Hola TEDWomen, ¿qué pasa?
(Aclamación)
No es suficiente.
Hola TEDWomen, ¿qué pasa?
(Aclamación)
Me llamo Maysoon Zayid
y no estoy ebria,
pero sí el médico
que me trajo al mundo.
Cortó a mi mamá 6 veces
en 6 direcciones diferentes,
asfixiando a la pobre
de mí en el proceso.
Como resultado,
tengo parálisis cerebral,
por eso tiemblo todo el tiempo.
Miren.
Es agotador. Soy como una
mezcla de Shakira
y Muhammad Alí.
(Risas)
La P. C. no es genética.
No es congénita
ni puede contraerse.
Nadie maldijo el útero de mi madre
y no la contraje porque mis padres
fueran primos hermanos,
aunque lo son.
(Risas)
Solo pasa por accidentes,
como el que me ocurrió al nacer.
Ahora, les advierto,
no soy fuente de inspiración.
Y no quiero que ninguno
de los presentes
se sienta mal por mí,
porque en algún momento de la vida,
han deseado ser discapacitados.
Vamos de paseo.
Vísperas de Navidad,
están en el centro comercial,
conducen en círculos en busca
de estacionamiento
y ¿qué ven?
16 lugares vacíos para discapacitados.
Y piensan: "Dios, ¿puedo ser al menos
un poquito discapacitado?".
(Risas)
Además, les digo,
tengo 99 problemas, y la P. C.
es solo uno de ellos.
De existir una olimpíada
de la opresión,
yo ganaría la medalla de oro.
Soy palestina, musulmana,
mujer, discapacitada
y vivo en Nueva Jersey.
(Risas) (Aplausos)
Si con eso no se sienten mejor,
quizá deberían hacerlo.
Soy de Parque Cliffside,
en Nueva Jersey.
Siempre me encantó que
mi barrio y mi enfermedad
tuvieran las mismas iniciales.
También me encanta que
si quisiera caminar
de mi casa a Nueva York, podría.
Muchas personas con parálisis
cerebral no caminan,
pero mis padres no creen
en el "no se puede".
El mantra de mi padre era:
"Puedes [can] hacerlo;
bailar cancan".
(Risas)
Si mis 3 hermanas
mayores limpiaban,
yo limpiaba.
Si mis 3 hermanas mayores
iban a la escuela pública,
mis padres demandaban
al sistema escolar
y se aseguraban de que
yo también fuera,
y si no sacábamos todas
la nota máxima
todas recibíamos
la zapatilla de mi madre.
(Risas)
Mi padre me enseñó
a caminar a los 5 años
colocando mis talones en sus pies
y simplemente caminando.
Otra táctica que usaba era colgar
un dólar en frente de mí
para que lo persiguiera.
(Risas)
La stripper que llevo dentro
era muy fuerte y...
(Risas)
Sí. El primer día
en el jardín de infantes
caminaba como un campeón de boxeo
que ha recibido muchos golpes.
Al crecer, solo había
6 árabes en mi ciudad
y eran todos de la familia.
Ahora hay 20 árabes,
y siguen siendo todos
de la familia. (Risas)
Creo que nadie se dio cuenta
de que no éramos italianos.
(Risas) (Aplausos)
Esto fue antes del 11-S
y de que los políticos
pensaran apropiado usar
"Odio a los musulmanes"
como lema de campaña.
Las personas con las que crecí
no tenían problemas con mi fe.
No obstante, parecía
preocuparles mucho
que muriera de hambre
durante el ramadán.
Yo les decía que
tenía suficiente grasa
para vivir 3 meses
enteros sin comer,
así que ayunar del amanecer
al atardecer es muy fácil.
Bailé tap en Broadway.
Sí, en Broadway.
Es loco. (Aplausos)
Mis padres no podían
pagar la terapia física,
por eso me mandaban
a la escuela de danza.
Aprendí a bailar con tacones,
o sea que puedo caminar con tacones.
Soy de Nueva Jersey,
y allí queremos ser chic,
así que si mis amigas
usaban tacones, yo también.
Y cuando mis amigas iban a pasar
las vacaciones de verano
en la costa de Jersey, yo no iba.
