Hola a todos. No sé ustedes, pero todo esto de pensar y aprender me hace sentirme bastante hambriento. ¿Pueden sentir esos jugos gástricos que empiezan a andar? Todavía no, me temo. Me tienen a mí primero. Una de las cosas que además me he dado cuenta sobre mí mismo esta mañana es que puedo cantar. No sé si las personas sentadas a mi alrededor en la iglesia el domingo en la mañana estarían necesariamente de acuerdo, pero: el voluntariado. Soy director de una beneficiencia local que apoyamos fortalecemos comunidades y ayudamos a individuos a llevar a cabo su potencial. Y los voluntarios son parte vital de nuestro trabajo. Pero, ¿por qué el voluntariado es tan importante? Probablemente ustedes han oído aquel viejo cliché, “Si quiere que un trabajo se haga, encárgueselo a una persona ocupada”. Y sobre esta base, imaginaría que muchos de los que estamos aquí hoy, ya hacemos voluntariado. Y a riesgo de ponerles al descubierto por un momento Quiero intentar y probar esa teoría. Eso en un minuto – simplemente les doy una oportunidad de pensar respecto al respecto -- les voy a pedir que levanten su mano si actualmente hacen voluntariado que consista en algún trabajo voluntario regular. Digamos por ejemplo, un promedio de 2 horas por mes o algo como eso. Y si usted no quieren los reflectores no quieren que otros vean si levantaron la mano o no, quizás podrían ser como mi hijo, quien cree que si cierra sus ojos, nadie más puede verle. Así que, con esa advertencia de salud, cierren sus ojos si quieren pero podrían levantar sus manos si hacen voluntariado regularmente en el presente o de alguna otra forma. Muchos de ustedes, quizás creí que serían más. ¿Y qué tal en los últimos...? ¡Mantengan sus manos arriba si lo hacen! ¿Y respecto a las personas en los últimos dos o tres años? Usted tal vez no lo ha sido recientemente. Bien. Gracias. Entonces, parece difícil juzgar aquello cuando a Jonathan Dimbleby le preguntasen y él diría que como el 50% tal vez en los últimos dos o tres años. ¿Por qué hacemos voluntariado entonces, si lo hacemos? Quizás porque un pariente enfermo o amigo ha sido apoyado por la beneficiencia local y de alguna manera queremos retribuir la deuda de gratitud que sentimos que les adeudamos tal vez. A lo mejor, simplemente sentimos que tenemos vidas afortunadas y queremos aportar algo de vuelta. Quizás actuamos por una fiel motivación humanista de prestar servicio a otros. Todas estas y muchas más son razones válidas para hacer voluntariado. Pero quiero sugerir que lo mejor del voluntariado se trata además de otras dos cosas. En primer lugar, el voluntariado debiera tratarse de una relación recíproca. Que nos devuelvan al menos tanto como somos capaces de dar a aquellos que apoyamos. Por ejemplo, pudiese ser que aprendamos una nueva habilidad o que simplemente ampliemos nuestra experiencia de vida. Podría ser simplemente un reconocimiento en una forma inexistente de nuestra necesidad de ser necesarios. Todos necesitamos ser necesarios. Por supuesto, el voluntariado también, los estudios demuestran que mejora nuestra salud mental y bienestar, y puede reducir nuestro aislamiento social. Creo que en lo más fundamental, además, de forma sencilla pero profunda, estar junto a alguien necesitado, ayuda a conectarnos con su vulnerabilidad de una manera muy profunda, y nos recuerda nuestras conexiones como seres humanos. Nos conecta como parte de nuestra humanidad común. Eso me lleva a la segunda razón por la que creo que es tan importante hacer voluntariado. Y es la de que nos ayuda a conectarnos localmente con nuestra comunidad como parte del apoyo y sustento de un vecindario saludable. El voluntariado local es una parte crucial de ese adhesivo que nos mantiene juntos como sociedad. La jerga común y el capital social digno, que creo que adhieren y aquella especie de urdimbre y trama si prefieren, la tapicería, los hilos de esa tapicería que nos tejen juntos como seres humanos y como una comunidad local. Ah, puedo quedarme con todo lo poético de esto. Por eso creo que la cultura de largos horarios de trabajo y si prefieren, la individualización, el tipo de furor de la privatización tanto de la vida pública o privada es tan potencialmente dañina. Así que si son ya voluntarios, quizás podrían querer reflexionar un poquito más sobre por qué lo hacen y tal vez evaluar su voluntariado y las conexiones en el comedor durante el almuerzo que quizás ya han visto también a la hora del café, ojalá les dará muchas ideas de participaciones locales de hacer voluntariado. Y si aún no son voluntarios, ¿por qué no? Inténtelo. Nuevamente lo exhorto a buscar las oportunidades que están alrededor. Todos en nuestra vida, en tiempos difíciles de nuestra vida, sabemos de la importancia de las conexiones sociales para superar esos momentos. Estoy seguro que todos hemos experimentado duelos, quizás desempleo. Tal vez salud mental o física precarias. Y por supuesto, lo que nos permite superar esos tiempos difíciles son las conexiones que tenemos en nuestras vidas. Algo más, la gran ironía de la vida es que las personas que son más vulnerables, a menudo carecen de fuertes lazos familiares y conexiones del vecindario local. Y allí, por supuesto, es donde el voluntariado es tan importante. Así, para finalizar, quiero decir: lo mejor del voluntariado es la relación reciproca que nos conecta localmente para construir una comunidad saludable y sustentable. Además, añadiría, viene con un aviso de salud. Podría cambiar su vida, para siempre. Gracias. Disfruten el almuerzo. (Aplausos)