Lo que voy a hablar hoy es
no sólo de dinosaurios en particular
porque es un tema que está
muy conocido a nivel mundial
y en todos los medios,
en videos, en revistas,
siempre hablamos de
distintas formas de dinosaurios
y vamos a ver que varían en
sus formas, en sus tipos, en tamaños
y han dominado el planeta
durante más de 170 millones de años
y en distintos lugares,
tan inhóspitos como la Antártida.
Pero estos dinosaurios, que hoy nos
encontramos como restos esqueléticos
les damos siempre un tinte para
poderlos poner en algún ambiente,
ese ambiente supuesto
lo vamos a ir recreando
con base a la evidencia
que sacamos de la geología
o de la información
que tenemos de los restos fosiles
que van asociados a estos dinosaurios.
Pero no es muy común
encontrar toda esa información,
excepto en ciertos lugares,
muy puntuales en el mundo,
donde se encuentran lo que llamamos
"las ventanas al pasado".
¿Qué son las ventanas al pasado?
Son sitios paleontológicos
donde no solamente tenemos
el hallazgo de un animal,
sino la de toda una fauna o flora,
o en el caso de los ámbitos marinos,
de todo un ecosistema.
El tiempo geológico es enorme,
casi 600 millones de años
de restos fósiles
que han cambiado en el tiempo
y hablamos sólo de los últimos 10 000
o 2000 años de historia de la humanidad,
cuando tenemos 600 millones.
Entonces estos puntos nos permiten
ir conociendo cómo fue el pasado.
Acá en Norpatagonia,
tenemos uno de esos puntos,
una ventana al pasado,
que tiene 90 millones de años atrás,
90 milones de antigüedad
y está en la provincia de Neuquén.
Para ubicarlos, es en el hemisferio sur,
Sudamérica, Norpatagonia
y el yacimiento paleontológico
se encuentra a sólo 90 kilómetros
de la capital de Neuquén
en la costa norte del lago Los Barreales.
Es allí donde a partir del 2000
se encontró un registro
paleontológico único,
que hoy es un paraíso
desértico con un lago azul,
pero es un lago artificial;
este es el paisaje que tenemos
en Norpatagonia, prácticamente
una zona de estepa,
poca vegetación y bardas.
Pero no era así
hace 90 millones de años,
nuestra tarea es ver y tratar
de demostrar qué era diferente.
¿Cómo lo hacemos?
A través de estos huecos, de estos pozos
y es aquí que ustedes ven
la excavación en el 2000,
cuando comenzamos a trabajar.
Un pozo de agua que se cubre
todos los años lamentablemente,
por la crecida del lago,
pero que después hay que sacarla,
con los medios disponibles,
para poder desenterrar los huesos.
Esto se hace todos los años,
donde grupos de paleontólogos,
técnicos, estudiantes y
voluntarios en su mayoría,
proceden al rescate
de esos restos fósiles,
que es muy arduo el trabajo,
porque no se puede avanzar mucho,
llevamos trabajados 10 años
continuos en este sector
del Lago Los Barreales,
y hemos avanzado en un área
aproximadamente
de 10 000 metros cuadrados,
cuando tenemos varios kilómetros
de extensión para poder trabajar.
Este trabajo paleontológico,
y el hallazgo de estas piezas,
es bastante complicado,
no solo por su extracción,
sino porque hay que poder tomar
las mediciones de todos los huesos
que se van sacando,
huesos pequeños, huesos grandes,
se toman sus direcciones, su posición,
para poder establecer después
por qué está ese hueso allí,
quién lo dejo, cómo lo dejo,
es el trabajo de un investigador.
Previo a eso hay que también,
obviamente, sacarlo de allí,
hacer la limpieza y analizarlo para ver
cuál es el tamaño realmente que tiene
o qué se ha preservado de ese ejemplar.
Luego, se lo encapsula para poder
extraerlo, otra tarea bastante engorrosa.
Depende del tamaño del animal,
en algunos casos con estructuras
muy complicadas,
en otros casos con menos desarrollo,
de aquí vemos el agua
que nos alcanza
y es urgente sacar los huesos.
Toda esta información, estos materiales,
son llevados a los laboratorios
por los medios que se puedan,
y pidiendo apoyo al que esté allí,
alguna ayuda para poder rescatar
este patrimonio paleontológico
que es de todos, no solamente de
los argentinos, de los neuquinos,
sino del mundo entero.
