Los 10 mitos más grandes de la psicología | Ben Ambridge | TEDxYouth@Manchester

Esta charla se presentó en un evento TEDx local, producido independientemente de las Conferencias TED.

¿Cuánto de lo que crees saber sobre tu cerebro es falso? En esta campaña de desacreditación de la ciencia no comprobada, Ben Ambridge nos llevará a conocer 10 ideas populares acerca de la psicología que han sido probadas como erróneas. Y compartirá algunas sorprendentes verdades acerca de cómo funcionan nuestros cerebros en realidad.

Quizás hemos oído hablar del IQ
y de la inteligencia general,

pero, ¿sabemos qué es el Psy-Q?

¿Qué sabemos sobre lo que nos motiva?

¿Cómo de buenos somos en predecir

la conducta de los otros
o incluso la propia?

¿Cuánto de lo que creemos saber
sobre psicología es un error?

Develemos los 10 mitos
más grandes de la psicología.

Quizás hayan escuchado
decir que en psicología,

los hombres y las mujeres
son completamente diferentes,

como si los hombres son de
Marte y las mujeres de Venus.

Pero, ¿cómo de distintos somos realmente?

Para averiguarlo, analizaremos algo
en lo que hombres y mujeres

realmente son distintos y a partir de ahí

estableceremos algunas diferencias
psicológicas de género.

Una diferencia entre
los hombres y las mujeres

es qué tan lejos pueden
lanzar una pelota.

En la gráfica de los hombres,

vemos la llamada
curva de distribución normal.

Algunos hombres pueden
lanzarla muy lejos, otros, nada lejos;

pero la mayoría alcanza
una distancia promedio.

La gráfica de las mujeres
tiene la misma distribución,

pero con una diferencia:

el hombre promedio puede lanzar una pelota

más lejos que el 98% de las mujeres.

Ahora veamos algunas
diferencias psicológicas de género

en la misma escala estandarizada.

Cualquier psicólogo
les dirá que los hombres

tenemos más inteligencia
espacial que las mujeres,

como leer mapas,

y es verdad, pero veamos
el tamaño de esta diferencia.

Es minúsculo.

Las líneas están tan cerca
que casi se superponen.

De hecho, la mujer promedio
es mejor que el 33% de los hombres.

Y si fuera el 50%,
ambos géneros serían iguales.

Vale la pena señalar
que las diferencias que les mostraré

son las mayores diferencias de género

jamás descubiertas por los psicólogos.

Aquí va la siguiente:

cualquier psicólogo
les dirá que las mujeres

son mejores en lenguas y gramática.

La gráfica es el desempeño en
una examen de gramática.

Aquí las mujeres, aquí los hombres.

Otra vez, en promedio la mujer es mejor,

pero las líneas están tan cerca

que el 33% de los hombres
es mejor que la mujer promedio.

Y de nuevo, si esto fuera el 50%,

habría completa igualdad de géneros.

Así que la diferencia no es
realmente de Marte a Venus,

sino más entre un martes y un viernes

casi lo mismo, ya saben,

pero en uno hay
más locura que en el otro.

No diré en cuál.

Ahora que ya entramos en calor,

vamos a psicoanalizarnos con ayuda

del famoso test de
las manchas de Rorschach.

Aquí pueden ver dos osos
o dos personas o algo así.

Pero, ¿qué creen que están haciendo?

Levanten la mano si creen
que están diciendo hola

No muchos. Bueno.

¿Quiénes creen que
están chocando esos cinco?

Muy bien, ¿quiénes creen
que están peleando?

Sólo unos cuantos.

Bien, los que creen que saludan
o que chocan las manos

son personas amigables.

Los que creen que están peleando,

significa que son agresivos.

Amantes o guerreros, básicamente.

Probemos ahora con ésta.
Aquí no habrá votaciones:

a la de tres, quiero que
todos griten lo que ven.

Una, dos, ¡tres!

(Gritos de la audiencia)

Escuché hamster. ¿Quién dijo hamster?

Eso es alarmante.

Ese chico dijo hamster.

Bien, lo que deben haber visto aquí

es un animal de dos patas
y su reflejo por acá.

Si no lo vieron, quiere decir
que tienen dificultad

en procesar situaciones complejas

en las que hay mucha información.

A no ser que no signifique
absolutamente nada.

