El cáncer en la sociedad de la información: ¿Estar informado es estar bien protegido? | Piotr Krivorotko (Пётр Криворотько) | TEDxSPbU

Esta charla es de un evento TEDx, organizado de manera independiente de las conferencias TED. Más información en: http://ted.com/tedx

Piotr Krivorotko es oncólogo-mastólogo y doctor en ciencias médicas.
Independientemente de su dilatada experiencia, el principal oncólogo-mastólogo de San Petersburgo), en esta charla de TEDxSPbU (Universidad Estatal de San Petersburgo, nos cuenta cómo la difusión de la información modifica nuestra percepción de la enfermedad y nos ayuda a curarla.

Me dedico a la oncología
y esto es un tema interesante.

Pero quisiera hablar de ciertos datos
en vista de la oncología:

qué tan valiosa es, qué tan diferente es,

a veces la información recibida es ambigua.

Como médico, probablemente con
un sentido del humor un tanto extraño

quisiera contarles esta historia

de mi propia práctica,
para que comprendan,

sobre qué vamos a hablar más adelante.

Soy un médico joven que
está tratando a una paciente,

viene a mi consulta semanalmente
y no anda muy bien de salud.

Está gravemente enferma

y cada semana me hace la misma pregunta:

¿cuánto tiempo me queda de vida?

Una pregunta muy complicada
para un médico, complicadísima

porque no siempre puedes saberlo

y, sobre todo, uno no siempre quiere

contar la realidad.

Van pasando las semanas
y ella va curándose,

en general no va mal,

pero una semana no acude a consulta

y yo me imagino que, posiblemente,
todo va mal.

La llamo a casa, su marido
levanta el teléfono y dice:

Mire, Piotr Vladimirovich,
por desgracia, mi esposa ha fallecido.

Una gran pena. Les doy mis condolencias.

Y, claro, siento curiosidad al respecto.

Pregunto: ¿Pero qué ha pasado?

Pues que iba a su consulta
y la atropellaron.

Ya ven, esto también es información.

Ella quería una información,
que yo no podía darle.

Por lo tanto, en lo que se refiere
a información y a oncología,

debo decir que esta historia
es bastante triste.

Hoy día se conoce mucho
de la oncología:

sabemos por qué surgen
las células cancerígenas.

Sabemos cuándo un tumor se vuelve benigno.

Sabemos cuándo se vuelve maligno.

Sabemos qué sucede con el ADN
y por qué sucede.

Sabemos por qué una célula sana
tiene programada su muerte

pero una célula no sana no muere,

Esta última sigue reproduciéndose,
se descontrola.

Pero todo este conocimiento
a día de hoy

desafortunadamente, no aporta
información significativa.

Información sobre cómo combatir
el cáncer y cómo actuar en definitiva.

Es más, hoy día sabemos

que un tumor maligno es aquel

que no siempre resulta maligno.

En un 50 %, y a veces incluso más,
las células tumorales están sanas.

Un tumor no se compone de un solo tipo
de células, sino de un sinfín de ellas.

Y la mitad de estas células
están sanas en gran medida.

Las mutaciones ocurren, y ocurren
constantemente en el organismo.

Por cada minuto en un organismo sano

se forman un millón de células tumorales.

Y, sin embargo, el organismo
sabe apañárselas,

elimina con éxito estas células
tumorales emergentes.

Pero llega un momento
en el que ocurre un colapso.

Y la mutación resultante va creciendo
entre las células sanas

y esta mutación comienza a prevalecer
sobre las células sanas.

Tenemos certeza de esto,
tenemos información sobre esto.

Pero, en gran medida, no obtenemos
nada bueno de esta información.

Conocemos las cifras de
las estadísticas en oncología.

Al año fallece una gran cantidad de gente.

Y a veces esto puede dar la impresión
de que es imposible evitarlo.

Y, de hecho, puede que sea así

porque la oncología o las
enfermedades oncológicas,

o un tumor maligno en su esencia
son, en verdad,

un mecanismo de muerte.

Un organismo vivo debe morir de algo.

En cualquier caso,

no existe un organismo vivo
que no acabe muriendo.

