Hola, soy Andrea Gibson y este es
mi poema "El nutricionista".
El nutricionista dijo que
debería comer tubérculos.
Que si pudiera consumir 13 nabos por día
estaría en tierra firme,
enraizada.
Dijo que mi cabeza no echaría a volar
a donde vive la oscuridad.
La vidente me contó que
mi corazón carga mucho peso,
que por USD 20 me diría qué hacer.
Le entregué los 20 y me dijo:
"Deja de preocuparte, querida,
encontrarás a un buen hombre pronto".
El primer psicoterapeuta dijo
que debía pasar tres horas diarias
sentada en un armario oscuro con
los ojos cerrados y las orejas tapadas.
Lo intenté una vez pero
no pude dejar de pensar
cuán gay era estar sentada en el armario.
El yogui me dijo que estirara todo
menos la verdad,
dijo que me centrara en las respiraciones,
que todos encuentran la felicidad
si pueden preocuparse más en lo que
pueden dar que lo que reciben.
El farmacéutico dijo klonopin,
lamictil, litio, Xanax.
El doctor dijo que un antipsicótico
me ayudaría a olvidar
lo que el trauma dijo.
El trauma dijo que
no escribiera este poema.
Nadie quiere oírte llorar sobre
el dolor que hay dentro de tus huesos
Pero mis huesos dijeron:
"Tyler Clementi se hundió en el río Hudson
convencido de que estaba totalmente solo".
Mis huesos dijeron: "Escribe el poema".
A la luz de la lámpara.
Evaluando el cauce del río.
A la araña de tu destino
pendiendo de un hilo.
A los días que no podías
levantarte de la cama.
Al centro de tu muñeca.
A cualquiera que alguna vez quiso morir.
Me han dicho, a veces, que lo más
curativo que podemos hacer
es recordarnos una, y otra, y otra vez
que otras personas sienten esto también.
El mañana que ha venido y se ha ido
y no ha mejorado.
Cuando has medio terminado
de escribir esa carta a tu madre
que dice: "Juro por Dios que lo intenté".
Pero cuando pensé que había
tocado fondo me devolvió el golpe.
No hay moretón como el moretón
de la soledad que golpea tu espinazo.
Déjame decirte
sé que hay días en los que parece
que todo el mundo baila en las calles
cuando te derrumbas como las puertas
de sus edificios saqueados.
No estás solo y preguntándote quién
será sentenciado por el crimen de insistir
sigues cargando tu dolor dentro
de la cámara de tu vergüenza.
No eres débil solo porque tu corazón
se siente tan pesado.
Nunca encontré un corazón así que no fuera
una cabina telefónica con una capa roja.
Algunas personas nunca entenderán
el tipo de superpoder que se necesita
para que ciertas personas
solo salgan afuera.
Algunos días sé que mi sonrisa luce
como el canalón de una casa que se cae,
pero mis manos están siempre
aferradas a la cuerda del creer.
Una vida puede ser plena como la tierra.
Hacer comida de la decadencia.
Convertir una herida en una carretera.
Recógeme en un camión con una pegatina
en el parachoques que diga:
"No es síntoma de buena salud estar
bien adaptado a una sociedad enferma".
Nunca confié en nadie que hubiera
apretado el arco de mi espina dorsal
de la manera en que confié en aquellos
que me abrieron la garganta
gritando por su pulso para encontrar
una batalla por la que luchar.
Cuatro noches antes de que Tyler Clementi
saltara desde el puente George Washington,
estaba sentada en un habitación
de hotel de mi propia ciudad
calculando cuántas tenía que tragar para
abatir un bote de pastillas para dormir.
Lo que sé sobre vivir es que
el dolor nunca es solo nuestro,
cada vez que duele
sé que la herida es un eco.
Así que sigo escuchando hasta el momento
cuando el dolor se convierte en ventana,
cuando puedo ver lo que no vi antes.
A través del cristal
de mi sueño más maltrecho,
vi a un diente de león
perder la cabeza en el viento
y cuando lo hizo, esparció mil semillas.
Así que la próxima vez que te diga
lo fácilmente que escapo de mi piel,
no trates de volver a ponérmela
solo di que estamos aquí juntos
en la ventana, deseando que todo mejore,
sabiendo que todo lo que nos duele en
el corazón es solo rodillas despellejadas,
sabiendo que existe la posibilidad
de que el peor día aún esté por llegar.
Déjame decir para la posteridad,
sigo estando aquí
pidiendo a este mundo que baile,
incluso cuando siga pisando mis pies.
Quédate conmigo, ¿de acuerdo?
Quédate aquí conmigo.
Incrementa tu mordisco
contra la amarga oscuridad.
Tu brillante anhelo.
Tus brillantes puñados de pérdida.
Amigo,
si lo único que podemos obtener
es estar uno junto al otro,
Dios mío, eso es bastante,
Dios mío, eso es suficiente,
Dios mío, es mucho por la luz que da
a cada uno de nosotros,
susurrando una, y otra, y otra vez,
"Vive"
"Vive"
"Vive"