El test de Rorschach no tiene
básicamente ninguna validez

cuando se trata de
diagnosticarla personalidad

y los psicólogos modernos ya no lo usan.

De hecho, un estudio reciente mostró

que al tratar de
diagnosticar la personalidad

usando el test de Rorschach,

se diagnosticó esquizofrenia

en cerca de 1/6 de participantes
aparentemente normales.

Si no les fue bien en esta prueba,

es quizás porque no
son personas muy visuales.

Hagamos otro test rápido para averiguarlo.

Cuando preparan un pastel, prefieren:

levanten la mano en cada respuesta,

¿usar un libro de recetas con fotografías?

Bien, algunas personas.

¿Ser guiado por un amigo?

¿O intentar descubrirlo por su cuenta?

Muy pocos aquí.

Bien, si eligieron A quiere decir

que son de aprendizaje visual
y aprenden mejor,

cuando la información
se les presenta de manera visual.

Si eligieron B, entonces
su aprendizaje es auditivo

y aprenden mejor cuando la información

se les presenta en formato auditivo.

Y si eligieron C,
su aprendizaje es kinestésico

y aprenden mejor
cuando se sumergen en la tarea

y trabajan con sus propias manos.

A no ser, claro, que no sea así.

Porque todo esto es un completo mito.

Los estilos de aprendizaje son invenciones

y no están apoyados
por ninguna evidencia científica.

Sabemos esto porque se han realizado
estudios meticulosos en personas

que reciben material de aprendizaje

en su estilo de aprendizaje
preferido o en el opuesto,

y no hay ninguna diferencia

en la cantidad de información
que pueden retener.

Y si lo piensan por un segundo

es obvio que tiene que ser verdad.

Es obvio que el mejor formato
para presentar la información

no depende de ti,

sino de lo que tratan de aprender.

¿Podrían aprender a conducir un auto

con que sólo les digan qué hacer

y sin ninguna experiencia kinestésica?

¿Podrían resolver ecuaciones simultáneas

explicándolas en su cabeza
y sin escribirlas en papel?

¿Podrían estudiar para
un examen de arquitectura

usando danza interpretativa,
si su estilo es kinestésico?

No, lo que requieren es compaginar

el material por aprender con
el formato de enseñaza, en lugar de Uds.

Muchos de Uds. son estudiantes

que recién presentaron
sus exámenes de educación secundaria.

Si no les fue tan bien como esperaban,

no pueden culpar a
su estilo de aprendizaje,

pero podrían pensar en culpar a sus genes.

En un estudio reciente
del University College London

se encontró que el 58% de
la variación entre los estudiantes

y sus notas del examen
de educación secundaria,

se debía a factores genéticos.

Ésa es una cifra muy precisa,
¿cómo podemos decirla?

Bueno, cuando queremos discernir

las contribuciones relativas
de los genes y del entorno,

lo que hacemos es correr
un estudio en gemelos.

Los gemelos idénticos comparten

el 100% del entorno
y el 100% de los genes,

mientras que los gemelos fraternos

comparten el 100% del entorno,

pero, como cualesquiera hermanos,

comparten sólo el 50% de los genes.

Así, si comparamos cuán similares

son los resultados del examen
de gemelos idénticos

con los de gemelos fraternos

y hacemos unos cálculos,

podemos darnos una idea
de cuánta variación y desempeño

se debe al entorno o a los genes.

Y resulta que cerca del
58% se debe a los genes.

Así que, claro no se trata de
menospreciar su trabajo duro

y el de sus maestros,

pero si no les fue muy bien
en los exámenes,

siempre pueden culpar a sus padres
o por lo menos a sus genes.

De lo que no pueden culpar a nadie

es la predominancia del lado
izquierdo o derecho del cerebro

porque, de nuevo: esto es un mito.

El mito aquí es que
el lado izquierdo es lógico,

bueno con ecuaciones como éstas;

y el derecho es más creativo,
es más hábil con la música.

Pero esto es un mito
porque casi todo lo que hacemos,

incluso las cosas más mundanas,

involucran a casi todas
las partes del cerebro

comunicándose unas con otras.

Sin embargo, quizás
este mito ha sobrevivido

porque tiene un granito de verdad.

Una versión relacionada del mito dice

que los zurdos son
más creativos que los diestros,

lo que tiene sentido,

porque un lado del cerebro
controla la mano opuesta,

así que en los zurdos,

el lado derecho del cerebro
es un poco más activo que el izquierdo.

