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Title:
Las razones que explicarían la depresión o la ansiedad
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Description:
En una charla conmovedora y práctica, el periodista Johann Hari comparte ideas nuevas sobre las causas de la depresión y la ansiedad recogidas de los expertos de todo el mundo, además de algunas soluciones emergentes interesantes. "Si estás deprimido o ansioso, no eres débil y no estás loco; eres un ser humano con necesidades insatisfechas", dice Hari.
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Speaker:
Johann Hari
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Durante mucho tiempo,
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hubo dos misterios que me intrigaban.
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No los entendía
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y, para ser sincero,
temía indagar más profundamente.
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Tengo 40 años
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y el primer misterio es que
durante toda mi vida, año tras año,
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la depresión y la ansiedad graves
han aumentado,
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en EE. UU., en Gran Bretaña,
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y en todo el mundo occidental.
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Quería entender la razón.
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¿Por qué nos está pasando esto?
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¿Por qué, con cada año que pasa,
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cada vez a más de nosotros
nos resulta más difícil vivir otro día?
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Y quería entenderlo
porque era un misterio personal.
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Cuando era adolescente,
recuerdo que iba al médico
¶
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y le explicaba que tenía
un sentimiento de dolor que me desbordaba.
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No podía controlarlo,
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no entendía por qué sucedía
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y me sentía bastante avergonzado por ello.
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Mi médico me contó una historia
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que ahora me doy cuenta
que tenía buenas intenciones,
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pero que era bastante simplona,
sin ser del todo errónea.
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El médico me dijo: "Sabemos
por qué la gente se siente así.
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Algunas personas experimentan
un desequilibrio químico en su cabeza.
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Claramente, eres una de ellas.
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Tan solo hay que darte unos fármacos
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y tu equilibrio químico
volverá a la normalidad".
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Comencé a tomar un medicamento
llamado Paxil o Seroxat,
¶
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lo mismo con nombres distintos
en países diferentes.
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Me sentí mucho mejor
y me levantó el ánimo.
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Pero poco después,
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el sentimiento de dolor
comenzó a reaparecer.
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Entonces me dio dosis cada vez más altas
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hasta que llegué a tomar,
durante 13 años, la dosis máxima
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que se puede tomar legalmente.
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Y gran parte de esos 13 años,
especialmente al final,
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seguía sintiendo mucho dolor.
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Comencé a preguntarme:
"¿Qué está pasando aquí?
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Estás haciendo todo lo que se supone
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que en nuestra cultura
hay que hacer en estos casos.
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¿Por qué sigues sintiéndote así?".
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Así que para llegar al fondo
de estos dos misterios,
¶
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para un libro que he escrito,
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al final hice un gran viaje
por todo el mundo,
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en el que recorrí más de 65 000 km.
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Quería consultar a los principales
expertos del mundo
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sobre las causas
de la depresión y la ansiedad
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y, fundamentalmente, cómo se resuelven,
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y también a quienes han sufrido
de depresión y ansiedad
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y han logrado superarlo
de diversas formas.
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Y aprendí muchísimo
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de la gente asombrosa
que llegué a conocer en el camino.
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Pero pienso que la esencia
de lo que aprendí
¶
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es que, hasta ahora,
tenemos evidencia científica
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de nueve causas diferentes
de depresión y ansiedad.
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Dos de ellas se generan,
de hecho, en nuestra biología.
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Tus genes pueden hacerte
más sensible a estos problemas,
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aunque no escriban tu destino.
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Y hay cambios cerebrales reales
que pueden suceder cuando te deprimes.
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Eso puede dificultar la salida.
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Pero la mayoría de los factores
que, según se ha probado,
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causan depresión y ansiedad,
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no están en nuestra biología.
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Son factores asociados
a la forma como vivimos.
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Y una vez que los entiendes,
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se abre un abanico
de soluciones muy diferentes
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que deberían ofrecerse a las personas,
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además de la opción
de antidepresivos químicos.
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si uno está solo,
es más propenso a deprimirse.
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Si, cuando vas a trabajar,
no tienes control sobre tu trabajo,
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y solo tienes que hacer lo que te dicen,
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es más probable que te deprimas.
