-
¡Hey! Mi nombre es Torben Søndergaard,
y bienvenidos sean a esta enseñanza:
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"Luchando por el verdadero Evangelio".
Esta es una serie que he comenzado,
-
en la cual vemos y analizamos algunas de
las mentiras en lo que respecta a la fe,
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en lo que respecta al arrepentimiento,
en lo que respecta al bautismo en agua
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y en el Espíritu Santo.
Y vamos a ver la verdad,
-
por supuesto, lo que la Biblia dice
acerca de esas cosas.
-
Y estoy muy emocionado acerca
de esta serie de videos:
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"Luchando por el verdadero Evangelio",
porque realmente necesitamos
-
alzarnos y luchar ahora.
Hay un engaño tomando lugar
-
y necesitamos alzarnos por la verdad.
Y en esta serie aquí hoy,
-
en este video hoy,
vamos a ver el arrepentimiento.
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Y voy a tomar un ángulo diferente en el
arrepentimiento, del que normalmente oyes.
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Y creo que la enseñanza de hoy va a
desafiar a muchos de ustedes allá afuera,
-
tal vez, incluso, les hará hacerse
algunas preguntas
-
a muchas cosas que han pensado
y que han escuchado hasta ahora,
-
en lo que respecta a lo que es
el arrepentimiento.
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¡Revísalo! Revísalo en la
palabra de Dios.
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Revisa si es que lo que estoy diciendo
está correcto. No solo tomes tu tradición.
-
No solo tomes lo que tú has oído hasta
ahora y pienses que eso debe estar
correcto.
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Examinémoslo por la palabra de Dios,
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porque hay un engaño en curso
en la iglesia.
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Y en el último video,
cuando hablé acerca de la fe,
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realmente lidié con parte de ese engaño,
cuando vimos el entendimiento griego
-
de lo que la fe o el creer es.
Y hay un engaño acerca de la fe,
-
hay un engaño acerca del arrepentimiento,
-
hay un gran engaño acerca del bautismo.
Hay muchísimos engaños
-
en la iglesia ahora mismo.
Así que míralo tú mismo. Míralo.
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En el último video acerca de la fe,
recibí un montón de retroalimentación.
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Un sujeto llamado Jim escribió aquí:
"Torben, gracias por explicar
-
y dejarlo todo tan claro.
También, causó que mi corazón
-
se regocijara. Otro más escribió aquí:
"Increíble. Necesitaba oír eso.
-
Gracias. Necesitamos continuar creyendo
en todo lo que está escrito".
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Una persona escribió aquí: "Nunca vi
la fe ser explicada tan claramente antes,
-
y cómo hemos adoptado la
mentalidad griega,
-
en lo que respecta al entendimiento
de lo que la fe y el creer es.
-
¡Wow! Realmente te abre los ojos".
Y yo creo lo mismo hoy,
-
que esta enseñanza acerca del
arrepentimiento va a abrirle los ojos
-
a muchos de ustedes. Algunas personas
dicen que el arrepentimiento son obras
-
y que no debemos realizar obras y que,
por lo tanto, no debemos arrepentirnos.
-
Otras personas dicen que el
arrepentimiento es solo para los judíos.
-
Hay algunas personas hoy en día que dicen
que el arrepentimiento
-
no tiene nada que ver con el pecado como
tal, porque arrepentimiento (metanoia),
-
significa "cambiar tu mente";
-
así que no se trata de apartarte
del pecado,
-
solo se trata de cambiar tu mente.
Lo que las personas, otra vez, dicen
-
es que el arrepentimiento es sentirse
culpable por cosas y pedir perdón.
-
Y esas son algunas de las cosas
que vamos a ver.
-
Vamos a ver lo que es el verdadero
arrepentimiento y que este es para todos,
-
y que no es suficiente con sentirse
culpable o pedir perdón.
-
Así que espero que estés listo. Antes que
comencemos y vayamos, realmente,
-
realmente, en lo que respecta al
arrepentimiento y la palabra
arrepentimiento;
-
voy a pasar mucho tiempo, esta vez,
para sentar el fundamento,
-
para explicarlo en una forma diferente,
o vamos a verlo
-
en un lugar diferente, en el principio.
Mi primera pregunta para ti es:
-
¿De qué somos salvos nosotros?
Y esa es una muy importante pregunta.
-
¿De qué somos salvos nosotros?
¿De qué eres salvo tú?
-
La mayoría de las personas dará la
respuesta: "Soy salvo del infierno",
-
porque estamos tan acostumbrados a
reuniones evangelísticas,
-
en donde preguntan:
"¡Hey! ¿Quieres ser salvo?
-
¿Quieres ser salvo del infierno?"
Como si el infierno fuese algo
-
de lo que necesitamos ser salvos.
Pero nosotros no somos salvos
del infierno.
-
El infierno no es la cosa de la que somos
salvados. Somos salvos de nuestros
pecados.
-
Y el infierno es un resultado de esos
pecados, pero no es directamente
del infierno
-
de lo que somos salvos.
Somos salvos de nuestros pecados, y leemos
-
eso, también, con Jesús. Cuando Juan vio
a Jesús por primera vez en 1 de Juan 1:29,
-
allí él dijo: "He aquí el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo".
-
Jesús, en Mateo 1:21, leemos que Él
recibió el nombre de Jesús,
-
porque Él nos salvaría de
nuestros pecados.
-
Jesús era el Cordero de Dios que quita
el pecado del mundo.
-
Él recibió el nombre de Jesús, porque Él
nos salvaría de nuestros pecados.
-
No somos salvos del infierno.
Somos salvos de nuestro pecado.
-
Somos salvos del pecado que conducía
a la destrucción, conducía a la muerte,
-
conducía al infierno; pero no es del
infierno directamente de lo que
somos salvos.
-
Somos salvos de nuestros pecados.
La pregunta es:
-
¿si tú estás en tus pecados,
eres entonces salvo?
-
Y la respuesta es, por supuesto:
No, no lo eres.
-
Si es que tú sigues en tus pecados,
tú todavía, por lo tanto, no eres salvo,
-
porque Él vino a salvarnos de nuestros
pecados. Intenta imaginar que
-
tenemos a un drogadicto que quiere
compartir su "testimonio" en la iglesia,
-
y él va allí y él está sentado allí.
-
Y él, de hecho, tiene la jeringa para
inyectarse las drogas
-
y él se sienta allí en la plataforma del
púlpito y pone la jeringa en su brazo,
y se sienta allí
-
enfrente de todos, y él se inyecta
sus drogas. Y luego él dice:
-
"Oh, soy salvo. Oh, solo quiero testificar
cómo Jesús me salvó.
-
Oh, soy salvo de mis drogas".
Tú pensarías que él es un mentiroso,
-
un gran, gran mentiroso. ¿Por qué?
Porque él no es salvo de sus drogas.
-
Él continúa en ellas. O qué sucedería si
una persona enferma, un sujeto,
-
él va caminando o, apenas, va caminando y
él se pone de pie en la plataforma del
púlpito,
-
y él tiene dolor en la cadera,
y él dice: "Hey, quiero testificar
-
cómo Jesús me salvó, sanó mi cuerpo,
sanó mi cadera.
-
Yo tenía problemas con mi cadera
por muchos, muchos años,
-
pero Jesús me sanó".
Y luego él apenas desciende caminando
-
con un montón de dolor.
Él es también un mentiroso. ¿Por qué?
-
Porque si tú eres salvo de tus drogas, eso
quiere decir que tú has parado de
tomarlas.