Y la idea nos dice que
el lado derecho es más creativo.

Ahora bien, no es verdad
per se que los zurdos

sean más creativos que los diestros.

Lo cierto es que los ambidiestros,

o sea, quienes usan ambas manos
para distintas tareas,

son más creativos que
quienes usan una sola mano.

Esto sucede porque ser ambidiestro implica

tener una gran comunicación
entre ambos lados del cerebro,

lo que parece tener relación

en los pensamientos creativo y flexible.

El mito del zurdo creativo viene del hecho

de que ser ambidiestro es más común

entre zurdos que entre diestros,

así que el mito del zurdo creativo

es ligeramente cierto, pero no mucho.

Un mito relacionado del
que habrán escuchado

es aquel de que sólo usamos
el 10% de nuestros cerebros.

Esto es otro gran mito.

Casi todo lo que hacemos,
hasta lo más mundano,

usa casi todo nuestro cerebro.

Pero es cierto que la mayoría de nosotros

no usamos nuestra capacidad intelectual

tanto como podríamos casi todo el tiempo.

Así que, ¿cómo podemos aumentar
nuestra capacidad intelectual?

Quizás podríamos escuchar a Mozart.

¿Han escuchado hablar
acerca del efecto Mozart?

La idea es que escuchar
a Mozart te hace más listo

y mejora tu desempeño
en las pruebas de IQ.

Lo interesante de este mito

es que, aunque es básicamente un mito,

hay un granito de verdad en él.

El estudio original
encontró que los participantes

que escuchaban a Mozart
durante unos minutos

lo hacían mejor en
la subsecuente prueba de IQ

que los participantes
que no habían escuchado nada.

Pero un estudio de seguimiento

reclutó a gente que gustaba de Mozart

y a un grupo de fanáticos de
los cuentos de terror de Stephen King

y los pusieron a escuchar
a Mozart o a los cuentos.

Los oyentes de Mozart obtuvieron

un mayor incremento de IQ
al escuchar a Mozart,

pero los lectores de Stephen King

obtuvieron mayor incremento
de IQ al escuchar los cuentos.

Así que la verdad es que
escuchar algo que disfrutas,

te da una pequeña ventaja

e incrementa temporalmente
tu IQ en algunas tareas.

Pero nada indica que escuchar a Mozart

o los cuentos de Stephen King

los vaya a hacer más listos a largo plazo.

Bien, otra versión del mito de Mozart

es que escuchar a Mozart

no sólo te hace más listo
sino también más saludable.

Desafortunadamente,
esto no fue cierto para alguien

que escuchó la música de Mozart

casi todos los días: el propio Mozart,

quien sufrió de gonorrea,
viruela, artritis

y lo que mucha gente
cree que lo mató: sífilis.

Esto sugiere que quizás Mozart
debió ser más cuidadoso

al escoger a sus parejas sexuales.

Pero, ¿cómo escogemos pareja?

Bien, un mito que, tengo que decir,

es, ya saben, a veces
difundido por los sociólogos

sugiere que nuestras
preferencias románticas

son producto de nuestra cultura,

que son culturalmente específicas,

pero, en realidad,
la evidencia no lo respalda.

Un famoso estudio encuestó
a personas de 32 culturas distintas:

desde estadounidenses hasta zulús,

acerca de lo que buscaban en una pareja.

Y en cada una de las culturas del mundo

los hombres le dieron más valor

al atractivo físico de
su pareja que las mujeres.

También, en cada una de las culturas,

las mujeres le dieron mayor importancia

a la ambición y al poder adquisitivo
alto que los hombres.

En todas las culturas, también,

los hombres prefirieron mujeres
más jóvenes que ellos.

En promedio 2.66 años, creo recordar.

Y en todas las culturas, también,

las mujeres prefirieron
a los hombres mayores,

en un promedio de 3.42 años

y de ahí el porqué todos
necesitan un "papi adinerado".

Ahora, pasemos de tratar de ganar
en el juego de las parejas

a tratar de ganar en baloncesto o fútbol

o el deporte que les guste.

El mito es que los deportistas
tienen rachas de suerte

en las que no pueden fallar
una anotación como este tipo de aquí.

Pero en realidad, lo que pasa

es que si uno analiza el patrón
de estadísticas de anotaciones y fallos,

resulta que todo es casi aleatorio.

