Bien. Me gustaría comenzar con un pequeño ejercicio de imaginación. Imaginen que están sentados en esta mesa ahora mismo, mirándome. Ahora les pediré que me den una de estas cartas. Por favor, imagínense dándome una de estas cartas. Bien. Recuerden el número de la carta que eligieron. Es importante para después. Ahora barajaré este mazo de cartas y les pediré que elijan una de las que vean. ¿Están listos? Bien, ahora que tienen una carta en mente, sumen el valor de su carta al número anterior. Por ejemplo, si eligieron el 6 de trébol, sumen 6, si es un as, sumen 1. Y ahora, réstenle 11. ¿Ya tienen el resultado? Perfecto. Escojan el objeto que esté al lado de su resultado. Ahora, esto es lo curioso. Habrá muchas personas mirando este video y todos Uds. tienen sus peculiaridades y preferencias. Aún así, la gran mayoría de Uds. está pensando en un kiwi, o, si son zurdos, en la mazorca de maíz, posiblemente. Sí, los engañé. Y usé sus sesgos cognitivos para influir en sus decisiones. Trabajo en el Laboratorio "MAGIC" del Goldsmiths, Universidad de Londres, donde no solo hacemos desaparecer a nuestros asistentes, sino donde también usamos trucos de magia para estudiar procesos psicológicos, como la atención, la percepción, el engaño y el libre albedrío. Estoy fascinada con los factores sutiles que influyen en nuestras decisiones y con cómo el entender nuestros defectos puede devolvernos algo de poder. Los trucos de magia nos dan una gran herramienta para investigar esto y nuestros experimentos lo demostraron. Primero, los humanos tendemos a elegir las opciones más fáciles. Con el truco de cartas que hice, la mayoría de la gente tiende a elegir la carta que yo quiero que elija, porque la muestro durante más tiempo que las demás, por lo que esa se vuelve la opción más fácil para tu cerebro. En nuestro caso, la mayoría de Uds. eligieron el 10 de corazones, ¿verdad? Muchos otros trucos están basados en este principio de decisión fácil. Porque los magos son muy conscientes de que nuestro cerebro, por no decir "nosotros", suele ser un poco holgazán. El ejercicio que hicimos con las cuatro cartas también es un buen ejemplo de esto. Está basado en otro truco que investigué, donde pedí a los participantes que me dieran una de las cuatro cartas. Descubrimos que el 60 % eligió la tercera carta de izquierda a derecha, y los zurdos, en general, eligieron la segunda de derecha a izquierda. De nuevo, esto está basado en el principio de decisión fácil porque la carta más elegida es la más fácil de alcanzar con la mano dominante. Sabía que la mayoría de Uds. terminarán eligiendo uno de esos dos números, y esto me permitió estimar los dos objetos que era más probable que les tocaran. Pero no se trata solo de magia. También se trata de cómo somos influidos a diario. Las noticias y los políticos también juegan con nuestras mentes todo el tiempo porque también saben que tendemos a elegir y congeniar con lo que vemos o percibimos más fácil. Por ejemplo, cuando están en una tienda eligiendo un vino o un paquete de arroz de entre varios apilados en estantes verticales, su primer instinto es mirar solo los estantes que están ante sus ojos, ¿verdad? Es más fácil y conlleva menos esfuerzo. ¿Sabían que muchas marcas negocian para que coloquen sus productos al nivel de los ojos en las tiendas por este principio de decisión fácil? Esa es una táctica que usan muchos políticos. Cuando tenemos la información ante nuestros ojos en las redes, podemos acceder a ella muy fácil y esto afecta sobremanera nuestro comportamiento electoral. Los efectos en la política, como el referéndum sobre el Brexit, o las elecciones de 2016 en EE. UU., fueron influidos por la publicidad dirigida, que hizo que cierta información, que no era necesariamente verdadera, fuera demasiado accesible y visible para audiencias específicas en pos de influir su voto. Pero hay buenas noticias. Algunos factores simples impactan en cuán influenciables somos. En un experimento en el que usamos el truco de las cuatro cartas, concluímos que informarles a los participantes que tienen opciones, puede hacer que tomen decisiones deliberadas, en vez de hacer que se comporten como nosotros queremos. En otras palabras, a algunos les pedí simplemente que me dieran una carta, y a otros les dije: "Elige una carta y dámela". Y cuando les pedí que eligieran, el porcentaje de participantes que, por impulso, eligió la más cercana cayó del 60 % al 35 %. Parece que cuando nos recuerdan que podemos controlar nuestras decisiones y cuando sabemos que nuestras acciones importan, en vez de actuar sin pensar, podemos tomar más decisiones propias y ser menos influenciables. Déjenme mostrarles otro truco creado por el mentalista británico Derren Brown para probar mi punto. En este usaré lo que se llama "primado" en psicología. El primado ocurre cuando la exposición a algo luego influye sus pensamientos o comportamientos sin que se den cuenta de que, de alguna manera, los está dirigiendo. El truco suele realizarse en contextos más íntimos, y mirándonos a los ojos, pero lo intentaremos todos juntos. Concéntrense en mí lo mejor que puedan pero no me permitan influir sus pensamientos. Voy a tratar de transmitirles mentalmente la carta en la que estoy pensando. ¿Están listos? Bien, piensen en el color. Que sea brillante y vívido. Imaginen una pantalla, y en la pantalla, imaginen los números en la esquina inferior de la carta y luego en la superior. Y luego, los dibujos del medio, en el centro de la carta, el bum, bum, bum, el palo. ¿La adivinaron? Bien, arriesgaré que la mayoría de Uds. pensó en el 3 de diamantes pero eligió otra, ¿verdad? Como se habrán dado cuenta, traté de influir su decisión con mis gestos mientras les daba las instrucciones. En un estudio sobre este truco, concluimos que alrededor del 18 % eligió el 3 de diamante y casi el 40 % eligió el 3 de cualquier palo, mientras ignoraban por completo que los estaba manipulando. ¿Qué ocurrió aquí? Como Uds. sabían que estaba tratando de influirlos, probablemente prestaron más atención a mis gestos. Entonces, la mayoría de Uds. fue más consciente de su decisión que los participantes del estudio, quienes no sabían quién soy, qué estudio o qué intentaba hacer con sus mentes. La cuestión es que en todos los experimentos logramos influir en las elecciones de las cartas, mientras que los participantes se sentían libres y con el control de la elección. Esta falta de conciencia hace que la influencia de políticos, empresas y otras personas sea mucho más poderosa porque creemos que controlamos nuestras elecciones y creencias, cuando no lo hacemos. En la política o en el consumo, si no prestamos atención, el contenido engañoso o las publicidades llamativas pueden engañarnos. ¿Qué pasaría si en el día a día nos detuviéramos y eligiéramos de forma consciente antes de actuar de manera impulsiva y reactiva? Podemos actuar de manera más consciente si tenemos en mente que nos pueden influir. Gracias.