¡Ta-ta!
(Risas)
Gracias, han sido muy pacientes
esperando tanto tiempo.
Aprecio mucho que se hayan quedado aquí,
ya me esperaba un éxodo masivo.
Espero que les merezca la pena.
Bien, allá vamos.
Perdón, las gafas.
Aunque son bastante estupendas, ¿eh?
Bien.
Bien.
Cuando tenía 12 años
me presentaron a un grupo de personas
que eran apasionantes y encantadoras.
Eran entretenidas y divertidas,
y me cautivaron sus interesantes
conversaciones y fascinantes ideas.
Pero, de repente, por desgracia,
se volvieron contra mí
y sus palabras se volvieron brutales,
humillantes y muy críticas.
Destrozaron mi espíritu con su ferocidad.
Afortunadamente, o desafortunadamente,
me dijeron que se quedarían conmigo,
me dijeron que nunca me abandonarían.
Y comenzaron a protegerme y guiarme,
pero también a castigarme
si me negaba a hacer lo que ellas
pensaban que debía hacer.
Nos pasábamos horas
en conversaciones profundas
donde aprendí que el mundo
es un lugar peligroso.
Me dijeron que la gente a mí me odiaba,
que quería deshacerse de mí;
me dijeron que era inútil,
que no tenía remedio, que estaba gorda,
que era fea y estúpida.
Cosas que había intentado desesperadamente
ocultarme a mí misma y a los demás,
pero las voces
habían descubierto la verdad.
Me aterrorizaba salir a la calle
y sospechaba de todo el mundo.
Me dijeron que era una mensajera de Dios y
me prometieron la redención
si demostraba que era digna.
Me llevaron a caminos muy oscuros
con sus promesas de iluminación,
pero todo lo que experimenté
fue una amarga decepción.
Me volví dependiente de ellas.
Mis compañeras eran autoritarias,
pero muy emocionantes,
vitales e imposibles de ignorar.
Sabían mucho de todo y yo estaba
totalmente absorbida por ellas.
Con el tiempo, se volvió imposible
intentar liberarme de su agarre
y excluí a todo el mundo de mi vida,
incluso a aquellas personas
más importantes para mí
y a aquellas personas que
se habían atrevido a quererme.
Ahora era parte de una relación
entre maestro y esclavo.
Es imposible florecer en la vida
si estás escondido de la luz.
Me esforzaba constantemente
por ganar su aprobación, sus alabanzas
y una invitación a su santuario interior.
Pero su puerta permaneció cerrada para mí.
Toda esta decepción solo
reforzó mi autodesprecio,
que dominaba cada uno de mis pensamientos,
y quedé aislada de todo
lo maravilloso de este mundo.
Y aún sin ellas, me sentía muy solitaria,
muy abandonada,
porque llenaban un gran vacío en mi vida.
Verán, oigo voces.
Oigo una gran variedad
de voces diferentes,
masculinas, femeninas, jóvenes, viejas,
algunas de ellas tienen locos acentos
y están completamente
obsesionadas conmigo.
Observan y comentan cada una de mis
acciones, cada uno de mis pensamientos;
no hay privacidad,
no hay lugar de santidad.
Pueden acceder a mi voluntad
y nunca estoy libre de sus incesantes
comentarios y críticas.
Esta colección de narradores internos
tienen una condecoración
en cada aspecto de mi vida.
"Y bueno, ¿qué se siente
al escuchar voces?"
Seguro que se lo han preguntado.
Soy una variedad muy ordinaria
de oyente de voces.
Lo que pasa es que escucho a gente
que no está en la habitación,
y es tan claro y conciso como
si alguien estuviera en frente de mí.
Tiendo a escuchar mis voces
viniendo desde detrás,
así que me doy la vuelta y
a veces hay alguien, a veces no.
Pero la experiencia es
exactamente la misma.
Como la mayoría de oyentes de voces,
vivo en un mundo dominado por palabras;
soy presa fácil
para el poder de las palabras.
Las palabras pueden difamar,
pueden contaminar,
pero también pueden traer
a un corazón de vuelta a la vida.
He llegado a ver a las voces
como una forma extrema de ansiedad,
una estrategia de afrontamiento para
tratar con mis altos niveles de ansiedad
y mi propensión a preocuparme por todo.
Intenten pensar en ello de esta forma.
Cuando los sentimientos son muy intensos,
tu mente dice: "no puedes afrontarlo".
