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Title:
¿Queremos un mundo más justo? Seamos aliados improbables
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Description:
Un mundo más justo empieza contigo. Citando un momento formativo de su propia vida, la defensora de la igualdad Nita Mosby Tyler, señala por qué tomar presencia y pelear por otros que enfrentan injusticias que van más allá de nuestra propia experiencia vivida nos lleva a un futuro más justo y equitativo para todos.
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Speaker:
Nita Mosby Tyler
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Pueden preguntarle a quien quieran,
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y les van a decir
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que están hartos y cansados
de pelear por la justicia.
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Las personas de color y los miembros
de la comunidad LGBT están cansados
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de llevar la carga de expresarse
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y dar un paso adelante,
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incluso cuando son silenciados
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y los hacen retroceder.
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Y los aliados blancos
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y los aliados cis están cansados también.
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Cansados de que les digan que lo hacen mal
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o que ni siquiera es su lugar
como para presentarse.
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Esta fatiga nos está impactando a todos.
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Y de hecho,
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creo que no tendremos éxito
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hasta que abordemos la justicia
de una nueva manera.
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Crecí en medio del movimiento
de los derechos civiles,
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en el sur segregado.
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Cuando tenía cinco años,
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me interesaba mucho el ballet.
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Parece que era lo que
toda niña de cinco años quería hacer
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en los años 60.
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Mi mamá me llevó a una escuela de ballet.
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Ya saben, el tipo de escuela
con profesores
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que hablaban de tus dones y talentos
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sabiendo que jamás serías una bailarina.
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nos dijeron gentilmente
que no aceptaban negros.
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Volvimos al carro como si estuviéramos
saliendo de un supermercado
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al que se le había acabado
el jugo de naranja.
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No dijimos nada.
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Solo condujimos
a la siguiente escuela de ballet.
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Nos dijeron: "No aceptamos negros".
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Bueno, yo estaba confundida.
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Y le pregunté a mi mamá
por qué no me querían.
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Y ella me dijo: "Bueno, no son tan
inteligentes para aceptarte ahora,
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y no saben lo excelente que eres".
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(Aplausos y aclamaciones)
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Bueno, no sabía qué significaba eso.
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Pero estaba segura que no era algo bueno,
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porque pude verlo en los ojos de mi mamá.
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Estaba enojada.
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Y parecía que estaba a punto de llorar.
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Y decidí justo ahí, en ese momento,
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que el ballet era tonto.
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Tuve un montón de experiencias
como esa en el camino,
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pero mientras crecía,
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empezaba a enojarme.
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Y no solo con el racismo y la injusticia.
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Estaba enojada con la gente
que no decía nada.
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¿Por qué los papás blancos
de la clase de ballet no dijeron:
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"Oye, eso está mal.
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Dejen a esa pequeña bailar"?
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¿O por qué ...
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¿Por qué los clientes blancos del
restaurante segregado no dijeron:
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"Oye, eso no está bien.
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Dejen a esa familia comer"?
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Bien, no me tomó mucho darme cuenta
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que la injusticia racial no era lo único
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en lo que la mayoría de personas
se quedaban calladas.
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Cuando me sentaba en la iglesia
y oía un comentario homófobico
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disfrazado como algo bíblico,
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yo diría: "Disculpen,
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por qué los feligreses heterosexuales
no interrumpen este sinsentido?".
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...en un cuarto lleno de "baby boomers" y
miembros de la "generación X"
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que degradaban a sus colegas
de la "generación millenial"
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por ser mimados, flojos
y demasiado confiados,
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yo diría: "Disculpen,
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por qué nadie de mi edad dice
que dejemos de estereotipar"?
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Estaba acostumbrada
a enfrentarme a asuntos como este,
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¿pero por qué no lo hacía todo el mundo?
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Mi maestra de quinto grado,
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la Sra. McFarland,
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me enseñó que la justicia
requiere un cómplice.
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No puede ser cualquiera.
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Ella dijo que necesitamos
aliados improbables
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si queremos ver un cambio real.
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Y para los que experimentamos
la injusticia en nuestras caras,
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necesitamos estar dispuestos
a aceptar la ayuda,
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porque cuando no lo hacemos,
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el cambio toma demasiado tiempo.
