[música synth suave]
(Liz Magor) Lo que me gusta de Vancouver
es que está al borde del continente.
Si veo hacia el oeste, sé que está vacío.
♪ ♪
Lo llamo «espacio para respirar».
♪ ♪
Vivo en Eastside, que es muy industrial.
Llegan grandes barcos
que son cargados con contenedores.
Me gusta la sensación
de que el mundo viene y va.
Vancouver es un lugar
completamente diferente
al que conocía de pequeña.
Coal Harbour, en especial, era un lugar
frenético, sucio, enlodado;
fastidiado y hermoso.
Cuando regresé para
un proyecto de arte público,
todo eso había desaparecido,
todos estos lugares donde vivía la gente;
en chabolas,
o en pequeñas casas flotantes;
no había nada, así que
construí este pequeño edificio de madera
sobre cuatro pilotes que están inclinados,
porque quería
que tuviera movimiento.
Quería que tuviera vida.
Después lo enviamos a una fundidora,
donde hicieron un molde para cada pieza.
A primera vista parece
un trabajo de carpintería
bastante ordinario, pero si te acercas
y ves que es aluminio, te das cuenta
que es una pieza de fundición increíble.
Ese cambio está en la fabricación.
Piensas de una cosa como
«simple y desestimable». Ves otra y dices
«qué increíble».
Con «LightShed», trabajé a consciencia
de mantener el pasado vivo,
tomando algo viejo
y manteniendo su vitalidad,
como un tapíz complejo
de cosas en el mundo.
♪ ♪
Vivo cerca de mi estudio.
Voy en bicicleta.
El estudio es mi prioridad
por sobre todas las cosas.
[música synth suave]
Trato de venir cada día
para darle continuidad al día anterior.
Seguido estoy aquí todo el día, 8 horas,
tratando de mantenerme concentrada.
Estoy en busca de ese lugar
donde mi cerebro pare y deje de desear
cosas que no tengo
para poder seguir esta línea delgada
que estoy trazando para saber
qué significado tiene cada escultura.
Los objetos vienen primero,
y estos fluyen a través de sistemas.
Los usamos, desechamos, desgastamos,
y luego se van a otro lado.
Lo llaman flujo de residuos.
No soy animista, pero creo que los objetos
que han estado en el mundo por un tiempo
tienen todas estas características
que salen de ellos.
Los guantes son interesante porque son
copias complicadas de la anatomía.
Son fáciles de fetichizar,
no soy la única persona
que los ha fetichizado.
El moldeo es como la fotografía,
tienes lo original.
Luego haces una impresión de él,
se le llama negativo.
Después, viertes en el negativo
algún producto
para hacer el positivo, esto resulta
en una copia del original.
Si hay aire atrapado y lo desmoldo,
habrá una burbuja en el pulgar,
por ejemplo.
Es mi parte preferida.
Me gusta su color.
Me gusta su cremosidad.
Es como jugar con comida.
A todos nos gusta eso. Estoy acostumbrada
a tratar de «matar» las burbujas.
Es como un juego de computadora.
Este es mi juego de computadora,
tratar de matar burbujas.
Hacer un molde, hacerle todo este proceso
a ese objeto que tomé;
es en la lentitud del proceso
como llego a conocerlo.
De hecho, esa lentitud sirve a la lentitud
de mi conciencia intelectual.
Desmoldar es como abrir un regalo.
[Jadea]
Oh, salió bien. Tiene algunas burbujas.
Sabes la imagen que obtendrás,
pero siempre es una sorpresa.
Mi talento principal es mi capacidad
de prestar atención.
Hay varias cosas en el mundo que viven
en esta zona neutra, esta no-zona,
esta «zona no necesitada», así que presto
atención a estas cosas, y con esta acción,
cambio su estatus, los resucito
y los traigo a esta
actividad de alto estatus que hago
de convertirlos en esculturas.
Hay un gran
proceso que realizo.
Quiero un gran proceso de ver, también.
No estoy enviando un mensaje.
Creo una experiencia para visualizar.
Cuando los objetos están en su auge,
llegan a nuestras vidas con júbilo.
Si estás en una tienda pretenciosa,
hacen algo como un evento teatral
cuando envuelven tu compra.
La doblan, luego la envuelven,
le ponen una pegatina con su logo,
y la alzan con cuidado como si fuera
un bebé prematuro,
y lo ponen en una caja.