Así que desarrollas una técnica que te
asegure que sobrevivirás a la embestida
y no te verás abrumado por tus emociones.
No hay duda de que el objetivo
principal de las voces es aislar,
creando un entorno ideal para que ellas
tengan acceso exclusivo a ti.
Te privan de cualquier
punto de vista alternativo
y eres definido completamente por el suyo.
Después, ese aislamiento
se convierte en protección,
y se convierte en protección contra la
angustia de vivir con un alma tan frágil.
El término clínico específico
es "alucinación auditiva".
Así que, auditivo quiere decir que
se escuchan, como seguramente ya sabrán,
y sí, las oigo, está bien.
Alucinaciones en cuanto a imaginación,
bueno, no.
El hecho es que escucho voces
que otra gente no escucha,
esa es mi realidad.
Pero reconozco que es mi realidad
y reconozco que no todos están
en sintonía con estas conversaciones.
Eso no quiere decir que no existan.
Hay muchas cosas que experimentamos
como individuos que no compartimos;
son únicas para nosotros y eso
no quiere decir que no sucedan.
Nuestra salud mental opera en un continuo,
una escala móvil oscilando
de bajo a extremo estrés
según los sucesos de la vida.
Vivir es un negocio estresante, ¿no creen?
Y nadie es inmune a los retos
y afecciones de cada día.
Como humanos, somos brillantes,
brillantes al tratar con
situaciones complejas y difíciles.
Así como factores estresantes externos,
tenemos vulnerabilidades internas
que nos hacen susceptibles
a ciertos tipos de estrés;
sensibilidades que se han acumulado
durante nuestra vida:
miedo al fracaso, miedo al rechazo,
miedo al conflicto,
miedo a perder el control;
Uds. comparten estos miedos,
no tengo duda alguna sobre ello.
Y cada vulnerabilidad lleva consigo
una carga mental que transportamos
como en una mochila sobre nuestra espalda.
La mayoría del tiempo es ligera
y podemos con ella fácilmente,
pero cuando las circunstancias
aumentan esa carga,
ya sea al discutir con alguien que
te importe, dejar caer tu nuevo teléfono,
siempre tu nuevo teléfono,
por el retrete.
(Risas)
Lo sé, se dicen "no lo pongas en
el bolsillo" y luego, "plof".
Tu tía favorita muere,
nunca le toca a esa otra bruja,
(Risas)
tu gato se mete en una pelea
y sales corriendo al veterinario.
Con cada instante la carga aumenta y
tu mochila de estrés se vuelve más pesada
y el efecto se multiplica
exponencialmente.
Tu nivel de estrés
se ha desplazado por el continuo,
ha ido de medio a alto a insoportable.
Hay un límite para cuánto estrés
puede soportar cada persona,
y cuando añades a eso
nuestras silenciosas vulnerabilidades,
el efecto se multiplicará
y habrá una respuesta;
tiene que haberla.
Cuando nos estresamos,
escuchar voces es una técnica que
utilizamos para distraer nuestra atención
y alejarnos de los profundos problemas
dañinos que a veces nos sobrepasan
y nos hacen increíblemente temerosos.
La voz se ha convertido en un guía
que nos ayuda a navegar un mundo
que lanza mucha adversidad
y animosidad hacia nosotros.
El miedo es una respuesta instintiva
a una amenaza percibida
y nos protege del peligro.
Cuando se active el miedo,
tu nivel de ansiedad aumentará
y tu cerebro será bombardeado
con instrucciones sobre cómo tratar
con esta amenaza inminente.
Con los oyentes de voces,
esa respuesta al medio es activada
constante y consistentemente.
Al sentirte insegura, estás buscando
el peligro constantemente
y cuando lo buscas, lo encontrarás,
y esto multiplicará tu ansiedad por diez.
Con el tiempo, el miedo extremo se vuelve
el estado predeterminado de tu mente.
Eso te hará hipervigilante
ante cualquier amenaza, sea real o no.
Cuando eso se convierta en miedo
implacable y extremo, derivará en pánico,
y eso será increíblemente debilitante.
Cuando entro en pánico, busco refugio.
Intentaré recuperarme desesperadamente e
incluso acabe paralizándome por completo.
Intentar mantener la fachada
de estar en calma y bajo control
cuando por dentro
estás perdiendo el control
requiere una gran cantidad de energía.
