¿Quién no ama la eficiencia? Yo sí.
La eficiencia significa más por menos.
Más millas por galón, más luz por vatio,
más palabras por minuto. Más por menos
es lo mejor que hay después de algo por
nada.
Algoritmos, big data, la nube, nos están
dando más por menos.
¿Nos dirigimos hacia una utopía libre de
fricción o hacia una pesadilla de
vigilancia?
No lo sé.
Mi interés está en el presente,
y me gustaría mostrarles cómo el pasado
puede ayudarnos a entender el presente.
No hay nada que resuma mejor lo
prometedor y a la vez lo peligroso de la
eficiencia como la humilde papa.
La papa se originó en los Andes y se
extendió a Europa desde los antiguos
incas.
La papa es una obra maestra de nutrición
equilibrada,
y tenía unos amigos muy poderosos.
El rey Federico el Grande de Prusia fue
el primer entusiasta.
Él creía que la papa podría ayudar a
aumentar la población de prusianos
saludables,
y mientras más prusianos saludables, más
soldados prusianos saludables.
Y algunos de esos soldados prusianos
saludables capturaron a un farmacéutico
militar francés llamado Parmentier.
Parmentier, al principio, estaba
horrorizado por la dieta a base de papas
con la que alimentaban a los prisioneros
de guerra de mañana, tarde y noche, pero
terminó disfrutándola.
Pensó que lo estaban haciendo una
persona más sana.
Y así, cuando fue liberado, se encargó
de extender la papa a Francia.
Y tenía algunos amigos poderosos.
Benjamin Franklin le aconsejó que
celebrara un banquete en el que cada
plato tuviera papas,
y Franklin fue un invitado de honor.
Incluso el rey y la reina de Francia
fueron persuadidos para usar papas.
Flores de papa, discúlpenme.
El rey llevaba una flor de patata en la
solapa, y la reina llevaba una flor de
patata en el pelo.
Esa fue una gran idea de relaciones
públicas.
Pero había una trampa.
La papa era demasiado eficiente para el
bien de Europa.
En Irlanda, parecía un milagro.
Las papas florecieron, la población
creció.
Pero había un riesgo oculto.
Las papas de Irlanda eran genéticamente
idénticas.
Eran una raza muy eficiente llamada
"Lumper".
El problema con el Lumper era que una
plaga venida de América del Sur, que
afectaba a una sola papa, terminaría
afectándolas a todas.
La explotación y la insensibilidad de
Gran Bretaña tuvieron su
responsabilidad, pero fue debido a este
monocultivo que murieron un millón de
personas y otros dos millones fueron
obligados a emigrar.
Una planta que supuestamente terminaría
con la hambruna creó una de las más
trágicas.
Los problemas de eficiencia hoy son
menos drásticos, pero más crónicos.
También pueden prolongar los males que
estaban destinados a resolver.
Veamos por ejemplo los registros médicos
electrónicos.
Parecían ser la respuesta al problema de
la escritura a mano de los médicos, y
tenía el beneficio de proporcionar datos
mucho mejores para los tratamientos.
En la práctica, en cambio, ha
significado mucho más papeleo
electrónico, y los médicos ahora se
quejan de que tienen menos tiempo en
lugar de más para ver a los pacientes
individualmente.
La obsesión por la eficiencia puede
hacernos menos eficientes.
La eficiencia también responde con
falsos positivos.
Los hospitales tienen cientos de
dispositivos que registran alarmas.
Con demasiada frecuencia son falsas
alarmas.
Lleva tiempo descartarlas,
y ese tiempo resulta en fatiga, estrés,
y una vez más, el descuido de los
problemas de pacientes reales.
También hay falsos positivos en el
reconocimiento de patrones.
Un autobús escolar visto desde el ángulo
equivocado puede parecerse a un saco de
boxeo,
por lo tanto, se requiere de tiempo
valioso para eliminar la identificación
errónea.
Los falsos negativos también son un
problema.
Los algoritmos pueden aprender mucho,
rápido,
pero solo pueden contarnos sobre el
pasado.
Muchos clásicos futuros reciben malas
críticas, como Moby Dick,
o son rechazados por varios editores,
como la serie de Harry Potter.
Puede ser un desperdicio tratar de
evitar todo desperdicio.
