¡Tengo un tema, vamos! ¡Me encanta esta canción! Y me encanta esta canción porque todo el mundo necesita un héroe. Y, de hecho, hay momentos cuando la vida nos plantea tal desafío, ¡que necesitamos un superhéroe! Alguien que no tenga miedo de apuntarse para ayudarnos y luchar codo con codo con nosotros, ¿verdad? Así que hoy les traigo buenas noticias. En todo el mundo, disfrazados hábilmente de individuos con modales, se encuentran miles de superhéroes, más de 600 000 solo en EE.UU. únicamente que les llamamos trabajadores sociales. (Aplausos) Ahora, alguno de Uds., al decir superhéroe, lo primero que se imaginaron no fue al trabajador social. Tal vez lo que les vino a la cabeza fue algo un poco más afín a esto (Risas) alguien que sospecha de sus habilidades como madre. (Risas) O, si no, tal vez como esto, que canta la Kumbalaya para la paz y el amor. Bueno, estoy aquí para decirles que los trabajadores sociales no son ninguna de esas cosas. Mi objetivo es lograr que cuando salgan de aquí hoy, al oír "trabajador social", la imagen que vean se parezca más a esto (Risas) al trabajador social como superhéroe. Y quiero hablar de esto el próximo par de minutos. Los trabajadores sociales no son solo buena gente con un gran corazón, sino también profesionales que se han educado en programas universitarios acreditados basados en investigaciones rigurosas. Y lo que aprenden allí es parte de lo que les define como superhéroes. ¿Cuáles son las dos cosas más importantes? Aprenden su misión y aprenden a hacer realidad el cambio. La misión del trabajo social es la promoción y el apoyo personal como el bienestar de la comunidad y la lucha contra la injusticia social. Los trabajadores sociales hacemos eso porque aprendemos a ver y entender las conexiones internas invisibles que hay entre las personas y sus familias, su barrio, su comunidad, la sociedad, las leyes y las políticas. Y sabemos que cuando esas conexiones se tuercen o se rompen en algún nivel aparecen los problemas. Así que aprendemos a intervenir basándonos en la evidencia que puede ayudarnos a resolver estos problemas retorcidos. Y así podemos hacer que ocurra un gran cambio. La segunda razón para la cual pienso que los trabajadores sociales son superhéroes es porque al igual que se necesitan los superhéroes todo el mundo necesitará un trabajador social en algún momento porque todo el mundo se enfrentará a un gran desafío en algún momento en su vida. Tal vez el desafío aparezca temprano, al nacer prematuramente. ¿Quién ayudará a sus padres a encontrar un especialista? ¿O averiguar cómo pagar esas enormes facturas del hospital? ¿O a encontrar un asiento para el coche para ese bebé pequeñito? Los trabajadores sociales del hospital. Un poco más adelante en la vida, en la escuela, tal vez sufrirá acoso escolar o pensará abandonar la escuela. ¿Quién diseña e implementa los programas de prevención contra el acoso y el abandono escolar? Los trabajadores sociales en las escuelas. Más adelante, conforme envejezcan quizá se enfrentarán a uno de esos problemas en auge, un divorcio, o pierdan su trabajo, y entren en depresión, o tal vez incluso lleguen a beber demasiado. ¿A quién acudirán para asesoramiento y terapia? A los trabajadores sociales acreditados en clínicas. ¿Sabían que la mayoría de los servicios de salud mental del país son proporcionados por trabajadores sociales? Casi el 70 %. Y si tenemos esos difíciles problemas al final de una vida: como su padre, que a sus 86 años tiene Parkinson pero insiste en que puede vivir solo. ¿Quién les ayuda a averiguar si realmente es seguro dejarle solo? Y, ¿quién les ayudará a encontrar a alguien para atenderle en casa? ¿O llevar todas esas conversaciones difíciles sobre testamentos, y el poder notarial y la decisión de no resucitar? Los trabajadores sociales que trabajan en los geriátricos. Veamos el panorama más amplio. ¿Quién lleva las agencias sin ánimo de lucro? ¿Quién está organizando la comunidad? ¿Quién está luchando para asegurarse de que las leyes y las políticas son justas y equitativas? Son los trabajadores sociales, los administradores, organizadores y defensores. Así que en algún momento, todo el mundo necesitará un trabajador social. La última cosa que me gusta al pensar en los trabajadores sociales como superhéroes tuvo que ver con mi amiga Carla que me regalo una taza para mi cumpleaños donde ponía esto, y al principio pensé que era lindo: "Soy un trabajador social, ¿cuál es su superpoder?" Pero luego me di cuenta: eso es exactamente lo que hacen los trabajadores sociales. Nos dicen: "Hola, soy un trabajador social, ¿cuál es su superpoder?" Los trabajadores sociales creen en las fortalezas y ayudan a la gente a encontrarlas para que puedan afrontar los retos con los cuáles estén luchando. Mi historia favorita sobre las fortalezas viene de mi amiga, Martha, que era trabajadora social y vivía en la costa donde todos los años, tenía un interno de trabajo social. Bueno, un año cuando tuvo una joven le asignó como cliente a... llamémosle Bob. Bob luchaba con una enfermedad mental grave que le hizo aislarse en su apartamento donde, todo lo que hacía a diario, obsesivamente, era escuchar la radio. Así que Martha la envía para hacerle una evaluación, la estudiante regresa y Martha le dice: "Entonces, ¿qué has aprendido?" Y la estudiante dice, "Que es realmente bueno para escuchar radio". Pero tenía un plan. Se fue a la oficina de los guardacostas donde aparentemente hay alguien que tiene que escuchar la radio de onda corta todo el día para anotar los anuncios y las noticias en un registro. Y les convenció de dejar que Bob venga de voluntario. Luego convenció a Bob para que lo intentara: "En serio Bob, quieren que escuches la radio". Bueno, lo hizo. Y escuchaba la radio mejor que nadie nunca la había escuchado. ¡Le amaban! Le contrataron a tiempo parcial. Así que Bob dijo: "Está bien, tengo un poco de dinero. Estoy saliendo de la casa un poco, me gustaría ir a cenar por allí. Pero no lo he hecho en años, tengo miedo de irme solo. ¿Me acompañas al restaurante local? La estudiante dice sí y al día siguiente se presenta allí, un tanto temprano, se sienta al fondo para que cuando Bob entre, le gritara a través del comedor, "Bob, ¿qué se oye en la radio?" Y Bob le cuenta todas las noticias. (Risas) Hacen esto un par de veces a la semana, durante varias semanas, así que cada comensal del restaurante sabe que si quieren enterarse de lo que está pasando, hay que preguntarle a Bob. Y Martha jura que esto se parecía a una escena de Cheers donde Norman entra y grita "¡Bob!". Así que Bob tiene trabajo, dinero, y amigos, y todo sucedió porque el trabajador social aprovechó su súper poder de escuchar la radio. Mi última reflexión para hoy es la siguiente: como he dicho antes, todo el mundo, en algún momento necesitará a un trabajador social. Si eso sucede, no se preocupe, no se avergüence, busque uno. Les prometo que será un superhéroe. Y mejor aún, les ayudará a encontrar su superpoder para que puedan afrontar lo que sea que la vida les eche encima. Muchas gracias. (Aplausos)