-
Si tú eres sanado de tu enfermedad,
eso quiere decir que
-
tú ya no tienes más esa enfermedad.
De la misma manera,
-
si tú eres salvo de tus pecados,
eso quiere decir que esos pecados
-
no son parte de tu vida ya más,
como lo fueron antes.
-
Estábamos en un camino de pecado
que conducía a la muerte,
-
pero ahora nos arrepentimos,
somos salvos de ese camino
-
y venimos a un nuevo camino:
un camino de justicia
-
que conduce a la vida eterna.
Y esto es de lo que Jesús habló acerca
-
en Mateo 7, cuando Él habló acerca
de entrar por la puerta estrecha
-
y sabemos que Él es la puerta allí.
"(...) porque ancha es la puerta, y
-
espacioso el camino que lleva a la
perdición, y muchos son los que entran
por ella;
-
porque estrecha es la puerta,
y angosto el camino que lleva a la vida,
-
y pocos son los que la hallan". Así que
hay dos caminos en que las personas
están en la vida:
-
Hay un gran camino, un camino espacioso
que lleva a la perdición.
-
Un camino que lleva a algo:
lleva a la perdición.
-
Luego hay un camino angosto que
lleva a algo distinto.
-
¿Qué es eso? Eso es vida, vida eterna.
Ese es el camino de santidad,
-
santificación, glorificación,
vida eterna.
-
Y Romanos 6 deja esto más claro,
que hay dos caminos
-
que llevan a dos cosas diferentes.
Romanos 6:16 dice esto:
-
"¿No sabéis que si os sometéis a alguien
-
como esclavos para obedecerle,
sois esclavos de aquel a quien obedecéis,
-
sea del pecado para muerte,
-
o sea de la obediencia para justicia?"
-
Así que Pablo aquí le escribe a los
cristianos. "¿No sabéis?"
-
Y les diré lo mismo a ustedes allá
afuera:
-
¿No saben que si se someten a alguien
-
para obedecerle, es aquel a quien sirven?
-
Puede ser el pecado al que tú te sometas,
-
y eso conducirá a la muerte, o puede ser
a la obediencia que conduce a la justicia.
-
Y él le dice esto a los cristianos.
Y luego, él continúa en el versículo 17
(corrección):
-
"Pero gracias a Dios, que aunque
erais esclavos del pecado,
-
habéis obedecido de corazón a aquella
forma de doctrina a la cual fuisteis
entregados (...)."
-
Así que, antes solíamos ser esclavos
del pecado, solíamos caminar en pecado,
-
pero fuimos salvados de nuestro pecado,
de la manera en que caminábamos,
-
de nuestro estilo de vida de pecado, de
nuestro camino ancho. Y luego el versículo
18 dice:
-
"(...) y libertados del pecado,
vinisteis a ser siervos de la justicia".
-
Y él continúa en el versículo 22,
en Romanos 6:
-
"Mas ahora que habéis sido libertados
del pecado
-
y hechos siervos de Dios, tenéis
por vuestro fruto la santificación,
-
y como fin, la vida eterna".
Y luego, el versículo 23:
-
"Porque la paga del pecado es muerte,
mas la dádiva de Dios es vida eterna
-
en Cristo Jesús Señor nuestro".
Lo que necesitamos entender es
-
que la naturaleza del pecado es muerte.
Nada ha cambiado allí.
-
Este pecado que nos ha dividido ante Dios,
el pecado que nos dividió antes
-
de que leyéramos la Biblia, antes que le
orásemos a Dios, antes de que viniéramos
-
a la iglesia; el mismo pecado también nos
dividirá después de llegar a la iglesia,
-
después de que le oremos a Dios, después
de que tengamos nuestra fe en Dios.
¿Por qué?
-
Porque la fe, orar a Dios, venir a la
iglesia; no cambia
-
la naturaleza del pecado. El pecado sigue
siendo pecado, y la paga del pecado sigue
siendo la muerte.
-
La salvación no cambia el valor del pecado
y la naturaleza del pecado.
-
La salvación nos cambia a nosotros y
nuestra manera de vivir, en lo que
respecta al pecado.
-
La salvación es venir del camino
espacioso que llevaba al pecado,
-
en donde vivíamos un estilo de vida
pecaminoso de engañar y mentir,
-
e idolatría y usar el nombre de Dios en
vano, y mirar con lujuria
-
y deshonrar a otras personas. Y estábamos
viviendo en el camino espacioso:
-
el camino espacioso del pecado. Éramos
esclavos del pecado. Y eso conducía a la
muerte ¿Por qué?
-
Porque la paga del pecado es la muerte.
Pero en la salvación estamos
-
siendo transformados y tomados desde
aquel camino, hacia el camino estrecho.
-
Este es, ahora, un camino de santidad,
de santificación y, en el final,
-
de glorificación, en donde estaremos
enfrente de Dios.
-
Así que, ¿de qué somos salvos?
Somos salvos de mentir.
-
Somos salvos de robar,
somos salvos de engañar,
-
somos salvos de deshonrar a nuestros
padres, somos salvos
-
de usar el nombre de Dios en vano,
somos salvos de mirar
-
con lujuria a otras personas, somos
salvos de tener odio en nuestro corazón,
-
somos salvos de nuestros pecados.
Eso es lo que es la salvación.
-
Y necesitamos comenzar aquí,
porque si tú no sabes
-
que la salvación es una salvación de
nuestros pecados, entonces tú no
comprenderás
-
por qué necesitamos arrepentirnos
para ser salvos. Tú no entenderás
-
por qué, también, necesitamos sepultar
nuestra vieja vida para ser salvos,
-
por qué eso es parte de la salvación.
Tú no entenderás
-
por qué ser bautizado y ser llenado con
el Espíritu Santo es parte de la
salvación,
-
porque la salvación es más que "tómala",
y luego vas al cielo
-
y Dios no ve nuestros pecados. No, la
salvación es que estamos siendo salvos.
-
Estamos siendo transformados por el
poder del Evangelio,
-
de modo que no vivamos como vivíamos
antes, cuando estábamos caminando
-
en el camino espacioso de pecado,
lujuria, egoísmo y así en más.
-
Y esto es importante entenderlo.
Y sé que estamos enseñando
-
acerca del arrepentimiento ahora mismo,
y sé que es un largo rodeo
-
para llegar al arrepentimiento.
Pero necesito continuar
-
un poquito aquí, también, porque quiero
decirte: no seas engañado.
-
No seas engañado. Juan dijo eso:
"Hijitos, nadie os engañe (...)".
-
Y quiero decirte eso a ti,
-
lo que está escrito en 1 de Juan 3:7:
No dejes que nadie te engañe.
-
Y, luego, él continúa: "(...) el que hace
justicia
-
es justo, como él es justo".
El que hace justicia
-
es justo, como él (Cristo) es justo.
-
"El que practica el pecado es del diablo;
-
porque el diablo peca desde el principio.
-
Para esto apareció el Hijo de Dios
(Jesús),
-
para deshacer las obras del diablo".
Eso es, deshacer el pecado.
-
Así que aquí, otra vez, no dejes
que nadie te engañe.
-
El que hace justicia es justo,
como Él es justo.
-
El que practica el pecado es del diablo.
Y esos son los dos caminos
-
en los que podemos caminar. Un camino:
el pecado, que lleva a la perdición,
-
El otro camino: santidad, libertad del
pecado, que lleva a la vida.