Así después estos bloques son
preparados en los laboratorios
donde se separa el hueso de la roca
y de todo el paquete de materiales
que hemos puesto para transportarlo,
que se llama el "bochón",
y finalmente ya se presenta
en la pieza limpia para ser estudiada.
A lo largo de estos 10 años
y con los más de 3000 piezas
rescatadas de este pozo,
hemos podido obtener algo
de lo que fue este ecosistema
de hace 90 millones de años
en el Lago Barreal en
la provincia de Neuquén.
¿Qué es lo que hemos encontrado?
En primer lugar, el dinosaurio
que nos hizo llegar a ese sitio,
que se llama Futalognkosaurus,
que es un gigantesco
dinosaurio herbívoro,
de un grupo de saurópos,
familia de dinosaurios,
que tiene aproximadamente
30 metros de largo,
pesaba más de 50 toneladas,
su cadera estaba a 6 metros de altura,
y su cabeza unos 12 metros de altura,
era el gran gigante de
ese momento del Mesozoico.
Y lo que se ha encontrado es bastante.
Es quizás el más completo
de los dinosaurios gigantes
encontrado en el mundo con
las vertebras de la espalda a su izquierda
y las vertebras del cuello a su derecha;
si vemos al paleontólogo arriba,
es una vertebra del cuello que indica
que en alguna parte de ese cuello
tenía una sección de 2 m de diámetro.
Eso es para una idea del
gigantismo de este dinosaurio.
Pero quizás lo más llamativo
es la cadera del animal de 2.5 m,
que constituye la cadera
más grande registrada
hasta ahora en el mundo
de un animal prehistórico.
Pero estos dinosaurios herbívoros
vivían con sus depredadores,
que son los carnívoros.
Y entre ellos el Unenlagia paynemili,
un animal de 1.70 m de largo,
uno muy pequeño,
pero que acá está reconstruido con plumas.
¿Por qué? Porque se ha estudiado
su anatomía y se ha observado
que sus brazos le habrían
permitido tener un aleteo,
no podían volar, pero sí podían aletear.
Son dinosaurios carnívoros,
de pequeño tamaño,
que también coexistieron
con estos otros dinosaurios,
como Pamparáptor,
pero que tenían sólo 50 cm de altura.
Quizás se alimentaba
de pequeños reptíles,
de la región hace 90 millones de años,
y lo que se ha encontrado son pequeños
restos como de la pata que está arriba,
que indica que era
un raptor de esa época.
Además, de más de mil dientes
de dinosaurios carnívoros
que todavía no sabíamos
a qué especie pertenecen,
porque son muy variados,
pero están en estudio,
como así también,
este gigantesco depredador,
quizás el más grande que hemos
encontrado en este momento
de 90 millones de años.
Se trata de Megaráptor,
que tenía 6 m de largo,
unas garras enormes,
de más de 45 cm de largo,
con un borde muy filoso
en su parte inferior.
La fauna se complementa de dinosaurios
hallados en Lago Barreales
con Macrogryphosaurus,
que es un herbívoro de
unos 6 metros de largo,
aquí vemos el esqueleto abajo,
que tenía una especie
de pico como si fuera un loro,
es un animal que se alimentaba
de plantas como se ha dicho,
y lo particular es
que tiene unas placas óseas
entre medio de las costillas,
que lo ubica en un grupo
que es propio de Sudamérica,
unido a otros ejemplares
que se están encontrando.
Esta fauna de dinosaurios
con la cual comenzamos la excavación
se fue incrementando con
otros restos como de cocodrilos,
de este grupo de los dinosaurios
que el tamaño, forma
es similar a los actuales,
pero que tenía dientes con serruchos,
lo que nos ha complicado
a veces la existencia
porque siempre pensábamos
que los dinosaurios eran
los que tenían serruchos en los dientes,
y bueno, los cocodrilos
también los poseen,
como otros pequeños
cocodrilos con ese fémur
que es el hueso de la pata trasera,
muy pequeñito. ¿Qué es?
No se sabe a qué cocodrilo pertenece,
pero existió hace 90 millones de años.
A veces el registro paleontológico
no nos ayuda a determinar
y sólo en el futuro se podrá
dilucidar el problema.
También hemos hallado
estos reptiles voladores,
los Pterosaurios,
pocos hallados, pocas piezas,
pero son muy importantes
porque demuestran que ya eran gigantescos.
