Legalizada.
Y entonces, con esa realidad en mente,
la declaración del Señor Nixon continúa:
"Hay algunos hoy que creen que la perspectiva
"del uso de armas atómicas para resolver
"disputas internacionales es tan terrible,
"que debemos establecer una nueva organización
"mundial todo-poderosa, que tenga jurisdicción
"sobre disputas entre naciones.
"Yo no estoy de acuerdo con ese enfoque.
"Yo creo que, en lugar de establecer
"una nueva institución internacional,
"tenemos que empezar a usar la que ya tenemos."
Y entonces el Vice-Presidente Nixon
continúa en su declaración y concluye
con fuertes garantías de que no tenemos
nada que temer y mucho a ganar
revocando la Enmienda Connally.
La institución internacional que ya tenemos,
por supuesto, son las Naciones Unidas.
La mayoría de los estadounidenses acepta
de todo corazón la ONU, como una especie
de sociedade de debates farsante.
Pero puedo asegurarles que
los Grandes Diseñadores tienen otros
pensamientos y planes.
El número de Mayo de 1964 del oficial "UN Montly Chronicle" ["Crónica Mensual de la ONU]
contiene estos destellos hacia el futuro,
a través de los ojos del Secretario General,
quien pensaba: "Si queremos dar el
"próximo paso hacia la Autoridad Mundial
"y luego hacia el Gobierno Mundial, será
"por el crecimiento en autoridad y prestigio
de las Naciones Unidas y la Corte Internacional.
"Se requiere alguna forma de maquinaria
"internacional reguladora del gobierno
"en el verdadero sentido de la palabra.
"Una tal autoridad no puede consistir
"meramente en una Constitución en papel
"y debe estar basada en un cierto grado de poder."
Bien, "un cierto grado de poder"
no suena muy amenazador.
Pero, ¿cuánto poder tomaría,
hacer realidad la visión de un Gobierno Mundial?
Bueno, obviamente, tomaría cualquier cantidad requerida
para ser superior a la de cualquier subdivisión política debajo de él.
Tendría que ser tan poderoso, que ninguna
nación podría desafiarlo sin arriesgarse
a una aniquilación nuclear a manos del
ejército de la ONU. Pero, por supuesto,
si eso sucediera, nadie podría oponerse
porque no se llamaría un "acto de guerra".
Sería una "maniobra de pacificación" por
parte de las "fuerzas de paz". Y la nube
de hongo surgiría de una "bomba pacificadora".
Ahora bien, yo sé que eso debe sonar
extraño para algunos de Ustedes.
Así que volvamos al registro. En 1961,
el Departamento de Estado publicó el
documento "7277", un folleto titulado
"Fredom From War" ["Libres de Guerra"].
Y el subtítulo explica qué es realmente:
"El Programa de Estados Unidos Para El
"General Y Completo Desarme En Un Mundo Pacífico".
Ahora bien, esta fue nuestra propuesta
presentada a la Asamblea General
de las Naciones Unidas para desarmar y
transferir a la ONU el control completo
sobre nuestras armas atómicas, nuestros
misiles y nuestro Ejército de Tierra,
Armada y Ejército del Aire también. ¡Todo!
Excepto lo que podríamos necesitar para
una limitada función interna policial.
Ahora bien, después de 18 páginas de
propuestas detalladas, finalmente descubrimos,
en lenguaje sencillo, el objetivo final de
nuestro programa de desarme.
Y eso, señoras y señores, es una cita directa:
"El desarme proseguiría hasta un punto en
"el que ningún Estado tendría el poder
"militar para desafiar a la fuerza de paz
progresivamente fortalecida de la ONU."
Bueno, por supuesto, 1961 fue hace mucho tiempo.
Y es cierto que la publicación del
Departamento de Estado "7277" ya no es nuestra
posición oficial sobre el desarme.
Fue reemplazada por ésta:
"Agencia de Desarme y Control de Armamentos",
número 4, serie general 3. Y, como pueden ver,
se titula "Anteproyecto para la carrera por la paz".
En la página 33, encontramos la nueva posición:
"Las partes en el Tratado fortalecerían
"progresivamente las fuerzas de paz
"de las Naciones Unidas, establecidas
"en la etapa 2, hasta que éstas tuvieran
"suficientes Fuerzas Armadas y armamentos,
"para que ningún Estado pueda desafiarla."
Y así ha ido, año tras año, revisión tras revisión.
El objetivo básico de nuestras propuestas
de desarme ha sido y es hoy el objetivo del "Gran Diseño".
La creación de un verdadero Gobierno Mundial,
con suficiente fuerza militar para obligar
todas las naciones, incluida la nuestra, a obedecer.
El número de Enero/Febrero de la revista "Vista",
publicada por la "United Nations Association",
presentó una entrevista exclusiva con
el ex-Presidente Eisenhower, que trata
exactamente de este asunto.
La reportera, Mary Kersey Harvey,
una editora senior de la revista "McCall",
quería obtener la reacción del Presidente
a una propuesta de Grenville Clark,
que establecería un Ejército Mundial permantente de la ONU.
Después de esbozar la propuesta de Clark
para el Presidente Eisenhower,
aquí está lo que la señorita Harvey informó:
"El Presidente estudió el plan anterior rapidamente
"y, como yo había esperado, cogió la pelota
"y empezó a jugar con ella:
"'Usted tendría -- empezó él a planear en voz alta --
'Mariscales Mundiales, comparables a nuestros
'mariscales estadounidenses, respaldados
'por Fuerzas Armadas. Incumplimiento con
'las leyes de la ONU y se envían las fuerzas de la ONU.'