-
Y cuando hablamos acerca de ser libre
del pecado, no digo que nosotros,
-
en Cristo, no podamos pecar. Pero no en
esa manera, en que esto se convierta en
la regla general.
-
Porque la Biblia también dice
en la misma carta,
-
y vamos a ir a profundizar algo más
en 1 de Juan aquí. 1 de Juan 1:8,
-
tú conoces estas palabras:
"Si decimos que no tenemos pecado,
-
nos engañamos a nosotros mismos,
y la verdad no está en nosotros.
-
Si confesamos nuestros pecados,
él es fiel y justo para perdonar
-
nuestros pecados, y limpiarnos de
toda maldad".
-
Si confesamos nuestros pecados,
él es fiel y justo
-
y nos perdonará. Esto está escrito en el
contexto de caminar en la luz.
-
No está escrito en el contexto de volver
al mismo pecado
-
una y otra, y otra, y otra,
y otra vez.
-
No está escrito en el contexto de caminar
como un esclavo del pecado,
-
porque dice: "Si confesamos nuestros
pecados, él es fiel
-
y justo para perdonarnos... "
(1 de Juan 1:9). Pero, la misma carta,
solo un poquito más abajo,
-
en el capítulo 2, versículo 1, dice:
"Hijitos míos, estas cosas os escribo
-
para que no pequéis (...)". Así que,
él está escribiendo en la carta aquí:
-
"Hijitos míos, estas cosas os escribo
para que no pequéis (...)".
Allí es donde comenzamos.
-
Ese es nuestro punto de partida.
Lo que dice, también está escrito
-
para que no pequemos. Pero, luego, viene:
"y si alguno hubiere pecado,
-
abogado tenemos para con el Padre,
a Jesucristo el justo".
-
Está diciendo:
"os escribo para que no pequéis,
-
y si alguno hubiera cometido pecado...".
No está diciendo: "y cuando pequen",
-
porque el pecado no debería ser parte
de nosotros, porque en la misma carta
-
continúa diciendo: "El que dice: Yo le
conozco, y no guarda sus mandamientos,
-
el tal es mentiroso, y la verdad
no está en él (...)".
-
Y, más abajo, dice:
"El que dice que permanece en él,
-
debe andar como él anduvo".
Más abajo dice: "Y todo aquel que
tiene esta esperanza en él,
-
se purifica a sí mismo, así como él es
puro". Más abajo... ahora estamos
en el capítulo 3, versículo 5.
-
Escucha aquí:
"Y sabéis que él (Cristo)
-
apareció para quitar nuestros pecados,
y no hay pecado en él.
-
Todo aquel que permanece en él, no peca;
-
todo aquel que peca,
-
no le ha visto, ni le ha conocido".
-
Así que, ya está en el contexto.
De modo que, cuando 1 de Juan 1:9 decía:
"Si confesamos
-
nuestros pecados, él es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados (...)".
Y Él lo es. Él es justo.
-
Él te perdona cuando le confiesas tu
pecado. Pero, la misma carta, decía:
-
"Todo aquel que permanece en él, no peca;
-
todo aquel que peca, no le ha visto, ni
le ha conocido". Si tú continúas pecando
-
tú no le conoces. Tú no lo estás viendo
y tú no lo conoces.
-
Y, luego, el siguiente versículo dice:
"Hijitos, nadie os engañe (...)"-
-
o hijitos, no sean engañados-
-
(...) el que hace justicia es justo,
como él es justo.
-
El que practica el pecado es del diablo;
porque el diablo peca desde el principio.
-
Para esto apareció el Hijo de Dios,
-
para deshacer las obras del diablo.
Todo aquel que es nacido de Dios,
-
no practica el pecado, porque la simiente
de Dios permanece en él;
-
y no puede pecar, porque es
nacido de Dios".
-
Y, luego, la carta continúa diciendo que
puedes conocer un árbol por sus frutos.
-
Tú puedes conocer a un árbol por su fruto.
Así es como es.
-
Así es como es. Por esto, tú conoces
quién es hijo de Dios
-
y quién es un hijo de Satanás.
Por esto. No por venir a la iglesia.
-
No por orarle a Dios. No por llamarnos a
nosotros mismos: cristianos.
-
Por esto, tú conoces quién es hijo de
Dios y quién es el hijo de Satanás.
-
Por esto, ¿y qué es esto? Por cómo
vivimos. ¿Caminas tú en el camino
espacioso
-
o caminas en el camino estrecho?
Mientras caminamos en el camino estrecho,
-
no podemos seguir pecando. No podemos
tener un estilo de vida pecaminoso.
-
Si es que pecamos, pedimos perdón y
Él es fiel y justo para perdonarnos.
-
Pero si en nuestra vida mostramos un
estilo de vida pecaminoso, en que tenemos
una naturaleza de pecado,
-
y continuamos pecando, y podemos pecar
sin sentirnos totalmente destruidos
-
y condenados y arrepentidos y si no
corremos lejos de eso:
-
entonces no hemos nacido de nuevo.
Entonces seguimos caminando en el camino
espacioso.
-
Así que no es suficiente con confesar el
pecado. No es suficiente con arrepentirse
una vez;
-
es un estilo de vida. Es un caminar del
que estamos hablando. Y he visto,
-
especialmente en los Estados Unidos, he
visto muchísimos cristianos,
-
con los cuales quedo solamente
sorprendido. Impactado, de cuán
engañadas las gentes están,
-
porque ellos piensan que son
cristianos, o cristianos
-
que viven un estilo de vida
pecaminoso, no sabiendo que
-
la paga del pecado es la muerte.
Y eso no ha cambiado,
-
y eso no va a cambiar.
No es la naturaleza del pecado
-
la que va a cambiar en la salvación.
Somos nosotros quienes vamos a cambiar
-
en la salvación. La salvación no es
una salvación del infierno.
-
La salvación es una salvación del pecado,
que lleva a la perdición (destrucción),
-
que lleva a la muerte.
Y por eso es que el arrepentimiento,
-
si es que vemos al arrepentimiento
o vemos el nacer de nuevo en la luz
-
de ser salvado del pecado; en vez de
"solo" a la luz de ir al cielo,
-
porque si te digo que necesitas nacer de
nuevo para ir al cielo, me preguntarás:
-
- "Ok. ¿Por qué?"
- Porque... tú lo necesitas...
porque, de otro modo,
-
tú no puedes ir al cielo.
- "Ok. ¿Pero dónde entra el bautismo?
-
¿Dónde entra el arrepentimiento?
¿Qué hay acerca del Espíritu Santo?
-
¿Es eso necesario para ir al cielo?
Porque tú puedes, solamente,
en un chasquido de dedos
-
ir al cielo?" ¿Lo entiendes?
Dios nos arrojó fuera del Jardín,
-
de modo que nosotros no comamos del
árbol de la vida y vivamos para siempre.
-
¿Por qué?
Porque si comíamos del árbol de la vida,
-
hubiésemos tenido por siempre problemas
con el pecado. Y por eso fue que Dios
-
nos echó fuera del Jardín.
En el nuevo cielo, en la nueva tierra,
-
allí tenemos al árbol de la vida otra vez.
Y aquellos que han lavado sus vestiduras,
-
aquellos que fueron transformados,
entrarán ahora y podrán
-
comer de ese árbol de la vida
y vivir por siempre. ¿Por qué?
-
Porque ellos ya lidiaron con el
pecado, ellos fueron hechos salvos
-
de sus pecados, y por lo tanto,
ellos podrán entrar
-
y comer del árbol de la vida
y vivir para siempre.
