No necesitamos trabajos | Stefan Hyttfors | TEDxArendal

En el fondo, todos tenemos las mismas necesidades básicas, como agua, comida y refugio. Y sólo a medida que resolvemos estas necesidades básicas podemos luchar por más. Podemos escalar hacia la seguridad, la amistad, el amor y finalmente en la cima: la auto-realización. Los empleos no se encuentran en ninguna parte en esta jerarquía de necesidades.

En el mundo de hoy, cubrimos las necesidades básicas con dinero, así que necesitamos dinero. Y sí, en el mundo de hoy, la forma en la que usualmente conseguimos dinero y significado es a través de un trabajo.

Sin embargo, eso no significa que tenga que ser así para siempre, y el futurista Stefan Hyttfors comparte aquí sus pensamientos e ideas que nos prepararán para el cambio.

Esta charla es de un evento TEDx, organizado de manera independiente a las conferencias TED. Más información en: http://ted.com/tedx

Tengo un sueño.

Pero debo admitir que es una pesadilla.

(Risas)

Ya saben, como alguna gente

que tiene sueños recurrentes,
acechándoles una o dos veces al año.

Y se caen desde un acantilado,

o pierden los dientes, les pilla un tren

o algo parecido.

En mi pesadilla tengo un empleo.

Siempre es lo mismo:

me ofrecen un buen empleo
en una empresa de moda.

Y puedo oírme diciendo:
"Vale, apúntame, acepto".

Y de repente tengo un jefe.

Tengo que pedirle permiso
si quiero irme de vacaciones.

Tengo reuniones los lunes.

Y ... me despierto y me doy cuenta
de que solo era una pesadilla.

Yo no tengo un empleo.

Por eso puedo estar aquí
hablando hoy con Uds.

aunque no pedí permiso.

Pero, para dejar las cosas claras,

el que no tenga un empleo
no quiere decir que no trabaje.

Todos trabajamos:

preparar esta charla TED,

viajar aquí, exponer un tema,

son horas de trabajo.

Pero no es mi trabajo.

No tengo que estar aquí,
no me pagan por hacerlo.

Estoy aquí simplemente porque quiero.

Tengo algunas ideas
que quiero compartir,

y al hacerlo

siento que contribuyo
a algo más grande que yo.

Siento que soy parte de algo.

Me da una sensación
de sentido y propósito.

Lo que intento decir y la primera
clave para el futuro del empleo

es bastante simple.

Son tres letras: d, e, s,

como en "des".

Algunos están empleados, otros,
como yo, están desempleados.

Y como probablemente ya se figuren,

para mí estar desempleado
no es algo negativo.

Poder seguir desempleado

es una de mis mayores prioridades
y mi objetivo más importante en la vida.

(Risas)

Para mí, todo este concepto
del empleo fue siempre algo raro.

Es decir,

soy lo suficiente mayor para ser
responsable de todo esto:

pago las facturas, tengo una casa,

compro comida,

(y no solo helado, brócoli y demás)

y crié a mis hijos.

Y entonces, por alguna razón,
ocho horas cinco días a la semana

tiene que venir alguien
y hacerse cargo de mis prioridades.

Probablemente piensen
en el futuro del empleo,

yo he venido a hablarles de ello,

y quizás asuman que les hablaré
de robots e inteligencia artificial.

Soy futurista,

y todos sabemos que, o bien la nueva
tecnología ocupará nuestros empleos

o todos tendremos nuevos empleos
de alta tecnología en el futuro.

Pero la idea que quiero compartir hoy

no es sobre el cambio tecnológico,
o sobre más o menos empleo.

Primero, porque no sé si
habrá más o menos empleos.

Hay palabras de moda,

como "desempleo tecnológico",

"crecimiento sin empleo",

pero el número de empleos depende
de múltiples tendencias diferentes

en política, tecnología,
comportamiento humano y economía.

¿Conocen esa diferencia crítica
entre complejo y complicado?

Los problemas complicados

como neurocirugía, física cuántica,
o ciencias espaciales

son difíciles de resolver.

Pero con conocimiento, reglas y recetas

podemos resolverlos.

Complicado a menudo significa predecible.

Complejo, sin embargo, es lo opuesto:

Demasiados factores
interrelacionados y desconocidos.

Un coche es complicado,
el tráfico es complejo.

Un empleo puede ser complicado,
el número de empleos es complejo.

Así que no sé si habrá más
o menos empleos en el futuro.

Nadie lo sabe.

Y segundo y más importante,

no creo que este enfoque, esta
fijación por el número de empleos

nos ayude.

Probablemente escucharon la vieja anécdota
sobre el economista Milton Friedman.

En los años sesenta
cuando viajaba por Asia,

visitó un sitio donde estaban
construyendo un canal.

Y le sorprendió ver que usaban palas

en lugar de tractores modernos.

Preguntó sobre ello,
y el burócrata le respondió:

"No lo entiendes, se trata de
un programa de empleo".

Y Milton dijo: "Oh,

creí que construían un canal.

Si solo quieren que trabajen,

¿por qué no les dan a los trabajadores
cucharas en lugar de palas?".

