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Title:
Cómo uso el arte para combatir
la contaminación plástica en nuestros océanos
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Description:
Alejandro Durán utiliza el arte para destacar la destrucción que se está produciendo con los ecosistemas de nuestros océanos. En esta charla impresionante, muestra cómo organiza y reutiliza meticulosamente los desechos plásticos de todo el mundo que llegan a la costa caribeña de México, desde botellas de agua hasta prótesis de piernas, para crear obras de arte vívidas y ambientales que nos cautivarán y conmocionarán.
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Speaker:
Alejandro Duran
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Su nombre es Sian Ka'an.
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Ubicada al sur de Tulum,
en la costa caribeña de México,
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es una reserva protegida
por el gobierno federal,
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patrimonio de la humanidad
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y una de las regiones
más biodiversas del planeta.
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Pero cuando la visité
por primera vez en 2010,
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me quedé horrorizado
y completamente confundido
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porque la playa estaba cubierta de basura.
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Pronto me di cuenta de que esa basura
provenía de muchas partes del mundo.
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Después de ese primer viaje,
regresé a este lugar
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varias veces al año
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para visitar Sian Ka'an
en mi país de nacimiento,
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para trabajar con esta basura.
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Y hasta ahora,
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hemos documentado la basura
de 58 diferentes países y territorios
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en los cinco continentes,
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todos desechos que acaban
en las costas de este paraíso en México.
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Si bien nunca se puede saber
dónde se desechó un producto,
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se puede saber, a veces, dónde se fabricó
según la etiqueta del producto,
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En rojo se ven todos los países
cuya basura acaba en Sian Ka'an,
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como estos envases de mantequilla
haitianos de distintas formas y tamaños,
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botellas de agua de Jamaica.
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No sorprende que gran parte del
material es de países vecinos del Caribe,
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pero proviene de todas partes.
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Aquí vemos botellas de agua
de varias partes del mundo.
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Y una de las ironías es que
mucho de lo que encuentro
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son productos de limpieza y belleza,
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como este artículo de EE. UU.
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que en realidad está hecho
para proteger el plástico,
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(Risas)
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champú de Corea del Sur,
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blanqueador de Costa Rica
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y un limpiador de baños noruego.
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Estos elementos nos son
a todos muy familiares,
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o por lo menos espero que les sean
familiares estos cepillos de dientes.
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(Risas)
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Utensilios de cocina.
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Juguetes.
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También estoy encontrando evidencia
de la quema de basura plástica,
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que libera humos cancerígenos en el aire.
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La gente me pregunta qué es
lo más interesante que he encontrado,
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y es, sin duda, esta prótesis de pierna.
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Y esa pequeña tapa azul de botella
que se ve en el fondo,
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en el momento en que la encontré,
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en realidad era el hogar
de este pequeño cangrejo ermitaño.
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Es tan bonito...
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(Risas)
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(Risas)
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Y estos fascinantes objetos,
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aunque también espantosos,
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cada uno con su propia historia,
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los utilizo para hacer mis obras
de arte efímeras, ambientales.
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Y todo comenzó con esta imagen
en febrero de 2010,
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cuando visité Sian Ka'an por primera vez.
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Noté que el azul era el color más
frecuente entre los objetos de plástico.
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El violeta es el color más raro,
por eso es como el oro para mí.
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Pero el azul es el más frecuente,
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así que recogí algunos de los azules
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e hice este pequeña obra
bajo al cielo azul
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y frente a las azules aguas del Caribe.
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Y cuando tomé una foto de prueba,
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fue como si un rayo
me hubiera tocado en ese momento,
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y supe que iba a tener que volver
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para crear una serie de obras en ese lugar
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y fotografiarlas.
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Así que esto resultó ser el boceto
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de un trabajo que completé
tres años después.
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No tenía idea de que casi 10 años después,
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casi una década más tarde,
todavía estaría trabajando en él.
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Pero el problema persiste.