-
Nosotros somos hechos salvos de
nuestros pecados en la salvación,
-
y el arrepentimiento es el primer peldaño
en donde tú mueres a tus pecados,
-
tú te apartas de tus pecados,
tú pides perdón por tus pecados,
-
y se te concede un nuevo corazón.
El corazón de piedra es quitado,
-
y un nuevo corazón se te es entregado.
Eso es parte de la salvación.
-
Pero el cuerpo está muerto. Entonces
ahora, tú también necesitas sepultar
ese viejo cuerpo muerto
-
en el bautismo en agua
(y de eso voy a hablar la próxima vez).
-
Eso también es parte de la salvación.
Y luego tú necesitas al Espíritu Santo,
-
que levantará ese nuevo cuerpo, de modo
que ahora puedas caminar por el Espíritu
-
y no por la carne. De modo que tú puedas
caminar en el camino estrecho
-
por el Espíritu y no ser guiado por
la carne, como lo eras antes.
-
Y todo aquello lleva a algo hermoso,
que es el camino estrecho
-
que lleva a la vida eterna.
Así que, el pecado es pecado,
-
y nosotros somos salvados de nuestros
pecados. ¿Continúas tú en tus pecados?
-
Tú, por lo tanto, no eres salvo. Y Pablo
necesitó recordarle esto a la iglesia
-
acerca de eso, una y otra vez.
Y en Gálatas leeré
-
una parte aquí y, luego, podremos
continuar desde aquí.
-
Pero, en Gálatas 5, leemos que las
obras de la carne son,
-
y luego hay una completa, larga lista de
lo que son los actos de la carne,
-
o las obras de la carne. Estas son:
adulterio, fornicación, inmundicia,
lascivia,
-
idolatría, hechicerías, enemistades,
pleitos, celos, iras
-
y hay una completa lista; borracheras,
orgías, y así en más.
-
Y luego Pablo, él dice aquí
en Gálatas 5:21,
-
y él le está hablando a la iglesia
ahora mismo: "(...) os amonesto,
-
como ya os lo he dicho antes, que los que
practican tales cosas no heredarán
-
el reino de Dios". Así que, Pablo viene
con una larga lista acerca de lo que
-
la carne es, acerca de lo que las obras
de la carne son. Y luego él dijo:
-
"os amonesto, como ya os lo he dicho
antes, que los que practican tales cosas
-
no heredarán el reino de Dios".
-
Él necesitó decirle eso a cristianos.
Y quiero decirte lo mismo a ti:
-
no seas engañado.
Quiero amonestarte,
-
como lo he hecho antes, que si
tú vives conforme a la carne,
-
en el camino espacioso,
tú no heredarás el reino de Dios.
-
"Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo,
paz, paciencia, benignidad,
-
bondad, fe, mansedumbre,
templanza;
-
contra tales cosas no hay ley".
Y luego dice:
-
"Pero los que son de Cristo han
crucificado la carne con sus pasiones
y deseos".
-
Así que, ¿le perteneces a Cristo?
Entonces tú deberías haber crucificado
-
tu carne con todas sus pasiones
y deseos que le siguen.
-
Tú ya no estás caminando en el camino
espacioso que lleva a la perdición.
-
Tú estás ahora caminando en el camino
estrecho, no el camino de la carne,
-
sino el camino de justicia, el camino
del Espíritu,
-
que lleva a la vida eterna.
Y esto es lo que es la salvación.
-
Y muchos no entienden eso en Estados
Unidos y alrededor de todo el mundo.
-
Así que, por eso es que muchos un día
dirán: "Señor, Señor, ¿no profetizamos
-
en tu nombre, y en tu nombre echamos
fuera demonios,
-
y en tu nombre hicimos muchos milagros?"
-
Y Jesús les dirá: "Nunca os conocí;
apartaos de mí, hacedores de maldad".
-
Podemos conocer un árbol por su fruto.
Necesitamos ser regenerados.
-
Necesitamos ser transformados.
Necesitamos ser una nueva creación.
-
Y eso es lo que la salvación es. Y el
primer paso allí, es el arrepentimiento.
-
Y vamos a continuar ahora.
Sé que fue una larga, larga introducción.
-
Vamos a continuar ahora.
La primera cosa que Juan dijo
-
cuando empezó su ministerio
(Juan el bautista), fue: "Arrepentíos".
-
Arrepentíos fue la primera palabra
que salió de su boca.
-
Vemos lo mismo con Jesús, cuando Jesús
comenzó a predicar en Mateo 4:17:
-
"Arrepentíos, porque el reino de
los cielos se ha acercado".
Así que, Jesús estaba predicando
-
arrepiéntanse, arrepiéntanse,
arrepiéntanse. Esa fue la primera palabra.
-
Y ese es el ministerio al que somos
llamados.
-
Somos llamados a predicar el
arrepentimiento. En Lucas 24, justo antes
-
de que Jesús fuera al cielo, leemos esto:
"(...) y les dijo:
-
Así está escrito, y así fue necesario que
el Cristo padeciese,
-
y resucitase de los muertos al tercer día;
-
y que se predicase en su nombre el
arrepentimiento y el perdón de pecados
en todas las naciones (...)".
-
Recuerda que es a todas las naciones.
No solo a los judíos como algunas
personas dicen.
-
No, el arrepentimiento para
perdón de pecados es
-
lo que va a ser predicado a todas
las naciones.
-
Y Pedro comenzó allí.
Él tomó el llamado que Jesús dio.
-
El llamado que tú y yo debemos predicar.
Y la primera cosa
-
que salió de la boca de Pedro fue:
"Arrepentíos". Ellos le preguntaron:
-
"¿qué haremos? (para ser salvos)
Arrepentíos, y bautícese cada uno de
vosotros en el nombre
-
de Jesucristo para perdón de los pecados;
-
y recibiréis el don del Espíritu Santo".
Y voy a ver eso después.
-
Pero hoy veremos: "Arrepentíos".
Esa fue la primera palabra.
-
Y después, en el siguiente capítulo,
él dijo: "arrepentíos y convertíos,
-
para que sean borrados vuestros
pecados (...)". ¡Arrepiéntanse,
-
y convertíos! Ese es el mismo mensaje
que necesitamos predicar hoy.
-
Hay un arrepentimiento y una conversión.
Es como un doble arrepentimiento.
-
La primera cosa que hacemos es
arrepentirnos de nuestros pecados.
-
Nos apartamos de nuestra forma de vivir,
de nuestro estilo de vida pecaminoso.
-
Y, luego, nos convertimos (nos volvemos
a Dios). Y eso es lo que es el
arrepentimiento.
-
El arrepentimiento no es solo volvernos
a Dios (convertirnos), es también
apartarnos
-
del estilo de vida que tenemos.
¿Por qué? Porque Dios va a juzgar
-
al mundo un día. Y, por lo tanto, Él le
ha ordenado a cada hombre, quienquiera
que este sea, que se arrepienta.
-
Y leemos que este es un llamado
que Pablo también tomó, y él dijo:
-
"(...) He tenido un solo mensaje
para los judíos y los griegos por igual:
-
la necesidad de arrepentirse del pecado,
de volver a Dios y de tener fe en
nuestro Señor Jesús". (NTV)
-
Así que esto, otra vez, es para judíos
y gentiles. Esto es para todos nosotros.
