Me llamo Samuel Bernstein, tengo 15 años, y soy transgénero. De pequeño me dijeron que yo era niña. Lo acepté porque creí que no se me permitía ser de otra forma. Entonces, mi cuerpo empezó a cambiar. Estaba alcanzando la pubertad y me pareció como un golpe. Dijeron que estaba convirtiéndome en mujer. Lo acepté porque no creí que se me permitiera ser de otra forma. Pero ya no me sentía como yo. Me volví irritable y alejé a mis amigos. Comencé a tener ataques de pánico escondido en los baños de la escuela, a veces durante horas. Ya no sabía cómo era ser feliz. En ese entonces tenía 13, me cortaba, marcando el dolor en mi piel y no quería seguir viviendo. Me sentía miserable, pero no sabía por qué. Un día me encontraba en el consultorio de un psiquiatra, mientras me pedía que definiera mi género. Le dije que era una chica porque no creí que se me permitiera ser de otra forma. Pero esa noche, seguía pensando en eso. Entré a Internet, empecé a investigar y encontré la palabra 'transgénero'. Nunca antes la había escuchado. Transgénero: alguien que se identifica con un género diferente al asignado en su nacimiento. De inmediato supe quién era yo. Esa misma noche, le dije a mi madre que no era una chica. Y en ese instante sentí una satisfacción que no había sentido en años. Mi personalidad empezó a cambiar conforme expresaba quién era realmente. Fui feliz de nuevo. No les estoy contando esta historia tan personal para que sientan lástima por mí. Les cuento mi historia porque tengo que hacerlo. Para mucha gente la palabra 'transgénero' es aterradora. La mayoría no sabe qué significa y si lo saben les incomoda hablar de eso. Es por eso que estoy aquí hoy. Para demostrarles que al igual que todos aquí, soy solo una persona cuya identidad merece reconocimiento y respeto. Porque mientras Uds. quizás me temen, no se dan cuenta de que yo les temo a Uds. también. Cuando comencé a expresar quién era yo realmente, pensé que lo más difícil había terminado. Pensé que al encontrarme a mí mismo todos mis problemas se irían mágicamente porque podría vivir con mi género real. Pero estaba equivocado. Tengo miedo. Tengo miedo de no ser aceptado. Tengo miedo de ser acosado en baños públicos. Tengo miedo de que los médicos no sepan cómo tratarme. Tengo miedo de crecer y ser discriminado en el trabajo. Tengo miedo de que en este mundo mis derechos me pueden ser arrebatados en cualquier momento. Temo que algunas personas nunca me vean como un hombre de verdad. Tengo miedo, no solo por mí, sino por cada persona transgénero que habita este mundo. Especialmente mujeres transgénero, personas transgénero no-binarios, personas trans con discapacidades, personas trans de color, y personas trans queer, quienes enfrentarán mucha más discriminación, ignorancia y odio en ese mundo, de lo que yo como hombre heterosexual, blanco, transgénero, tendré que enfrentar. Aún así, tengo miedo. Nosotros tenemos miedo. Pero no deberíamos temer. 'Transgénero' no debería ser una palabra aterradora. Ninguna identidad debería ser temida, incómoda o vergonzosa. Nosotros, como personas, debemos unirnos, necesitamos celebrar la diversidad y, al mismo tiempo, necesitamos concentrarnos menos en lo que nos hace distintos y más en lo que nos hace iguales. Porque bajo las bellas capas que nos hacen quienes somos, hay una persona que quiere ser amada y aceptada tal cual es. Es un mundo difícil, no solo para mí, no solo para las personas transgénero, sino para todos. Todos tenemos días buenos y malos. Todos tenemos conflictos y sufrimiento. Todos tenemos dificultades. Pero, sobre todo, todos intentamos salir adelante. Así que les pregunto: cuál es la idea de usar nuestras energías en odiarnos, cuando podríamos usarlas en ayudar y apoyarnos entre nosotros. Si su respuesta, como la mía, es "no lo sé", los invito a reflexionar en lo que pueden hacer para marcar la diferencia. Permitan que otros cuenten sus historias. Escúchenlos. Déjenlos compartir sus necesidades. Respétenlos. Alienten a las personas a vivir lo más felices posible. Y por favor, lo más importante, traten a las personas como quieren ser tratados. Gracias. (Aplausos)