Cuando estoy en la calle, a menudo
algún niño se queda mirando.
Y si ese niño es valiente
se acercará y me preguntará:
"¿Eres un pirata?"
(Risas)
A lo que debo responder,
una vez más,
"Sí".
(Risas)
A ver. Seamos honestos:
Tengo dos garfios, piernas protésicas
y afición a las bebidas destiladas.
(Risas)
Solo me falta un parche y un loro
y tengo el set completo.
(Risas)
Me gusta ser un pirata.
Le veo muchas ventajas
a tener una discapacidad,
y no hablo solo del dinero
que me ahorro en guantes ...
(Risas)
o la magnífica y legítima excusa
para no dominar los palillos chinos.
(Risas)
Hablo de ventajas reales
que creo que he conseguido
al pasar por la adversidad física.
Cuando tenía 19 años
contraje una enfermedad
que me provocó la pérdida
de los antebrazos hasta los codos,
de las piernas hasta las rodillas
y que me dejó cicatrices en la cara
que ponen celoso a Freddy Krueger.
(Risas)
No soy capaz de comunicarme
en la lengua de signos,
pero mi resiliencia
y mi habilidad para resolver problemas
se han agudizado a fuerza
de pensar de forma lateral
para vencer problemas
que la mayoría no tiene.
Fue una de las primeras cosas que aprendí
después de la ardua y dolorosa tarea
de aprender a volver a caminar,
pero me estaré beneficiando
de ello el resto de mi vida.
Pasó cuando intenté subir una acera.
Por muy sencilla que sea
esta acción para la mayoría,
subir a una acera es un desafío
para quienes no tienen
movimiento de tobillo.
Así que intenté subir a la acera
como sabía hacerlo, de frente,
durante días enteros
sin éxito,
hasta que fue obvio
que el tiempo y el esfuerzo
que invertía en ello
era desproporcionado
al beneficio de su resultado.
(Risas)
Así que decidí analizar
el problema desde otro ángulo.
Si no podía usar el tobillo
para conseguir el movimiento
necesario para subir a la acera
tendría que usar otra articulación,
como la cadera.
Puse el cuerpo perpendicular a la acera,
levanté el pie de lado
y pude subir de inmediato.
En cinco minutos
no se me resistía
ninguna escalera.
(Risas)
Ese mismo día subí
tres tramos de escalera,
algo de lo que estaba impresionado,
hasta que me di cuenta de que
no sabía cómo volver abajo.
(Risas)
Fue un fin de semana largo ...
(Risas)
En mi pasado como persona sin discapacidad
tocaba la guitarra.
Era bueno tocando,
pero no lo llevé más allá.
Nunca formé una banda
ni di muchos conciertos.
No obstante, la música es mi pasión
y al perder los antebrazos
la idea de que no volvería
a ser parte de mi vida
desafió mis ganas de seguir viviendo.
Pero, la idea que emergió
tras salir del hospital fue:
"Si Ray Charles toca el piano
estando más ciego que un topo,
trabajemos en solucionar
el problema con la guitarra".
Así que, con un ingeniero,
diseñé un sistema de desplazamiento
enganchado al garfio izquierdo
y concebí un sistema de sujeción
de púa enganchado al derecho.
Si funcionase,
tocaría la guitarra en mi regazo
como un tobogán, con acordes abiertos.
Tras semanas de pruebas y cambios
al fin tuve los accesorios
para volver a tocar la guitarra
y volví a antes de perder las manos,
recibiendo quejas de mis vecinos
a causa del ruido, obviamente.
(Risas)
Esta vez, fui más allá.
Formé una banda con mis amigos.
Escribimos y grabamos canciones.
Incluso tocamos para gente de verdad.
No tanta como hay aquí.
(Risas)
Pero, aunque solo fuera un pequeño paso,
fue un gran avance respecto a lo que
conseguí cuando estaba de una pieza.
Pese que reaprender cada acción
que uno haya aprendido alguna vez
parezca una tarea significativa,
que lo es en un corto plazo,
tuvo también un impacto positivo
en cuanto a cómo afrontaba
el resto de cosas en mi vida.
No solo cambió mi capacidad
para resolver problemas,
sino que me hizo más pragmático,
menos sensible a los obstáculos,
más paciente en algunos casos
y, por arte de magia,
cambió la capacidad de la gente
para ofrecer su asiento
en los transportes.
(Risas)
Los obstáculos banales se atenuaron,
comparados a los retos
que ya había vencido.
Y esto me permitió afrontarlos
con calma y con mesura,
mantenerlos en perspectiva
e incluso encontrar mejores formas
de superar dichos retos.
Los beneficios de no afligirse por lo malo
y simplemente hacer
lo que tienes que hacer
se hicieron evidentes.
Incluso me animó a escoger
trayectorias más gratificantes
que de otro modo
se hubieran desaconsejado.
¿Quién habría pensado que
un trabajo adecuado para mí
implicaría un uso meticuloso
de equipamiento electrónico
en lugares inaccesibles
para proveer música dance a gente
bajo la influencia del alcohol?
(Risas)
Yo no.
En la competitiva industria donde los DJs
están continuamente perfeccionándose,
desesperados por actuar
y mandando demos a los clubs,
mi mejor amigo y yo
lo hicimos de otra forma
y abrimos nuestro propio club,
donde nos contratamos como DJs.
(Risas)
Y así, fuimos cabeza de cartel.
(Risas)
Cuando abrimos el club
no podía ser DJ.
La primera vez que me puse tras la mesa
fue en la inauguración,
delante de cientos de personas.
Acababa de aprender dónde
estaba el botón de encendido.
(Risas)
Al haber afrontado tantos ultimatums
uno acaba siendo astuto
para adaptarse a nuevas situaciones.
El club acabó siendo el club semanal
más duradero de Sidney,
y nosotros llegamos a tocar
en los festivales más importantes.
Así que, o aprendía muy rápido
o el nivel de los clubes
estaba por los suelos.
(Risas)
Estar a las puertas de la muerte
es una experiencia muy educativa.
Es cierto que las prioridades
cambian de cierto modo
tras algo así.
También es verdad que
algunas prioridades
se responden con urgencia.
Otra revelación
más importante que sale a la luz
es lo trivial de las propias
arrogancia y vergüenza.
Comprender hasta qué punto
tu sentido del ridículo
te impide aprovechar las oportunidades
debería permitir a la gente
tomar riesgos que no tomarían.
Solo somos un instante
en la línea temporal del universo.
Actúen como tal.
Las ideas que hoy les presento
me fueron infundidas
por alguna que otra
circunstancia desafortunada,
pero están latentes en la vida
de quien quiera aprovecharse de ellas.
Si entendemos que
todos tenemos debilidades
y somos honestos sobre estas
aprenderemos cómo
sacarles partido al máximo.
Ya sea subir a una acera,
presentar un informe de ventas
o la incapacidad de gestionar
nuestro dinero de forma eficiente,
estoy mirando a ese tipo ...
(Risas)
Permanece la capacidad
de aprender, de adaptarse
e incluso la de cambiar
la respuesta a las dificultades.
La adversidad es positiva
y tiene el potencial
de hacerte más fuerte.
Y, en última instancia,
puedes espantar a los niños
si pareces un pirata.
Gracias.
(Aplausos y vítores)