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Si rara vez sales a estar
en contacto con la naturaleza,
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es más probable que te deprimas.
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Y hay una cosa que aglutina muchas
de las causas de depresión y ansiedad
¶
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de todas las que aprendí.
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No todas, pero muchas de ellas.
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Todos aquí lo saben:
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todos Uds. tienen
necesidades físicas naturales, ¿no?
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Obviamente.
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Necesitan comida, necesitan agua,
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necesitan refugio, necesitan aire limpio.
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Si les quitan esas cosas,
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todos tendrían problemas, muy rápido.
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Pero al mismo tiempo,
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cada humano tiene
necesidades psicológicas naturales.
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Necesitan tener sentido de pertenencia.
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Necesitan sentir que la vida
tiene significado y propósito.
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Necesitan sentir que la gente
los vea y los valore.
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Necesitan sentir que tienen
un futuro con sentido.
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Y esta cultura que construimos
es buena en muchas cosas.
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Y muchas cosas son mejores
que en el pasado.
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Me alegra estar vivo hoy.
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Pero nos hemos vuelto
cada vez menos buenos
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en satisfacer estas profundas
necesidades psicológicas subyacentes.
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Y no es lo único que está sucediendo,
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pero creo que es la razón clave del porqué
esta crisis sigue aumentando cada vez más.
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Esto me resultó
realmente difícil de asimilar.
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Realmente luché con la idea
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de dejar de pensar en mi depresión
como un problema en mi cerebro
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y a pensar en ella como multicausal,
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incluyendo como causas
la forma como vivimos.
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Y solo comencé realmente
a caer en la cuenta
¶
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cuando un día fui a entrevistar
a un psiquiatra sudafricano,
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el Dr. Derek Summerfield.
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Es una gran persona.
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Y resulta que el Dr. Summerfield
estuvo en Camboya en 2001,
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cuando se introdujeron por primera vez
los antidepresivos químicos
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para las personas en ese país.
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Y los médicos locales camboyanos nunca
habían oído hablar de estos fármacos,
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y preguntaron: "¿Qué son?".
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Y él lo explicó.
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Y le dijeron:
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"No los necesitamos,
ya tenemos antidepresivos".
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Y él dijo: "¿Qué quieren decir con eso?".
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Pensó que iban a hablar
de algún remedio herbario
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como la hierba de San Juan,
el ginkgo biloba o algo así.
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En cambio, le contaron una historia.
¶
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Había un granjero en su comunidad
quien trabajaba en los arrozales.
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Y un día, se topó con una mina terrestre
que había quedado de la guerra con EE. UU.
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y le estalló en la pierna.
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Entonces le dieron una pierna artificial,
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y después de un tiempo,
volvió a los arrozales.
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Pero aparentemente, es muy doloroso
trabajar bajo el agua
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con una extremidad artificial,
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y creo que fue muy traumático
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trabajar en el campo
donde le estalló la mina.
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El hombre comenzó a llorar todo los días,
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se negaba a salir de la cama
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y desarrolló todos los síntomas
de la depresión clásica.
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El médico camboyano dijo:
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"Ahí es cuando le dimos un antidepresivo".
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Y el Dr. Summerfield preguntó: "¿Cuál?".
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Explicaron que se sentaron a su lado,
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lo escucharon,
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y se dieron cuenta
de que su dolor tenía sentido.
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Le costaba verlo en medio de su depresión,
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pero, en realidad, tenía causas
claras y comprensibles en su vida.
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Uno de los médicos habló
con la gente de la comunidad, y dijo:
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"Si compramos una vaca a este hombre,
podría hacerse granjero lechero
-
y no estaría en esa posición
que le provoca tanto dolor,
-
no tendría que trabajar en los arrozales".
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Y le compraron una vaca.
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Al cabo de un par de semanas
dejó de llorar,
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y en un mes, su depresión desapareció.
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Le dijeron al Dr. Summerfield:
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"Ya ve Ud., doctor, esa vaca
era un antidepresivo.
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A eso se refiere, ¿verdad?".