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Imaginen si los heterosexuales
y gays no se hubieran unido
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bajo la pancarta
del matrimonio igualitario.
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O, ¿y si el presidente Kennedy
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no se hubiese interesado en
el movimiento de derechos civiles?
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La mayoría de los principales movimientos
de este país podrían haberse retrasado
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o incluso apagado
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si no fuera por la presencia
de los aliados improbables.
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Cuando las mismas personas se expresan
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de la misma forma
que siempre lo han hecho,
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lo máximo que obtendremos
serán los mismos resultados
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una y otra vez.
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Los aliados suelen esperar a un lado
esperando a ser llamados.
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Pero ¿y si los aliados improbables
hicieran frente a estos asuntos?
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Por ejemplo,
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¿y si negros y nativos americanos
enfrentaran los problemas de inmigración?
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¿O y si los blancos lideraran la lucha
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para acabar con el racismo?
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(Aplausos y aclamaciones)
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¿O y si los hombres lideraran la lucha
por la igualdad salarial para mujeres?
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(Aplausos y aclamaciones)
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¿O y si los heterosexuales
enfrentaran los problemas LGBTQ?
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(Aplausos y aclamaciones)
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¿Y qué tal si las personas
físicamente capaces defendieran
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a las personas con discapacidades?
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(Aplausos y aclamaciones)
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Saben, podemos hacer frente
a los problemas,
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intervenir y defender,
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incluso cuando parece que
no tiene nada que ver con nosotros.
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Y en realidad, esos son
los problemas más cautivadores.
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Y claro,
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las personas no tendrán idea
de por qué están ahí,
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pero por eso es que aquellos que
enfrentamos la injusticia
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debemos estar dispuestos a aceptar ayuda.
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Tenemos que luchar contra la injusticia
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con una conciencia de gracia.
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Cuando hombres blancos pelean
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por la liberación de personas
negras y morenas,
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las personas negras y morenas tienen
que estar dispuestas a aceptar la ayuda.
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Y sé que es algo complicado,
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pero este es un trabajo colectivo
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y requiere que todos estén involucrados.
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Un día cuando estaba en el preescolar,
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nuestra maestra nos presentó
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a una mujer blanca,
hermosa y alta llamada Srta. Ann.
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Pensaba que era la mujer blanca
más hermosa que había visto.
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Bueno, siendo honesta con Uds.,
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creo que fue la primera vez que vimos
a una mujer blanca en nuestra escuela.
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La Srta. Ann se paró frente a
nosotras y nos dijo
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que iba a empezar a dar clases de ballet
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justo ahí en nuestra escuela.
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Y ella estaba orgullosa
de ser nuestra maestra de danza.
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Era irreal.
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Y de repente...
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(canta) ...ya no creía que
el ballet era tonto.
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Verán, lo que sé ahora es que
la Srta. Ann sabía muy bien
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que las escuelas de ballet blancas
no aceptarían niñas negras.
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Ella estaba enfurecida por eso.
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Así que vino al barrio negro
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para empezar a dar
las clases de danza ella misma.
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Y saben, tomó amor y coraje
de su parte para hacer eso.
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Y donde no había justicia,
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ella solo la construyó.
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Todos nosotros sobrevivimos
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porque nos apoyamos en las espaldas
de nuestros ancestros negros.
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Nosotros progresamos porque
la Srta. Ann era una aliada improbable.
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y sus acciones
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a situaciones que no creen
que les involucren,
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lo que hacen es inspirar
a otros a hacer lo mismo.
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La Srta. Ann me inspiró
a siempre estar atenta
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a situaciones que no me involucran
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pero donde igualmente veía injusticia
y desigualdad sucediendo.
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Espero que ella los inspire también,
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porque para ganar la lucha por la igualdad
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todos tenemos que expresarnos
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y enfrentarla.
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Todos necesitaremos hacer eso.
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Y todos necesitaremos hacer eso
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incluso cuando es difícil
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e incluso cuando
nos sentimos fuera de lugar,
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porque es su lugar
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y es nuestro lugar.
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La justicia cuenta con todos nosotros.
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(Aplausos y aclamaciones)
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