"Él orquestó eso con alguna lentitud.
"'Y, también -- él martilleó -- la ONU necesita
'poder nuclear'. Él se vino encima
de la palabra "nuclear". 'Tome este ejemplo',
"se apuró en decir, 'Usted tiene dos países
'en una disputa sobre fronteras.
'La ONU ordena que la materia sea sometida
'a la Corte Internacional. Uno o ambos
'los contendientes se niegan a someterse
'al arbitraje obligatorio. La ONU, que
'ya tiene en su poder una flota
'de submarinos armados con ojivas nucleares,
'desplegada en todo el mundo, ordena
'uno de los submarinos que se dirija al area.
'Se dice entonces al mundo que si se
'dispara por cualquier motivo que sea,
'una arma táctica nuclear será lanzada
'sobre el territorio en disputa.
'Si esa amenaza falla en evitar el conflicto armado,
'entonces Usted lo respaldará con acción.'"
Y eso, señoras y señores, es el "Gran Diseño"
para prevenir la guerra nuclear.
Bueno, esas son todas las citas y muestras
que el tiempo permite, lo que de alguna manera
es desafortunado, porque los ejemplos
que he usado hasta ahora han sido
un poco pesados con los republicanos.
Si tuviera más tiempo, podría equilibrarlo
y luego tener todo el mundo enojado conmigo.
Pero, en serio, señoras y señores, es tan fácil
de encontrar los sentimientos expresados aquí
en los altos rangos de uno de los dos grandes
partidos, como del otro.
El "Gran Diseño" no tiene absolultamente
nada que ver con política partidista.
Esos hombres no son tanto republicanos [de derechas] o demócratas [de izquierdas]
como son "políticos mundiales".
Ellos tienen cosas más grandes con que
ocupar sus mentes que meras etiquetas de partidos.
Para ellos, la política partidaria es sólo un juego
para divertir las masas que anhelan
la espectacularidad de grandes convenciones nacionales,
la emoción de las campañas partidistas
y la emoción de emitir un voto en la ilusión
de que, de alguna manera, están realmente
ayudando a decidir los asuntos importantes de la actualidad.
Pero con poquísimas excepciones,
durante las dos últimas décadas, el votante estadounidense
ha tenido que hacer su elección entre
el "Gran Diseño A" y el "Gran Diseño B".
Es siempre una fuente de asombro para mí,
cuando escucho a alguien criticar nuestros líderes
por confundirse en el area de política exterior,
de revertir su posición, de hacer mal su trabajo,
y de no tener objetivos de largo plazo.
Esos hombres no están haciendo mal su trabajo.
Están actuando de acuerdo con un plan
definido y bien elaborado y están ejecutando
ese plan con brillante precisión.
Puede que nos guste o no el plan,
pero no nos engañemos pensando que no existe uno.
Bueno, por mi parte, a mi no me gusta el plan.
Y Ustedes pueden preguntarse por qué no.
Como recordarán, yo anteriormente dije
que cuando me expusieron por primera vez
el "Gran Diseño", me pareció un argumento convincente.
Después de todo, cada uno de esos pasos
parece progresar lógicamente uno hacia el otro.
Así que, habiéndome tomado tanto tiempo
simplemente para exponer y explicar
un punto de vista que ya no accepto,
creo que lo menos que puedo hacer ahora
es ofrecer las razones por haber cambiado de opinión.
Y exponer lo que considero ser
los errores fatales del "Gran Diseño".
Señoras y señores, hay al menos dos
grandes falacias que deben entenderse
si queremos superar los argumentos de contención,
coexistencia, acomodación y fusión definitiva
con el comunismo mundial.
Em primer lugar, la premisa detrás de
esos argumentos está mal y Usted sabe
que no puede hacer mucho con una pieza de
lógica, si empieza con una premisa falsa.
La premisa subyacente al "Gran Diseño" es esta:
Si la gerra total se desarrollase entre
grandes potencias hoy...
Bueno, paremos aquí, porque ya
lo hemos pasado. Regresemos todo el camino
hasta la primera palabra: "SI".
"SI". Señoras y señores,
¿cuándo vamos a convencernos que la guerra total
se está librando contra nosotros ahora mismo
y lo ha sido por un largo tiempo?
Y por "guerra total" quiero decir guerra "total".
No sólo guerra militar. Estamos tan
acostumbrados a pensar en términos de
los conceptos de guerra anticuados,
en los que las armas primarias eran
pistolas y bombas, que no nos dimos cuenta
de que, por primera vez en la Historia,
nos enfrentamos a un enemigo que ha dominado
el concepto de "guerra total".
La Tercera Guerra Mundial, que se libra
alrededor nuestro en este momento,
es una guerra política, guerra económica,
una guerra psicológica, una guerra espiritual,
y una guerra militar.
Pero el aspecto militar es el menos importante de todos.
importante de todos.
La única forma en que la estrategia militar
juega un papel en el proyecto comunista,
es en forma de tácticas de guerrilla,
con la intención de crear caos interno y anarquía,
para crear el tipo de condiciones propicias
a la rápida toma de centros de poder
por un pequeño grupo de revolucionarios
organizados y bien entrenados.
Ese es el único tipo de estrategia militar
que Usted encontrará en los manuales
comunistas, ya sean escritos por Lenin,
Mao Zedong o Che Guevara.
E incluso ese tipo de limitada actividad militar
nunca podría ser exitosa sin el combate
simultáneo de la guerra no militar.