La eficiencia también es una trampa
cuando la oposición la copia.
Veamos por ejemplo la pieza de
artillería francesa de 75 milímetros de
finales del siglo XIX.
Fue una obra maestra de diseño letal.
Esta pieza podría disparar un proyectil
cada cuatro segundos.
Pero eso no era tan inusual.
Lo que fue realmente brillante fue que,
debido al mecanismo de retroceso, podía
regresar exactamente a la misma posición
sin tener que ser reorientado.
Entonces, la tasa efectiva de disparo
aumentó drásticamente.
Ahora, esta parecía ser una forma para
que Francia derrotara a Alemania la
próxima vez que pelearan.
Pero, como era previsible, los alemanes
estaban trabajando en algo muy similar.
Entonces, cuando estalló la Primera
Guerra Mundial, el resultado fue la
guerra de trincheras que duró más de lo
que nadie había esperado.
Una tecnología, que fue diseñada para
acortar la guerra, la prolongó.
El mayor costo de todos pueden ser las
oportunidades perdidas.
La economía de plataforma que conecta a
compradores y vendedores puede ser una
gran inversión, y lo hemos visto en las
últimas semanas.
Compañías que todavía están perdiendo
cientos de millones de dólares pueden
estar creando multimillonarios con
ofertas públicas iniciales.
Pero los inventos realmente difíciles
son los físicos y químicos.
Significan mayores riesgos.
Pueden estar perdiéndose porque el
hardware es difícil.
Es mucho más difícil escalar una
invención física o química que una
invención basada en software.
Piensen en las baterías.
Las baterías de iones de litio que hay
en dispositivos portátiles y automóviles
eléctricos se basan en un principio de
30 años.
¿Cuántas baterías de teléfonos
inteligentes de hoy durarían un día
completo con una sola carga?
Sí, el hardware es difícil.
Les tomó más de 20 años a las patentes
sobre "El principio de fotocopiado en
seco" de Chester Carlson en 1938, para
dar como resultado la copiadora Xerox
914 lanzada en 1959.
La pequeña y valiente compañía Haloid,
en Rochester, Nueva York, tuvo que pasar
por lo que la mayoría de las
corporaciones nunca habrían tolerado.
Hubo una falla tras otra, y uno de los
problemas especiales fue el fuego.
De hecho, cuando finalmente se lanzó la
914, todavía tenía un dispositivo que se
llamaba "eliminador de quemaduras", pero
en realidad era un pequeño extintor
incorporado.
Mi respuesta a todas estas preguntas es
la ineficiencia inspirada.
Los datos y la medición son esenciales,
pero no son suficientes.
Dejemos espacio para la intuición humana
y las habilidades humanas.
Hay siete facetas de ineficiencia
inspirada.
Primero, por ejemplo, veamos la ruta
escénica, decir "sí" a la casualidad.
Los giros incorrectos pueden ser
productivos.
Una vez, cuando estaba explorando la
orilla este del Mississippi, tomé el
camino equivocado.
Me estaba acercando a un puente de peaje
que cruza el Gran Río, y el recaudador
dijo que no podía regresar.
Entonces, pagué mis 50 centavos, eso era
todo en ese momento, y estaba en
Muscatine, Iowa.
Apenas había oído hablar de Muscatine,
pero resultó ser un lugar fascinante.
Muscatine tenía algunas de las camas de
mejillones más ricas del mundo.
Hace un siglo, un tercio de los botones
del mundo se producían en Muscatine,
1.500 millones al año.
Las últimas plantas están cerradas, pero
todavía hay un museo de la industria de
los botones de perlas que es uno de los
más inusuales del mundo.
Pero los botones fueron solo el
comienzo.
Esta es la casa en Muscatine donde el
futuro presidente de China se quedó en
1986 como miembro de una delegación
agrícola.
Ahora es la casa de la amistad
de las relaciones entre China y EEUU, y
es un sitio de peregrinación para
turistas chinos.
¿Cómo podría yo haber previsto eso?
Segundo, levantarse del sofá.
A veces puede ser más eficiente hacer
las cosas de la manera difícil.
Consideremos el Internet de las cosas.
Es maravilloso poder controlar las
luces, configurar el termostato, e
incluso aspirar la habitación sin dejar
nuestros asientos,
pero la investigación médica ha
demostrado que estar inquieto,
levantarse y caminar, es una de las
mejores cosas que se puede hacer por el
corazón.