Puede ser que la oncología
sea el mismo mecanismo

que existe para frenar
el crecimiento de un organismo vivo.

No solo de una persona, de cualquier ser.

Mamíferos más grandes también
sufren de enfermedades oncológicas.

Aunque en ocasiones se consigue rehuirlas.

No de forma definitiva
ni permanentemente

pero a Neo también se le estropeó
el jersey y no pudo escapar en absoluto.

Y a veces se consigue muy bien evitar

particularmente enfermedades oncológicas.

En esta diapositiva tenemos
las principales causas de muerte,

y los tumores malignos para nada figuran
en primera posición.

Figuran en segunda, precedidos por
las enfermedades cardiovasculares.

Y es muy interesante el dato
de que en otros países

hay estadísticas de mortalidad diferentes.

Mientras que en países en vía de desarrollo
o con un nivel de ingresos bajo o medio

los tumores malignos suponen un 14 %
y la gente fallece más frecuentemente

por infecciones y enfermedades
parasitarias, entre un 35 % de ECV,

en los países desarrollados casi no hay
infecciones y enfermedades parasitarias.

Pero está aumentando la cantidad

de muertes por cánceres
a un ritmo alarmante

y las enfermedades cardiovasculares
se han quedado como estaban, en un 35 %.

Puede sacarse una conclusión
partiendo de estos datos:

cuanto mejor vive la sociedad,
más gente sufre de cáncer.

No, quizá esto no sea así
o no es así en absoluto

porque, en lo que respecta a este tema,
hay que decir

que existen algunos mitos.

En este caso en concreto por ejemplo
existe un mito

sobre el cáncer de mama que cuenta que

una de cada ocho mujeres en el mundo
tendrá cáncer de mama.

Catastrófico, ¿qué vamos a hacer?

El tema es que las mujeres
de 20 años representan

un solo caso de 1500 mujeres,

pero las mujeres de 70 años representan
un caso de 26 mujeres coetáneas.

Y este mito sobre una mujer
entre cada ocho

supondría un riesgo a lo largo
de su vida si supera los 70 años.

Un segundo mito muy interesante,
y esto también se considera un dato

que es muy oído

el cáncer "está rejuveneciendo",
afecta cada vez más a los más jóvenes.

No, esto no es así en absoluto.

Si nos fijamos en el cáncer de mama,

que pareciera también que "rejuvenece",
en realidad resulta

que las mujeres de mediana edad
en 1975 sufrían de cáncer

con la misma frecuencia con la que
lo sufren en 2012.

Pero claro, las mujeres de edad avanzada
lo sufren más comúnmente.

¿Y, podría ser, que sea más común
para ellas porque viven más años?

Podría ser que la esperanza de vida
de la población esté aumentando,

que desde 1975 haya ido aumentando
en los países desarrollados y, por ello,

las mujeres llegan a vivir
hasta desarrollar cáncer de mama?

Puede ser que quede en pie la cuestión
de que no todos llegamos a vivirlo,

pero si viviésemos eternamente,
entonces nos lo acabaríamos topando.

Un dato muy interesante de analizar.

La esperanza de vida desde el nacimiento

parece ser, que en países donde
la esperanza de vida es extensa

mientras más verdes son,
más longeva es la vida

según la Organización Mundial de la Salud,

y, al mismo tiempo, más alta será
la frecuencia de tumores malignos.

El perfeccionamiento
de la asistencia médica,

y la mejoría de la situación económica

conducen a un crecimiento de
las enfermedades oncológicas.

¿Es esto bueno o malo?

Una cuestión seguramente muy polémica.

El que la gente enferme,
es sin duda malo,

pero que la esperanza de vida
vaya en aumento, no lo es tanto.

Además, en estos tiempos,
cuando se habla de información

sobre enfermedades oncológicas,
nos encontramos con un curioso panorama.

Existen una cantidad ingente
de redes sociales;

tenemos una infinidad de contactos;
la información se está globalizando,

ya no se transmite de boca en boca

sino de país en país, y escrutar
toda esta información es imposible.

Hasta el punto en que ya existe
una nominación

al mejor blog sobre cáncer de mama
metastático en redes sociales.