Las bandas guerrilleras comunistas no
tendrían ninguna oportunidad de tener
éxito en la mayoría de los países, sin
que otros comunistas operaran en secreto
entre la gente para crear la apariencia
de apoyo popular. Operando dentro de
los medios de comunicación para generar
propaganda y operando dentro del mismo
gobierno para crear las necesarias
corrupción, disputas y aparentes ineficiencias
para evitar que aquel gobierno se mueva
fuertemente contra los grupos guerrilleros.
En Cuba, por ejemplo, casi todo el mundo
se acuerda de que cuando Batista huyó del país
un ejército de más de 45.000 soldados
se rindió, sin luchar, a sólo aproximadamente 18.000
revolucionarios liderados por Castro.
Pero muy poca gente sabía que el General
que entregó esas fuerzas era, él mismo,
un miembro del Partido Comunista en Cuba.
Un ejemplo perfecto de la estrategia no millitar
de infiltración y traición produciendo una
victoria militar aparente.
Las armas favoritas de la conquista comunista
no son armas de destrucción masiva
en las manos de los soldados usando
un uniforme reconocible.
Son, en cambio, propaganda.
Una sesgada visión de la Historia.
La predicación del odio para incitar el
desorden civil. Las tácticas de subversión interna,
traición, chantaje, la calumnia, asasinato político,
todo cometido por soldados que no usan uniforme
y quienes alegan ser ciudadanos leales del país alvo
marcado para la conquista desde dentro.
Así es como el comunismo se ha propagado
por el mundo, no con ejércitos invasores o bombas.
Y es extremadamente improbable que hubieran
abandonado esa estrategia no militar,
que ha sido tan efectiva para ellos,
justo en el cenit de su éxito.
Ahora bien, sin duda la bomba es la más
poderosa arma en el arsenal comunista.
Pero es como un arma psicológica, no como
un arma militar que los soviéticos han ganado más,
usando la bomba como un arma psicológica,
de lo que ellos no hubieran podido nunca si la
hubiera utilizado como un arma militar.
Bajo la constante amenaza de la aniquilación nuclear
hemos aceptado concesiones, compromisos
y derrotas, unos tras otros,
que hubieran sido impensables
sin aquel espectro de una gigante seta nuclear
profundamente fijada en nuestro subconsciente.
De hecho, la bomba, como un arma psicológica,
está siendo lanzada sobre el pueblo
estadounidense cada día.
Películas como "On the Beach", "Seven Days in May",
"Dr. Strangelove", "Fail Safe", "Planet of the Apes",
esas películas bien producidas y entretenidas
han hecho un trabajo realmente profesional
en el sentido de fortalecer, subconscientemente, al menos,
la premisa del "Gran Diseño".
Las películas cinematográficas, por supuesto, no son
la única fuente de condicionamiento de la mente del público.
Radio, televisión, libros, revistas y periódicos,
todos ellos han colaborado con el mensaje que,
más o menos, se nos ha metido en la cabeza.
Sigue bastante bien el padrón presentado
en este folleto ilustrado, titulado
"Let There Be a World" ["Deja que haya un mundo],
escrito por Felix Greene.
Greene es bien conocido, en los círculos de ultraizquierda,
como un importador de películas de propaganda
de la China Roja y por sus conferencias y películas
de exaltación de las virtudes de la vida
bajo el comunismo en Asia.
Por cierto, yo conseguí esto no hace mucho
en la librería comunista en Los Angeles.
La "librería progresista", como es llamada.
De vez en cuando doy un vistazo por allí,
sólo para descubrir qué es lo que los progresistas
y los intelectuales están leyendo hoy en día.
Y esto es un ejemplo clásico.
Página tras página de fotografías
bellamente reproducidas, todas describiendo,
en el más mínimo detalle, los horrores
de la guerra nuclear y las bellezas del
desarme y de la paz.
Echemos un vistazo a algunos de estos.
Y, realmente, sólo para empezar,
vemos aquí, al inicio, la bola de fuego
y la nube de hongo.
Luego, los cuerpos calcinados de Hiroshima y Nagasaki.
Recordatorios sombríos del dolor y
sufrimiento de cualquier guerra.
Pero, particularmente, de la guerra nuclear.
Y luego, para aquellos de nosotros con
una imaginación débil, se nos muestra qué
podría suceder a nuestras ciudades.
De acuerdo con este mapa, si una
de las super bombas fuera lanzada
en la Isla de Manhatan, podríamos tachar todo,
despejar Bridgeport, Connecticut.
Y las consecuencias se encargarían del resto,
probablemente, claramente, California.
Hablando en consecuencias, ellos tienen una
seción especial aquí, sólo para las señoras.
Conservados en frascos de formaldehido,
estos son los grotescos restos tras la autopsia
de pequeños bebés nacidos muertos deformes,
supuestamente como resultado de las consecuencias radioactivas.
Bueno, ¿qué mujer puede mirar para esto?
o ¿qué hombre, en todo caso -- sin algún tipo
de reacción emocional duradera --
incluso contra la mera idea de arriesgar una guerra nuclear?
Bueno, aquí, graficamente presentado, está
lo que, al menos supuestamente, es la única forma
en que podemos evitar que eso nos suceda.
Desarme, por supuesto.
Y, finalmente, atrás, en el final,
el apelo a la fibra sensible.
"Deja que haya un mundo".
Es realmente bastante bien hecho, creo.
Ustedes deben dar crédito a esa gente,
por saber como comercializar una idea.
