-
El llamado de Jesús
-
Bienvenido a esta serie:
"El llamado de Jesús".
-
Hemos estado viendo muchas, muchas cosas
asombrosas de las que Jesús ha estado
hablando acerca,
-
acerca de cómo la cosecha es grande,
los obreros son pocos,
-
y debemos de ir a la cosecha como corderos
en medio de lobos,
-
y cómo Él allí se encarga de nuestras
necesidades.
-
Debemos encontrar a una persona
de paz e ir a su casa,
-
comer y beber lo que ellos sirvan.
Y luego debemos sanar a los enfermos,
-
echar afuera demonios y predicar el
Evangelio. Y luego debemos hacer
discípulos.
-
Este es el llamado que Jesús nos ha dado a
todos nosotros.
-
Y, como sabes, con la Biblia, una cosa es
leer acerca de eso
-
y otra cosa es hacerlo.
-
Lo que Jesús nos ha dicho a nosotros,
lo que leemos en Lucas 10 y en
otros lugares,
-
no es solo para que nosotros leamos
acerca.
-
No es solo para que nosotros lo
memoricemos e, incluso, lo aprendamos
en griego y en hebreo.
-
Es para que nosotros lo obedezcamos.
-
Y cuando obedecemos, todo comienza a
ser emocionante.
-
Ahí es donde empezamos a vivirlo
-
y sentimos que la Biblia no son solo
palabras que sucedieron 2000 años atrás.
-
El libro de los Hechos no es solo lo que
pasó en la iglesia temprana.
-
Esta es nuestra vida, hoy.
-
Y cuando tú empieces a vivirla,
no solo cambiará tu vida,
-
sino que también cambiará la vida de las
personas alrededor de ti.
-
Y como dije muchas veces antes:
-
no es acerca de pararse en una
plataforma en África.
-
No es acerca de ser un pastor con un
micrófono en la mano.
-
Es acerca de obedecer el llamado de Jesús.
-
Y todos somos llamados a encontrar a
aquellas personas que están listas para
recibir.
-
Hay personas que no nos quieren,
y allí solo nos sacudimos el polvo
-
de nuestras manos y pies y seguimos
adelante.
-
Pero en tu vida ahora mismo,
en tu ciudad ahora mismo,
-
en donde estás ahora mismo:
hay personas quienes están listas.
-
Y en esta lección quiero compartir algunos
testimonios...
-
para mostrar que esto es para hoy,
para incentivarte a ti.
-
El primer testimonio que quiero compartir
contigo
-
es un testimonio que te da una motivación
para no rendirte.
-
Es tan importante que nosotros no
nos rindamos.
-
Y este testimonio que quiero compartir,
es acerca de una chica llamada María.
-
María es una de las chicas que está en
nuestra primera película: "La Última
Reforma: El Comienzo".
-
Tú puedes ver una foto aquí de María.
-
Y María aquí... un día estábamos afuera en
la calle. Caminamos para encontrar a una
persona de paz.
-
Y llegamos a un centro comercial... y
llegamos a ese centro comercial y paramos
a una persona.
-
Ellos no estaban interesados.
Paramos una más.
-
Paramos una más.
Paramos una más.
-
Y habíamos estado allí, tal vez, como
media hora, 40 minutos.
-
Y llegamos a un punto en donde era como...
era tan, tan difícil.
-
Era tan difícil ese día.
-
Era como que nadie quería oír el
Evangelio.
-
Y yo quería ir a otro lado.
-
¿Por qué? Porque era tan difícil.
-
Y algunas veces tú puedes casi mirar
a Jesús y decir:
-
"Jesús. Tú dijiste que la cosecha es
grande, pero no siento eso ahora mismo.
-
Porque mi experiencia es que las personas
no lo quieren".
-
Pero esto es también lo que Jesús dijo:
La mies es mucha, pero...
-
también hay personas en donde tú solo
sigues adelante.
-
Ese día estábamos afuera en la calle y
era un día terrible.
-
Era uno de esos días en que solo
quería rendirme.
-
Quería solo parar.
-
Y, de hecho, le dije a un chico allí.
Le dije: "tan solo paremos por hoy.
