Buenas tardes. ¿Están teniendo una tarde transformadora hasta ahora? Hoy estoy aquí para hablarles sobre una mentira, una mentira sexy específicamente. Sé que hay muchas mentiras, algunas son sexy, algunas no lo son. Me gustaría hablar específicamente sobre la mentira o la noción de que ser un objeto sexual nos empodera y me gustaría convencerlos de que no nos empodera. Primero, hablándoles sobre qué es la "cosificación sexual", para luego seguir con un análisis teórico y estadístico de por qué es perjudicial y, finalmente, proveer un plan de acción para poder navegar la cultura de la cosificación y cambiar la cultura de la cosificación. Comencemos entonces. ¿Qué es la cosificación sexual? Es el proceso de representar o tratar a una persona como un objeto sexual que sirve al placer sexual de otra persona. Lo interesante sobre la cosificación sexual, es que solía haber un vocabulario para describirla. En los 60 y 70, nos preocupaba la cosificación sexual y su daño en chicas y mujeres. En los 80, 90 y en la actualidad, hemos estado relativamente callados cuando se trata del discurso público. Y aunque la cultura de la cosificación sexual se ha amplificado, y vemos más imágenes --el 96 % son de mujeres-- de cuerpos cosificados sexualmente, no tenemos un vocabulario para hablar del tema. Y la mayor parte de la gente joven ha perdido la habilidad de identificarlo. Como dijo un amigo, es como ser criado en una habitación roja, que te saquen de la habitación roja y te pidan describir al color rojo. Aprovechando el trabajo de otros, desarrollé una prueba de objeto sexual. Si la respuesta a cualquiera de estas siete preguntas es "sí", estamos en presencia de cosificación sexual en la imagen. Primero, ¿muestra la imagen solo partes de un cuerpo "sexualizado"? En otras palabras, ¿las partes representan el todo? El trasero de esta mujer, por ejemplo, en esta publicidad. ¿Muestra la imagen a una persona "sexualizada" como reemplazo de un objeto? En esta imagen, una mujer se convierte en una mesa. ¿Muestra la imagen a una persona "sexualizada" como intercambiable? Es decir, como a un artículo que se puede reemplazar por otro. ¿La imagen afirma la idea de violar la integridad corporal de una persona "sexualizada" que no puede dar su consentimiento? En otras palabras, ¿se actúa sobre esa persona como si fuera un objeto sexual? ¿Sugiere la imagen que la disponibilidad sexual de la persona es la característica que define a esa persona? El texto de esta publicidad dice: "Sabes que no eres su primero, pero ¿te importa realmente?" y se utiliza para vender vehículos usados. (Risas) ¿Muestra la imagen a la persona "sexualizada" como mercadería, como algo que puede ser comprado y vendido? En esta publicidad, vemos mujeres en una máquina expendedora y un hombre está eligiendo una mujer y se usa para vender zapatos de hombres. Y, finalmente, ¿la imagen trata el cuerpo de la persona como un lienzo? Y no hablo de tatuajes que la persona decide tener, sino sobre cómo se usa al cuerpo como un tipo específico de lienzo. Una nueva cultura de cosificación ha surgido en los últimos 10 años y está marcada por dos cosas: el incremento del número de anuncios que cosifican sexualmente en la TV, películas, juegos de video, videoclips, revistas y otros medios; y el segundo componente publicitario es que las imágenes se han vuelto más extremas, más "hipersexualizadas". ¿Por qué está sucediendo esto? Realmente se puede reducir a la tecnología. La nueva tecnología ha incrementado el número de imágenes a las que somos expuestos todos los días. En los 70, veíamos unos 500 anuncios por día, ahora vemos unos 5000 anuncios cada día. Los chicos de 8 a 18 años pasan en promedio ocho horas al día atrapados por dispositivos que los ponen al alcance de los anunciantes. ¿Qué hacen los anunciantes? Van directo al grano con un mayor énfasis en la violencia, "hiperviolencia" y la "hipersexualidad". Entonces, ¿por qué no nos empodera? Primero, quiero apelar