¶
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-
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Si los hubieran educado a ver
la depresión como lo hicieron conmigo,
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y con Uds. también,
suena a broma de mal gusto, ¿no?
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"Fui a mi médica por un antidepresivo,
y me dio una vaca".
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Pero lo que los médicos camboyanos
sabían intuitivamente
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basándose en esta anécdota
no científica con este individuo,
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es lo que la institución médica,
líder en el mundo,
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la Organización Mundial de la Salud,
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ha tratado de decirnos durante años,
-
basándose en la mejor
evidencia científica.
¶
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Si estás deprimido,
-
si estás ansioso,
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no eres débil, no estás loco;
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no eres, en general,
una máquina con piezas rotas.
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Eres un ser humano
con necesidades insatisfechas.
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Y es muy importante pensar
sobre lo que esos médicos camboyanos
-
y la Organización Mundial
de la Salud no dicen.
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No le dijeron a este granjero:
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"Amigo, debes esforzarte para reponerte.
-
Es tu deber identificar
y solucionar el problema solo".
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Por el contrario, lo que dijeron es:
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"Estamos aquí como grupo
para unirnos a ti,
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así, juntos, podemos descubrir
y solucionar este problema".
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Esto es lo que toda persona
deprimida necesita,
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y es lo que cada
persona deprimida merece.
¶
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Es por eso que uno de los principales
médicos de Naciones Unidas,
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en su declaración oficial
por el "Día mundial de la salud",
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hace un par de años en 2017,
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dijo que necesitamos hablar menos
sobre desequilibrios químicos
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y más sobre los desequilibrios
en la forma como vivimos.
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Los fármacos dan un alivio real
a algunas personas.
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A mí me aliviaron un tiempo,
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pero, precisamente porque
este problema va más allá de la biología,
-
las soluciones también
deben ser mucho más profundas.
¶
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Pero cuando aprendí eso por primera vez,
-
recuerdo haber pensado:
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"Bien, vi toda la evidencia científica,
leí una gran cantidad de estudios,
-
entrevisté a muchos
expertos que lo explicaban".
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Pero seguí pensando:
"¿Cómo hacer frente a eso?".
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Las cosas que nos están deprimiendo
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son, en la mayoría de los casos,
más complejas de las que le pasaban
-
a este granjero camboyano.
-
-
Pero entonces, en el largo viaje
que por todo el mundo
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para escribir mi libro,
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seguí conociendo gente
que hacía exactamente eso,
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de Sydney a San Francisco,
hasta San Pablo.
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Seguí conociendo gente
quienes entendían
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las causas más profundas
de la depresión y la ansiedad
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y, como grupo, las solucionaban.
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No puedo enumerar
a todas las personas increíbles
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que conocí y sobre las que escribí,
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o las nueve causas
de la depresión y la ansiedad...
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No me dejarían dar
una charla TED de 10 horas,
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(Risas)
-
Pero quiero centrarme
en dos de las causas
-
y en dos de las soluciones
que emergen de ellas.
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Aquí la primera:
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somos la sociedad más solitaria
en la historia de la humanidad.
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En un estudio reciente en EE. UU.
se preguntó a la gente:
-
"¿Sientes que ya no estás
cerca de alguien?".
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Y el 39 % de las personas
se sintió identificada;
-
no se sentía cerca de nadie.
-
Según las mediciones
internacionales de soledad,
-
Gran Bretaña y el resto de Europa
están detrás de EE. UU.,
-
en caso de que alguien quiera presumir.
¶
-
(Risas)
-
Pasé mucho tiempo debatiendo esto
con un experto en el tema de la soledad,
¶
-
un hombre increíble, el profesor
John Cacioppo, residente en Chicago,
-
y pensé mucho en una pregunta
que nos plantea.
-
El profesor Cacioppo plantea:
-
"¿Por qué existimos?
-
¿Por qué estamos aquí, por qué vivimos?".
-
Una razón clave
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es que nuestros antepasados
en las sabanas de África
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fueron realmente buenos en una cosa.
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No eran más grandes
que los animales que cazaban,
-
no eran más rápidos
que los animales que cazaban,
-
pero eran mucho mejores
para aglutinarse en grupos
-
y cooperar.