Por cierto, esas son generalmente las mismas
personas a quienes les gusta etiquetar
los anticomunistas como siendo "traficantes de miedo".
Bueno, con respecto a este específico libro,
no estoy diciendo que estas imágenes son falsas
o que los efectos devastadores
de la guerra nuclear han sido exagerados
para el público, para fines de propaganda.
Aunque hay ahora mucha evidencia
para apoyar eses dos argumentos.
Pero ese no es el punto.
El punto es que los productores de películas,
los comentaristas de televisión y
los editores, que son tan creativos en
su habilidad para transmitirnos todos los
horrores de la muerte bajo una bomba nuclear,
por alguna razón nunca se mueven
para retratar el hecho de que hay otras
maneras horribles de morir.
Se nos muestra el hongo nuclear, pero no
las fosas comunes o los dispositivos de tortura
que existen detrás de las cortinas de hierro y de bambú.
Se nos muestra los cuerpos calcinados
en Hiroshima y Nagasaki, pero no
los rostros demacrados de los muertos vivientes
en los campos de concentración soviéticos.
o los cadáveres mutilados de civiles inocentes
hechos pedazos por comunistas terroristas
en un país tras otro. No es que no haya
imágenes como esas. Es sólo que rara vez
se nos permite verlas. O que nos recordemos de ellas
a través de los acceptados canales de comunicación de masa.
Ahora bien, aquí están sólo dos ejemplos,
entre muchos, que podrían ser ofrecidos.
Dos documentos que han estado fácilmente disponibles
por un largo tiempo. Ellos contienen material
que casi ha sido totalmente negado al pueblo estadounidense.
El primero es un panfleto del gobierno, titulado
"Lest We Forget" ["No lo olvidemos"]
Un resumen pictórico del comunismo en acción.
Consiste principalmente en fotografías, contrabandeadas
de Europa del Este, que proporcionan prueba documental
de las atrocidades comunistas cometidas en aquellas tierras
para liquidar la oposición anti-comunista
y para aterrorizar a la gente hacia la sumisión.
Ahora bien, no hay toque profesional aquí,
pero las fotos aún cuentan la historia.
Tenemos las fosas comunes,
cámaras de tortura a prueba de sonido,
y, bueno, supongo que se diría que serían las lastimosas
víctimas de un deliberado programa de hambruna masiva.
¿Saben? Es realmente dificil de creer que estos niños,
incluso hasta la edad de 2 años, se murieron
de hambre, de esta manera, en campos de trabajos forzados comunistas.
Pero ahora, el otro ejemplo es este folleto titulado
"On the Morning of March 15th" ["En la mañana de 15 de Marzo"].
Y consiste en fotografías y descripciones objetivas
de los resultados de un ataque terrorista comunista
en el norte de Angola en la mañana del 15 de Marzo de 1961.
Más de 200 europeos y 300 africanos fueron
fueron asesinados sólo aquel día.
Más de 50 lugares ampliamente separados,
a lo largo de un frente de 650 km,
fueron atacados casi simultaneamente.
En la mayoría de los lugares, cada hombre,
mujer, niño y bebé, cada criatura viviente,
incluso los gatos y los perros, fueron asesinados
de la manera más brutal y sádica que se pueda imaginar.
Bien, aquí están algunas de las fotografías
menos nauseabundas, que apenas necesitan descripción.
...
¿Saben? Ver esa imagen del bebé en la cuna me recuerda una historia
que, perdónenme señoras, debo leer.
Pese a que me enferma hacerlo.
"Un grupo de unos 400 terroristas atacaron
"la granja experimental en el puente.
"Uno de los pocos supervivientes de ese ataque, Manuel Lourenço Alves,
"relata lo sucedido: 'El asalto empezó a
'las 6 de la mañana y todas la casas en la granja,
'ya pertenecieran a los europeos, africanos o mulatos,
'fueran atacadas simultaneamente.
'Las mujeres fueron arrastradas fuera de sus casa con sus niños.
'Delante de las madres, los terroristas entonces empezaron
'a cortar las piernas y los brazos de los niños.
'Y entonces empezaron a jugar un grotesco juego de fútbol
'con los cuerpos crispados.
'Las mujeres y las chicas fueron entonces
'llevadas lejos, despojadas de sus ropas,
'violadas y cortadas.'"
Señoras y señores, he discutido esas escenas,
y mostrado esas imágenes, no por cualquier
deseo de ser sensacionalista, créanme.
Pero meramente para ayudar a equilibrar
las escalas de nuestro juicio.
Para enfatizar el casi olvidado hecho, hoy día,
de que ¡hay otras horribles maneras de morir!
Maneras, de hecho, que hacen que el instantáneo flash
de una bomba nuclear parezca misericordioso por comparación.
Y tengan en cuenta que esas otras horribles
formas de morir no son el resultado de un evento
que sucedió hace casi un cuarto de siglo.
Estamos hablando de eventos que están
sucediendo ahora mismo a miles de
seres humanos indefensos en algún lugar, todos los días.
Millones cada año.
Y no estamos examinando el resultado desafortunado
de un esfuerzo para acabar una larga y sangrienta guerra.
Esos increíbles actos de brutalidad son
el deliberado trabajo premeditado de hombres
cuyo único propósito es la destrucción
de la vida humana y de los valores humanos.
Pero estamos tan saturados de propaganda por la paz
y del espectro de la nube de hongos,
que raramente tenemos la ocasión de
reflexionar sobre esos hechos.
Debido a esa exposición unilateral,
millones de estadounidenses han sido condicionados,
sin siquiera saberlo, a temer el horror de la guerra nuclear
mucho más de lo que temen el terror de una paz comunista.