Yo pasaba mis veranos
en una zona de guerra,
porque mis padres temían
que si no volvíamos a Palestina
todos los veranos,
nos convertiríamos en Madonna.
(Risas)
En las vacaciones de verano a menudo
mi padre trataba de sanarme,
así que yo bebía leche de ciervo,
me ponían tazas calientes en la espalda,
me sumergía en el Mar Muerto,
y recuerdo que el agua
me quemaba los ojos
y pensaba: "¡Funciona, funciona!".
(Risas)
Pero la cura milagrosa fue el yoga.
Debo decir que es muy aburrido,
pero antes de hacer yoga
era una comediante de stand-up
que no podía ponerse de pie [stand up].
Y ahora puedo sostenerme en la cabeza.
Mis padres reforzaron esta idea
de que podía hacer cualquier cosa,
de que ningún sueño era imposible,
y mi sueño era estar
en la telenovela Hospital General.
Fui a la universidad mediante
la discriminación positiva
y conseguí una beca para la UEA,
Universidad del Estado de Arizona,
porque entraba en todos los cupos.
Era como el lémur mascota
del departamento de teatro.
Todos me amaban.
Hice todas las tareas de
los menos inteligentes,
saqué la nota máxima en mis clases,
y también en sus clases.
Cada vez que hacía una escena
de El zoo de cristal
mis profesores lloraban.
Pero nunca conseguí un papel.
Finalmente, en mi último año,
la UEA decidió hacer una obra llamada
Bailan muy lento en Jackson.
Es una obra de una chica
con parálisis cerebral.
Yo era una chica
con parálisis cerebral.
Así que empecé a gritar
a los cuatro vientos:
"¡Al fin tendré un papel!
¡Tengo parálisis cerebral!
¡Al fin libre! ¡Al fin libre!
Gracias a Dios todopoderoso,
¡al fin soy libre!".
No conseguí el papel. (Risas)
Se lo dieron a Sherry Brown.
Fui a increpar corriendo a la directora
del departamento de teatro,
llorando histéricamente, como si
alguien hubiese matado a mi gato,
a preguntarle por qué
y ella me dijo que porque
creían que no podría
hacer las escenas de riesgo.
Y le dije: "Disculpe, si yo no puedo
hacer las escenas de riesgo,
tampoco puede el personaje".
(Risas) (Aplausos)
Era un papel para el que
literalmente había nacido
y se lo dieron a una
actriz sin parálisis cerebral.
La universidad estaba imitando mi vida.
Hollywood tiene una sórdida historia
de audicionar actores sin discapacidad
para papeles de discapacitados.
Al graduarme, regresé a casa,
y mi primera gira actoral fue
como extra en una telenovela.
Mi sueño se hizo realidad.
Y sabía que sería ascendida
de "compañera" a "mejor amiga loca"
en un santiamén.
En cambio, quedé allí como un jarrón,
no se me veía más que la nuca,
y era evidente para mí
que los directores de reparto
no contrataban actrices
gorditas, no blancas, con discapacidad.
Solo contrataban a personas perfectas.
Pero había excepciones a la regla.
Crecí viendo a Whoopi Goldberg,
Roseanne Barr, Ellen,
y todas estas mujeres
tenían una cosa en común:
eran comediantes.
Por eso me hice humorista.
(Risas) (Aplausos)
En mi primer gira
llevé cómicos famosos
de Nueva York a Nueva Jersey,
y nunca olvidaré
la cara del primer cómico
que llevé cuando cayó en la cuenta
de que iba a alta velocidad por
la autopista de Nueva Jersey
con una conductora
que tenía parálisis cerebral.
Trabajé en clubes de todo EE. UU.,
y también en árabe en Oriente Próximo,
sin censura y sin velo.
Algunas personas dicen
que soy la primera
monologuista del mundo árabe.
Nunca me gusta reclamar
el primer lugar,
pero sí sé que nunca oyeron
ese pequeño rumor desagradable que dice
que las mujeres no somos divertidas,
y nos encuentran muy divertidas.