-
Vamos a otro lugar".
-
Pero él dijo: "No, no, no, no. Solo
espera. Intentemos una vez más".
-
Y yo estaba como: "Okay. Intentemos una
vez más".
-
Y la siguiente persona que paramos fue
María.
-
Y cuando la paramos, ella estaba tan
lista:
-
"¡Sí! Ora por mí.
¡Sí! Ora por mí".
-
Y Dios ya había estado haciendo una
obra en ella.
-
Ella había estado escuchando la radio,
creo, el día anterior,
-
y ella empezó a llorar en el auto y Dios
la había empezado a atraer,
-
y ella estaba llorando y orando en el
auto.
-
Ella era una persona de paz.
Ella estaba tan lista.
-
Oré por ella, como lo puedes ver aquí,
adentro de la tienda.
-
Fuimos afuera y oramos un poquito más.
-
Y allí, ella fue liberada, afuera de
la tienda.
-
Algo la dejó. Y el Espíritu Santo
realmente vino y tocó su corazón.
-
Y nosotros hablamos y ella vino con
nosotros a casa,
-
al hotel en donde nos estábamos quedando.
-
Y ella vino de nuevo el día después,
-
y ella fue bautizada.
-
Y ella recibió el Espíritu Santo y ella
recibió una nueva vida.
-
Y yo amo esta historia con María.
Y es tan, tan hermoso. ¿Por qué?
-
Porque quise rendirme ese día.
-
Cada vez que la veo a ella, me recuerda:
no te rindas.
-
Yo quería rendirme.
-
Si me hubiese rendido después de los
primeros 45 minutos,
-
me hubiese ido a casa ese día y solo
hubiese sido un día terrible.
-
Y hubiese ido a casa como: <¡oh! Este es
uno de esos días que solo quiero olvidar>.
-
Pero, porque lo intentamos con esa
persona extra, y fue María,
-
porque no nos rendimos, sino que
encontramos a esa persona de paz:
-
es un día que no quiero olvidar.
-
Es un día que siempre quiero recordar.
-
Y es un testimonio para ti y para mí:
no te rindas.
-
Porque esas personas como María están
allá afuera.
-
Tal vez tú tengas que mirar por una hora,
dos horas, cuatro horas
-
antes de que los encuentres,
pero si tú no te rindes:
-
tú vas a encontrar a esa persona que el
Espíritu Santo está atrayendo.
-
Y María dio su vida a Dios, y ella es
fuerte hoy
-
y ella ha estado compartiendo a Jesús a
muchas, muchas otras personas.
-
Y muchas más personas han sido cambiadas
a través de su historia en la película
-
"La Última Reforma: El Comienzo".
-
Así que, quería empezar con esta historia:
no te rindas.
-
Así que, es muy, muy importante. Piensa
en eso. No te rindas.
-
Ellos están allá afuera.
-
Y el gozo que tú experimentarás en tu
vida...
-
cuando encuentres a una persona de
paz como María...
-
tú sentirás que tu vida significa algo.
-
Tú sentirás que tu vida es importante.
-
¿Por qué? Porque tú has hecho una
diferencia en la vida de esa persona.
-
Y tú no quieres solo oírme contar
mis historias.
-
Tú quieres experimentar tus propias
historias.
-
Y tú puedes.
-
Y no estamos buscando por un
super evangelista.
-
Estamos buscando por personas quienes solo
quieran encontrar a esa oveja perdida,
-
quienes quieran ir afuera, quienes quieran
compartir a Cristo,
-
y quieran encontrar a esa persona de paz.
-
Antes de que comparta más historias
contigo, testimonios,
-
quiero leer algo de mi libro
"El llamado de Jesús".
-
"Cuando compartimos testimonios como
este, es importante entender
-
que Dios puede hacer lo mismo por
nosotros, tal como oímos que Él lo ha
hecho para otros.
-
La Biblia dice en Apocalipsis 12:11 que
vencemos a nuestro enemigo
-
por medio de la sangre del Cordero y de
la palabra de nuestro testimonio.
-
La raíz ancestral del significado de la
palabra "testimonio"
-
significa "hacerlo de nuevo/repetir".