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Les mostraré algunas imágenes
de la serie que titulé
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"Desechos costeros: La transformación
de un paisaje de basura".
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Tengan en cuenta que no pinto la basura.
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La recojo y la organizo por color
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en las mismas playas donde la encuentro.
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Esta es mi preciosa pila
de basura en el 2015
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tras poner en marcha una primera
edición de lo que decidí llamar
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"Museo de la basura".
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Es mi intención explícita
cuidar de esta basura,
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exaltarla, ponerla en un pedestal
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y ser el curador de la misma.
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Todos hemos visto
imágenes devastadoras
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de animales moribundos
con plástico en el estómago.
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Y es muy importante realmente verlos
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y acogerlos.
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Y es creando estética, y en algunos
casos se podría decir belleza,
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a partir de los desechos del mundo
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que trato de captar
la atención del espectador
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y de aquellos que podrían
ser insensibles a los horrores del mundo,
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y ofrecer con ello una forma diferente
de entender lo que está pasando.
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Algunos han descrito
al gran parche de basura del Pacífico
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como una isla
dos veces el tamaño de Texas,
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Pero me han dicho que es difícil de ver
porque es más como una niebla.
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Así, a través de mi obra,
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intento representar la realidad
de lo que pasa con nuestro entorno
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y hacer visible lo invisible.
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Mi pregunta clave al principio,
tras comenzar el proyecto,
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era: "¿Qué haré con la basura
cuando haya terminado?".
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Algunos me dijeron
que las obras podrían dañarse
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después de viajar por el océano
y estar expuestas a los elementos,
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que podrían degradarse y arruinar
potencialmente un lote de reciclaje.
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El vertedero no era tampoco
un lugar de descanso feliz.
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Y finalmente, me di cuenta,
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tras todo el esfuerzo mío
y de todas las personas
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que me han ayudado a recoger,
organizar y limpiar esta basura
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de que debería guardarla.
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Y ese es el plan:
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usarla y reutilizarla sin cesar
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para hacer más obras de arte
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y para involucrar a las comunidades
en la creación de arte ambiental.
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Este es un ejemplo de una obra de arte
que hizo una comunidad el año pasado
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con la juventud local
de Punta Allen en Sian Ka'an.
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Una tarea clave de la comunidad
es limpiar la playa
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y crear programas educativos.
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Y a medida que crece esta comunidad
involucrada en el proyecto
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y también mi recolección de basura,
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realmente creo que
también crecerá el impacto.
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Y así, en los últimos años,
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me he vuelto un tanto obsesivo
con mi recolección de basura.
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La recojo en maletas y viajo con ella.
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Me la llevo de vacaciones.
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(Risas)
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Y en el último trabajo,
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empecé a romper
el plano bidimensional de la fotografía.
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Estoy muy entusiasmado
con este nuevo trabajo.
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Las percibo como obras de arte vivientes
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que van a transformarse
y crecer con el tiempo.
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Aunque mi mayor deseo
es quedarme sin la materia prima
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para este trabajo.
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Pero para eso falta mucho todavía.
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En la siguiente fase del proyecto,
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mi plan es continuar
con el trabajo comunitario
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y hacer mi propio trabajo
en una escala mucho mayor,
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porque el problema es enorme.
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Ocho millones de toneladas
de residuos plásticos
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entran en nuestros océanos cada año,
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y así destruyen ecosistemas.
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Ahora, mientras estoy hablando,
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se está produciendo, literalmente,
una marea negra de plásticos.
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Veo este proyecto como una petición
de ayuda y un llamado a la acción.
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Nuestra salud y el futuro
están indisolublemente unidos
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a la de los océanos.
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Este proyecto, que llamé
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"Desechos costeros: la transformación
de un paisaje de basura",
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en realidad, me ha transformado a mí,
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haciendo replantearme mis propios
comportamientos y mi consumo.
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Y si puede ayudar a alguien
a tener más conciencia,
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entonces habrá valido la pena.
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Muchas gracias.
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(Aplausos)