Bienvenidos al Departamento
de Investigación de Plagios.
El D.I.P. ha lidiado con numerosos
casos complejos
en sus esfuerzos por llevar
a los plagiarios ante la justicia
y rescatar los textos robados.
La primera forma de plagio
al que el D.I.P. se enfrenta regularmente
es lo que se conoce
como arrebato de ideas,
en honor a la palabra
latina "plagiarius",
de donde se originó
la palabra plagio.
Quienes roban ideas hurgan
en ensayos inocentes
para copiarlos y pegarlos
sin citar ninguna fuente,
poniendo citas directas entre comillas
o cambiándoles una palabra.
También sabemos que se roban
y secuestran ensayos
particularmente elocuentes,
a cambio de rescate.
Cuando los plagiarios
de ideas se juntan
se forma una banda de secuestradores
que incluye el plagio de ideas
de diversas fuentes.
Incluso se sabe
que algunos perpetradores
cometen auto-plagio,
uno de los crímenes más vagos
en los anales del D.I.P.
También conocidos
como colaboradores unilaterales,
estos excéntricos individuos
toman textos enteros,
o pequeños pasajes
escritos anteriormente
y lo presentan como un texto
completamente nuevo.
Los plagiarios de ideas
y las bandas de secuestradores
son capturados fácilmente por el D.I.P.
Solo pega algunos pasajes
en un motor de búsqueda
y, ¡zaz!
Son capturados con las manos en la masa.
Entre las formas
más encubiertas de plagio
se encuentra la técnica
de buscar en lo absurdo,
en el que el plagiario
crea autores falsos,
títulos de libros,
números de páginas,
o cualquier otra información
para encubrir el plagio.
Y el antiguo truco de los sinónimos,
en el que el plagiario usa
un diccionario de sinónimos
como su arma principal.
Sustituyendo con sinónimos
casi todas las palabras
de un documento
y dejando la misma estructura
de la oración
y el orden de las ideas,
los plagiadores le dan
a los parafraseadores legítimos
una muy mala reputación.
El parafraseo de pacotilla
es también una parte clave
en los diversos tipos de cortinas de humo,
una técnica en el que múltiples pasajes
son parafraseados,
y pegados luego como un solo texto.
Uno de los aspectos más delicados
con el que D.I.P. tiene que lidiar
es la falsa concepción
de que nunca se te puede
acusar de plagio
si usas citas y pones las fuentes.
Cosa que ciertamente no es verdad
porque un trabajo escrito,
pasaje tras pasaje,
con las ideas de otros,
se conoce como un documento
citado en su totalidad.
Esto se considera plagio
porque en el trabajo no aparece
ninguna idea propia.
Del mismo modo,
un pasaje tras otro
de textos parafraseados muy cercanamente
a partir de diversas fuentes,
es también un plagio
del tipo de parafraseo generalizado
porque las ideas tampoco son propias.
Por último, la técnica del encubrimiento
mediante el revelado
es plagio porque involucra
la amnesia selectiva
de las fuentes
con la intención de encubrir toda la cita
y los problemas del parafraseo
generalizado en el texto.
Algunos pasajes son
documentados meticulosamente,
citados
o, parafraseados,
mientras que otros se presentan
completamente como ideas propias.
Como pueden ver, el D.I.P.
está muy ocupado
investigando todo tipo
de travesura académica y desorden,
que va de lo más insignificante
a lo más atrevido.
Dada la gravedad de las ofensas,
deben estar preguntándose
por qué nunca habían oído hablar
de los logros del Departamento
de Investigación de Plagios.
Se debe a que técnicamente no existe.
Pero gente como tú y yo podemos ser
nuestros propios agentes del D.I.P.
para luchar contra el plagio
y mantener los valores del pensamiento propio.
Sabemos que la mejor defensa contra el plagio
son los escritores que ahorran
tiempo, preocupación y esfuerzo
al tomar el camino más fácil,
de hacer el trabajo por ellos mismos.