Los comunistas han estado ganando esta guerra
porque han dominado el arte de la "guerra total".
Mientras nosotros hemos estado condicionados
a acobardarnos en temerosa expectativa
de una guerra limitada unicamente a
armas de destrucción masiva.
Y así, la premisa del "Gran Diseño" empieza de inmediato
con una defectuosa suposición.
En lugar de preguntarnos qué pasaría
si la guerra total se desarrollara,
debemos despertar para el hecho de que
estamos en una "guerra total", ahora mismo,
por nuestra propia supervivencia.
Y en lugar de permitirnos volvernos afligidos
con una fijación en la guerra nuclear,
debemos reconocer que, porque la estrategia comunista
es la que es, las posibilidades de que esa guerra
alguna vez involucre un intercambio de ojivas nucleares
es tan remota, como para ser casi incalculable en la ecuación general.
Pero eso no es todo lo que está mal con el "Gran Diseño".
Otra falacia que debe ser expuesta de una vez por todas
es la absurda conclusión de que la victoria es imposible.
Señoras y señores, la victoria no sólo es posible,
es inevitable. Déjenme repetir eso, porque
es tan importante:
Se Ustedes no se acuerdan de nada,
más de lo que yo he dicho, acuérdense de esto:
la victoria no sólo es posible, es inevitable.
La única pregunta es: ¿para cuál lado?
Es inconcebible que las fuerzas de la libertad
y las fuerzas de la esclavitud puedan coexistir
lado a lado indefinidamente.
Uno u otro va a triunfar.
En nuestra vida.
Y si Usted desea satisfacer su curiosidad
en cuánto a de qué lado, todo lo que
Usted tiene que hacer es coger un trozo
de papel, un lápis y un papel cuadriculado,
y marque un lado con los años empezando en 1945.
En el otro lado, usando cualquier medida que desea,
marque el nivel relativo de prestigio, poder
e influencia de los Estados Unidos y del comunismo mundial.
Trace el progreso, a través de los años, justo hasta el presente.
Y creo que encontrará altamente instructivo
el gráfico de barras resultante,
con casi ninguna desviación en la línea.
El poder del comunismo mundial se ha estado moviendo
continuamente hacia arriba.
Mientras que la de los Estados Unidos
se ha estado moviendo y hundiendo
desde una nueva profundidad a otra.
Tome una regla, entonces, y proyecte
esas dos líneas hacia el futuro.
Y Usted puede ver, de una forma muy gráfica,
que a menos que haya algunos cambios drásticos
en la política exterior de los Estados Unidos
-- una política que ha sido seguida consistentemente
por todas las administraciones y ambos partidos políticos
desde 1945 --
nosotros
vamos
a perder.
Es tan simple como eso.
Ahora bien, no me malinterprete.
No soy un profeta de la perdición.
No estoy diciendo que VAMOS a perder.
Sólo estoy diciendo que para que tengamos
cualquier oportunidad de ganar,
debemos primero despertar para la realidad
de aquel "Gran Diseño" que es
la política exterior de los Estados Unidos.
Y entonces debemos ponernos a cambiarla.
Eso, por supuesto, nos lleva a la tercera
y última pregunta: ¿Cambiarla para el qué?
Ahora, señoras y señores, es mejor aguantarse
para esta próxima parte, porque lo sé,
por experiencia, que el terreno adelante
se vuelve bastante áspero en algunos lugares.
Algunos de Ustedes van a sorprenderse
y el resto probablemente profundamente asustado
porque yo voy a proponer mi propio "Gran Diseño".
Yo lo llamo "El Gran Diseño para la Victoria".
Y no es para los cobardes.
Paso 1: en mi "Gran Diseño" para la victoria
está la premisa de que nosotros tenemos que ser
capitanes de nuestro propio barco.
Debemos restaurar nuestra independencia
militar, económica y política, de los
estrangulados enredos de ese Gobierno Mundial en ciernes
llamado Naciones Unidas.
En lugar de eliminar nuestras mejores armas,
deberíamos eliminar todos los programas de desarme
y aquellos que los proponen.
Como deberíamos haber aprendido en Pearl Harbor,
las naciones desarmadas y militarmente despreparadas
están mucho más propensas a involucrarse en la guerra
que aquellas completamente preparadas para contraatacar.
La mejor manera de preservar la paz
es estar preparado para la guerra.
Y la mejor manera de acabar con la carrera armamentista
es moverse tan lejos del frente, que incluso deja de ser una carrera.
Ahora bien, en lugar de buscar formas de
diluir nuestros principios y nuestras tradiciones
al punto en que pueden ser aceptados y
fusionados con aquellos de la mayoría del mundo,
deberíamos esforzarnos realmente para mejorar y renovar
nuestro "American Way of Life" ["modo de vida americano"]
incluso más allá de los estándares actuales
y entonces dejar que el resto del mundo siga
nuestro ejemplo, si ellos lo desean.
Con relación al comunismo mundial,
debemos hacer frente al hecho de que
lo admitamos o no, nos guste o no,
estamos ahora involucrados en la Tercera Guerra Mundial.
Una guerra total en la que, lo que está en juego
no es nada menos que nuestras vidas y nuestras libertades.
Y en esta guerra nuestro objetivo no debe ser
contención o coexistencia con el comunismo,
debe ser la victoria sobre el comunismo,
para que incluso supervivamos.
No es que lo queramos de esta manera.
Es sólo que no tenemos otra opción.