Cuando mi mundo interno y externo
colisionan tan dramáticamente,
ahí es cuando es probable que me vean
hablándole abiertamente a mis voces;
y cuando nuestras peticiones de
ayuda y aceptación son rechazadas,
eso vuelve esa tarea mucho más difícil.
No estarán viendo a una persona loca,
sino a una persona tratando con un
dolor psicológico y emocional intolerable.
Cuando estás abrumado, superado
por el miedo y desesperado,
es perfectamente razonable que
te escondas y lamas tus heridas.
Permanecer oculto; es
una respuesta humana muy típica.
No es locura lo que ven, es
una persona intentando sobrevivir.
El concepto de locura es muy interesante,
presumiblemente construido por la sociedad
para dictar normas sociales y culturales.
Hasta 1974, homosexualidad y epilepsia
se consideraban enfermedades mentales;
los tiempos han cambiado.
La masturbación, fumar en la Iglesia,
estos eran síntomas de enfermedad mental.
Sospecho que quizá algunos de Uds.
cumplirá los requisitos.
(Risas)
Puede que les sorprenda saber que una
de cada 25 personas afirma que oye voces.
La historia, nuestra historia está
repleta de oyentes de voces.
Martin Luther King Jr., Gandhi,
Juana de Arco, Winston Churchill.
Sus memorias no se verán manchadas por
ser identificados como oyentes de voces.
Al contrario; son considerados heroicos,
grandes oradores, grandes pensadores.
Aún así, cada uno de ellos sería
considerado enfermo mental
bajo los estándares actuales.
En cuanto a mí, estoy loca solo
porque alguien dice que lo estoy.
Si les dijera que el vecino me ha dicho
"no bebas del grifo, está contaminado",
estoy conectada socialmente y
puedo mantener relaciones.
Si les dijera que una voz me ha dicho que
no beba del grifo porque está contaminado,
pensarán que claramente estoy loca.
Y si dijera que oigo las voces de gente
muerta, probablemente conseguiría
mi propio espectáculo televisivo.
(Risas)
Por favor se lo pido,
por favor, no sean engañados
por aquellos ejemplos negativos
de oyentes de voces.
Ellos vienen de un lugar
de arrogancia e ignorancia.
Esto no es una desgracia permanente
en la que la gente esté condenada
a rechazar progresivamente su bienestar.
Puedo asegurarles que hay
miles de personas
que continúan con sus vidas
y continúan prosperando.
Yo encontré la clave. No es fácil,
pero es completamente posible.
A través de perseverancia, ayuda y
comprometerme a ser proactiva,
descubrí una forma de liberarme
a mí y a mis voces.
Ahora vivo la vida que tanto anhelaba.
Y dedico mi tiempo a trabajar con gente
que escucha voces angustiosas.
He desarrollado un enfoque basado
en mis propias experiencias
para ayudar a otros a separarse
de la tiranía de las voces.
Lo llamo el enfoque moderno, y trabajo en
un entorno clínico aquí en Nueva Zelanda.
Proporcionamos un seguro y compasivo
entorno de aprendizaje
para ayudar a gente cuyas vidas
han sido violadas por voces negativas,
que han perdido a su familia, a amigos y
a su riqueza material y espiritual.
Mis compañeros oyentes de voces
comparten sus experiencias
y son tan generosos con su conocimiento
y sabiduría y cómo tratar con ellas.
Hemos amasado un tesoro de información y
acciones nacidas del deseo desinteresado
de ayudarse a sí mismos y a otros que
son afectados negativamente por las voces.
Quiero aplaudir a mis oyentes de voces
que cada día demuestran verdadero coraje
cuando enfrentan sus múltiples desafíos.
Quiero dar las gracias
a todos aquellos que navegan
estas aguas desconocidas con nosotros;
esa gente fabulosa que cree
que merecemos la pena.
Esa cualidad tan apreciada nos permitirá
marcar el comienzo de un mundo mejor.
Quiero darles las gracias por darme
este momento tan valioso
para que pueda hablarles,
para que pueda ser escuchada,
puesto que han venido con corazones
comprensivos y mentes curiosas.
Me apoyan tan solo al estar escuchándome.
Soy una persona temerosa,
de reacción rápida.
Tengo la necesidad desesperada de gustar.
Tengo baja autoestima.
Me preocupo en exceso.
Tengo una risa muy alta.
Hablo demasiado.
Pero soy amable y generosa y muy alegre.
Soy la poseedora de una mente rebelde,
pero no estoy loca.
Gracias.
(Aplauso)
(Vítores)