En la caja hay algún suéter
producido en masa, pero este regalo,
esta ofrenda es...
imitan una transacción personal
entre dos personas que se quieren.
[música synth suave]
♪ ♪
Los abetos de Douglas crecen cientos
de metros de altura,
por cientos de años, y, en algún punto,
estaban por todos lados.
Era una gran fuente de riqueza
en Columbia Británica.
Aún lo son.
Hay una gran industria maderera.
Hice esta propuesta para una columna.
No la llamo árbol. La llamo columna.
Mide unos 30 metros de alto,
un metro y medio de diámetro,
y está hecha de paneles
que están fundidos.
Hoy en día, Vancouver
está desarrollándose con rapidez,
y es como una fiebre de oro
para edificios de viviendas.
Cada edificio debe tener
un a pieza de arte público.
Quieres encontrar la forma de hacer algo
para ese sitio y que sea buen arte.
Eso es lo difícil.
[música synth suave]
- Intentaré ahí.
- ¿Detengo el otro lado?
- No.
- Okay.
(Liz Magor) Tenía 20 años en 1968.
Estuve 2 años en Nueva York para estudiar
diseño y comencé a ir a galerías.
- Se ve bien.
(Hobbs) Montémoslos todos y luego...
- Bien.
- ...y luego consideremos.
- Sí.
(Liz Magor) Algunas veces en las galerías
tuve esta sensación de enfoque.
Es como sentir un músculo de atención
y observación que... Y pensé: «el arte es
interesante».
El arte es interesante, pero no pensé
en dedicarme a ello.
[Martillazos]
Cuando dejé la carrera de diseño
y volví a Vancouver,
convivía con muchos artistas.
Todos eran hombres.
Todos eran pintores,
entonces trabajaba con ellos,
observándolos.
Hacían arte real.
Yo hacía cosas pequeñas.
Luego me enfoqué más en ellas hasta
que fueran más interesantes y complejas.
- Tal vez, 10 centímetros
para este lado, hacia mí.
- Ahí está bien.
(Liz Magor) Empezaron a competir
con las pinturas de mis amigos.
- No recuerdo mi primera exhibición aquí,
solo que apenas
habías abierto la galería, ¿no?
- Fuiste mi primera exhibición
en solitario.
- ¿Lo fui?
- Sí.
- Digo, como una artista emergente, tú...
eras muy importante
para mis amigos y para mí.
Mis amigos están emocionados
de que estés aquí.
[sonidos de tráfico]
[voces initeligibles]
Todos estos impulsos desapercibidos que
busco todo el tiempo, son cosas
que existen en nuestra cotidianidad,
y están con nosotros.
Despertamos con estas
pequeñas preocupaciones.
Una de ellas son las cosas
que tienes alrededor.
El problema es: «¿Puedo pagar por esto?»,
cuando ya lo tienes, entonces
hay problemas para almacenarlo,
mantenerlo, desempolvarlo.
Mantener las condiciones óptimas
para esto, que no es muy lógico,
o es poco racional, improcedente,
que nadie me ha pedido.
Yo apenas me pido hacerlo,
así que, para mantener esto,
trato de pasar por alto
la relación entre hacer algo
y su viaje a una exhibición.
No quiero ver fotos de personas
gustándoles o no la exhibición.
No quiero saber.
[audiencia aplaude y anima]
[pájaros cantan]
Me sorprendería si el 99% de los artistas
no te dicen: «Me interesa la muerte».
[risas]
[raspado]
Una parte del trabajo de un artista
es que siempre estás contemplando
el inicio y el final de algo.
Hay muchos nacimientos y muertes
todos los días en el estudio.
[rasgueo acústico]
Algunos mueren, de cierta forma,
antes de morir.
Mueren mientras viven, la pregunta es:
¿hay vida después de morir?
Esa es la verdadera pregunta.
Si veo todas las opciones
para cómo vivir la vida
es interesante que encuentras una
donde te empleas a ti misma—
bueno, no como tal— donde
te das tu propio programa.
♪ ♪
Hago mis propias tareas.
Esa es mi definición de arte.
El arte no es material, no es un medio,
en definitiva no es un producto.
Es las decisiones que he podido hacer.
[música synthwave]
♪ ♪