Si alguna vez han sospechado que su voto no cuenta en realidad y que la mayoría está en su contra, tal vez tengan razón. En muchos lugares de este país, no existe una democracia eficiente. Las personas acuden a las votaciones, pero tal vez no tienen una elección real al votar. En 2010 los ciudadanos de Florida trataron de hacer algo al respecto. Propusieron una iniciativa de votación con dos tercios a favor: una nueva enmienda constitucional que exigía que los distritos fueran justos y no tendenciosos en función de raza o parido. Pero no funcionó. La asamblea legislativa estatal solicitó revisarla para evitar así esos nuevos requisitos. En batallas judiciales posteriores, el mapa que crearon resultó ser una división racista y partidaria. El estado de Florida es sólo un ejemplo de nuestro problema nacional llamado gerrymandering. Gerrymandering es cuando tomas a algunas personas de un lugar, algunas otras personas de otro y las delimitas en el mapa para crear un distrito con un objetivo demográfico determinado. Aquí les muestro un ejemplo en un mapa con 25 personas. El 60 % son verdes y el 40 % son moradas. Si las dividen en cinco distritos de cinco personas cada uno, obtendrán un resultado proporcional en el que las personas verdes ganaron en tres distritos y las personas moradas ganaron en dos distritos. Pero si juntan demasiadas personas verdes en sólo dos distritos, pueden cambiar el resultado a tres distritos con una mayoría morada. También pueden separar a las personas moradas justo así para que no obtengan la mayoría en ningún lugar. Estas estrategias de juntar y separar se han usado en decenas distritos por todo el país. Ese distrito azul claro al noreste de Florida resultó manipulado por motivos raciales, pues junta demasidas personas de color en un solo distrito, y minimiza su influecia en el resultado. Esto sucedio en Florida en 2012, pero este tipo de manipulación ha ocurrido desde hace tiempo, al menos desde 1812, cuando el gobernador de Massachusetts, Elbridge Gerry, legalizó un mapa que fue caricaturizado como un monstruo en forma de dragón o salamandrá, y así surgió el término gerrymander. Esto empeoró con el tiempo. Lo gracioso es que en vez de votantes eligiendo a sus políticos, ahora tenemos políticos eligiendo a sus votantes. ¿Por qué es un problema? Cuando tienen demasiados distritos que son manipulados para salvar a un partido o al otro, el proceso político se viene abajo en ciertos aspectos. Lo demostraré con un ejemplo. En 2006 administraba la página web de una campaña electoral en California. Estábamos en un distrito manipulado, digamos, por el otro partido. El lider del partido no tenía ganas de hacer campaña y no iba a presentarse a los debates. No quería hacerlo Nuestro partido no nos iba a apoyar, pensaban que estábamos perdidos. El día de la votación, el líder del partido obtuvo el 60/40 esperado. En otros lugares ha sido peor. En 2014, en 32 distritos no hubo oposición nadie se presentó a la votación. Son 20 millones de estadounidenses los que no tienen elección real sobre sus representantes en el congreso. En algunos lugares, el lider político enfrenta un reto mayor dentro de su mismo partido. Pero ya sea que apoyen a un extremista novato o a un veterano, ese político podrá sentir que no hay necesidad de esforzarse y comprometerse con nada porque están a salvo, porque el proceso legislativo puede llevar a un atasco y los votantes se vuelven cínicos. ¿Y si tuviéramos distritos imparciales? ¿Y si definimos matemáticamente cómo es el distrito adecuado y no dejamos interferir a nadie más? El mapa de Florida luciría así. Desde hace diez años, las computadoras ya son capaces de crear este tipo de mapa que se apega a los requerimientos legales de tener igual población por distrito, distritos contiguos que son unitarios, y, en este caso, crear distritos compactos que puedan representar efectivamente una zona o región. Pero al comienzo no sabía si iba a funcionar. Los trabajos previos han resultado en mapas descabellados como el que les acabo de mostrar, que no podrían ampliarse hasta un estado completo en valores de datos. Pero lo intenté porque creo que soy buen técnico y creo que funciona muy bien. Así que, cuando el resultado de los datos se reveló en 2010, me puse a trabajar con mi computadora y seis meses depués elaboré 137 mapas para la asamblea legislativa y los distritos electorales de todo el país. Y creo que el resultado es muy bueno. Veamos un ejemplo más. Primero, la manera antigua. Carolina del Norte ha estado en disputas legales constantes casi desde que se elaboraron sus mapas electorales. Hace poco, fueron descartados por motivos raciales justo durante la primera temporada. Se elaboraron nuevos mapas rápidamente, y las elecciones preliminares tuvieron que posponerse de marzo a junio. Votantes y candidatos quedaron en la confusión. El distrito rojo al Noreste invade otros tres distritos. El distrito rosa del centro se hace tan angosto y se extiende para abarcar otras áreas. Es una locura. Estas son las pruebas visuales de los distritos que han sido manipulados para ciertos fines políticos. Lo opuesto a un mapa manipulado y descontrolado es un mapa compacto, como éste. Pueden notar la diferencia. También pueden medirlo. Establezco la medida como la distancia promedio por persona al centro de su distrito. En el antiguo mapa de Carolina del Norte, esa distancia era de 61 km, en mi mapa es de 40 km. Así pueden medir cuán manipulado y descontrolado es un mapa o cuán compacto es. En resumen, es técnicamente posible. ¿Cómo está la situación política? Tal vez piensen que habrá cierta renuencia a este tipo de cambios, y sí la hay, pero también hay cierta exigencia por ellos. El gobernador republicano de Maryland ha solicitado recientemente ayuda nacional para cambiar su estado democrático y manipulado. Éste es uno de los desastres distritales más retorcido y horripilante (Risas) que he visto en cualquier mapa. No sé si éste sea el mejor mapa, pero estoy seguro de que es un mapa viable y legal sin muchos de los evidentes rodeos e inconvenientes del otro mapa. Existen muchos estados con un gobierno dividido, con los partidos luchando por la redistribución. Esto no debería ser motivo de lucha. La redistribución distrital debería ser un proceso burocrático y aburrido en el que agregan nuevo datos, mueven la manivela y obtienen nuevos mapas para lo siguientes diez años. En los últimos años, California, Arizona, Ohio y Florida han aprovado reformas de varios tipos. Son la muestra de que es posible. Puede que las reformas no sean perfectas y que necesiten una mejora, pero podemos hacerlo. Es técnicamente posible. Los softwares de código abierto, gratuitos y verificables, que operan en computadoras que todos pueden usar, pueden generar este tipo de mapas imparciales y los resultados son grandiosos. Es políticamente posible. Las personas quieren una reforma, también algunos funcionarios. Los mecanismos legales son posibles. Si pudiéramos lograr un cambio hoy, conseguiríamos un gran efecto futuro en nuestros procesos políticos. Si las reformas se aplican en diversos lugares, diversos estados, podríamos conseguir una norma nacional. Y una norma nacional podría sustentar nuestro valor principal: protección equitativa bajo la ley para todos. (Aplausos)