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Titre:
Para los niños de Palestina.
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Description:
Para las edades comprendidas entre 13-17 años, Bangladesh.
Por Chowdhury Mohammad Sayedul Abrar, Samar Marwan, Salman Sakib Shahryar.
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Queridos niños de Palestina,
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lo siento.
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Mi disculpa no significa nada
en vuestra vida llena de sufrimiento,
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pero quiero que sepáis que lo siento.
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Siento profundamente que hasta en vuestro cumpleaños hubo sangre.
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Siento que la playa que un día fue vuestro parque de juegos,
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hoy está inundada de sangre.
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Siento que ellos utilizen vuestras vidas para obtener ventajas políticas.
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Siento que os hayan arrebatado los colores de vuestra infancia.
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Siento que ellos alegremente anuncien las noticias sobre vuestras muertes.
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Y que a nadie le importe.
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Siento que os desprecien,
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pero quiero que sepáis que no todos somos iguales.
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Siento que no sepan vuestro nombre,
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que no sepan lo buenos que sois en mates
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o cuál es el sabor que más os gusta de helado.
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Ellos no saben que también tenéis sueños.
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Siento que no hayáis podido conocer a vuestra madre,
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quien murió cuando nacistéis en algún puesto de control.
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Siento que hayáis estado en la cárcel, en la más grande cárcel del mundo,
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desde el momento de vuestro nacimiento.
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Siento que ya no os den miedo las bombas y los tiros.
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Siento profundamente
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que tuvieráis que aprender a enterrar a los vuestros,
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antes de incluso aprender a leer.
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Siento que los líderes que destrozaron vuestra infancia no se sientan culpables de ello.
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Siento mucho que conozcáis la vida en los suburbios,
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pero al fin y al cabo habéis crecido en un campo para refugiados.
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Siento que no conozcáis el hermoso sentimiento del primer amor
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o el del dolor de una ruptura.
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Siento que al único dolor al que os enfrentaréis
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es al del mundo dándoles la espalda.
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Siento que no os dejen viajar por el mundo.
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Siento que ellos siempre estén dispuestos a llenaros la vida de problemas.
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Siento que hayan destruído vuestras casas.
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Y que vuestra foto de infancia se encuentre bajo los escombros.
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Siento que tengáis que arriesgar vuestra vida para ir a la escuela.
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Quizá váis y sólo encontráis las ruinas del colegio
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o el cuerpo de vuestro querido amigo.
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Siento que quizá no estéis vivos para leer esta carta.
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Quizá tendréis que dejar este mundo pronto.
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Quizá no tendré la oportunidad de conoceros.
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Siento que el mundo haya perdido su humanidad.
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Siento que no os escuchen.
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Lo siento de verdad.
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Amen a aquellos que sostienen nuestra humanidad.