-
Este fue nuestro superpoder
como especie: unirnos.
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Al igual que las abejas evolucionaron
para vivir en una colmena,
-
los humanos lo hicieron
para vivir en una tribu.
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Y somos los primeros humanos
-
en desmantelar nuestras tribus.
-
Y esto nos hace sentir muy mal.
-
Pero no tiene por qué ser así.
-
Uno de los héroes de mi libro
y, de hecho, de mi vida,
¶
-
es un médico llamado Sam Everington.
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Es médico de familia
en una zona pobre del este de Londres,
-
donde viví muchos años.
-
Y Sam estaba realmente incómodo,
-
porque tenía muchos pacientes
con terrible depresión y ansiedad.
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Y como yo, no está en contra
de los antidepresivos químicos,
-
y piensa que alivia a algunas personas.
-
Pero vio dos cosas.
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Primero, sus pacientes estaban deprimidos
y ansiosos la mayor parte del tiempo
-
por razones totalmente
comprensibles, como la soledad.
-
Y segundo, aunque los fármacos
daban cierto alivio a algunas personas,
-
esos fármacos no resolvieron el problema,
-
el problema subyacente.
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Un día, Sam decidió
ser pionero en un enfoque diferente.
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Una mujer vino a su centro médico;
-
era Lisa Cunningham.
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Llegué a conocer a Lisa más tarde.
-
Y Lisa había estado encerrada en su casa
con depresión y ansiedad paralizante
-
durante siete años.
-
Y cuando vino al centro de Sam,
le dijeron: "No te preocupes,
-
seguiremos dándote estos fármacos,
-
pero también te recetaremos algo más.
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Vamos a recetarte venir
a este centro dos veces por semana
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para reunirte con un grupo
de personas deprimidas y ansiosas,
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no para hablar de lo desdichada que eres,
-
sino para descubrir algo significativo
que pueden hacer juntas.
-
Así no estarás sola y no sentirás
como si la vida no tuviera sentido".
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La primera vez que este grupo se reunió,
¶
-
Lisa, literalmente, comenzó
a vomitar de ansiedad;
-
así de abrumador le resultó.
-
Pero la gente le palmeó la espalda
y comenzaron a hablarle.
-
Le dijeron: "¿Qué podemos hacer?".
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Esa gente es del este de Londres como yo,
sin idea de jardinería, y dijeron:
-
"Aprendamos jardinería".
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Había un área detrás del consultorio
médico, donde había solo matorral.
-
"¿Por qué no hacemos de esto
un jardín?", dijeron.
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Comenzaron a sacar libros de la biblioteca
y a mirar videos de YouTube.
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Comenzaron a meter
los dedos en la tierra.
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Comenzaron a aprender
el ritmo de las estaciones.
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Hay mucha evidencia de que
esa exposición al mundo natural
-
es un antidepresivo realmente poderoso.
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Pero comenzaron a hacer algo
incluso más importante.
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Comenzaron a crear una tribu.
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Comenzaron a formar un grupo.
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Comenzaron a preocuparse
el uno por el otro.
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Si uno de ellos no aparecía,
los otros iban a buscarlo.
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"¿Estás bien?", decían,
-
para ayudarles a descubrir
lo que les preocupaba ese día.
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Así me lo comunicó Lisa:
-
"Cuando el jardín comenzó a florecer,
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nosotros comenzamos a florecer".
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Este enfoque se llama
"prescripción social",
¶
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y se está extendiendo por toda Europa.
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Y hay poca evidencia, pero cada vez más,
-
según la cual esto puede generar
-
descensos significativos
en depresión y ansiedad.
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Y un día, recuerdo que estaba en el jardín
¶
-
construido por Lisa y sus amigos que
en su momento habían estado deprimidos,
-
un jardín realmente hermoso
-
y tuve un pensamiento,
-
muy inspirado por el profesor
Hugh Mackay de Australia.
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Pensaba que, muy a menudo,
-
cuando las personas se sienten
deprimidas en esta cultura,
-
lo que les decimos,
—estoy seguro Uds. lo dijeron también—:
-
"Solo necesitas ser tú, ser tú mismo".
