Cómo la dieta afecta el cambio climático | Jana Rocha | TEDxMoreauCatholicHS

En esta alentadora charla, Jana explica cómo nuestras elecciones alimentarias de todos los días contribuyen a la crisis mundial del cambio climático. Jana explica los potenciales y devastadores resultados si no elegimos cuidar nuestro planeta. También nos alienta a dar los primeros pasos y a elegir alimentos menos perjudiciales para el medio ambiente. Quiere que todos sepan que no hace falta ser activista medioambiental para generar un cambio en nuestro planeta.

Jana se encuentra terminando el último año en la preparatoria Católica Moreau, donde forma parte del programa Link Crew y de otros clubes. Es apasionada por el medio ambiente y sueña con el día en el que todos trabajemos juntos para recuperar el planeta. En su tiempo libre, disfruta de la lectura, de los voluntariados, de tomar té de burbujas y de pasar tiempo con sus amigos. Piensa estudiar biología y trabajar en el campo de la medicina.

Esta charla es de un evento TEDx, organizado de manera independiente a las conferencias TED. Más información en: http://ted.com/tedx

Uno de los lugares que más disfruto
es el paseo marítimo de San Leandro.

Es un lugar muy importante
para mi familia.

Es el lugar donde festejé
muchos de mis cumpleaños,

un lugar de reencuentro familiar

cuando mi hermana volvía
de la universidad.

Me encanta sentarme
en uno de estos bancos con mi hermana,

y que nuestros pies se balanceen

mientras miramos las olas
golpear contra las rocas en la orilla.

Con las recientes
y espantosas proyecciones

sobre el calentamiento global
y su efecto en el ambiente,

a veces me pregunto qué sucederá
con esta parte de mi comunidad

que tiene un lugar tan importante
en mi corazón.

En pocas décadas,
el nivel del mar aumentará,

la vida silvestre será escasa,
si no es que se extingue.

No habrá más perros
paseando con sus dueños,

no habrá más ardillas trepando árboles,

no habrá más patos en el agua
buscando su próxima presa.

El mismo lugar que me dio
tanta alegría y tranquilidad

habrá desaparecido.

El cambio climático es un cambio
en los patrones del clima global

debido a la acumulación en la atmósfera
de gases de efecto invernadero,

como el dióxido de carbono y el metano.

Se lo llama "efecto invernadero"
por su gran similitud con un invernadero.

Estos gases engrosan la capa de ozono
y retienen la radiación solar

que, de no ser así, rebotaría
e impactaría en la superficie terrestre,

e incrementaría la temperatura
en el planeta.

Ahora bien, ¿cómo llega
todo este gas a la atmósfera?

En una palabra: nosotros.

La población humana está aumentando

y eso genera más y más gases en el aire
que de otra forma no existirían.

Debido a todos estos
gases adicionales en el aire,

la temperatura de la Tierra
se incrementa rápidamente,

y el cambio climático
aparece en nuestra puerta.

¿Cuál creen que es la principal causa
del cambio climático?

Lo más probable es que piensen en motivos

como los combustibles fósiles
o quizás las grandes petroleras.

La principal causa del cambio
climático es la ganadería.

La ganadería industrial es el proceso
por el cual los productos animales

se convierten en artículos de consumo.

Básicamente, es cómo el ganado que criamos

se convierte en comida
y llega a nuestro plato.

La carne es una parte importante
de la dieta humana.

Cuando aumenta la población,
aumenta la demanda de carne.

La ganadería es la causa principal
de la pérdida de especies y hábitats,

de la contaminación del agua y el aire,
y del hambre en el mundo.

Es la causante del 65 %
de las emisiones de óxido de nitrógeno,

que contribuye al calentamiento global
296 veces más que el CO2 por cada 450 g.

Cada segundo, se deforesta
hasta una hectárea de selva tropical

a causa de la ganadería.

A ese ritmo, el estado de California

desaparecería en unos tres años.

¡Menos de lo que dura la secundaria!

Con esta destrucción de hábitats,

137 especies de animales e insectos
desaparecen cada día

y algunas especies siguen en peligro,
como el orangután y el tigre de Sumatra.

Debido a que la isla de Sumatra está
en permanente riesgo de deforestación,

el único lugar en el que rinocerontes,
elefantes, orangutanes y tigres

pueden coexistir

pronto será destruido.

En Asia, los tigres son considerados
símbolos de fuerza y valentía.

Si se extinguen, se perdería
una gran conexión con la cultura asiática.

El elefante, otro animal muy inteligente
y en peligro de extinción,

tiene un valor cultural muy grande
tanto en África como en Asia.

En determinadas religiones,
se los adora como dioses.

En otras prácticas culturales,

se los reconoce como
símbolos de fuerza y realeza.

Los elefantes pueden comer semillas

que son difíciles de digerir
para otros animales e insectos

y esparcen esas semillas
por las zonas que recorren.

Cuando estas semillas crecen,
se convierten en grandes árboles,

que permiten que el aire húmedo
sobre sus copas cree patrones de lluvia

que determinan el clima de África.

Resulta desalentador que como sociedad
enfrentemos un posible futuro

en el que estas criaturas inteligentes
puedan extinguirse.

Sin los elefantes,

perderíamos estandartes
sobre los que se crearon muchas culturas,

y los ecosistemas serían alterados,
o incluso destruidos.

Cerca de un tercio del suelo de la Tierra
se ha vuelto desértico debido al ganado.

Esto ocurre porque el ganado necesario
para satisfacer la creciente demanda

ha sobrepastoreado el suelo
y lo ha erosionado con sus cascos.

Los métodos de agricultura intensiva
necesarios para alimentar este ganado

agotan los recursos naturales del suelo.

