El smartphone 'beldi': Morgan Segui en TEDxCasablanca

Diseñador industrial, ingeniero cultural, graduado de la ENSCI, Morgan ha sido siempre cauteloso de la materia y de los bienes de consumo. En el diseño de objetos, siempre ha preferido el diseño de eventos culturales internacionales de las embajadas de Francia en Kazajstán y Marruecos. Más tarde, participó en una start-up dedicada a los agricultores y estómagos comprometidos. Hoy, está tratando de reconciliarse con la materia...

Bueno, aquí estamos,
en Casablanca, en 2050.

Casa es la capital mundial de la producción
electrónica de comercio justo.

Hay en Marruecos por doquier pequeñas minas
artesanales, de estaño, cobre y plata

que proveen a las pequeñas empresas ecológicas

lo que necesitan para producir
componentes electrónicos de comercio justo.

La mayor parte de esta producción
de componentes de comercio justo

se destina a la fabricación de una
ya célebre especialidad marroquí,

¡el teléfono inteligente "beldi"!
(Risas)

"Beldi", como se dice en Marruecos,

al hablar de productos agrícolas
sanos y sabrosos,

producidos localmente en pequeños pueblos,

por lo general, en torno
a las grandes ciudades.

Nuestro smartphone "beldi"
es de comercio justo

ya que es fruto de...
voy a dejar esto...

ya que es fruto de una actividad económica
al servicio de los hombres que la desarrollan.

Una actividad económica al servicio del entorno
en el que ocurre esta actividad.

Nuestro smartphone "beldi"
además es tranquilo

ya que, como veremos más adelante,
brinda funcionalidad esencial,

uso simplificado.

Brinda funcionalidad web móvil esencial.

También es un teléfono que ofrece
una conectividad bien pensada,

controlada y no intrusiva.

No es el tipo de teléfono que interrumpe

nuestros pensamientos en el trabajo,

o en los momentos compartidos
con amigos y familiares.

Todo está destinado a dar tranquilidad
en los momentos verdaderos de la vida.

Pero para ser un comercio
completamente justo,

el smartphone "beldi" se envía
a Europa, América o Asia,

en contenedores con pequeños veleros.

Una pequeña cooperativa
gestionada por artesanos del mar.

Volvamos a 2012 e imaginemos
juntos, esta tarde,

cómo sería un smartphone "beldi".

Para respetar el medio ambiente,
hay dos factores principales:

usar menos materias primas

y generar menos residuos.

Necesitamos dispositivos durables,
que duren mucho más tiempo.

El smartphone "beldi" se hace
para toda la vida.

Se puede reparar y modificar

conforme cambien los
estándares 2G, 3G, etc...

Pero veamos la base
de nuestro teléfono.

Tiene una pantalla de tinta biestable,

como la pantalla en blanco y negro de los
primeros lectores de libros electrónicos.

No tiene luz, apenas consume batería,

le ponemos un teclado de texto

y una antena: 2G, 3G,

que podemos cambiar cuando el 3G
haya desaparecido por completo.

Un micrófono, un auricular
para usar con la voz.

Con estas herramientas simples,

evidentemente se podrá

llamar por teléfono, enviar
y recibir mensajes de texto,

enviar y recibir imágenes vectoriales,

es decir imágenes digitales muy livianas,

y mapas y planos en línea.

Con estas herramientas incluso podremos

leer y consultar los correos electrónicos,

todos los mensajes,
siempre que sean de texto,

SMS, tuits, mensajes de Facebook,
únicamente el texto.

Y, por supuesto, acceso a todo
el conocimiento mundial

disponible en wikis, o en la prensa.

Lo que falta son los planos y mapas
de los manuales de instrucciones.

Esos usos parecen simples, básicos,

pero aún permiten

estudiar, crear o dirigir una empresa,

encontrar el amor de tu vida,

comprar billetes de tren,

encontrar un sofá para pasar
la noche cuando uno viaja,

y, por qué no,

¡hacer una revolución!

Entonces, ¿por qué es importante
imaginar un teléfono así?

