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Ser cuidador es muy exigente,
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no es algo que uno decida hacer,
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sino que empiezas a hacerlo
de manera profesional.
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Uno decide ser progenitor.
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Uno decide
ser médico o abogado,
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pero no se elige ser cuidador,
uno no querría elegir eso.
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Pero puede ser gratificante.
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Lleva mucho tiempo,
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hay que hacer
muchos cambios en la vida.
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Cambios financieros,
cambios en la carrera profesional.
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Hay que mirar la vida
de una forma diferente.
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Como cuidador, hay muchas cosas
que hacer y que no hacer.
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Pero hay que aprovecharlo.
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Es tu hijo y te necesita
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más que otros niños
necesitan sus padres,
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por lo que hay que verlo
de la mejor manera posible
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y orientarse
con todo el apoyo
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que puedas obtener y que sientas
que quieres tener,
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e intentar sacar
el máximo partido del trabajo.
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Puede haber momentos buenos
que son recompensados
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por ser cuidador
y sentir que tu hijo está bien
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y descubrir que proporcionas
buenos cuidados
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y que están
más sanos de lo que esperabas
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y que te estás orientando.
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Es difícil, pero también
muy gratificante, creo.
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Esa es la cosa, no es algo
que uno elija hacer,
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pero cuando lo haces
es increíblemente gratificante
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porque sabes
que estás ayudando a tu hijo.
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Estamos ayudando a Amelie.
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La hacemos sentir cómoda
y hacemos cosas
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que la hacen sonreír
y que le gustan.
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Es lo más importante
para nosotros.
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Siempre que esté contenta,
nos sentimos felices.
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Sencillamente lo hago.
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Es lo correcto.
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No puedo explicarlo.
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No hay opción.
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Para mí, es solo parte de ser
la madre de Isabella.
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No me siento mal al respecto.
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Mi trabajo en la vida es darle
lo mejor que podría tener.
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Hay muchas cosas
que se han quedado a un lado,
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pero no me molesta en absoluto.
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Ella es la persona más importante.
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Creo que es bastante gratificante
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cuando Isabella nos devuelve algo
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en términos
de expresiones en su rostro.
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Sabemos que hacemos
un buen trabajo por ella.
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Y como dijo Deborah,
es parte
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de ser sus padres.
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Puede ser bastante estresante.
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Puede ser bastante agotador.
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El cansancio emocional
es más que el físico.
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Este paquete, está lleno
de múltiples emociones.
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Se siente enfado.
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Siente, ¿por qué?
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Hay tantas preguntas
y respuestas
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que dan vueltas todo el tiempo
en tu cabeza.
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Ahí es donde entra el agotamiento
porque, obviamente,
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uno se desgasta.
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Ser cuidador fue muy difícil.
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Era madre primeriza de gemelos
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y, de repente, era madre primeriza
de gemelos
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y uno tenía
una enfermedad que limita la vida.
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Pero me metí en el papel y,
aunque era muy duro físicamente,
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estoy segura de que es lo más duro
que he tenido que hacer,
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tanto mental, física
como emocionalmente,
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realmente me encantaba
cuidar de Ruby.
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Esa era mi vida, ella era mi vida
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y lo habría hecho con gusto
durante 50 años.
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No puedo decir que no fuera duro,
porque lo era,
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pero también fue muy gratificante
en muchos sentidos.