Las comunidades indígenas están al frente del cambio climático | Hot Mess

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de Peril and Promise

por apoyar a PBS Digital Studios.

Piensa en el lugar
donde creciste cuando eras niño

Seguramente conocías el mejor atajo
hasta la casa de tu amigo,

qué ramas podías sacudir para
hacer caer la fruta más jugosa

o el aspecto del cielo

justo antes de que las farolas
te indicaran la vuelta a casa.

Tu vecindario era tu reino

y sabías cómo recorrerlo
para sacar lo mejor de él.

Ahora, imagina una forma
diferente de conocer tu vecindario

que no solo se base
en los años vividos en un solo lugar,

sino en generaciones de conocimiento
a través de miles de años,

que tu vecindario
no sea algo que aspires a conquistar,

sino una relación que deba nutrirse.

Ese es el tipo de conocimiento
de las comunidades indígenas.

Y su manera de conocer

podría ayudarnos a todos
a adaptarnos al cambio climático.

Antes de ir más lejos,
pongámonos de acuerdo.

Primero, no hay una definición,
oficial de "indígena"

pero estamos usando el término

para describir comunidades
que se autodefinen como indígenas,

incluyendo aquellas que siguen
prácticas y costumbres

tradicionales que se remontan
a las sociedades precolonizadas.

A menudo tienen una relación

con su entorno
que trasciende lo que ven o sienten

y se rige por un sistema de creencias,
valores o principios

que establece cómo interactuarán
con el mundo que los rodea.

Una comunidad indígena,
los inuit del oeste de Canadá,

utilizan conocimientos heredados
a través de generaciones

para observar las estrellas,
la forma de las nubes

y el comportamiento animal
para pronosticar el clima.

Pero hoy ya no pueden confiar
en esos pronósticos

porque el clima varía más que nunca antes.

Las señales que pronosticaban
que habría una tormenta mañana

ahora dicen que habrá una tormenta
dentro de una hora.

Las comunidades indígenas han presenciado

este tipo de cambios ambientales
durante mucho tiempo,

pero sus observaciones a menudo
se desechan

o ignoradas por la ciencia occidental.

Hoy en día, algunos científicos reconocen

que los conocimientos
de las comunidades indígenas

pueden enseñarnos cosas
de nuestro mundo y clima cambiantes

que los científicos
no siempre pueden detectar.

Cuando la científica Shari Gearheard

cruzó el hielo en la costa
noroeste de Groenlandia,

se sorprendió cuando las patas
de su perro de trineo

atravesaron el hielo,
que era exageradamente fino.

Saber que el hielo marino
tiene dos pulgadas de grosor

parece más real
cuando está bajo tus pies,

pero para los viajeros inuit del equipo,

esa era la nueva normalidad
de viajar por el Ártico.

Las comunidades indígenas están al frente
del impacto del cambio climático

porque dependen del pescado,
caza y cultivos silvestres

y por su interacción de primera mano
con alteraciones

en los ambientes sensibles
como la reducción del hielo marino.

En estas comunidades, adaptarse al cambio

podría suponer la diferencia
entre existir y no existir.

Por suerte, el conocimiento local
desarrollado para recorrer el mundo

también los coloca en posición
de adaptarse rápidamente

porque sus conocimientos,
como toda ciencia, es dinámico.

Las comunidades con técnicas
de pronóstico climático menos fiables

están adaptando y cambiando
sus métodos para predecir los cambios

conforme los experimentan.

Sus sistemas están evolucionando

tan rápido como el clima que los rodea.

Pero durante años, el mundo científico

vio sus observaciones
y formas de resolver problemas

como superiores
a los de las comunidades indígenas.

Por ejemplo,
cuando los cazadores inuit dijeron

que habían visto tormentas
cerca Sachs Harbour, en Canadá,

los investigadores los desestimaron,
diciéndoles

que hacía demasiado frío
para ese clima tan al norte.

Pero los cazadores tenían razón.

Ese tipo de arrogancia
cientifica aún existe,

pero empieza a desaparecer.

Hoy en día empiezan a incorporarse
las observaciones indígenas

a disciplinas como la silvicultura,
la conservación y preparación

para los desastres y la climatología.

Los científicos están trabajando
con comunidades indígenas

para desarrollar modelos,
documentar observaciones

y, muy importante, encontrar
respuestas a las preguntas

que son útiles tanto para los científicos
como las comunidades locales.

A través de estas asociaciones,

los científicos aprenden
que las temperaturas diarias en el Ártico

fluctúan mucho más que lo indicado
por modelos científicos.

Y los cazadores de subsistencia
están ayudando a recolectar muestras

de los bueyes almizcleros
de los que dependen,

mostrando que los inviernos calurosos
perjudican a los rebaños.

Los científicos también reconocen

que hasta el vocabulario
de las lenguas indígenas

pueden contener observaciones
sobre su entorno,

como muestra una zona llamada
"Donde el caribú se aparea",

donde solían vivir un montón de caribúes,

aunque ya no es el caso.

Todo esto es un buen comienzo,
pero no es suficiente.

Aunque algunos científicos
y comunidades indígenas

ya trabajan juntos de forma más estrecha,

muchos países aún se niegan a dejar
que los pueblos indígenas participen

en temás que los afectan.

Las comunidades indígenas luchan

por ser reconocidas como grupos
únicos con formas singulares de existir,

aún cuando no deberían
tener que demostrárselo

a aquellos que trazaron
fronteras a su alrededor.

Pero la cuestión es que nadie
tiene todas las respuestas.

Y necesitaremos muchas
clases de conocimientos

para afrontar los retos
del cambio climático.

A veces esos conocimientos

vienen de quienes han estado ahí
desde siempre

y de quienes podríamos aprender
mucho si quisiéramos escuchar.

Las comunidades indígenas
han sobrevivido miles de años

a través de sus formas
de conocimiento y adaptación.

Es posible que tal vez estén en lo cierto.

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La financiación principal
para este episodio

es del Dr. P Roy Vagelos
y Diana T. Vagelos,

con financiación extra
de Sue Wachenheim y Edgar Wachenheim III

y la Marc Haas Foundation
en apoyo de Peril and Promise,

una iniciativa mediática pública
de WNET en Nueva York,

informando de las noticias
de cambio climático y sus soluciones.

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