a la lógica. Cuando se habla de objetos sexuales, se habla de dicotomías. En Occidente, pensamos en términos de blanco o negro, sí o no, dos categorías opuestas. Cuando se piensa en objetos sexuales, se piensa en la dicotomía objeto-sujeto. Los sujetos actúan, los objetos son utilizados. Entonces, incluso si uno fuera un objeto perfecto, el objeto sexual perfecto, uno está perfectamente subordinado porque siempre será utilizado. No hay ningún poder en ser un objeto sexual, si lo pensamos lógicamente. Es más, esta idea de que el sexo vende, me gustaría refutarla directamente porque la cuestión es, si el sexo vende --la mayoría de las mujeres son heterosexuales y somos seres sexuales-- entonces, ¿por qué no vemos hombres semidesnudos en anuncios por todos lados? (Grito en la audiencia) Me gustaría plantear... (Risas) Me gustaría plantear que se está vendiendo otra cosa aquí. A los hombres se les vende la idea, constantemente, de que son sujetos sexuales, están en el asiento del conductor, ver imágenes de mujeres cosificadas los hace sentirse poderosos. Y a las mujeres, se nos vende la idea de que así es cómo obtenemos nuestro valor y de que esa es la forma de ser el objeto sexual perfecto. Por eso en lugar de vender sexo, se venden estas ideas de subjetividad y objetividad. Entonces, vemos revistas de hombres con mujeres semidesnudas y vemos revistas de mujeres con mujeres semidesnudas. Pasemos a la investigación. La "autocosificación" es un fenómeno en el que las chicas y mujeres vemos a nuestros cuerpos como objetos sexuales. Y todas lo hacemos, en menor o mayor medida. Esto varía un poco por la sexualidad y un poco por la etnia, pero, en general, todas las mujeres de EE.UU. pasamos por esto. Entonces, "autocosificación", 10 años de investigación, la mayor parte hecha por psicólogos, sabemos que esto produce efectos muy graves. Voy a repasar toda la lista, pero quiero concentrarme en un par de puntos. Primero: cuanto más nos vemos como objetos sexuales e interiorizamos la idea, hay mayores riesgos de sufrir depresión. También incurrimos en "monitoreo corporal habitual" más frecuentemente cuando nos vemos como objetos sexuales. ¿Qué es el "monitoreo corporal habitual"? Para los hombres presentes, esto será una novedad, pero no es ninguna novedad para las mujeres. Pensamos sobre la posición de nuestras piernas, nuestro cabello, cómo nos da la luz, quién nos mira, quién no nos mira. De hecho, en los cinco minutos que llevo hablando, en promedio, las mujeres presentes han incurrido en el monitoreo corporal 10 veces. Es decir, cada 30 segundos. Los desórdenes alimenticios son más prevalentes en los que se ven como objetos sexuales, al igual que la "vergüenza corporal" y el deterioro de la función cognitiva. Si incurrimos en monitoreo corporal habitual, esto consume mayor espacio mental que podría ser usado para resolver problemas de matemáticas o en hacer nuestras tareas, consume nuestra función cognitiva. También existe la disfunción sexual. Con esta idea de que el sexo vende, ¿no es extraño que vernos como objetos sexuales y ser criados en una sociedad que incita a las chicas a ver sus cuerpos como proyectos y a ser objetos sexuales, que eso se entrometa en nuestra buena vida sexual? (Risas) Entonces, habitualmente las mujeres que se "autocosifican" incurren en algo llamado "modo espectador" durante el acto sexual. En lugar de involucrarse y disfrutar del placer de lo que está sucediendo, tienden a verse desde la perspectiva de un tercero, la perspectiva de un espectador y se preocupan por los rollos de grasa o por cómo se ven sus piernas. Todo esto impide el placer sexual. Si hay algo que quisiera decirles sobre por qué no queremos vivir en una cultura que nos cosifica sexualmente, es que esto disminuye el placer sexual. También baja la autoestima y los resultados académicos y, como descubrí en mi investigación, la diferencia es significativa. Es la diferencia entre realizar estudios de posgrado y no