Ahora bien, antes de dar su asentimiento
a ese objetivo de victoria ante el comunismo,
déjenme aclarar lo que eso significa.
No estoy pensando en términos de esas
frases vacías y tópicos que, tan a menudo,
caen de los labios de los políticos.
Cuando digo "victoria sobre el comunismo",
quiero decir exatamente eso.
Independientemente de que los comunistas
elijan avanzar por fuerza militar abierta
o si esa fuerza si manifiesta en la forma
de un Bloqueo de Berlin o una guerra
de guerrillas de Vietnam de la así llamada
"liberación nacional", no importa qué forma tome,
debe ser destruida inmediatamente por fuerza militar superior.
Y noten que yo no dije "jaque mate".
Yo dije "destruido".
El crimen internacional no sólo debe ser detenido,
debe ser castigado.
Ahora bien, la pregunta que se precipita a la mente
en este punto es: ¿Qué pasa con el peligro de escalada?
Señoras y señores, el objetivo total de la guerra militar,
una vez que estalla, es escalarlo lo más rápido posible
más allá de la resistencia del enemigo,
para que él deje de luchar.
Sin la escalada, la matanza continúa sin parar,
sin final a la vista.
De hecho, ningún objetivo digno de sacrificio.
"Acudan a la mesa [de negociaciones]", decimos a los matones comunistas.
"No queremos hacerles daño.
"Todo lo que pedimos es que dejéis
"de matar a la gente por un tiempo,
"lo suficiente para que celebremos una conferencia
"para ver si podemos negociar algo
"para vosotros, que vosotros queráis..."
Me pregunto cuántos de Ustedes estarían
dispuestos a dar sus vidas por ello.
Y, sin embargo, ese es el objetivo por el que hemos
pedido a más de un millón de estadunidenses
de uniforme que estén dispuestos a morir, si necesario.
Y yo no creo que valga la pena una sola gota de
sangre estadounidense.
Cuando se pone a un joven en uniforme y se le pide
que enfrente a un enemigo en un combate mortal,
es mejor dar a ese chico todas las posibilidades
en el mundo para ganar, de modo que pueda volver a casa.
Y eso, señoras y señores, significa escalada.
En el sudeste de Asia, en lugar de combatir
las fuerzas comunistas en el terreno, en cambio de mano de obra,
deberíamos haber seguido la propuesta del General MacArthur,
de llevar la guerra directamente a los centros nerviosos
de la base de origen del enemigo,
usando nuestro poder aéreo superior.
Luchar en tierra, hombre por hombre,
contra la ilimitada reserva de población de la Asia comunista,
es casi la única manera en la que los Estados Unidos
posiblemente podría perder una guerra.
Destruir desde el aire las fuentes de suministro y liderazgo.
Entonces, la guerrilla que combate en el terreno
luego se marchitaría a no más que un problema de policía local.
Cuando el enemigo de repente se da cuenta de que
las cartas ya no están apilladas en su favor,
de que él ya no tiene sanctuarios privilegiados
y de que incluso podría perder algo por empezar una guerra,
él vendrá a esta mesa de paz, tan rápido, que dejará a uno confuso.
Y cuando él llegue allí, sólo hay una cosa que discutiremos con él:
sus términos de rendición. Nada más.
Ahora bien, cualquier plan serio para la victoria sobre el comunismo
debe reconocer la necesidad de aceptar
la ayuda de todos los aliados dispuestos y fiables.
Aún en Corea y, otra vez, en Vietnam,
los nacionalistas chinos nos han rogado aceptar
más de medio millón de sus bien entrenadas,
completamente equipadas, fuertemente motivadas tropas,
ya sea para luchar junto a nuestros chicos
o para reemplazarlos por completo.
Y nos negamos a aceptar. ¿Por qué?
Bien, por supuesto, no es realmente tan dificil entender
cuando se recuerda el "Gran Diseño".
Si alguna vez a los chinos nacionalistas les fuera
alguna vez permitido entrar en lo que es
basicamente su propia batalla contra la China Roja,
podrían simplemente obtener un impulso para casa, a tierra firme.
Podrían no parar cuando llegaran a Yalu o a la zona desmilitarizada.
De hecho, ellos podrían incluso intentar vencer.
Y eso arruinaría todo.
Pero ese es precisamente mi punto.
En lugar de acobardarse y temblar de miedo
ante la temida posibilidad de que la China Roja entrara en una guerra,
deberíamos esperar y rezar para que los chinos
anti-comunistas y los coreanos y los vietnamitas
arrastraran la China Roja a una guerra, gritando y pateando.
Y entonces, desencadenando revueltas internas,
liberara su pueblo del yugo de la esclavitud
comunista de una vez por todas.
Y no debemos alejarnos de esa apuesta
si realmente vamos en serio acerca de la victoria.
Porque nuestro objetivo no debe ser simplemente
mantener a los comunistas fuera de la Corea del Sur, o del Vietnam del Sur.
Eso no es victoria, eso es contención.
Debería incluir la eliminación de los comunistas
de Corea del Norte, de Vietnam del Norte,
de la China Roja, de Cuba, de Europa del Este,
y de la primera nación cautiva, Rusia misma.
Del mismo modo que no podíamos descansar en la
Segunda Guerra Mundial, hasta que el último
vestigio del Nazismo fuera erradicado de todas partes,
por diez veces esa razón no podemos esperar nunca,
hoy, tener paz o seguridad hasta que el último
régimen comunista sea eliminado de la faz de la tierra.
No es que deseemos que las cosas sean así.