En 2003, mi hermano
de otra madre y padre,
Dean Obeidallah, y yo lanzamos
el Festival de la Comedia
anglo-árabe de Nueva York,
ahora en su 10.° año.
Nuestro objetivo era
cambiar la imagen negativa
de los árabe-estadounidenses
en los medios de comunicación
y a la vez recordarles
a los directores de reparto
que sudasiático y árabe
no son sinónimos.
(Risas)
Integrar a los árabes
fue mucho más fácil
que luchar contra el desafío
del estigma de la discapacidad.
Mi gran oportunidad llegó en 2010.
Fui como invitada
al programa de noticias por cable
Cuenta atrás con Keith Olbermann.
Entré como si fuera
a un baile de graduación,
me arrastraron a un estudio
y me sentaron en una silla de ruedas.
Miré a la directora y le dije:
"Disculpe, ¿pueden darme otra silla?".
Ella me miró y dijo:
"Cinco, cuatro, tres, dos...".
¡Y estábamos en vivo!
Así que me aferré al
escritorio del presentador
para no salir rodando de
la pantalla durante el segmento,
y cuando terminó la
entrevista, estaba pálida.
Al fin tuve mi oportunidad
y la desaproveché.
Sabía que no volverían a invitarme.
Pero no solo el Sr. Olbermann
volvió a invitarme,
sino que quedé como participante
a tiempo completo
y pegó mi silla.
(Risas) (Aplausos)
Algo divertido que aprendí en directo
con Keith Olbermann
fue que las personas en Internet
son escoria.
Se dice que los niños son crueles,
pero nunca se burlaron de mí
ni de niña ni de mayor.
De repente, mi discapacidad en Internet
se volvió objeto de burla.
Veía clips en línea
con comentarios como:
"¿Por qué tiembla?",
"¿Es retrasada?".
Y mi favorito:
"Pobre bufona terrorista.
¿Qué enfermedad tiene?
Realmente deberíamos orar por ella".
Un comentarista sugirió incluso
que agregara mi discapacidad
a mi currículum:
guionista, comediante, paralítica.
La discapacidad es
tan visual como la raza.
Si alguien en silla de ruedas
no puede hacer de Beyoncé,
entonces Beyoncé no puede hacer
de alguien en silla de ruedas.
Los discapacitados son la...
Sí, aplaudan, hombre. Vamos.
(Aplausos)
Los discapacitados somos
la minoría más grande
del mundo, y los más
subrepresentados
en el mundo del entretenimiento.
Los médicos decían que no caminaría,
pero estoy aquí delante de Uds.
Sin embargo, de haber crecido
con los medios de comunicación,
no creo que estuviera.
Espero que juntos
podamos crear imágenes más positivas
de la discapacidad en los medios
y en la vida cotidiana.
Quizá si hubiera más imágenes positivas,
eso fomentaría menos odio en Internet.
O tal vez no.
Quizá aún necesitemos a toda la sociedad
para enseñar bien a nuestros niños.
Mi tortuoso viaje me ha llevado
a lugares muy espectaculares.
Llegué a camianar por la alfombra roja
flanqueada por la diva de
las telenovelas Susan Lucci
y la célebre Lorraine Arbus.
Llegué a actuar en una
película con Adam Sandler
y a trabajar con mi ídolo,
el increíble Dave Matthews.
Recorrí el mundo encabezando
"Los árabes se han vuelto locos".
Fui delegada
en representación del gran
estado de Nueva Jersey
en la CND del 2008.
Y fundé "Los niños de Maysoon",
una organización benéfica
para dar a los niños
refugiados palestinos
una ínfima parte de lo
que mis padres me dieron.
Pero el momento más importante
--antes de hoy-- fue cuando...
(Risas) (Aplausos)
El momento más memorable
fue cuando actué
para el hombre que vuela
como una mariposa
y pica como una abeja,
tiene Parkinson
y se sacude como yo,
Muhammad Alí.
(Aplausos)
Fue la única vez
que mi padre me vio actuar en vivo,
y le dedico esta charla a su memoria.
الله يرحمك يابا
[descansa en paz, papá]
Me llamo Maysoon Zayid,
y si yo puedo,
Uds. también pueden.
(Aplausos)