Bueno, creo que, como Uds.,

somos parte de una generación

que ve en la electrónica una herramienta
maravillosa para cambiar el mundo,

para mejorar el mundo desde un punto
de vista social y ambiental.

Molinos de viento, paneles solares
que producen electricidad más limpia.

En todo el mundo, como en Marruecos,
sistemas de iluminación de bajo consumo

conectados a paneles solares y baterías

permitirán llevar electricidad

a 1/5 de los hogares del mundo
que no tienen acceso a la red eléctrica

y que usan pequeñas lámparas de aceite
para iluminar sus casas por la noche,

lo que provoca quemaduras,
problemas pulmonares e incendios.

Por último, la tríada mágica:
móvil, blog y redes sociales,

permite intercambiar información

sobre temas que los medios
tradicionales no informan:

contaminación, corrupción,
violencia policial ...

Entonces sí, la electrónica y todos esos sistemas,
todos esos dispositivos

son herramientas estupendas
para mejorar el mundo en lo social

y en lo ambiental.

Desafortunadamente, la producción
de estos componentes

a veces es perjudicial para los hombres,
las mujeres y el medio ambiente.

Gigantes minas a cielo abierto,

contaminan el aire y el agua
de las napas freáticas.

Salarios muy bajos
en el ensamblaje de electrónica

y superproducción de dispositivos,
que rápidamente se vuelven obsoletos.

En Francia, cambiamos el teléfono
cada 18 meses

y las portátiles cada 3 o 4 años.

Estos dispositivos engrosan las filas
de los vertederos electrónicos,

por lo general en África o en Asia.

Por tanto, es urgente imaginar una industria
electrónica de comercio justo,

desde la mina hasta el smartphone.

Una industria centrada en la artesanía,

una industria que permita
el desarrollo de las economías locales

si acaso hay minerales
bajo nuestros pies.

Reunámonos en torno a una mesa

universidades, organizaciones no gubernamentales,
autoridades locales,

empresarios, operadores telefónicos e inversores,

de modo de poder preparar todos juntos hoy

la industria electrónica de
comercio justo del futuro.

Obviamente, en Marruecos, los minerales
de la electrónica no están disponibles.

Así que podemos conseguir nuestros suministros

gracias a nuestras pequeñas cooperativas navieras
de artesanos marinos a vela

de otros países productores
de electrónica de comercio justo:

Mongolia, Afganistán,
República Democrática de Congo,

y, por qué no Ghana, que tiene
uno de los mayores vertederos

de basura electrónica del mundo.

Obviamente, producir electrónica
en pequeñas cantidades

de manera artesanal
sería un poco más caro.

Ahí es cuando volvemos
a nuestro smartphone "beldi".

Orgulloso de participar en el desarrollo
de las áreas en las que se produce,

durable, hecho para durar toda la vida,
crea un mercado.

El mercado de la electrónica
un poco más costosa de producir.

Y se convierte en el embajador, para el público
en general, de la electrónica de comercio justo.

Cuando presento este proyecto,
este teléfono,

me dicen que va en contra del progreso,

que va en contra de lo que la gente
espera de su teléfono.

Yo mismo me he planteado la pregunta
que esta tarde les estoy haciendo:

¿Realmente necesitamos todo esto?

¿Fotos y videos en HD,
procesadores súper potentes,

conectividad permanente?

Les presentaré algunos ejemplos
que me hicieron reflexionar.

Un smartphone de 2011 es 2 veces más potente
que las computadoras

que usó la NASA en 1969 para posar
el Apollo 11 en la luna. (Risas)

El ejemplo parece viejo.

Hoy, en Marte, el robot Curiosity,

será casi autónomo durante 2 años.

Excavará, analizará,
buscará signos de vida

con 4 veces menos potencia
que cualquier smartphone actual.

Pero volvamos a la Tierra, en California,

donde los ejecutivos de una de las mayores empresas
de la Web en Silicon Valley está gastando fortunas

para enviar a sus hijos
a escuelas sin computadoras.