-
Necesitamos arrepentirnos y volvernos
a Dios. La palabra arrepentimiento
significa metanoia. Metanoia
-
Meta, significa cambio cambio (de forma
de pensar), noia significa mente.
-
Así que significa: "cambio de mente",
pero esto no se detiene con un cambio
en la mente.
-
Comienza con un cambio en tu mente.
-
O, digámoslo así, en tu corazón.
Usamos la palabra: "corazón".
-
Sé que no pensamos con nuestro corazón,
pensamos con nuestra mente,
-
pero nuestro corazón está siendo cambiado.
Y de la abundancia del corazón
-
habla la boca. Así que tu corazón
está siendo cambiado.
-
Tu mente está siendo cambiada.
Esa es la primera cosa.
-
La siguiente cosa es tu confesión.
Ese arrepentimiento será mostrado
-
a través de tu confesión.
Y, más tarde, será mostrado
-
a través de tus obras, por tus acciones,
por tu forma de vivir.
-
Y debería de haber fruto de
ese arrepentimiento.
-
El verdadero arrepentimiento es algo
que podemos comprobar por su fruto.
-
No es solo una cosa mental,
como se dice en el mundo hoy,
-
y hay gente, hoy en día, que dicen:
"Oh, el arrepentimiento es metanoia,
-
metanoia, metanoia. Todo es metanoia.
(Cambio en la) mente, mente, mente.
-
Pero no seas engañado como los fariseos.
Los fariseos sabían
-
lo que metanoia significaba.
Ellos sabían metanoia.
-
Ellos sabían el entendimiento de eso.
Pero cuando fueron donde
-
Juan el bautista; él estaba enojado.
Él les llamó:
-
"¡Generación de víboras! ¿Quién os
enseñó a huir de la ira venidera?"
-
Y luego él le dijo a ellos: "Haced, pues,
frutos dignos de arrepentimiento".
-
O: produzcan frutos que muestren que
realmente se han apartado
-
de sus pecados. No solo lo tengan en la
mente, como si fuera una cosa mental,
-
sino que produzcan fruto que realmente
muestre que se han apartado
-
del pecado. Y eso fue lo que
Juan el bautista le dijo a los fariseos
-
que vinieron a él, cuando él
estaba bautizando.
-
Y es lo mismo hoy, cuando las personas
vienen a nosotros y confiesan a Cristo,
-
o quieren confesar a Cristo,
quieren ser bautizados; que podamos decir:
-
"Produce fruto que muestre que tú
realmente te has apartado de tus pecados".
-
Y el primer fruto que usualmente
vemos allí: es la confesión.
-
Porque no podemos ver cómo ellos
cambian su mente,
-
pero cuando las personas confiesan,
es lo primero que vemos
-
y, luego, si ese cambio de mente y
la confesión es sincera,
-
entonces lo vemos después en sus vidas,
porque esas vidas mostrarán
-
que ellos verdaderamente se han
arrepentido de sus pecados.
-
Pero los fariseos, ellos vinieron
y ellos no lo vieron.
-
Y ellos vinieron con un montón de excusas,
tales como: "Pero tenemos a Abraham
por padre, y así en más".
-
Y él (Juan el bautista) realmente
los reprendió, y les dijo: "(...) no
penséis decir dentro de vosotros mismos:
-
A Abraham tenemos por padre (...)".
Él continuó diciendo que:
-
"(...) el hacha está puesta a la raíz de
los árboles; por tanto, todo árbol
-
que no da buen fruto es cortado
y echado en el fuego".
-
Lo mismo te diré a ti.
No te digas a ti mismo:
-
"Sí, pero si estoy yendo a la iglesia.
Pero si le estoy orando a Dios.
-
Pero si estoy leyendo mi Biblia.
¡Hey! "El hacha está puesta
-
a la raíz de los árboles; por tanto,
todo árbol que no da buen fruto
-
es cortado y echado en el fuego".
No vengas con excusas.
-
Que estoy yendo a la iglesia, que estoy
orándole a Dios, que, que...
¡Muestra arrepentimiento!
-
Y eso es lo que amo con el
arrepentimiento. Porque cuando tú hablas
-
acerca de la fe... no es fácil. A veces,
cuando tú hablas con las personas
-
acerca de cuánto ellas creen: no podemos
ver la fe. No podemos medir la fe.
-
Pero tú puedes ver el arrepentimiento.
Tú, tal vez, no lo verás si es que
-
te encuentras a una persona, y en cinco
minutos le dices: "hola" y "¿cómo estás?",
y así en más.
-
Pero cuando tú ves la vida de las
personas, cuando tú ves lo que sale
-
de su boca, cuando tú ves cómo
ellos viven;
-
tú puedes ver en una persona si se
ha arrepentido,
-
y si no se ha arrepentido,
ellos siguen en sus pecados
-
y, por lo tanto, ellos no son salvos y,
por consecuente, ellos irán al infierno,
-
si es que ellos no nacen de nuevo. Así es
como es. ¿Qué es el arrepentimiento?
-
Si yo, de hecho, explicara la palabra
"arrepentimiento" y lo que es parte
del arrepentimiento;
-
hay algo que llamamos "pesar", y hay algo
que llamamos "remordimiento",
-
y el "pesar" no es verdadero
arrepentimiento. Tú puedes sentir
pesar por cosas.
-
Y tú, en tu pesar, puedes sentirte
afligido, puedes sentir dolor, puedes
sentirte herido, puedes sentir enojo.
-
Tú te sientes afligido y herido y dolido
y enojado, porque tú sientes pesar por
cosas que has hecho,
-
porque estas te han perjudicado.
Hay muchas cosas
-
por las que las personas pueden sentir
pesar hoy. "Oh, siento pesar por haber
hecho esto. Siento pesar por haber
-
hecho esto. Siento pesar. Siento pesar por
haber dicho esto. ¿Por qué?
Porque me hiere a mí.
-
Pero eso no es arrepentimiento.
Arrepentimiento es más que sentir pesar
por alguna cosa.
-
Todos sentimos pesar por haber hecho
cosas. Hay muchas personas que miran
atrás en sus vidas
-
y sienten pesar por un montón de cosas.
Y cuando miran atrás en su vida,
-
lo que ellos han hecho, ellos sienten
tristeza, ellos sienten dolor,
-
ellos se sienten heridos. Ellos sienten
enojo, porque ellos, profundamente,
-
profundamente, sienten pesar por cosas
que han hecho.
-
Pero eso no es necesariamente
arrepentimiento. ¿Por qué?
-
Porque arrepentirse no es solo sentir
lástima por lo que has hecho
-
en contra de ti mismo. Arrepentirse, es
por lo que tú has hecho en contra de Dios.
-
Y es cuando Dios entra en escena, que
podemos hablar acerca del verdadero
arrepentimiento.
-
Es lo mismo con el remordimiento.
"Sentir pesar" es sentirse mal por cosas
-
que te han herido a ti mismo.
Remordimiento es, usualmente, cuando tú
has hecho cosas que han herido
-
a otras personas, y tú sientes
remordimientos por haber herido a
otras personas.
-
Y eso puede conducir a una tristeza,
dolor, a sentirse herido y, también,
enojo;
-
porque has hecho cosas y sientes
remordimientos por ellas,
-
porque puede que haya lastimado
a otras personas.
Eso no es necesariamente...
-
y eso no es arrepentimiento.
Arrepentimiento no es solo sentir
pesar y remordimiento.
-
El arrepentimiento ocurre cuando Dios
entra en escena. Cuando tú ves que has
pecado.
