El proyecto del Cerebro Centrifugador empezó en los 70. El Dr. Brenswick de la Universidad del Estado de Nueva York… participaba en la investigación… de los efectos de las atracciones infantiles… en la curva de aprendizaje de niños de 4 años. Desarrollamos la idea de construir un mecanismo más grande y fuerte… para examinar los efectos en adultos. Las primeras pruebas fueron un desastre. Alcanzaron los 6G y se rompieron. Perdimos el prestigio académico. Entonces tuvimos una idea. El cuñado de Matt estaba en la junta de una compañía… que diseñaba y fabricaba atracciones para parques. Tenían los recursos para continuar con los experimentos. Diseñamos nuestro primer prototipo real que fue el “Esferotón”. Cuando empieza la rotación se levantan los asientos lentamente… causando que la gente flote cabeza abajo. La dificultad estaba en parar la rotación… sin que la gente chocara en los niveles superiores. Fundamos una empresa independiente financiada por visitantes de parques. Bueno, cuanta más gente venía al parque… más fondos teníamos. La segunda máquina se llamaba ”El pastel de boda”… debido a las cuatro plataformas situadas una encima de otra. Estas máquinas proporcionan libertad total. Y cortan cualquier conexión del mundo en el que vives. Comunicación, responsabilidad, peso… todo se detiene mientras te centrifugas. Algunos resultados ese año fueron demasiado extremos para publicar… así que en la siguiente fase nos centramos en la altura en vez de en la aceleración. De hecho, el primer día no se planificó demasiado bien. Todos querían subir y no se dieron cuenta de que era una vuelta de 14 horas. Algunos se durmieron, otros se saltaron las paradas… y siguieron otras 14 horas. Puedes hacerte una idea del problema que supuso. Bien, después de la experiencia del “Transporte de Gran Altura”… descubrimos que la gente necesitaba algo que hacer ahí… e introducimos una opción interactiva. Cada cabina estaba equipada con un botón. De este modo se creían que tenían algún control sobre el viaje. Excepto por un incidente en el que el “Extensor”… se colocó demasiado cerca de un edificio… no hubo problemas serios… y descubrimos un nivel de actividad cerebral indefinida… un 30% más elevada que los niños que se quedaban en tierra. Este artilugio era el “Diente de León”. Se diseñó para simular la experiencia prenatal. Por ejemplo, cuando una madre camina el bebé se va moviendo. Así que intentamos compensar el peso… y el tamaño diferencial entre un bebé y un adulto. El concepto detrás de esto era que el sujeto… no tenía ni idea de qué camino iba a tomar… y mucha gente acabó reajustando las metas y las aspiraciones de su vida. Ahora solo utilizamos diez mil caballos… pero estoy convencido de que cuando alcancemos los veinte mil… vamos a ser libres de cualquier atadura. De forma permanente y va a ser muy estable. Tuvimos complicaciones, pero yo no diría que fue un error. No fue un error. De todas formas, errar es de humanos. La gravedad es un error. Luchamos contra las fuerzas que nos mantenían abajo… y toda la vida es un esfuerzo para escapar de la realidad. �