Al cerebro le gusta ver
patrones en la aleatoriedad.

Por ejemplo, si lanzan una moneda

una racha de caras o cruces
aparecerá en algún momento

y, como el cerebro ve
patrones donde no los hay,

vemos estas rachas y
les atribuimos un significado,

pensamos "Sí, hoy es su día",

cuando, en realidad
veríamos el mismo patrón,

aun si sólo obtuviéramos
anotaciones y fallos al azar.

Una excepción, claro,
son los tiros penales.

Un estudio reciente sobre
tiros penales en futbol

mostró que los jugadores
que representan a países

con malos récords en tiros penales

como, por ejemplo, Inglaterra,

tienden a hacer sus tiros más rápido

que los países con buenos récords

y, como resultado,
es más probable que los fallen.

Lo que hace que nos preguntemos

si hay alguna manera de
mejorar el desempeño de la gente.

Podríamos pensar que un método

es castigar a quienes fallan

y ver si eso mejora las cosas.

Esta idea de que el castigo
puede mejorar el desempeño

fue lo que unos participantes
creyeron que estaban probando

en el experimento de Milgram
sobre aprendizaje y castigo,

del que seguro han oído hablar
si son estudiantes de psicología.

La historia cuenta que
los participantes estaban preparados

para dar a su compañero
choques eléctricos que creían fatales,

si daba una respuesta errónea,

sólo porque una persona
de bata blanca se los ordenaba.

Esta historia es un mito por tres razones.

Primero, y muy importante:
la bata no era blanca,

era gris, de hecho.

Segundo, antes del estudio
se les dijo a los participantes

que los electrochoques
eran dolorosos, pero no fatales

y por supuesto no causarían
daños irreversibles.

Y, por último, los participantes
no dieron electrochoques

sólo porque alguien de bata se los ordenó.

Cuando los entrevistaron
después del estudio

todos los participantes
dijeron creer firmemente

que el experimento sobre
aprendizaje y castigo

servía a un propósito científico

y que los beneficios a la ciencia

serían mayores que
la momentánea incomodidad

causada a los participantes.

Bien, he hablado por unos 12 minutos ya

y quizás están aquí
sentados, escuchándome,

analizando mi patrón del habla
y mi lenguaje corporal,

si deberían creer lo que digo,

si digo la verdad o estoy mintiendo;

pero si están haciendo esto, han fallado

porque, aunque todos creemos

que podemos descubrir a un mentiroso

por su patrón del habla
y su lenguaje corporal,

cientos de pruebas psicológicas
han demostrado que todos

incluso policías y detectives,
están a su suerte

cuando se trata de detectar mentiras

con base en patrones del habla
y lenguaje corporal.

Hay una excepción interesante:

denuncias en TV sobre
familiares desaparecidos,

es muy fácil predecir
cuando la persona está desaparecida

y cuándo fue asesinada
por el mismo familiar.

En las denuncias falsas,

la gente tiende a evitar la mirada,

sacudir la cabeza y
cometer errores verbales;

mientras que en las denuncias genuinas,

se tiende a expresar esperanza
por el regreso del familiar

y a evitan un lenguaje violento.

Por ejemplo, dicen "se lo llevaron"

en lugar de "lo mataron".

Dicho esto es momento
de cerrar esta charla.

Pero antes, quiero darles en 30 segundos

el mito global de la psicología.

Este mito, como yo lo veo, es uno

que no creo se disipe en
los libros de texto de psicología

ni en las clases universitarias:

el mito es que la psicología

es un conjunto de teorías interesantes:

todas nos dicen algo útil

y todas tienen algo que ofrecer.

Espero haberles mostrado en estos minutos

que esto no es cierto.

Lo que tenemos que hacer

es evaluar las teorías psicológicas

según las predicciones que hacen:

ya sea que escuchar a
Mozart los haga más listos

o que aprenden mejor
cuando la información se presenta

en su estilo de aprendizaje
favorito o lo que sea.

Todas éstas son predicciones comprobables

y la única manera de hacer progresos

es contrastar estas predicciones

con los datos de estudios
rigurosamente controlados

y sólo así esperamos descubrir

cuáles de estas teorías
están bien sustentadas

y cuáles, como todas
las que les mostré hoy,

son mitos.

Gracias.

(Aplausos)