-
No solo que has hecho algo que te
ha herido a ti mismo,
-
y no solo que has hecho algo que ha
herido a otros; sino que has hecho
-
algo que ha herido a Dios.
Que tú has pecado
-
contra un santo y justo Dios. Sí, los
otros aspectos pueden estar también allí,
-
tal como en el hijo pródigo,
en Lucas 15. Él dijo: '(...)
-
Volveré a la casa de mi padre y
le diré: “Padre, he pecado
-
contra ti...-No.- he pecado contra
el cielo y contra ti". El hijo pródigo,
-
él sentía pesar por cosas que había hecho
que tenían que ver con él mismo.
-
Él estaba comiendo la comida de los
cerdos. Él sintió enojo
-
y tristeza y dolor por la consecuencia
de lo que su acción había generado
en su contra.
-
Él también sintió pesar. Él sintió
remordimiento.
-
"Oh, mi padre...", y así en más.
Y él había herido a su padre, al hacer
-
lo que él hizo. Pero cuando él dijo,
he pecado contra el cielo,
-
allí es en donde el verdadero
arrepentimiento entra. Porque,
digámoslo así:
-
Todos hemos entrado en un cuarto en
donde nuestros niños han hecho algo
-
que no debían hacer. Pongámonos en el
caso que los niños están parados en la
cocina...
-
digámoslo así. Tú entras y ves que ellos
están abriendo un gabinete
-
y ellos están tomando unos chocolates
que no tenían permitido tomar.
-
- "¡Hey, hey! ¿Qué están haciendo?"
- ¿Qué? Lo siento. Lo siento tanto.
-
Lo siento tanto. Lo siento. No lo haré
de nuevo". Ellos no lamentan.
-
Ellos no lamentan lo que han hecho. Ellos
lo sentían, porque tú los atrapaste
en ello.
-
Y ellos dicen que ellos lo lamentan,
ellos confiesan que ellos lo lamentan.
-
Ellos pueden, incluso, sentir enojo,
sentirse heridos y rabia;
-
no por lo que ellos hicieron, sino
por la consecuencia de ello...
-
por las cosas que las personas vieron
y los atraparon haciendo.
-
Ese enojo, ese dolor, esa disculpa, ese
sentimiento de pesar y remordimiento,
-
los llevará, usualmente, a ir y hacer
lo mismo, una y otra,
-
y otra y otra vez, siempre que ellos
esperen que nadie los vea,
-
ellos continuarán haciéndolo una y otra,
y otra, y otra vez.
-
Y esa es la típica cosa en las
iglesias hoy en día,
-
cuando las personas van al llamado que
se hace del altar, una y otra, y otra vez.
-
E incluso sueltan una lágrima allí y
dicen: "Lo siento. Siento un pesar,
o siento remordimiento".
-
Me siento herido. Me siento enojado".
Pero la siguiente semana
-
ellos están en el mismo pecado de nuevo.
-
¿Por qué? Porque no es verdadero
arrepentimiento. El verdadero
arrepentimiento es
-
cuando tú ves a la luz de Dios y
de la eternidad,
-
que tú has pecado contra un Dios
santo y justo.
-
Un Dios que te entregó la vida,
un Dios que te lo dio todo
-
y tú has utilizado mal lo que Dios te
ha entregado. Y tú has pecado
-
en contra de Él. Y tú sientes tristeza,
tú sientes remordimiento,
-
pero tú te apartas de aquello
(del pecado), tú te apartas de eso
-
y tú cambias tu manera de hacer las cosas
y tú, incluso, tratas
-
en la medida de lo posible,
de hacer bien las cosas.
-
Como con Zacarías, cuando Jesús dijo:
"Zaqueo, date prisa, desciende,
-
porque hoy es necesario que pose
yo en tu casa". Y, luego, él fue a casa.
-
Y él le dijo: "He aquí, Señor, la mitad de
mis bienes doy a los pobres;
-
y si en algo he defraudado a alguno,
se lo devuelvo cuadruplicado".
-
Jesús vio eso y, entonces, Él dijo: "Hoy
ha venido la salvación a esta casa (...)".
-
Había verdadero arrepentimiento.
Él cambió su vida.
-
Él se sintió mal por haber pecado
y él hizo algo acerca de ello:
-
él cambio su camino. Él incluso dijo...
él prometió, incluso,
-
que él devolvería cuadruplicado, si es que
en algo había defraudado a alguno.
-
Y eso era arrepentimiento. El verdadero
arrepentimiento cambia tu vida.
-
El verdadero arrepentimiento es un nuevo
corazón, es un nuevo comienzo,
y es donde empezamos.
-
Y quiero compartir algo aquí acerca
del arrepentimiento.
-
La primera cosa, cuando hablamos
del arrepentimiento: es realmente,
-
realmente importante ayudar a las personas
a arrepentirse, al explicarle el pecado
a ellas.
-
El pecado... no es solo lo que nosotros
pensamos que es pecado. El pecado es
división. Separación del Señor.
-
Aquel que quebrantare la ley
comete pecado.
-
El pecado es transgresión de la ley.
Y la ley no ayuda a las personas,
-
en ese sentido, de que la ley nos salva.
Pero la ley es necesaria
-
para mostrarnos nuestros pecados,
de modo que sepamos de qué arrepentirnos.
-
Por ejemplo, déjame leer aquí.
Romanos 7:7: "(...) ¿La ley es pecado?
-
En ninguna manera". Y luego Pablo dijo:
"(...)Pero yo no conocí el pecado
-
sino por la ley; porque tampoco
conociera la codicia,
-
si la ley no dijera: No codiciarás".
-
Así que, Pablo, él dijo: "Pero yo no
conocí el pecado sino por la ley".
-
Así que Jesús está usando la ley en
Mateo 5. Y usualmente le digo
-
eso a las personas. Lo uso de este modo.
Les digo esto:
-
- "Ok. ¿Has mentido alguna vez? La Biblia
dice que si has mentido, eres
un mentiroso.
-
¿Has robado alguna vez algo? Entonces eso
te hace un ladrón, ¿o no?
-
Jesús dijo que no debías tener odio
en tu corazón, y que no debemos
de cometer asesinato.
-
Pero Jesús dijo que si tienes odio en
tu corazón, ya eres un homicida.
-
¿Has tenido eso?
-
¿Le has dicho idiota a alguien?
Entonces la Biblia dice que
-
estás condenado al infierno. La Biblia
dice que no debes cometer adulterio.
-
Pero Jesús dijo que si tú miras
a alguien para codiciarlo (con lujuria),
-
entonces ya has cometido adulterio
con esa persona en tu corazón.
-
Así que, tal vez, tú no estés físicamente
sexualmente
-
junto con alguna persona antes del
matrimonio o fuera del matrimonio,
-
pero si tú te sientas allí y miras
pornografía en el internet
-
y tienes sexo con personas en tu
corazón, entonces eres culpable.
-
Eres culpable. Porque no es nuestra
acción; es nuestro corazón.
-
Es el deseo de nuestro corazón.
Si tú miras con lujuria (deseo),
-
tú has cometido adulterio en tu corazón.
Si tú tienes odio,
-
tú eres un homicida. Comienza esto en
tu corazón. La Biblia dice, también,
-
que cualquiera que guardare toda la ley,
pero ofendiere en un punto,
-
se hace culpable de todos.
¿Has roto la ley de Dios?
-
¿Eres tú perfecto?
¿Puedes decir que tú eres perfecto?