El plan de estudios incluye: senderismo,
astronomía, construcción de un horno solar,

filosofía, teatro, tal vez un día
harán magníficas charlas TED.

Así se forma la élite
estadounidense del mañana:

sin computadoras, pero bien conectados
a la tierra y a los hombres.

Incluso más recientemente,

en Internet se prepara el surgimiento
del movimiento Slow Web [Red Lenta]

como algunas revistas web

que apuestan por publicar solo
un artículo por semana,

o incluso por mes.

El artículo está muy bien escrito

y le da tiempo a los internautas

de leer, comentar, compartir, aprender,

da lugar a una reflexión
fuera de la actualidad

sobre problemática social,

como se puede ver aquí.

Entonces, menos potencia,

menos conectividad,

uso simplificado,

para mí lo es todo, salvo
volver a la luz de las velas.

Es simplemente dar prioridad
al poder de las ideas,

al poder de las relaciones humanas,

y dejar de lado por un tiempo
la mera potencia de los procesadores.

Hemos escuchado mucho
la palabra "excéntrico".

Puede parecer un poco
excéntrico o fuera de lugar.

Pero más bien creo que el mundo está preparado
para este tipo de proyecto.

Proyectos con minas de comercio justo,

que participan de la economía de los
pueblitos en los que se encuentran.

Teléfonos que duran toda una vida,

que no contaminan los grandes vertederos
de electrónica del mundo.

Algunas cifras:

la agricultura y los productos
de comercio justo...

su cuota de mercado se ha multiplicado
por 17 en estos últimos 10 años.

En el mismo período, el volumen
de negocios de la agricultura ecológica

pasó de USD 15 000 millones al año
a USD 60 000 millones al año.

Hay pocas dudas de que los consumidores
de comercio justo y agricultura orgánica

pronto exigirán que su smartphone
sea tan justo como el café o el chocolate.

Hace unos meses en Londres,
en el escenario en TEDxExeter,

Bandi Mboubi nos contó cómo
la cantidad de extracción de coltan

--el coltan es un mineral

necesario para fabricar
teléfonos móviles--

cómo la extracción de coltan
trajo a su país,

la República Democrática del Congo,

solo miseria, contaminación y violencia.

Así, si el mundo parece estar listo,

Marruecos de igual manera
me parece que lo está.

En Casablanca, acaba de abrir
la quinta tienda orgánica.

Y los niños de 10 años,
quieren poner jardines en las azoteas.

La blogósfera y la tuitósfera
son impulsadas por internautas ávidos

de progreso social y ambiental.

Un revista web, que tienen que conocer,

como TalkMorrocco ha elegido
publicar una vez al mes

un archivo colaborativo que aborda
grandes problemáticas sociales

permitiendo llevar a cabo una reflexión
para construir un Marruecos aún más justo,

y aún más equitativo.

Durante 3 años, en el escenario
de los TEDx marroquíes

se han celebrado los espíritus libres
y los emprendedores audaces.

Marruecos está desarrollando
su proyecto de ciudad ecológica,

un proyecto de ciudad centrado en una universidad
dedicada al desarrollo perdurable.

Se acaba de firmar un acuerdo
con la *Ecole des Mines* de París.

Y hay negociaciones en marcha

con el MIT, el gran instituto estadounidense
de investigación en tecnología.

Y, por último, Marruecos
tiene muchos minerales

necesarios para la producción de electrónica.

Entonces Marruecos, como Francia,
Mongolia, Afganistán

o la República Democrática del Congo,
son países con la juventud ardiente

y ávida de progreso social y ambiental.

Juntos tienen las
principales universidades,

minerales de calidad,

empresarios audaces,

y, cabe esperar, operadores
e inversores visionarios.

Por lo tanto, depende de nosotros,
de todos nosotros, actuar,

activar, exigir una electrónica más justa.

Más justa para los hombres,
las mujeres y los entornos.

Más justa tanto para el pequeño minero rural artesano
como para las tiendas de smartphones del centro urbano.

Nos vemos en 2050.
Gracias. (Aplausos)