realizar estudios de posgrado para universitarias. También disminuye la eficacia política o la creencia de tener voz en la política. Y disminuye la habilidad de llevarse bien con otras mujeres. Incurrimos en la "competencia femenina". Vemos la atención masculina como el Santo Grial de nuestra existencia y competimos con otras mujeres por nuestra autoestima porque lo vemos como un recurso limitado, un preciado recurso finito. Vamos a fiestas y sabemos nuestro lugar en la lista de chicas bonitas y cuando otra mujer es valorada por ser un objeto sexual, de hecho, nos hace sentir mal sobre nosotras mismas. ¿Qué se puede hacer? Un plan de acción. Primero, me gustaría proponer algunas acciones personales porque la cosificación sexual nos pone un techo que perjudica a las mujeres personal, política y profesionalmente. Quiero enfocarme en lo personal. ¿Qué podemos hacer? Podemos dejar de consumir material dañino, chicas y mujeres, porque en menos de tres minutos, sabemos que nuestra autoestima bajó cuando hojeamos revistas de moda. Podemos dejar de competir con otras chicas y mujeres. Cuando una mujer recibe atención por esto, podemos entender que ella es parte de un sistema en el que las reglas están en nuestra contra. Ella no es el problema, es un síntoma del problema. Y podemos dejar de buscar atención para nuestros cuerpos. Enseñamos a los chicos a ver a sus cuerpos como herramientas para dominar su entorno. Enseñamos a las niñas a ver a sus cuerpos como proyectos que deben ser mejorados. ¿Y si las mujeres empezaran a ver a sus cuerpos como herramientas para dominar su entorno? Como herramientas para ir de un lugar al siguiente, como vehículos maravillosos para recorrer el mundo de una forma nueva. Y a los chicos: sé un aliado comprensivo, entiende lo que sucede a tu alrededor, lo que sucede en las mentes de las mujeres que te rodean. No evalúes a las chicas y mujeres por su apariencia, sino por lo que dicen y lo que hacen. Y, finalmente, usa tu posición de privilegio estratégicamente para hablar en contra de la cosificación. Pasando de lo personal a lo político, se puede boicotear, simplemente rehusarse a consumir material que cosifica sexualmente a chicas y mujeres. Se puede contactar a productores de medios cuando algo te resulta ofensivo. Pueden producir contenidos propios, pónganse detrás de la cámara, escriban, actúen, dirijan. Pueden participar del nuevo activismo de medios. Hay un mundo increíble a su disposición para lograr cambios políticos y quiero comentar solo unos ejemplos. Primero, "Sociological Images", el blog de la Dra. Lisa Wade. Ella trabajó con estudiantes para retirar el sostén relleno de Abercrombie & Fitch, un traje de baño con relleno para niñitas. Hicieron una campaña, escribieron blogs sobre el tema que recibieron cierta cobertura mediática, hicieron peticiones y retiraron el producto de sus tiendas en todo el país. Esta es mi heroína, su nombre es Julia, tiene 14 años y logró que change.org formulara una petición y consiguió 85 000 firmas. Fue a Nueva York y la revista "Seventeen" se comprometió a no retocar con Photoshop las fotos de sus modelos de ahora en más. Finalmente, los dejo con esta idea de imaginar un mundo diferente. Me gustaría que imaginen un mundo en el que las chicas y mujeres no pasan una hora cada mañana maquillándose y peinándose. Quisiera que imaginen un mundo en el que las mujeres son valoradas por lo que dicen y hacen, en lugar de por su apariencia. Quisiera que imaginen un mundo en el que, en lugar de gastar tiempo en disfrazar nuestra apariencia, pusiéramos nuestras energías en resolver los problemas serios, como la trata de personas, la violencia sexual, la homofobia, la pobreza, el hambre. Y, finalmente, porque Uds. son los arquitectos de su futuro, quisiera recordarles que algunas veces los arquitectos deben demoler paradigmas para construir un mundo mejor. Entonces, mi pregunta para Uds. es: ¿qué mundo mejor van a construir? Muchas gracias. (Aplausos)