Si nuestro objetivo general es
crear tanto empleo como sea posible

entonces es bastante fácil.

Deberíamos dejar de innovar
y dar cucharas a los trabajadores,

volver a los buenos viejos tiempos,

cuando pasaban un día en la biblioteca
para dar con una respuesta,

ya saben, nada de ordenadores,
internet, Google, nada de eso,

legislar contra tecnologías peligrosas
como la digitalización.

¡Oh, por Dios! ¿Conocen la historia
de los pobres empleados de Kodak?

¿Coches que se conducen solos? ¿Bromean?

Y ¿qué pasa con los taxistas?

¿Y los médicos?

¿Y si ya no podemos conducir y
escribir en el móvil al mismo tiempo?

Miles de personas que resultan heridas
y necesitan ir al hospital cada día

no tendrían necesidad de ir al hospital.

Estarían a salvo, vivos.

Así que tenemos que crear
aún más empleo para ellos.

¿Ven a lo que me refiero?

Volver a centrarnos
en el número de empleos

no nos ayuda.

Quizá deberíamos ser valientes
y hacer lo opuesto,

esforzarnos por tener menos
empleos, cuantos menos mejor.

Acabo de hablarles de la paradoja
entre la automatización y los empleos.

No podemos decir que queremos ambos.

O protegemos nuestros empleos

o los automatizamos para tratar
de no hacer esos trabajos.

Y se dan más paradojas,

como la que se da entre
el medio ambiente y los empleos.

¿Queremos entornos urbanos,
limpios y frescos,

con agua potable y aire limpio?

¿O damos prioridad a más empleos,

aunque estos impliquen más contaminación?

En lugar de hablar de IA y robots
o del número de empleos,

permítanme mostrarles otra
perspectiva del futuro del trabajo.

Y esta es la idea que quiero
compartir hoy con Uds.

No necesitamos empleos.

Y sé que es una provocación.

Quizá puede que usted necesite
un empleo con urgencia,

y también sé que yo soy un privilegiado.

No me refiero a esto a nivel individual.

Me refiero a nosotros como sociedad,

no necesitamos empleos
de verdad para el futuro.

Todos conocen la obra de Abraham Maslow:

"La jerarquía de las necesidades"

Todos necesitamos lo mismo.

En la base están las básicas:

comida, agua y refugio.

Y luego, según cubrimos estas
podemos buscar más:

amor, amistad.

Y finalmente, en la cúspide
está la autorrealización.

Los empleos no aparecen
en la jerarquía de necesidades.

(Risas)

En el mundo moderno de
hoy día resolvemos lo básico

con dinero.

Podemos sustituir las
necesidades básicas por dinero.

Lo necesitamos.

El dinero es importante,
pero no lo es todo,

y no hay que ser rico para saber eso.

Piensen en los que tienen
más dinero del que necesitan.

¿Qué es lo que sabemos de ellos?

¡Que quieren más!

¿Y qué más?

Necesitamos dinero y ... un sentido.

Si tienen dinero y un sentido en su vida,

tendrán una buena vida.

Y sí, en el mundo actual,
en un país desarrollado como este,

el modo de conseguir dinero y un sentido

la mayoría del tiempo

es a través de un trabajo.

Pero eso no quiere decir
que vaya a ser así para siempre.

Si piensan en el tiempo
que llevamos en este planeta,

la humanidad,

llevamos aquí 200 000 años.

Y la mayoría de ese tiempo
no había trabajos.

Tenían trabajo que hacer,
pero como desempleados.

Como los cazadores y pescadores

que despiertan por la mañana
y hacen lo necesario.

Pero, si lo que es digo es cierto,

si no necesitamos trabajos,
¿a qué le tememos entonces?

Centrémonos en lo que sabemos.

Sabemos que la población aumenta.

7 700 millones a día de hoy.

Nos llevó 200 000 años
llegar a 1000 millones;

y sólo 200 llegar a 7000 millones.

Sabemos que no podemos seguir
centrándonos en el crecimiento lineal;

necesitamos cambiar
la sostenibilidad circular.

Pero si no necesitamos trabajos,
¿de qué tenemos miedo?

Bien, como este sistema funciona,

nos cuesta ver la alternativa

como algo que no sea extremo,
irresponsable, absurdo y caro,

como los ambientalistas hace diez años.

Pero eso ha cambiado.

Hoy día, la postura extrema
en asuntos medioambientales

es discutir de negocios como de costumbre,

y nada cambia.

Sabemos que lo contrario
de sostenible es insostenible,

pero, ¿y si lo opuesto de los
trabajos es el tiempo libre?

Puedo ver lo que piensan:

es un ingenuo, no podemos permitírnoslo.

Pero antes de entrar en
los costes del tiempo libre,

déjenme tratar los costes
del sistema actual.

¿Todos los que trabajan crean valor?

Es una pregunta seria.

Alguna gente hace trabajos
que son perjudiciales para la salud,

puede que hasta mortales,

como la contaminación y cosas así.