Con un uso eficiente, este suelo
alimentaría a 1400 millones de personas.

Dharwadi es una aldea en India
cuyo suelo se volvió cada vez más árido

debido a las prácticas
agrícolas agresivas.

Familias que habían vivido
por generaciones en la aldea

se vieron forzadas a irse
para poder mantener a sus familias.

Para la década del 90,
los pocos que decidieron quedarse

debían recibir agua repartida en camión,

pues no podían conseguirla
por sus propios medios.

Si bien mi familia no es de esta aldea,

igualmente me afecta a nivel personal

porque India es una parte
fundamental de mi identidad cultural.

De cierta forma, son mi pueblo también.

Y me entristece

que décadas de historia comunitaria
y familiar hayan sido destruidas.

Casi tres cuartos de las pesquerías
del mundo son explotadas,

es decir que son objeto
de la pesca total o indiscriminada.

Cada año, se atrapan 90 millones
de toneladas de peces en el océano.

Durante el último siglo,
se cazó un millón de ballenas.

Los científicos han podido mejorar
la capacidad de nuestros sonares

al estudiar los patrones
de ecolocalización

de estas criaturas sumamente inteligentes.

También son importantes
en la cadena alimentaria del océano,

al no permitir que ninguna especie
se reproduzca más que otra.

Incluso sus heces tienen el rol crucial
de servir como alimento para el krill,

que a su vez sirve de alimento
para los peces.

Sin ballenas, el ecosistema marino dejaría
de existir tal y como lo conocemos.

Por cada kilo de pescado
que sacamos del océano,

se atrapan 5 kg de especies marinas
que luego son desechadas.

Los científicos predijeron

que en el año 2048
vamos a tener océanos sin peces,

si seguimos por el mismo camino.

Tomemos el atún rojo,
una de las especies más grandes de atún.

Según el Fondo Mundial para la Naturaleza,

desde que este atún comenzó
a ser pescado para consumo,

su población ha disminuido en un 85 %.

A este ritmo, no pasará mucho tiempo
para que el atún rojo se extinga.

Sin el atún rojo,

ya no podríamos disfrutar
de algunos de los platos más extravagantes

que incorporamos a nuestra vida diaria:

no habría más sushi ni poke.

Si bien algunos podríamos vivir
sin consumir pescado,

para millones de personas en el mundo,
no tener pescado es no tener comida.

Con todas estas estadísticas horribles,
es fácil perder la esperanza,

como si no pudiésemos controlar
el cambio climático.

Pero sí podemos.

Todos los días, podemos ayudar
a prevenir el cambio climático

cuidando lo que ponemos en nuestro plato.

La dieta es el principal cambio
que podemos hacer.

La moderación es la clave.

Comencemos con lunes sin carnes,

o mejor, una comida sin carnes al día.

Los nutricionistas del gobierno sugieren

que solo comamos entre
140 y 180 gramos de carne al día,

que equivale al tamaño aproximado
de una mazo de cartas.

No solo ayudaríamos
con las emisiones de carbono,

sino también a reducir la cantidad de agua
que sacamos de los ecosistemas.

Una hamburguesa equivale
a 2500 litros de agua.

Es el equivalente a ducharse
por dos meses enteros.

Las compras que hacemos tienen poder.

Modificar los alimentos que compramos

puede beneficiarnos a nosotros
y al medio ambiente al mismo tiempo.

Si las personas del mundo
dejasen de comer carne para 2050,

podrían evitarse 7 millones de muertes.

No consumir carne se traduce
en menos cardiopatías,

menos derrames cerebrales, menor riesgo
de padecer cáncer y diabetes.

Podríamos reducir las emisiones de carbono
por la dieta entre un 60 y 70 %.

Podríamos repensar el uso del suelo,

originalmente destinado para criar
y alimentar el exceso de ganado,

para paliar el hambre en el mundo,

o devolver a la tierra su estado natural.

Dejar de comer carne no significa
dejar de comer comida deliciosa y buena.

Hace unos meses,

estaba con mi hermana
en un restaurante en San Francisco

cuando probamos una hamburguesa
vegana, hecha solo de vegetales,

por primera vez.

Tuvimos que llamar a la mesera

y preguntarle si confundió nuestra orden
con otro tipo de hamburguesa.

¡Así de rica estaba!

Esto lo dice una persona

para quien la típica hamburguesa de
cadenas famosas era lo mejor que había.

Cada vez más celebridades
usan sus redes sociales

para fomentar elecciones más saludables
que beneficien al planeta.

Beyoncé publicó hace poco
un enlace en su Instagram

a una web que promociona
los beneficios de una dieta vegana

llamada "The Green Print Project".

Da un panorama perfecto de cómo,

incluso una sola comida vegana,
puede cambiar el medio ambiente.

Personalmente, quiero vivir en un mundo

donde todavía pueda aventurarme
en la naturaleza con mi familia.

Quiero ver las hermosas
cascadas de Yosemite,

seguir yendo al muelle
a pasear con mi familia.

Quiero que mi familia pueda visitar
las maravillas del mundo.

Quiero vivir en un mundo
en el que esté orgullosa de vivir,

un mundo en el que
haya marcado una diferencia.

Hacia allí estamos yendo.

El cambio climático ya no es
una idea abstracta

que podemos pasar
a las generaciones siguientes.

El poder de rescatar el planeta
está en nuestras manos.

Las futuras generaciones
todavía pueden ser testigos

de los tesoros naturales
que nuestro mundo tiene para ofrecer,

como la Gran Barrera de Coral
o las cataratas Victoria.

Debemos dedicarnos a nuestro planeta.

Es nuestra responsabilidad
ser los cuidadores de la Tierra.

Después de todo, no hay un planeta B.

Gracias.

(Aplausos)