¿Cómo lidiar con un abusivo, sin convertirme en matón en el intento?. Scilla Elworthy. TEDxExeter

En esta sabia y conmovedora charla, la activista por la paz Scilla Elworthy muestra las habilidades que necesitamos, como naciones o como individuos, para luchar contra la violencia extrema sin utilizar la fuerza como respuesta. Para responder a la pregunta sobre cómo y por qué la no violencia funciona, evoca héroes históricos -- Aung San Suu Kyi, Mahatma Gandi, Nelson Mandela-- y las filosofías personales que potenciaron sus protestas pacíficas.

Estoy encantada de
poder verlos

Tras medio siglo tratando
de prevenir guerras,

hay una pregunta que
nunca me abandonó

¿Cómo lidiamos con la
violencia extrema

sin usar la fuerza como respuesta?

Cuando te enfrentas con
la brutalidad,

sea un niño frente a un
abusivo en un parque,

o violencia doméstica,

o en las calles de Siria
frente a tanques y metrallas

¿Cuál es la forma más efectiva
de actuar?

¿Contraatacar?

¿Rendirse?

¿Usar más fuerza?

Esta pregunta: ¿Cómo lidiar
con un abusivo

sin convertirme en matón como respouesta?

ha estado conmigo desde
que era una niña.

Me recuerdo, cuando tenía
cerca de trece años,

pegada a un televisor lluvioso
en blanco y negro

en la sala de estar
de mis padres,

cuando vi cómo los tanques soviéticos
ingresaban a Budapest.

Y niños, no mucho más grandes que yo,

se lanzaban contra los tanques

y resultaban abatidos.

Subí rápidamente por las escaleras
y comencé a empacar

y mi madre apareció y me dijo,
"¿Qué demonios estás haciendo?"

Le dije, "Voy a Budapest".

Ella me respondió, "¿Por qué diablos?
y le dije, "Están asesinando niños.

Está pasando algo terrible".

Me dijo, "No seas tan tonta".

Yo empecé a llorar.

Entonces entendió y me dijo,
"Está bien, veo que esto va en serio.

Eres muy joven para ayudar.
Necesitas entrenamiento.

Te ayudaré, pero por favor
no armes ninguna maleta".

(Risas)

Entonces, recibí algo de entrenamiento

y fui a trabajar a África
durante la mayor parte mis años veinte.

Pero descubrí que lo que realmente
tenía que saber

no se consigue con cursos
de entrenamiento.

Yo quería entender cómo funcionan

la violencia y la opresión.

Y lo que he descubierto
desde entonces es lo siguiente:

Los abusivos usan la violencia
de tres maneras.

Utilizan la violencia política
para intimidar,

la violencia física para atemorizar

y la violencia mental y emocional
para debilitar.

Y sólo rara vez, en muy pocos casos,

sirve contestar con más violencia.

Nelson Mandela fue a la cárcel
creyendo en la violencia

y 27 años después,

él y sus colegas habían perfeccionado
lenta y cuidadosamente, sus habilidades,

las increíbles habilidades que necesitaban

para transformar uno de los gobiernos
más crueles que el mundo haya conocido,

en una democracia.

Lo hicieron con entrega total
a la no-violencia.

Se dieron cuenta que

usar fuerza contra fuerza

no funciona.

Entonces, ¿Qué funciona?

Con el tiempo, he recogido
como seis métodos

que funcionan y son efectivos,

aunque, por supuesto, hay muchos más.

El primero es que el cambio

tiene que tener lugar aquí,

dentro de mí.

Es mi respuesta, mi actitud
hacia la opresión,

sobre la que tengo algún control,

con la que puedo hacer algo.

Lo que necesito hacer es desarrollar

mi autoconocimiento para lograrlo.

Eso significa que necesito saber
cómo reacciono

cuando me derrumbo.

¿Dónde están mis puntos fuertes

y dónde, mis puntos débiles?

¿Cuándo me rindo?

¿Qué es lo que defiendo?

La meditación o introspección
es una de las maneras,

--no es la única--

es una de las formas de lograr
este tipo de control interior.

Y mi heroína aquí, como para Satish,

es Aung San Suu Kyi, de Burma.