La evidencia nos dice
que de punta a punta de ala
tenían 6 m de envergadura,
como un avioncito pequeño,
y que equivale a los reptiles
voladores más grandes hallados
hasta ahora en Sudamérica.
No podemos olvidarnos de las tortugas,
estos grupos que tuvieron
durante todo el Mesozoico
y siguen igual en la actualidad.
Los restos que hemos encontrado allí
tienen solamente 40 cm de longitud;
y pensamos qué pensaría
la tortuga hace 90 millones de años
contra un dinosaurio
de 30 metros de longitud
cuando estaba caminando por ahí.
También, algo inusual hallado
y que complementa este ecosistema,
es la presencia de peces,
porque es muy raro
que en un ambiente continental
nosotros lo hallemos
y aquí tenemos este especímen,
que hemos encontrado varios,
pero este en que se muestran
todas las costillas y las aletas,
tendría solamente 5 cm de largo.
Esta es una forma actual
de un pez similar que vivió
hace 90 millones de años,
tenemos que imaginarlo
y volver al pasado y decir,
cuando ese esqueleto estaba
en el agua, en ese río sumergido,
entre los huesos de
ese gigantesco dinosaurio,
estaban nadando
estos pequeños peces de 5 cm.
Pero quizás lo más llamativo
del yacimiento es inclusive
la presencia de hojas,
perfectamente conservadas,
con todas las nervaduras,
lo que nos demuestra que había
varios grupos de plantas allí,
las principales corresponden a
distintos grupos, el más importante,
o los más abundantes,
son de las angiospermas,
¿Cuáles son estas? Plantas con flores,
casi el 90% de los hallazgos
corresponden a estas plantas.
¿Y cuáles serían los propietarios?
Bueno, ancestros de
los robles y de los sauces,
entonces diríamos, es un parque actual,
el Palermo en la ciudad de Buenos Aires,
al cual le metemos toda
esta fauna de dinosaurios.
Y sí, es más o menos parecido,
con algunas angiospermas,
algunos pinos, algunas coníferas.
Con eso tenemos todo un ecosistema,
formado por no solamente
los dinosaurios carnívoros
que se comían a los herbívoros,
sino los herbívoros
que comían a cierto tipo de plantas
y podemos así reconstruir ese paisaje
de hace 90 millones
de años en Patagonia,
y esto era el norte de la Patagonia,
en una visión futuristica
o ancestral, digamos aquí,
de lo que era la región, bosques
de angiospermas y coníferas,
con un río meandroso
que se divagaba en la región,
y donde en esa curva de abajo
es donde se acumularon
todos los restos fósiles
que hoy estamos extrayendo.
¿Y cómo era entonces?
Con todo este panorama
que parece muy paradisíaco,
pero quizás era algo así,
con un ambiente un poco más complicado,
donde los dinosaurios
herbívoros se trataban de defender
y sólo caían los que estaban
heridos o ancianos;
las tortugas abajo estaban
muy pequeñitas, los cocodrilos,
los pterosaurios,
los reptiles voladores, los carnívoros,
toda una fauna y un ecosistema
de un momento en el pasado,
de hace 90 millones de años.
¿Cómo hemos llegado a esta información
ya reconstruida del pasado geológico?
A través de esta ventana,
de este hueco que estamos trabajando
desde hace 10 años, sacando huesos
y plantas durante todos los días,
excepto cuando se inunda.
¿Cómo mostramos nosotros
toda esta información?
De una manera de
que la gente vaya a visitarnos,
pero aquel que no puede
a través de las reconstrucciones.
Se reproducen algunas de las piezas
y se montan para ser exhibidas
en museos de Europa, de Asia
y de Estados Unidos,
y en poco tiempo más,
a partir de julio,
el Futalognkosaurus
va a estar montado
en un museo de Canadá
para que la gente pueda ver
lo que tenemos en Patagonia.
Patagonia es así, hoy un desierto,
pero en el pasado fue un paraíso,
con bosques y un paisaje
que hoy no lo tenemos,
pero quizás tenemos algo diferente,
un desierto bellísimo
con puestas de sol hermosas,
con dinosaurios y
una interpretación del pasado
que es digno de visitar y
que todos puedan verlo en vivo
y poder tocar aquella fauna que vivió
hace más de 90 millones
de años en Patagonia.
Muchas gracias. (Aplausos)