Es que no tenemos otra opción.
Bien, señoras y señores, si esto suena
arriesgado, es porque lo es.
No nos engañemos: la propuesta que acabo de esbozar
es un negocio muy arriesgado.
La única cosa más arriesgada es el "Gran Diseño"
que ahora estamos siguiendo.
Porque si continuamos por ese camino,
no tenemos ninguna posibilidad para nuestra supervivencia.
Ahora bien, eso no significa que tenemos que invadir
todos eses países con soldados.
Y ciertamente no significa que deberíamos
ir por ahí soltando la bomba en todo el mundo.
Y si están pensando que eso es lo que mi propuesta implica,
entonces eso es una indicación bastante precisa
de que aún piensan en términos de guerra a la vieja usanza.
Ahora bien, es cierto que, ocasionalmente,
cada vez que las condiciones parecen las correctas,
los comunistas recurren a la fuerza bruta
y a tácticas semi-militares para avanzar su causa.
Cuando eso ocurre, entonces la contienda
claramente debe ser vencida con medios militares.
Pero, a causa de la naturaleza misma de la estrategia comunista,
esos puntos calientes nunca han sido y nunca serán
más que tácticas de distracción para implementar
la estrategia más grande en la guerra total.
Que es predominantemente no militar.
Así como estamos perdiendo esta guerra a través de medios no militares,
si alguna vez esperamos ganarla, tendremos
que hacerlo a través, exactamente,
a través de los mismos medios no militares.
Déjeme darle unos pocos rápidos ejemplos
de como eso puede ser logrado.
En primer lugar, y el más obvio de todos,
debemos detener todo el comercio y toda la ayuda
a regímenes comunistas.
Dejemos eses llamados "paraisos socialistas"
intentar existir por su propios sistemas
vinculados a la improductividad y burocracia, para variar,
sin poder correr hacia el Tío Sam cada vez que se meten en un lío
y veamos cuánto tiempo duran.
¡No creo que duren dos años!
En segundo lugar, propongo que reconozcamos
todos los regímenes comunistas.
Reconocerlos --y esto es -- por lo que ellos son:
nuestros enemigos mortales.
Y si hacemos eso, entonces retiramos de ellos
la representación diplomática.
No más invitar sus líderes a cenar en la Casa Blanca
Y enviamos sus agentes de espionaje,
que se hacen pasar por diplomáticos,
transportados desde nuestras costas.
Ahora bien, nuestra estrategia no militar
para la victoria sobre el comunismo mundial
debe tomar en cuenta que nuestros aliados más fuertes
y nuestro mayor ejército ya están dentro
del campo enemigo.
Pero esa gente cautiva detrás de
las cortinas de hierro y de bambú
han aprendido de la manera más difícil
que aunque los líderes estadounidenses
hablan mucho sobre la libertad mundial,
cuando llega la hora de la verdad,
ellos no hacen lo que de ellos se espera.
¿Quiere conocer alguna gente amarga?
Hable con unos pocos refugiados húngaros
o con algunos cubanos cuyos seres queridos fueron
abandonados en "Bay of Pigs" [la Bahía de Cochinos].
Nunca olvidaré una conversación con un
joven húngaro luchador por la libertad.
Él describió cómo, por meses, antes de la revuelta,
transmisores de radio estadounidenses en Europa
habían estado transmitiendo para Hungría,
alentando a la gente a rebelarse
y prometiendo total apoyo.
Ahora bien, para hombres y mujeres
que están luchando por sus vidas,
"total apoyo"no significa "apoyo moral" y buenos deseos.
Significa armas y munición.
Y entonces, cuando la revuelta finalmente estalló,
este joven contó cuán seguros él y sus amigos
estaban, de que los Estados Unidos vendría en su ayuda
después de todo lo que prometimos.
Todos los días, a través de la radio,
ellos suplicaban desesperadamente al mundo libre
por suministros militares, especialmente
bazucas y granadas de mano, algo que
fuera eficaz contra los tanques soviéticos
que estaban formando un anillo de hierro
alrededor de Budapest.
Y, entonces, ellos irían al aeropuerto y esperaban.
Finalmente, allá por el cuarto día,
un avión de transporte estadounidense
circuló el campo para aterrizar.
Y cuando ellos levantaron la vista
y vieron esa grande, hermosa estrella
en el lado del avión, él dijo que empezaron
a llorar como bebés, porque, al fin,
los estadounidenses habían venido.
Cuando el avión aterrizó, ellos estaban
tan ansiosos por saber qué tipo de armas
habían sido enviadas, que treparon
a bordo y empezaron a abrir las cajas
de madera directamente con las manos.
¿Saben lo que encontraron?
Leche en polvo.
¡Ellos estaban aturdidos! ¡No podían creerlo!
Y entonces uno de ellos tuvo la idea
de que, tal vez, los estadounidenses
habían sido lo bastante listos como para
camuflar su envío ocultando granadas de mano
o, al menos, balas, dentro de las latas.
Y entonces, obtuvieron un abrelatas
y empezaron desesperadamente
a abrir una lata tras otra.
Pero cada una era lo mismo: leche en polvo.
En realidad, fue revelado más tarde que,
al mismo tiempo, nos estábamos negando
a ofrecer cualquier ayuda real
a los luchadores por la libertad húngaros.
Nuestro Departamento de Estado envió
un comunicado a la Yugoslavia comunista,
-- y así, indirectamente, a todo el mundo comunista --,
que dejaba claro que no tomaríamos ninguna medida
para evitar que los soviéticos abandonaran
esa revuelta en Hungría.