Ella estaba liderando
a un grupo de estudiantes

en una protesta, en las calles de Rangún.

Cruzaron una esquina,

y se encontraron
con un frente de ametralladoras.

Ella se dio cuenta, de inmediato,

que los soldados, con sus dedos
temblando en los gatillos,

estaban más asustados que los estudiantes
que protestaban con ella.

Entonces les dijo a los estudiantes
que se sentaran,

y se adelantó

con tanta calma y claridad,

sin ningún miedo,

que pudo aproximarse directamente
hacia la primer ametralladora,

colocar su mano sobre ella
y bajarla.

Nadie terminó asesinado.

Esto es lo que se puede hacer
con total dominio del miedo,

no solo contra ametralladoras,

sino cuando encuentras
una pelea a cuchillo en la calle.

Hay que practicar.

Entonces, ¿qué pasa con el miedo?

Tengo un pequeño mantra.

"Mis temores crecen

con la energía con que los alimento.

Y si crecen demasiado,

es probable que sucedan".

Todos conocemos el síndrome
de las 3 de la mañana;

cuando algo que te viene preocupando,
te despierta.

Veo a mucha gente asentir.

Si das vueltas una hora,
se pone peor y peor,

y hacia las 4
ya estás clavado a la almohada

por un monstruo así de grande.

Lo único que se puede hacer
es preparar una taza de té

y sentarse junto al miedo,
como con un niño al lado.

Tu eres el adulto.

El temor es el niño
con el que vas a hablar.

Le preguntas qué desea,
qué necesita.

Cómo puede mejorarse la situación.

Cómo puede el niño sentirse más fuerte.

Haces un plan y dices,

"Está bien, ahora
vamos a volver a dormir

y a las 7:30 nos levantamos.
Eso es lo que vamos a hacer".

El domingo tuve uno de
esos episodios de las 3 de la mañana,

paralizada por el miedo
de venir a hablar aquí.

(Risas)

Así que, lo hice.

Me levanté, preparé una taza de té

me senté con la computadora,

y aquí estoy.

Aún en parte paralizada,
pero aquí estoy.

(Aplausos)

Bueno, esto es sobre el miedo.

¿Qué pasa con la ira?

Donde hay injusticia hay enojo.

La ira es como la gasolina.

Si la esparces,

y alguién prende una cerilla,

tienes un infierno.

La ira, como en un motor,
es poderosa.

Si logramos poner
la ira en un motor,

nos puede llevar adelante,

puede ayudarnos a
atravesar los momentos terribles

y nos puede dar una gran energía interna.

Aprendí esto en mi trabajo con
políticos responsables de armas nucleares.

Al principio estaba tan indignada

por los peligros a los que
nos estaban exponiendo,

que solo quería pelear,

culparlos y mostrarles
que estaban equivocados.

Totalmente inefectivo.

Para poder desarrollar un diálogo
para el cambio,

tenemos que lidiar con nuestro enojo.

Está bien sentirse enojado con algo,

en este caso, con las armas nucleares.

Pero es inútil enfurecerse
con las personas.

Ellos son tan humanos como nosotros,

y están haciendo lo que piensan
que es mejor.

Esa es la base sobre la que
tenemos que tratarlos.

Esta es la tercera, la Ira.

Esto me lleva justo al
núcleo central de lo que sucede,

o lo que me parece que está pasando
en el mundo de hoy;

en el último siglo, el poder iba
de arriba hacia abajo.

Los gobiernos diciéndole
a la gente qué tenían que hacer.

En este siglo, hay un cambio,

ahora es de abajo hacia arriba,
el poder popular.

Como los hongos
que atraviesan el concreto.

Son las gentes uniéndose entre sí,

como dijo Gandi,
a kilómetros de distancia,

para generar un cambio.

Peace Direct observó tempranamente,

que los habitantes locales,
en áreas de fieros conflictos,

sabían qué hacer.

Ellos saben qué es lo mejor
que se puede hacer.

Peace Direct los apoya para hacerlo.

El tipo de cosas que hacen
es desmovilizar las milicias,

reconstruir la economía,

reubicar a los desplazados,

incluso liberar a los niños combatientes.