-
Y me di cuenta que, en realidad,
lo que deberíamos decir a la gente es:
-
"No seas tú.
-
No seas tú mismo.
-
Seamos nosotros.
-
Seamos parte de un grupo.
-
-
La solución a estos problemas
¶
-
no radica en usar cada vez más recursos
como individuo aislado,
-
pues eso es, en parte,
lo que nos metió en esta crisis.
-
Radica en reconectarse
con algo que nos trasciende.
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Y eso se conecta con otra de las causas
¶
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de la depresión y ansiedad
quería tratar con Uds.
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Todos saben que la comida chatarra
se ha apoderado de nuestras dietas
-
y causa enfermedades físicas.
-
No lo digo con sentido de superioridad;
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literalmente vine a dar
esta charla de McDonald's.
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(Risas)
-
Pero los vi tomando ese saludable
desayuno de TED y pensé: "Mejor no".
-
(Risas)
-
Pero así como la comida chatarra
está en nuestra dieta
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y nos enfermaron físicamente,
-
ciertos valores basura
han tomado nuestra mente
-
y nos enfermaron mentalmente.
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Durante miles de años,
los filósofos han dicho:
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"Si crees que la vida se trata de dinero,
nivel social y presunción
-
te vas a sentir una porquería".
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No es una cita exacta de Schopenhauer,
pero esa es la esencia de lo que dijo.
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Pero, extrañamente, casi nadie
lo había investigado científicamente,
¶
-
hasta una persona de verdad
extraordinaria que conocí,
-
el profesor Tim Kasser,
que está en Knox College en Illinois,
-
y que ha investigado esto
desde hace unos 30 años.
-
Su investigación sugiere
varias cosas realmente importantes.
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Primero, cuanto más crees
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que puedes comprar y exhibir
tu salida de la tristeza
-
y tu ingreso a una vida feliz,
-
más probable es que
te vuelvas deprimido y ansioso.
-
Y segundo,
-
como sociedad, nos dejamos llevar
mucho más por estas creencias.
-
Durante toda mi vida,
-
estuve bajo el peso de la publicidad,
Instagram y ese tipo de cosas.
-
Y al reflexionar, me di cuenta
de que es como si a todos
¶
-
nos hubieran alimentado desde niños
-
con una especie de pollo frito
de Kentucky para el alma.
-
Nos han entrenado para buscar felicidad
en los lugares equivocados
-
y, al igual que la comida chatarra
no satisface las necesidades nutricionales
-
y te hace sentir mal,
-
los valores basura tampoco satisfacen
nuestras necesidades psicológicas
-
y nos alejan de una buena vida.
-
Cuando estuve por primera vez
con el profesor Kasser aprendiendo esto
-
sentí una mezcla realmente
extraña de emociones.
-
Porque por un lado,
me pareció realmente desafiante.
-
Pude ver cuán a menudo, en mi propia
vida, cuando me sentía deprimido
-
trataba de remediarlo con algún tipo
de alarde o gran solución externa.
-
Y pude entender por qué no me funcionó.
-
También pensé: "¡No es obvio?
Por no decir casi banal", ¿verdad?
-
Les diré algo:
-
sé que nadie va a mentir
en su lecho de muerte,
-
no pensará en los zapatos que compraron
o los retuits que recibieron,
-
sino en los momentos de amor,
de significado y conexión en sus vidas.
-
Parece casi un cliché.
-
Pero seguí preguntando al profesor Kasser:
-
"¿Por qué siento
esta extraña duplicidad?".
-
Y él dijo: "En algún nivel,
todos sabemos estas cosas.
-
Pero en esta cultura,
no nos guiamos por ellas".
-
Las conocemos bien y ya son clichés
pero no nos guiamos por ellas.
-
Seguí preguntando por qué
sabíamos algo tan profundo
-
pero no vivíamos de acuerdo a eso.
-
Y después de un rato,
el profesor Kasser me dijo:
-
"Porque vivimos en una máquina
-
diseñada para hacernos descuidar
lo importante de la vida".
-
Me detuve a pensar en eso.
