Usted es el torero más corneado de la historia. En efecto, me han metido más de 1200 cornadas, 45 volteretas y 200 pisotones. Y no hay que olvidar que ostento el récord Guinness de puntos en un ser humano: 22720. Muchas de mis cogidas también han sido premiadas por el Sindicato de Toreros. Usted, y permítame la chanza, tiene más cornadas que Jesulín de Ubrique. Bueno, Jesulín de Ubrique tiene muchas más cornadas por parte de Belén Esteban. No quiero que vea morbo en esta pregunta, pero usted, por culpa de una mala cornada, no tiene ojete. Eh.. sí que lo tengo pero es de plástico. ¿El Estado le ha indemnizado por ello? Sí, me dieron 30000€. Usted tampoco tiene testículos por culpa de malas cornadas. ¿También ha sido indemnizado por ello? Sí, me dieron 10000€ por cada huevo. Pues usted no se puede quejar mucho, debe estar forrado. Sí, estoy forrado pero yo esto no lo hago por el dinero. El toreo se lleva por dentro. Aún me acuerdo cuando aquella tarde Islero, un toro de 500kg, me arrancó el huevo izquiero de cuajo. Y lo cogí del suelo y me dije: "Torero, que no te lo cosan. Ofréceselo al respetable". Y se lo ofrecí al respetable. Y el respetable gritaba: "¡Olé torero! ¡Olé tus huevos!" A su mujer no le debe hacer mucha gracia que usted sea torero. Bueno, ella en realidad nunca me ha visto torear, porque cuando empiezo la faena ella se encierra en una iglesia y reza para que no me pase nada. Pues eso debe significar que Dios no existe o que está en contra de las corridas de toros. ¿Usted nunca ha pensado en dejar la tauromaquia? No le va muy bien como torero, no ha matado un toro en su vida. Bueno, una vez estuve a punto de matar un toro. Llevaba más de 200 estocadas. Y sabía perfectamente que la siguiente iba a ser la definitiva. Pero en el último momento se me revolvió y me dio un tantarantán que batí el récord de desplazamiento de altura de torero. Ese día estaba toreando en las Ventas y acabé toreando en la plaza de la Misericordia. Usted esta obsesionado con matar a un toro, ¿no? Una vez incluso drogó a un toro antes de la corrida. Fue con heroína. Y ese día dije: 'Voy a salir a por todas'. Cogí un caballo de batalla que se llama Babieca, me puse una armadura medieval y me compré una espada láser de 'La Guerra de las Galaxias'. Lástima que la compré en un chino y ese día me dió un tantarantán el toro que acabé al lado de mi casa. Mira, ese día me ahorré el metro de vuelta. ¿Usted alguna vez ha tenido un éxito como torero? Bueno, sí, una vez compartí el cartel con los Bomberos Toreros. Y uno de ellos, el más pequeñito, me sacó a hombros por la puerta grande. ¿De crío le cogían las vaquillas? Bueno, me cogían los toros de fuego. Usted tiene un buen currículum, ¿eh? Porque también tiene tres atropellos por automóvil, y otro por motocicleta. Sí, y también me cogió un niño con monopatín, y también me cogían bastantes con los cuernos que utilizan en las escuelas de tauromaquia, esos que van con ruedas. Y también tengo una cornada en la espalda de 25cm de un fin de semana que pasamos en la finca de José Tomás, que se me cayó el toro que tenía colgado en la pared. Usted es vegetariano. Ajá. Esto es un poco contradictorio, ¿no? Porque usted quiere matar animales pero no quiere comérselos. Es que de crío me comí tantos rabos de toro que ahora odio la carne. Muchos compañeros suyos de profesión comentan que usted es un antitaurino infiltrado, porque como nunca ha matado a un toro... Bueno, son todo habladurías y envidias, porque yo, evidentemente, no soy antitaurino. Lo que sí le diré es que los toros se alegran bastante cuando saben que yo les voy a torear porque he indultado a más de 300. El toreo es un arte, es una gran metáfora de la vida. El toro está en la plaza esperando como el macho. El torero entra en la plaza como la mujer, como la hembra. Y cuando el torero mata al toro, se acaba convirtiendo en hombre. Usted nunca ha matado a un toro en su vida, por tanto usted es... una mujer. Ah pues, pude ser. Pero muy lesbiana, ¿eh?