Karen Sonneberg de 59 años creció en la costa norte de Long Island, sólo a una hora de Nueva York en auto. Sus padres sobrevivieron el Holocausto, pero rara vez lo mencionan. Yo sólo sabía que éramos diferentes, que yo era diferente. No sabía con exactitud por qué. Sus padres eran judíos, nacidos en Alemania. Cuando Hitler llegó al poder, su familia huyó. Los padres de Sonneberg eran a penas niños, pero llevaron consigo los traumas de la opresión Nazi a lo largo de sus vidas. Mi madre, desde que tenía 3 años. Mi padre, desde que tenía 5 o 6 años. Fue... sujeto a... una... una existencia dolorosa en Alemania. A pesar de su cómoda crianza en los Estados Unidos, por años Sonneberg luchó privadamente contra la ansiedad y el estrés. Aunque no podía comprobarlo, ella creía que estaba relacionado a las infancias traumáticas de sus padres. Al hablar de esto con varios amigos míos, que tienen un origen similar, parece ser consistente en muchos de nosotros. Definitivamente había retos que los "niños estadounidenses" no parecían experimentar. Aunque tú no estuviste allí. Exacto. Eso es lo sorprendente. Ahora, un nuevo estudio publicado este mes en la revista científica "Biological Psychiatry". respalda el pensamiento de Sonneberg que ha experimentado las consecuencias del trauma de sus padres. La Dra. Rachel Yehuda, directora en Mt. Sinai de la división de Estudios de Estrés Traumático condujó el estudio. Su equipo entrevistó y tomó pruebas de sangre de 32 conjuntos de sobrevivientes y sus hijos, enfocándose en el gen llamado FKBP5. Ya sabíamos que este gen contribuye al riesgo de depresión y Transtorno de Estrés Postraumático. Yehuda notó un patrón en los sobrevivientes del Holocausto llamado "cambio epigenético". No es un cambio del gen en sí, si no, un cambio en el marcador químico adjunto al gen. Cuando examinamos a sus hijos, estos también tenían un cambio epigenético, en el mismo lugar, en el gen relacionado al estrés. ¿Qué nos sugiere esto? Bueno, en la primera generación, en sobrevivientes del Holocausto, sugiere que ha habido una adaptación o una respuesta a un evento ambiental horrible. En la segunda generación, sugiere que también ha habido una respuesta en los hijos, a este trauma parental. Esto significa, que los hijos de sobrevivientes del Holocausto, como Sonneberg, pueden ser más propensos a desarrollar transtornos de estrés o ansiedad. Aunque el estudio fue pequeño, Yehuda y su equipo analizaron cualquier trauma temprano que los hijos de sobrevivientes pudieran haber experimentado ellos mismos. ¿Cómo es que un padre, que fue sujeto al trauma del Holocausto, pueda transmitir de alguna forma eso a su hijo que no estuvo ahí? Esa es una muy buena pregunta. El estudio que realizamos no abordó los "cómo". El estudio que realizamos sólo aporta la prueba de concepto. Tal vez podamos identificar el "cómo", si investigamos más. El ADN se pasa de los padres a los hijos. Pero estudios como el de Yehuda sugieren que las experencias de los padres pueden modificar la química del cuerpo y esas modificaciones también pueden transmitirse a los hijos. Científicos han analizado esta idea anteriormente. Después de una hambruna en Países Bajos durante 1944 y 1945, nacieron niños con los efectos de desnutrición, dos generaciones después de que la escasez terminó. Anteriormente, Yehuda estudió los niveles de la hormona del estrés en los hijos de mujeres que sobrevivieron los ataques del 11 de septiembre. Ella ha analizado la relación entre el trauma experimentado por sobrevivientes del Holocausto y sus hijos, por más de veinte años. Un trauma es un suceso que te cambia. No tiene que ser un cambio negativo. El trauma te cambia en muchas maneras. La mayoría de las personas que experimentan un trauma extremo aprenden mucho de esta experiencia. Algunas de esas lecciones, puedan ser lecciones que se transmiten a los hijos. Eso no es algo malo. Yehuda nos explica que las implicaciones no son sólo en sobrevivientes del Holocausto, pero esta población decreciente aporta conocimiento a cómo los médicos comprenden y tratan transtornos del estrés. Si eres propenso a enfermedades cardiacas, muchas veces el doctor puede distinguir "Este es tu peso y eso no está bien". "Esta es tu dieta, estos son tus riesgos genéticos". Y cosas así. Estaría muy bien, si pudieramos desarrollar un perfil de riesgo similar en el área de la salud mental, donde podríamos entender de dónde vienen los factores de riesgo de la depresión y la ansiedad. Hace diez años fue el Huracán Katrina, hubo niños que nacieron después de ese trauma. Hay niños que nacen en el trauma de la guerra en Siria y otras crisis alrededor del mundo. Si eres hijo de un padre que vivió un trauma, ¿estás condenado a... estar deprimido o estresado por el resto de tu vida? No creo que estés condenado. Pero creo que muchos hijos de padres traumatizados luchan contra la depresión y la ansiedad. Puedo decir que muchos de ellos han sentido alivio de que... puede haber un factor contribuyente que se basa en cómo responden a su trauma parental. Creo que ha ayudado a las personas a manejar gran parte de esa depresión y ansiedad. Exactamente un alivio fue lo que Karen Sonneberg, hija de sobrevivientes del Holocausto, sintió, después de participar en un estudio de trauma de sobrevivientes de Yehuda. Perdió a su madre hace treinta años, pero espera con ansias el cumpleaños número 90 de su padre el próximo año. En mi vida, he aprendido a sobrellevar. He aprendido a seguir adelante y superar todo esto. De haber sabido antes, cómo mis reacciones podrían impactar a mis futuros hijos, las reacciones de mis hijos, tal vez lo hubiera manejado de otra forma. O darles algún tipo de tratamiento, que tal vez les ayudaría en el futuro.