El mensaje decía como sigue:
"Los Estados Unidos mira con desaprobación
"a los gobiernos poco amistosos con la Unión Soviética
en las fronteras de la Unión Soviética."
Y, una vez que Hungría se encuentra en
la frontera con la Unión Soviética,
con aquella garantía de no intervención
de los Estados Unidos, el destino de los
luchadores por la libertad húngaros estaba sellado.
Pero, volviendo al joven refugiado que
contaba la historia:
Después de describir la escena en el aeropuerto,
él me miró y dijo: "Cuando nosotros
"necesitamos vuestra ayuda,
"vosotros elegísteis, en cambio, ser amigos de los soviéticos.
"Mi pueblo jamás volverá a creer
"en los Estados Unidos otra vez.
"O al menos mientras la bandera de los Estados Unidos
"sobrevuele su Embajada en Budapest,
"como un recordatorio, para nosotros,
"de que su Embajador de buena voluntad
"sigue intercambiando saludos cordiales
"con nuestros odiados amos.
"El día en que bajéis vuestra bandera
"y llaméis de vuelta a casa su embajador,
"en ese día mi pueblo luchará otra vez."
Y esas son casi sus palabras exactas.
He tenido razones para reflexionar
sobre esa declaración muchas veces, desde entonces.
Y he llegado a la conclusión de que,
si a los pueblos cautivos detrás de las
cortinas de hierro y de bambú
alguna vez se les hubiera dado cualquier motivo
para creer que estábamos realmente de su lado,
en lugar de buscando acomodación con sus amos,
estoy convencido de que ellos hubieran tenido
el valor de levantarse como uno sólo
y derrocado a sus regímenes comunistas,
de la misma manera que se les impuso
desde el principio y desde dentro.
Y nosotros no hubiéramos tenido que
disparar ni un tiro.
Pero tenemos que dejar de ayudar a los comunistas.
Tenemos que parar de dignificar sus líderes
como representantes legítimos del pueblo.
Y tenemos que mantenernos firmes por el cambio
y declarar abiertamente, de palabra y acción,
nuestra dedicación intransigente
a la victoria sobre el comunismo
en todas partes del mundo.
Señoras y señores,
ese probablemente sería un lugar fácil
para mí, en donde terminar.
Tres aplausos para la victoria.
Pero no es del todo tan simple.
Yo sería menos que honesto con Ustedes
si lo cerrara en este punto.
Porque todavía nos falta una consideración
final muy importante.
Aunque sea cierto que la bomba es,
principalmente, un arma psicológica hoy,
y aunque las posibilidades son microscopicamente
pequeñas de que la bomba sería
usada para nuestra victoria,
o nuestra derrota,
sin embargo no podemos descartar,
completamente, la posibilidad.
No importa cuán remota, ella todavía existe.
Ahora bien, ¿cuál es nuestra posición?
¿Renunciamos a la idea completa
y volvemos ciegamente a la esperanza
de que de alguna manera podemos coexistir,
al menos por un poco de tiempo más, de forma
que podamos disfrutar la vida al máximo,
en el tiempo que nos queda?
Creo que no.
Tengo demasiada fe en el pueblo estadounidense.
Una vez que él comprende del todo cuál es la elección.
Diciéndolo sin rodeos, señoras y señores,
si no estamos dispuestos a arriesgar nuestras vidas,
nuestras hermosas ciudades,
y todas las cosas materiales que valoramos,
por eses principios en los cuales creemos,
entonces, ¿cómo podemos tener la audacia
de enviar a nuestros hijos a un campo de batalla
extranjero, y pedirles que den sus vidas
por eses principios?
¿Sus vidas son menos preciosas que las nuestras?
En lo que a mí respecta,
cuando enviamos a aquel primer soldado
estadounidense a la batalla,
cuando le pedimos por primera vez
que estuviera dispuesto a dar su vida
por nosotros, pusimos a toda la nación
en la línea detrás de él.
Y si no estamos dispuestos a hacer eso,
entonces este ya no es el hogar de los valientes,
ni mucho menos la tierra de la libertad.
Bien, eses son los pesados pensamientos que dejo con vosotros.
Y yo no sé bien cómo cerrar esta presentación
sin correr el riesgo de sonar casi cursi.
Porque el sentimiento que quiero expresar aquí,
a menudo ha sido ridiculizado como siendo cursi.
Pero para mí está lejos de eso.
Es un artículo de fe,
que necesita ser reafirmado en la mente pública,
abiertamente, sin vergüenza o bochorno.
Y es sencillamente esto:
Como estadounidenses, hoy, somos
realmente un pueblo privilegiado
en una tierra privilegiada.
Pero con nuestras bendiciones vienen
responsabilidades. Y con responsabilidades,
vienen riesgos.
El desafío de nuestro tiempo es que
es que debemos aceptar las responsabilidades
de nuestras bendiciones y los riesgos
involucrados en defenderlos para nosotros
y para las futuras generaciones.
Y debemos hacer eso, sin dudarlo,
para que seamos dignos beneficiarios de
esa preciosa herencia de libertad,
que se nos ha pasado a través de los
sacrificios épicos de aquellos que se han ido antes.
Ahora bien, eso no es chovinismo.
Y no es patriotismo cliché.
Es una simple declaración de las obligaciones
de la ciudadanía, en esta gloriosa tierra.
Nuestra tierra.
Que, con la ayuda de Dios,
debemos preservar.
¡Gracias!
Traducción por Helga Maria Saboia Bezerra