-
"Porque vivimos en una máquina
diseñada para que descuidemos
-
lo que es importante en la vida".
-
Y el profesor Kasser quería descubrir
si podemos interrumpir esa máquina.
¶
-
Ha investigado mucho sobre este tema.
-
Les pondré un ejemplo,
-
y realmente los insto a intentarlo
con sus amigos y familiares.
-
Un señor llamado Nathan Dungan reunió
a un grupo de adolescentes y adultos
-
en una serie de sesiones
durante un período de tiempo establecido.
-
Y parte del objetivo del grupo
-
era hacer que la gente pensara
sobre un momento en su vida
-
en el que hubieran encontrado
significado y propósito.
-
Cada uno encontró cosas diferentes.
-
Para algunos era tocar música,
escribir o ayudar a alguien.
-
Estoy seguro de que todos aquí
puede imaginar algo, ¿verdad?
-
Y parte del objetivo del grupo
era hacer que la gente se preguntara:
-
"¿Cómo podrías dedicar más de tu vida
-
a conseguir estos momentos
de significado y propósito,
-
y menos, por ejemplo,
comprando tonterías innecesarias,
-
posteando en redes sociales
-
o intentando que la gente diga:
'¡Dios mío, qué envidia!'".
-
Y lo que descubrieron fue
que estas reuniones
¶
-
eran como una especie de
alcohólicos anónimos para el consumismo.
-
La gente se reunía
para articular estos valores,
-
para decidir lograrlos
y consultarse entre sí,
-
lo cual condujo a un cambio
en los valores de las personas.
-
Los alejó de este huracán
de mensajes que generan depresión
-
y que nos entrenan a buscar felicidad
en los lugares equivocados
-
y los llevó a valores
más significativos y sustanciosos
-
que nos sacan de la depresión.
-
Pero con todas las soluciones que vi
y sobre las que he escrito,
¶
-
muchas de las cuales no puedo tratar aquí,
-
seguí pensando:
-
"¿Por qué me tomó tanto tiempo
ver estas ideas?".
-
Porque cuando se
lo explicas a la gente...
-
—algunos son más
complicados, pero no todos—,
-
cuando explicas esto a la gente,
no es física cuántica, ¿no?
-
En algún nivel, ya lo sabemos.
-
¿Por qué nos resulta
tan difícil de entender?
-
Creo que hay muchas razones,
-
y una de ellas es que tenemos
que cambiar nuestra comprensión
-
de lo que la depresión
y la ansiedad son en realidad.
-
Hay razones biológicas reales
que explican la depresión y ansiedad.
-
Pero si permitimos a la biología
que se convierta en la razón completa,
-
como lo hice yo por tanto tiempo,
-
es como argumentar que nuestra cultura
ha hecho la mayor parte de mi vida,
-
lo que decimos implícitamente a la gente,
y no es la intención de nadie,
-
es lo siguiente: "Tu dolor
no significa nada.
-
Es solo un mal funcionamiento.
-
Es como una falla
en un programa de computadora,
-
es solo un problema de cableado mental.
-
Pero yo pude comenzar a cambiar mi vida
-
cuando me di cuenta de que la depresión
no es un mal funcionamiento,
-
sino una señal.
-
Tu depresión es una señal.
-
Te está diciendo algo.
-
-
Nos sentimos así por alguna razón,
¶
-
que puede ser difícil de ver
en medio de la depresión.
-
Lo entiendo muy bien
por experiencia personal.
-
Pero con la ayuda adecuada,
podemos entender estos problemas
-
y solucionarlos juntos.
-
Pero para hacerlo,
-
el primer paso es dejar
de menospreciar estas señales
-
diciendo que son un signo de debilidad,
de locura o algo puramente biológico,
-
a excepción de poquísimas personas.
-
Necesitamos comenzar
a escuchar estas señales,
-
porque nos dicen algo
que realmente debemos escuchar.
-
Solo cuando realmente
escuchemos estas señales,
-
las honremos y las respetemos,
-
vamos a empezar a detectar
-
soluciones liberadoras,
sustanciosas y más profundas.
-
Son las vacas que nos esperan
en todas partes.
-
-