Ya sin mencionar el tabaco, las armas

o algo similar;

podemos hablar de algo tan
simple y normal como la comida.

Hoy día, más gente en este planeta

muere por comer demasiado
que por comer poco.

Es un hecho.

La obesidad, el cáncer, la diabetes
y las enfermedades cardíacas

matan a más personas al año
que la malnutrición a nivel global.

¿Mundo desarrollado?, ni de cerca.

Y por si fuera poco,

tiramos entre un 30 % y 40 %
de la comida que producimos.

De nuevo, la gente que va
a trabajar ocho horas al día

para crear algo malo para la salud,

quizá hasta mortal

o nada bueno.

¿Crean valor?

Se podría argumentar lo contrario.

Necesitamos pedirles
que paren inmediatamente.

"Retírense, vuelvan a casa, no hagan eso".

En muchos casos la sociedad ganará dinero
al darle tiempo libre a los trabajadores.

Según el Fondo Mundial
para la Naturaleza (WWF),

hemos eliminado al 60 %
de los animales de este planeta

en solo 50 años.

Así que no finjamos

que el sistema actual no tiene costes.

Pero volviendo al coste del tiempo libre.

Es una cuestión de economía,

y la economía, como saben,

es la ciencia de la producción,
distribución y consumo.

No debería decir ciencia;
es más como una filosofía o ideología.

Hay muchos modelos diferentes

que se cree que funcionan
mejor y más precisamente;

y los más famosos, por supuesto,
son el comunismo y el capitalismo.

Saben que el comunismo perdió la batalla
con la caída del Muro de Berlín,

y desde entonces, creemos que
el capitalismo es el único camino.

Pero el problema con un
ganador así sin oponente,

es que, cuando hay un ganador,
es difícil discutir con ese ganador

sin parecer que apoyan al perdedor.

Un mal perdedor, eso es.

Pero tenemos que ser capaces

de hablar de los problemas del capitalismo
sin ser tomados por comunistas.

El capitalismo no puede ayudarnos

si queremos entender
el valor del tiempo libre,

al igual que tampoco puede ayudarnos

a entender el valor de la sostenibilidad
sobre el valor del crecimiento.

Imagínense un futuro,

uno con alta tecnología.

En el cual las máquinas
nos quitan los trabajos.

La IA puede hacer de todo,
cubriendo todas nuestras necesidades.

Pero, en un sistema capitalista,
en un futuro con alta tecnología

el propietario de las máquinas
se queda con todo.

¿Y el resto de la gente?

Solo pobres fracasados.

Pero si el ganador se lo lleva todo
y el resto son pobres fracasados,

es como si el juego
llegara a su fin, ¿verdad?.

El capitalismo necesita un mercado.

Sin clientes el capitalismo no es nada.

Así que cambiemos

y pensemos en una visión de futuro

donde tenemos un futuro
civilizado y con alta tecnología,

en el que nos empezamos
a centrar más en la distribución.

Y si podemos crear una
economía de reparto sólida,

entonces nadie necesitaría preocuparse
sobre los costes del tiempo libre.

Pero como saben y recuerdan,

el dinero no lo es todo.

Tenemos el sentido.
Necesitamos dinero y sentido.

¿Cuál es el propósito de la vida
si no tienen un trabajo?

Tenemos problemas como la depresión,
la violencia doméstica y el suicidio.

Son todos problemas relacionados
con el desempleo.

Para mí, este problema, este asunto
es más engañoso que la parte del dinero.

Si quieren saber el futuro del trabajo
esta es mi sugerencia:

no le pregunten a la gente qué hacen.

Pregúntenles por qué lo hacen.

Quizá no es una buena idea,

yo lo he hecho en algunas cenas

y puedo decirles

que no siempre les vuelven a invitar
si preguntan "¿Por qué trabajas?"

(Risas)

La gente dirá algo así:

"¿Por qué? ¿Tú qué crees?
Tengo facturas que pagar"

Y si usted dice:

"Sí, claro, obviamente, yo también
tengo facturas y necesitamos el dinero,

pero no lo haces solo
por el sueldo, ¿verdad?

Tiene que haber algo más.
¿Sabes a qué me refiero?"

seguramente no les vuelvan a invitar.

Pero cuando se encuentran a alguien
que puede darles una buena respuesta,

y decirles por qué se levanta cada mañana

y hace lo que hace ocho horas al día,

entonces saben

que hablan con alguien que les
habla sobre el futuro del trabajo.

Mi "por qué" es para inspirarles
a aceptar el cambio.

Vendrán tantos cambios.

Con tecnologías como
la inteligencia artificial,

ni siquiera hoy aquí
mismo podemos imaginar

cómo será la sociedad
en un par de décadas.

Tengo un sueño,

y no es la pesadilla de la
que les hablé al principio.

En este sueño,

gente de todo el mundo trabaja
no porque tengan que hacerlo

sino porque quieren.

En ese sueño, queda claro que no podemos
permitirnos no tomar ese camino.

Y por ahora,

solo necesito que recuerden una cosa

cuando hablemos del futuro del trabajo:

no necesitamos trabajos.

Gracias.

(Aplausos)