-
¿Has mentido una vez, has robado una vez,
has mirado una vez con lujuria (deseo),
-
o has tenido sexo con personas fuera del
matrimonio o antes del matrimonio?
¿Has honrado a tus padres?
-
¿Has quebrantado la ley de Dios? Entonces
tú eres culpable. La Biblia dice también,
-
que aquel que dice que no tiene pecado,
el tal es mentiroso,
-
y la verdad no está en él.
Todos hemos pecado.
-
Así que la ley de Dios es necesaria,
como un espejo para mostrarte
-
cuán lejos has caído. Y necesitamos eso.
Necesitamos explicarle el pecado
-
a las personas y ayudarles a entenderlo.
Luego, suelo ir
-
y hablar acerca de la conciencia que la
Biblia menciona:
-
que aquel que hace pecado, esclavo es
del pecado. Pero no es el esclavo,
-
¿sabes?, el que queda en la casa para
siempre, sino el hijo;
-
y aquel a quien el Hijo libertare,
será verdaderamente libre.
-
Así que, éramos esclavos del pecado,
porque aquel que hace pecado,
-
esclavo es del pecado.
Es como cuando empiezo a fumar.
-
Yo lo controlo, pero luego me
controlará a mí. Cuando empiezas
-
a mirar con lujuria (deseo) a otras
personas, en la pornografía en internet:
-
tú lo controlas, pero luego te controlará
a ti. Tú te vuelves un esclavo de ello.
-
Y por eso es que el bautismo entra.
Hablaré de eso
-
en la siguiente lección,
junto con el arrepentimiento.
-
Pero nos convertimos en esclavos del
pecado. Y nuestra conciencia es destruida.
-
Recuerdo... y usualmente uso esto.
Recuerdo que cuando era un niño.
Robé una bicicleta y me sentí tan mal,
-
cuando me robé esa bicicleta. Robé una
más. Me sentí mal, pero menos mal.
-
Me robé una más. Sentí menos.
Robé más y más,
-
y sentí, incluso, menos. En el final, no
sentía nada. Solo porque no sentía nada,
-
o porque tú no sientas nada, no quiere
decir que todo está bien.
-
Solo quiere decir, usualmente, que tu
conciencia está tan fría...
Tú corazón está tan frío,
-
como piedra. Tú estás tan sumido en tu
pecado que tú ya no lo ves más.
-
Así que, por lo tanto, no se trata de
solo: "Oh, siento que estoy bien". No.
-
Tú necesitas la ley de Dios para
revelar el pecado en tu vida.
-
¿Has mentido? ¿Has robado? ¿Lo has hecho?
¿Qué te hace eso a ti?
-
Un mentiroso. Un ladrón. Un adúltero.
Ningún adúltero va a
-
heredar el reino de Dios. Jesús vino
a salvarte de tus pecados.
-
Necesitas arrepentirte, apartarte de
tus pecados. Y en el momento,
-
en que las personas reconocen sus pecados,
sienten remordimiento y sienten pesar,
pero ven:
-
"Oh, he pecado contra Dios. He sido
un fracaso.
-
He vivido mi propia vida.
No quiero vivir así ya más.
-
Dios, lo siento. He pecado
contra ti, contra el cielo.
-
Te pido perdón y quiero odiar el
pecado ahora,
-
de la manera en que tú odias el pecado".
En ese segundo, tú lo ves, tú lo sientes,
-
tú te arrepientes y pones tu fe
en Jesús. La Biblia dice
-
que Dios sacará ese corazón de piedra
y te dará un nuevo corazón de carne.
-
La ley estará ahora escrita en tu corazón.
De modo que tú no necesitarás
-
a personas que vengan y apunten con
un dedo y te digan: "Tú no puedes,
-
y tú no debes...". No, está
todo escrito aquí.
-
¿Cómo se aprecia eso? Cuando tú haces
algo mal. Recuerdo que después de que
me arrepentí
-
fui a un bar a beber, como solía hacerlo.
Pero cuando llegué al bar,
-
quedé como: "¿Qué es lo
que hago aquí? No, no quiero esto ya más".
-
Mi novia vino y estaba acostumbrado
a estar (de forma sexual) con ella,
pero esta vez... no lo sé.
-
"¿Qué es lo que hecho? No, no puedo
continuar pecando ya más.
-
No puedo continuar pecando. Está mal.
No puedo continuar pecando".
-
Y dije: "Dios, la próxima vez que esté
con una chica,
-
será con mi esposa en la luna de miel".
Y algunos meses después,
-
Dios me habló, respecto de quién iba a ser
mi esposa: era la chica detrás de mí.
-
Y miré y Lena estaba allí parada,
y yo sonreí.
-
Y, luego, nos casamos y estuvimos juntos
(de forma íntima), por primera vez,
-
en nuestra luna de miel. Así que,
la simiente de Dios está dentro mío.
-
Estaba caminando en un camino espacioso
y no tenía problema alguno con el pecado.
-
Me fui a acostar con mi novia,
muchas veces.
-
Mentía y usaba el nombre de Dios en vano.
Me emborrachaba. Pero, cuando
me arrepentí,
-
la simiente de Dios fue puesta dentro mío,
como está escrito en 1 de Juan 3:9,
-
así que no podía continuar pecando
ya más. Antes era un esclavo del pecado.
-
Ahora, me convertí en un esclavo
de la justicia, como leemos.
-
Estaba en un camino espacioso y, ahora,
estoy en el camino estrecho.
-
Y cambié mi manera de vivir.
Cambié mi mente.
-
Mi corazón fue cambiado. Lo que salía
de mi boca fue cambiado,
-
y mis acciones fueron cambiadas.
Y eso es el arrepentimiento.
-
Y eso es visible para todos.
Y es verdad lo que leímos antes,
-
que todo aquel que es nacido de Dios,
no practica el pecado.
-
No puede continuar pecando, ¿por qué?
Porque la simiente de Dios,
-
la ley de Dios está escrita en su corazón,
la simiente de Dios está dentro de él,
-
de modo que él no puede continuar
(practicando el pecado).
Él se vuelve un esclavo de la justicia,
-
en vez de un esclavo del pecado.
Y él vive una nueva vida.
-
Y eso es lo que es el arrepentimiento.
Y Jesús dijo:
-
"No he venido a llamar a justos,
sino a pecadores al arrepentimiento".
-
¿Eres tú un pecador? Tú necesitas
arrepentirte. Arrepiéntete antes de
que empieces
-
a creer en Dios en la iglesia,
o a leer tu Biblia y orar.
-
Todo eso no te salva. Tú necesitas
arrepentirte. Esa es la primera cosa.
-
Arrepiéntete. Reconoce que tú has pecado
en contra de un santo y justo Dios.
-
El pecado es pecado. El mismo pecado
que te dividía de Dios antes
-
de que vinieras a la iglesia,
el mismo pecado te dividirá de Dios
-
después de que hayas llegado a la iglesia.
No es venir a la iglesia lo que salva a
las personas.
-
Es el arrepentimiento y lo que le sigue,
porque en el arrepentimiento
tú eres salvado,
-
en ese sentido, de que has sido tomado
del camino espacioso
-
al camino estrecho. El corazón de
piedra es sacado fuera de ti
-
y un nuevo corazón entra,
y la ley es escrita en tu corazón.
-
Tú has crucificado tu cuerpo en el
arrepentimiento, tú has matado a tu cuerpo
-
y tú has dicho: "Quiero vivir, ya no más
por la carne, sino por el Espíritu".