Es decir, hoy día el dato de que

surgen más casos de cáncer,
puede que no se deba únicamente

a que la esperanza de vida aumenta,
sino a que

el intercambio de información
se haya vuelto completamente accesible.

Es más, gente famosa de nuestro
tiempo ha empezado

a tomar partido del tema de que

una enfermedad oncológica no trae solo
una desgracia, sino cierta fama también.

Se charla ya tan tranquilamente sobre
temas oncológicos que, en general,

desde el punto de vista de la enfermedad,
todo parece malo

desde el punto de vista de la información,
ya no tan malo.

En realidad, nada es verdaderamente malo.

En realidad, existe una cantidad ingente
de enfermedades oncológicas,

que, si no se curan por completo,
se curan en un 90 a 95 % de los casos.

Este mismo cáncer de mama,

mujeres famosas de nuestros tiempos,

y en esta diapositiva hay muy pocas,

sobreviven al cáncer de mama.

Este hombre, por si alguien
no lo conociera: Armstrong, ciclista,

que en 1998 enfermó de cáncer testicular
con metástasis en los pulmones.

Se curó. Después ganó 7 etapas
en el Tour de France,

y luego lo descalificaron por dopaje.

Vaya, un tipo legal.

(Risas)

Simplemente súper.

Enfermó, sobrevivió, 7 etapas,
campeón olímpico,

lo perdió todo salvo una fundación
por la guerra contra el cáncer.

Maravilloso.

Así que a día de hoy la información
es una historia muy interesante

y, hablando de información,
cabe decir que

desde el punto de vista del
intercambio de información

nos hallamos en una especie
de punto crítico.

Desde el punto de vista de los protocolos
terapéuticos y desde el de la información

sobre cómo se propaga, existen
un gran número de sociedades.

En especial, sociedades oncológicas

que son sociedades mundiales,
mostradas en esta diapositiva.

En principio, en estas actividades
puedes encontrar literalmente

cualquier clase de información
en línea sobre curas

y en nuestros días
cómo curar bien a un paciente

lo sabe un médico que, en teoría,
por lo menos se comunica

con sus compañeros de profesión
y los escucha.

Hoy día hay en Internet un
montón de directrices sobre

cómo curar tal o cual enfermedad,

y hoy día no es problema
para un médico formarse lo suficiente

como para saber la manera de combatir
cualquier enfermedad.

Pero hay otro problema, un problema
de pocas ganas de trabajar,

estudiar y desarrollarse profesionalmente.

Y este no solo es un problema enorme
en la comunidad médica,

sino seguramente en cualquier
tipo de comunidad profesional.

Y el segundo problema, no tan
relacionado con la información,

pero con el que de nuevo mantiene
alguna relación,

es el acceso a nuevos fármacos,
equipamiento y metodología.

Eso es, en general,
cuando vayan al médico,

en primer lugar, pregunten
si habla inglés,

ya que la información
en los tiempos que corren

toma un rumbo rígido y concreto:

se difunde por el mundo en una sola lengua.

Que esto esté bien o mal
ya es otra cuestión,

pero hoy día la información
está al alcance de cualquier médico.

Es más, Internet, que
tan estupendamente utilizan

y que estupendamente estarán
utilizando mientras hablo,

en nuestros tiempos destruye
barreras como estas.

La información hoy está globalizada,
y respecto a la cuestión

de cómo curar, se puede preguntar,
cómo preparar, cómo hacer algo,

porque la cantidad de gente
que usa Internet

no hace más que crecer.

Es más, si hablamos del envejecimiento
poblacional, está empezando a envejecer

la generación, es decir, mi generación

que sabe ya también meterse en su
página de Facebook en Internet.

Para concluir mi charla,
quiero comentar que la información

y en especial la información oncológica,
siendo yo oncólogo, información médica,

se difunde también en nuestro país

y no se puede decir
que haya algunos países

en los que todo marche como la seda

en relación a las tecnologías
de la información

y que en nuestro país todo sea pésimo.

No, todo no va tan mal,

y hay médicos que de verdad
saben qué hacer y cómo.

Tan solo les pido un favor:

antes de ir al médico,
pregúntenle si habla inglés.

Gracias.

(Aplausos)