Tienen que arriesgar sus vidas
casi todos los días, para hacerlo.

Lo que descubrieron es que

usar violencia en
las situaciones en que operan

no solo es menos compasiva,

sino también menos efectivo

que usar métodos que conecten
a unas personas con otras,

que reconstruyan.

Creo que el ejército de los EE. UU.

por fin está empezando a entenderlo.

Hasta ahora, su política
contra el terrorismo

ha sido matar a los insurgentes
casi a cualquier precio.

Y si los civiles se atraviesan,

eso se registra como "daño colateral".

Esto es tan exasperante

y humillante para la
población de Afganistán

que hace que el reclutamiento para
Al Qaeda sea muy fácil

cuando la gente está tan disgustada,
por ejemplo,

con la quema del Corán.

El entrenamiento de las tropas
tiene que cambiar.

Creo que ya hay señales de que
este es el comienzo del cambio.

El ejército inglés ha sido
mucho mejor en esto.

Pero hay un magnífico ejemplo

del que ellos pueden aprender.

Es un brillante teniente coronel
estadounidense llamado Chris Hughes.

Él estaba liderando a sus hombres

por las calles de Nayaf,

en Iraq.

Y, de pronto, las personas
empezaron a salir de sus casas,

de ambos lados de la calle,

gritando, maldiciendo,
furiosamente enojados,

y rodearon a estos jóvenes soldados

que estaban completamente aterrorizados,

y no sabían qué estaba pasando
porque no hablaban árabe.

Entonces Chris Hughes avanzó
por entre la multitud

con su arma sobre la cabeza,

apuntando al suelo,

y dijo, "¡arrodillénse!".

Y estos soldados gigantes,
con sus morrales

y sus armaduras,

cayeron al suelo.

Quedó todo en completo silencio.

Después de unos dos minutos,

todo el mundo se apartó
y regresaron a sus casas.

Eso es para mí, sabiduría en acción.

En ese momento, eso es lo que él hizo.

Eso está pasando en todos lados ahora.

¿No me creen?

¿Se han preguntado ustedes

por qué y cómo muchas dictaduras

han caído en los últimos treinta años?

Dictaduras en Checoslovaquia,

Alemania del Este, Estonia, Letonia,

Lituania, Mali, Madagascar,

Polonia, Filipinas,
Serbia, Eslovenia...

podría seguir...
ahora Túnez y Egipto.

Esto no ha sucedido porque sí.

En buena parte esto se debe a un libro

escrito por un hombre de 80 años
de Boston, Gene Sharp.

Éscribió un libro llamado
"De la dictadura a la democracia",

con 81 metodologías
para resistencias no violentas.

Se ha traducido a 26 idiomas,

ha volado por todo el mundo.

Los jóvenes lo usan

así como los mayores, en todos lados.

Porque funciona. Es efectivo.

Esto es lo que me da esperanzas.
Y no solo esperanzas,

me hace sentir muy positiva, ahora.

porque, por fin, los seres
humanos están entendiendo...

estamos entendiendo...

metodologías prácticas y factibles

para responder a mi pregunta,

"¿Cómo lidiar con un abusivo sin
convertirme en matón en el intento?"

Estamos usando el tipo
de habilidades que he descrito.

Poder interior, desarrollo del poder
interior a través del auto conocimiento.

Reconociendo y trabajando
con nuestros miedos.

Usando la ira como combustible.

Cooperando con los demás.

Uniéndonos a los otros,

con coraje.

Y lo más importante,

con compromiso contra la violencia.

No solo creo en la no violencia.

No tengo que creer en ella.

Veo evidencias por todas partes
de cómo funciona.

Y veo que nosotros, personas del común,

podemos hacer como Aung San Suu Kyi,

como Gandi y como Mandela.

Podemos poner fin

al siglo más sangriento
que la humanidad ha conocido.

Y podemos organizarnos
para superar la opresión

abriendo nuestros corazones,

fortaleciendo esta
increíble determinación.

Esta apertura del corazón
es exactamente

lo que he experimentado
en toda la organización

de esta reunión,
desde que llegué aquí ayer.

Gracias.

(Aplausos)