-
Por eso es que el arrepentimiento
necesita ir junto con el bautismo,
-
porque ahora una nueva vida está empezando
dentro de ti, pero el cuerpo está muerto.
-
Y si tú no te deshaces de ese cuerpo
muerto; ese cuerpo muerto se va a
podrir,
-
y va a matar esa nueva vida que
recién comenzó dentro de ti.
-
Y ese es el porqué vemos, después de
la cruz, cuando Pedro dijo:
"Arrepentíos...";
-
él dijo: "Arrepentíos, y bautícese cada
uno de vosotros (...)".
Dejen esa vida vieja,
-
entierren esa vida muerte, laven sus
pecados, de modo que puedan tener
un comienzo nuevo
-
y un nuevo inicio.
Y eso es de lo que voy a hablar
-
en el siguiente video,
en donde vamos a ver el bautismo.
-
Pero, por ahora, un pequeño resumen.
El arrepentimiento.
-
Arrepentíos fue la primera palabra que
salió de la boca de Juan el bautista.
-
Arrepentíos fue la primera palabra
que salió de Jesús.
-
Arrepentíos fue la primera palabra
que salió de Pedro.
-
Arrepentimiento significa metanoia.
Meta - después, noia - mente;
cambio de mente.
-
Empieza en un cambio de la mente,
o un cambio de corazón.
-
Tú cambias tu corazón.
El corazón de piedra es quitado
-
y un nuevo corazón de carne es
el que entra.
-
Arrepentimiento no es solo lo
que hacemos,
-
sino lo que Dios hace en el
arrepentimiento: arrepentimiento y fe.
-
Nosotros nos arrepentimos, pero Dios viene
con su Espíritu en el arrepentimiento y
hace una obra en nosotros.
-
Él viene y nos da una nueva conciencia.
Nos arrepentimos en nuestro corazón,
-
en nuestra mente. Eso sale fuera,
de inmediato, por nuestra boca.
-
La primera cosa es como: "Oh, no puedo
hablar tan mal, como hablaba antes".
-
De la abundancia del corazón habla la
boca. Lo podemos oír en el lenguaje de
las personas,
-
ellas cambian su lenguaje, de inmediato.
Ellas también cambian su vida,
de inmediato.
-
Si es que ellas no cambian sus vidas,
ellas pueden ser como los fariseos,
-
quienes creían que se habían arrepentido,
pero entonces se les dijo que mostraran
-
prueba de su arrepentimiento.
- "No veo ninguna prueba de tu
arrepentimiento".
-
- "Sí, pero yo voy a la iglesia".
- "No veo ninguna prueba de tu
arrepentimiento".
-
- "Sí, pero yo creo en Dios".
- "No veo ninguna prueba de tu
arrepentimiento".
-
Tú sigues viviendo en tus pecados,
por lo tanto, tú no eres salvo.
-
- "Soy salvo".
- "¿De qué eres salvo? ¿Del infierno?
No, tú eres salvo de tus pecados,
-
y si tú sigues en tus pecados;
tú no eres salvo. Así es como es.
-
- "Sí, pero..., pero..., pero..." No, tú
necesitas ser salvo. Entonces tú
consigues un nuevo corazón.
-
Ahora tú tienes la simiente de Dios dentro
tuyo, de modo que no puedes continuar
pecando.
-
Pero, si tú pecas... tú pides perdón,
y Él es justo para perdonarte.
-
Y al principio, pecarás más de lo que,
luego, lo harás. ¿Por qué?
-
Porque necesitas aprender
a caminar en esa nueva vida.
Así que, para mí,
-
yo estaba acostumbrado a vivir en el
pecado. Yo hacía pecado, pecado, pecado,
pecado, pecado, pecado.
-
Y, luego, me arrepentí. Y habían muchas
cosas que hice en el principio,
porque estaba
-
tan acostumbrado a ellas, y eran parte de
mi vida. Pero, luego, terminé con
mi novia,
-
terminé con el alcohol. Terminé
con esto y cambió mi manera
-
de vivir, y tiré la mala música
y las malas películas y cosas.
-
Y sí, podía caer. Podía hacer algo
equivocado.
-
Pero, entonces, me levantaba y
pedía perdón.
-
Pero no iba de vuelta a esa vieja cosa
de nuevo, porque me deshice de ella.
-
Ya no camino ya más por ese camino.
Camino en el camino, en donde hay
santidad,
-
en donde hay santificación,
en donde hemos sido santificados,
-
hemos sido transformados, y eso es lo
que nos llevará a la glorificación.
-
Que, algún día, vamos a recibir un
nuevo cuerpo y todo estará bien de nuevo.
-
Así que, eso es el arrepentimiento.
¿Sigues tú en tus pecados?
-
¿Puedes seguir pecando sin una mala
conciencia? Estás en un lugar muy,
muy peligroso.
-
Tú sigues en tus pecados.
Tú necesitas cambiar.
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Y luego, cuando tú cambias,
tú recibes una nueva conciencia.
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Escucha a tu conciencia.
Escucha a tu conciencia.
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Esfuérzate por ser santo.
Sin santidad, nadie verá a Dios.
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Y deja que Él te transforme. Y quiero
decirlo de nuevo, la Biblia dice,
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y lo leí antes, acabo de citar Juan 8.
Esto es hermoso.
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El final de esto. Juan 8:34: "De cierto,
de cierto os digo, que todo aquel que
hace pecado,
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esclavo es del pecado. Y el esclavo
no queda en la casa para siempre;
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el hijo sí queda para siempre. Así que, si
el Hijo os libertare,
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seréis verdaderamente libres". Jesús vino
a hacernos libres, libres en verdad.
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Ya no más esclavos del pecado; sino
hijos. Muchos cristianos realmente
se han arrepentido,
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pero porque ellos no han entendido
el poder en el bautismo,
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ellos caminan con ese viejo cuerpo.
Ellos siguen siendo esclavos del pecado.
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Ellos caminan en Romanos 7, en que:
"Oh, no hago el bien que quiero,
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sino el mal que no quiero, eso hago.
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Y el pecado que mora en mí y
mi miserable persona...
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¿Quién me librará de este cuerpo de
muerte?" Y ellos están caminando esa vida,
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como personas miserables, en vez de
caminar en Romanos 6; libres del pecado.
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Libres del pecado. Aquel que el Hijo
libertare, será verdaderamente libre.
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Y para ser libres, para ser salvo de tus
pecados: el primer paso es el
arrepentimiento,
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un nuevo corazón. Pero el arrepentimiento
no debería ir sin el bautismo.
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¿Por qué? Porque entonces tú tienes un
nuevo corazón y tú quieres hacer
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lo que es correcto, pero tú sigues siendo
un esclavo, si es que tú no te deshaces de
ese cuerpo muerto,
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que está muerto al pecado.
Tú caminas con este,
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y tú te sientes miserable, como en
Romanos 7. Y de eso es lo que
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voy a hablar la siguiente vez. Mira este
video, compártelo con otras personas,
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y volvamos al verdadero arrepentimiento.
Y la próxima vez hablaré acerca
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del verdadero bautismo. Vamos a luchar
por eso, y luego vamos a ver
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al Espíritu Santo, y luego vamos a
juntarlo todo, y es hermoso.
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Dios les bendiga a todos allá afuera.
Espero que esto haya sido una bendición.
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Mándenme alguna retroalimentación
y algunos comentarios cristianos,
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si es que hay cosas que quieren que cubra
la próxima vez, también. ¡Chao, chao!