Es bueno para el corazón y la cintura.
Tercero, monetizar tus errores.
Se pueden crear grandes formas mediante
el desarrollo imaginativo de accidentes.
Tad Leski, un arquitecto de la
Metropolitan Opera en el Lincoln Center,
estaba trabajando en un boceto y un poco
de tinta blanca cayó sobre el dibujo.
Es posible que otras personas lo hayan
tirado a la basura, pero Leski se
inspiró para producir un candelabro en
forma de estrella que probablemente fue
el más notable de su tipo del siglo XX.
Cuarto, a veces intentar por las malas.
Puede ser más eficiente ser menos
fluido.
Los psicólogos llaman a esto una
dificultad deseable.
Tomar notas detalladas con un teclado
parece ser la mejor manera de comprender
lo que dice el profesor para poder
revisarlo al pie de la letra.
Sin embargo, los estudios han demostrado
que cuando tenemos que abreviar, cuando
tenemos que resumir lo que dice un
hablante, cuando tomamos notas con un
bolígrafo o un lápiz sobre papel,
estamos procesando esa información.
Lo hacemos nuestro y estamos aprendiendo
mucho más activamente que cuando
simplemente transcribimos lo que se
dice.
Quinto, obtener seguridad a través de la
diversidad.
El monocultivo puede ser mortal,
¿recuerdas la papa?
Fue eficiente hasta que no lo fue.
La diversidad también se aplica a las
organizaciones.
El software puede decir qué hizo que
personas en una organización tuvieran
éxito en el pasado,
y es útil, a veces, en la filtración de
los empleados,
pero recuerden que el entorno cambia
constantemente y que el software, el
software de filtración, no tiene forma
de saberlo, y no tenemos forma de saber
quién será útil en el futuro.
Por lo tanto, debemos complementar lo
que el algoritmo nos diga con intuición
y buscando personas con diversos
antecedentes y perspectivas.
Sexto, lograr la seguridad a través de
la redundancia y las habilidades
humanas.
¿Por qué se estrellaron dos aviones 737
Max?
Todavía no conocemos la historia
completa, pero sabemos cómo prevenir
futuras tragedias.
Necesitamos múltiples sistemas
independientes.
Si uno falla, los otros pueden anularlo.
También necesitamos operadores
calificados que vengan al rescate, y eso
significa capacitación constante.
Siete, ser racionalmente extravagantes.
Thomas Edison fue un pionero de la
industria del cine, así como de la
tecnología de cámaras.
Nadie ha hecho más por la eficiencia que
Thomas Edison,
pero su corte transversal se dañó.
Su gerente contrató a un llamado
"ingeniero de eficiencia", que le
aconsejó que ahorrara dinero usando más
del rollo de película que había filmado,
teniendo menos regrabaciones.
Bueno, Edison era un genio, pero no
entendía las nuevas reglas de los
largometrajes y el hecho de que el
fracaso se estaba convirtiendo en el
precio del éxito.
Por otro lado, algunos grandes
directores, como Erich von Stroheim,
fueron todo lo contrario.
Eran excelentes dramaturgos, y Stroheim
también fue un actor memorable,
pero no podían trabajar dentro de sus
presupuestos,
entonces eso no era sostenible.
Fue Irving Thalberg, un ex secretario
con una genialidad intuitiva, quien
logró una extravagancia racional.
Primero en Universal, luego en MGM,
convirtiéndose en el ideal del productor
de Hollywood.
En resumen, para ser verdaderamente
eficientes, necesitamos una ineficiencia
óptima.
El camino más corto puede ser una curva
en lugar de una línea recta.
Charles Darwin lo entendió.
Cuando se encontró con un problema
difícil, hizo un recorrido por un
sendero, el camino de arena que había
construido detrás de su casa.
Un camino productivo puede ser físico,
como el de Darwin, o uno virtual, o un
desvío imprevisto de un camino que
habíamos trazado.
Demasiada eficiencia puede debilitarlo,
pero un poco de ineficiencia inspirada
puede fortalecerlo.
A veces, la mejor manera de avanzar es
seguir un círculo.
Gracias.
(audiencia aplaudiendo)