-
Cuando compartimos testimonios, no solo
compartimos información, sino que también
poder.
-
Hay poder en un testimonio, para que el
evento sea repetido de nuevo:
-
<Lo que Dios hizo por ellos, Él lo puede
hacer por mí>.
-
Esto trae fe y coraje en nosotros.
-
Somos todos llamados por Jesús, y Él ha
prometido estar con todos nosotros.
-
No importa quiénes somos nosotros.
-
Si tú eres muy fuerte y esto viene de
forma muy natural para ti
-
o si eres nuevo para esto y estás
aprendiendo a tomar los primeros
pequeños pasos;
-
Dios quiere usarnos a todos, sin importar
en dónde estemos ahora mismo en nuestro
caminar con Él.
-
Él solo puede usar a aquellos quienes
están dispuestos a dar un paso afuera en
fe en Su Palabra y a obedecerle a Él.
-
Cuando hacemos esto, veremos que Dios
no hace excepción de personas.
-
Él usará a todos quienes estén dispuestos:
hombre o mujer, joven o viejo".
-
Y esto es lo que quiero decir aquí.
Es tan importante.
-
He escuchado a personas decir:
"Sí... pero Torben, tú eres tan especial".
-
Sí, lo soy.
Y tú eres también especial.
-
No a causa de nosotros, sino por causa de
Cristo en nosotros.
-
Esto es lo que nos hace especiales.
-
Somos todos iguales. Tenemos al
mismo Espíritu, a Cristo en nosotros.
-
Y podemos hacer lo mismo.
-
Y es tan importante compartir testimonios
porque eso crea coraje
-
y ayuda a las personas a dar un paso
afuera.
-
Ayer estaba afuera manejando
y fui a una gasolinera ayer.
-
Estaba echando gasolina. De hecho, estaba
haciendo un vídeo en vivo al mismo tiempo
-
y solo compartiendo un pequeño testimonio
de lo que Dios estaba haciendo,
-
cómo tenemos una tienda (carpa)
de avivamiento.
-
Y luego vi a una mujer salir de una tienda
con un aparato ortopédico en su brazo.
-
Y yo vi a esa mujer. Y allí elegí ir a
ella y orar por ella.
-
Y ella fue sanada. Fui a la gasolinera.
Una mujer vino con muletas.
-
Elegí parar y orar por ella y ella fue
sanada.
-
Y compartí a Jesús con ellas.
-
Fue una decisión.
-
Pude haber elegido:
"No. Solo lo dejaré pasar".
-
Y, a veces, yo hago eso.
-
Pude haber elegido solo verla con el
aparato ortopédico.
-
Pude haber escogido solo mirar a la mujer
con las muletas y caminar de allí.
-
Pero elegí algo más.
-
Elegí ir a ellos y orar.
Obedecer.
-
Y a causa de ello, tengo el testimonio.
-
Así que, aquellos que hacen, son aquellos
que experimentan. Es tan simple.
-
Pero hay poder en el testimonio,
para repetirse a si mismo.
-
Un buen testimonio es de mi buen
amigo de Dinamarca: Tommy.
-
Estaba en Canadá hace unos años atrás,
haciendo una reunión.
-
Afuera, en la calle, algunas de las
personas que estaban allá afuera
entrenándose,
-
oraron por un hombre que era ciego
en un ojo, quien fue sanado.
-
Él había sido ciego desde el nacimiento.
-
Y fue un testimonio asombroso.
-
No es tan a menudo que experimento
un testimonio como este.
-
Y vine a casa y llamé a mi amigo
Tommy y le dije:
-
"¡Tommy! ¡Es tan asombroso! Estábamos en
Canadá y allí había un hombre
-
quien había sido ciego desde el nacimiento
en un ojo, quien fue sanado.
-
Y él ahora puede ver".
-
Y la respuesta de Tommy fue:
"¡Wow!
-
Nunca he visto eso antes".
-
Y él no lo había hecho.
-
Pero, unos pocos días después, él conoció
a un hombre, él habló con un hombre,
-
que le habló cómo él era ciego en un ojo,
-
y luego él recordó el testimonio.
