-
Tuve un perro negro. Su nombre era depresión.
-
Cada vez que el perro negro hizo una aparición,
-
Me sentía vacío y la vida parecía ralentizarse.
-
Él podría sorprenderme con una visita sin motivo ni motivo.
-
El perro negro me hizo ver y sentir más viejo que mis años.
-
Cuando el resto del mundo parecía disfrutar de la vida, solo podía verla a través del perro negro.
-
Las actividades que normalmente me traían placer, de repente cesaron.
-
Le gustaba arruinar mi apetito.
-
Masticó mi memoria y
mi capacidad para concentrarme
-
Hacer algo o ir a cualquier parte con el perro negro requería una fuerza súper humana.
-
En ocasiones sociales, él olía la confianza que yo tenía
-
y ahuyentarlo.
-
Mi mayor temor era ser descubierto.
-
Me preocupaba que la gente me juzgara.
-
Debido a la vergüenza y el estigma del perro negro, me preocupaba constantemente que me descubrieran.
-
Así que invirtí grandes cantidades de energía en encubrirlo.
-
Mantener una mentira emocional es agotador
-
El perro negro podría hacerme pensar y decir cosas negativas.
-
Él podría hacerme irritable y difícil de estar cerca.
-
Él tomaría mi amor y enterraría mi intimidad.
-
No amaba más que despertarme con pensamientos altamente repetitivos y negativos.
-
También le gustaba recordarme lo agotado que iba a estar el día siguiente.
-
Tener un perro negro en tu vida no significa tanto sentirse mal, triste o triste ...
-
en el peor de los casos, se trata de no sentirte del todo.
-
A medida que crecí, el perro negro creció.
-
Y él comenzó a andar todo el tiempo.
-
Lo ahuyentaría con cualquier cosa que pensara que podría enviarlo a correr.
-
Pero la mayoría de las veces, él había salido en la cima
-
bajando se hizo más fácil que levantarse de nuevo.
-
Así que me volví bastante bueno en la automedicación...
-
lo que realmente nunca ayudó.
-
Al final me sentí totalmente aislado de todo y de todos.
-
El perro negro finalmente había logrado secuestrar mi vida.
-
Cuando pierdes toda la alegría en la vida, puedes comenzar a cuestionar cuál es el punto de ello.
-
Afortunadamente este fue el momento en que busqué ayuda profesional.
-
Este fue mi primer paso hacia la recuperación y un importante punto de inflexión en mi vida.
-
Aprendí que no importa quién eres.
-
el perro negro afecta a millones y millones de personas;
-
Es un mestizo de igualdad de oportunidades.
-
También aprendí que no había ninguna bala de plata o píldora mágica.
-
La medicación puede ayudar a algunos y otros pueden necesitar un enfoque completamente diferente.
-
También aprendí que ser emocionalmente genuino y auténtico para aquellos que están cerca de ti,
-
Puede ser un cambio de juego absoluto
-
Lo más importante es que aprendí a no temerle al perro negro y le enseñé algunos trucos nuevos.
-
Cuanto más cansado y estresado eres, más fuerte es el ladrido,
-
por lo que es importante aprender a calmar tu mente.
-
Se ha comprobado clínicamente que el ejercicio regular
-
Puede ser tan eficaz para tratar la depresión leve a moderada como los antidepresivos.
-
Así que ve a caminar o corre y deja el perro atrás.
-
Lleve un diario del estado de ánimo; poner sus pensamientos en el papel puede ser catártico y a menudo perspicaz
-
También mantén un registro de las cosas por las que tienes que estar agradecido.
-
Lo más importante que debes recordar es que no importa lo mal que se ponga ...
-
Si toma los pasos correctos, hable con las personas adecuadas, los días de perros negros pueden y pasarán.
-
No diría que estoy agradecido por el perro negro, pero él ha sido un profesor increíble.
-
Me obligó a reevaluar y simplificar mi vida.
-
Aprendí que en lugar de huir de mis problemas, es mejor abrazarlos.
-
El perro negro siempre puede ser parte de mi vida.
-
pero nunca será la bestia que fue.
-
Tenemos un entendimiento.
-
He aprendido a través del conocimiento, la paciencia, la disciplina y el humor.
-
El peor perro negro se puede hacer a tacón.
-
Si tiene dificultades, nunca tenga miedo de pedir ayuda.
-
No hay ninguna vergüenza en hacerlo.
-
La única vergüenza es perderse la vida.