-
Y a causa de ese testimonio que él había
recientemente oído, él pensó:
-
"Si Dios puede hacerlo por ellos,
Él puede hacerlo para mí.
-
El mismo Espíritu en nosotros".
-
Y luego ese testimonio creó coraje
en Tommy
-
para imponer manos en ese chico y orar
por él, y él fue sanado.
-
Él no hubiese visto esa sanidad, pienso
yo, si él no hubiera oído ese testimonio.
-
Así que, el testimonio fue el poder para
repetirse a sí mismo.
-
Y eso es el porqué nosotros compartimos
testimonios. Es tan importante escuchar
testimonios.
-
Así que, cuando ahora continúe y comparta
otro testimonio,
-
un testimonio que es muy poderoso,
un testimonio que amo compartir,
-
quiero que tú entiendas eso. No me oigas
como si fuera un super evangelista.
-
Escúchame como yo soy un discípulo quien
ama a Jesús, como tú.
-
El mismo Espíritu.
-
En este testimonio, amo compartir esto,
porque en este testimonio vemos
-
todo en Lucas 10 juntarse.
-
Vemos cómo somos enviados, guiados por
el Espíritu Santo, como hablamos acerca,
-
cómo Dios proveerá para nuestras
necesidades, como hablamos acerca,
-
cómo encontramos a la persona de paz,
-
cómo vamos a su casa, comemos y bebemos
lo que ellos sirvan,
-
cómo sanamos a los enfermos,
cómo predicamos el Evangelio,
-
cómo vemos hogares ser cambiados,
-
cómo nos quedamos allí.
-
Y este testimonio empezó con un sueño,
como vemos con Pedro y la casa de
Cornelio.
-
Pedro tuvo una visión. Cornelio tuvo
una visión, y todo se juntó.
-
Algunos años atrás tuve un sueño.
En el sueño estaba pescando.
-
En el sueño capturé algunos pescados
curiosos y a través del sueño Dios me
habló
-
que debía de pescar personas de otras
naciones viviendo en Dinamarca.
-
Yo estaba viviendo en Dinamarca en
aquel tiempo.
-
Me desperté, fui por un paseo.
Y yo estaba orando y diciendo:
-
"Dios ¿qué es este sueño? Tú me diste este
fuerte, fuerte sueño.
-
Y voy a pescar personas de otras naciones
viviendo en Dinamarca, Dios.
-
¿Quienes son esos peces curiosos,
aquellos peces que Tú quieres que pesque?"
-
Y mientras estaba orando, recibí un correo
electrónico. Un tipo de Pakistán viviendo
en Dinamarca,
-
quien me escribió: "¡Hola Torben!
¿Puedes venir y orar por mí?"
-
Cuando recibí ese correo electrónico,
normalmente, yo tal vez le enviaría a él
a algunas personas
-
alrededor de él, pero esta vez,
a causa del sueño,
-
Dios hablo muy claro: "Ve a él".
-
Así que le escribí de inmediato: "Sí.
Me gustaría ir a ti y conocerte a ti y a
tu familia".
-
Y ellos vivían en Copenhagen, y era muy
lejos desde donde vivíamos.
-
Pero sabía que era Dios.
Y estaba tan emocionado.
-
Tuve un sueño. El Espíritu Santo me guió.
Y me puse en contacto con ese hombre.
-
En el correo electrónico su nombre era
Ronald. Puedes ver una foto de él aquí.
-
Y Ronald, quien me escribió allí, yo
estaba solo como: <él es una persona
de paz>.
-
Solo supe eso. Así que me preparé para ir
a Copenhagen.
-
Pero tuve un problema en aquel tiempo.
No tenía los recursos, el dinero.
-
Y, de hecho necesitaba pagar una cuenta
de 900 Danish Krone. Eso son 270 dólares.
-
Necesitaba pagar alrededor de 270,
casi 300 dólares
-
Necesitaba pagar eso. Además, necesitaba
dinero para la gasolina
-
y para ir sobre el puente y para ir a
Copenhagen.
-
Y yo no tenía eso.
-
Yo no tenía dinero para mi cuenta.
Yo no tenía dinero para la gasolina.
-
¿Qué fue lo que hice?
Fui a orar.
-
Así que, estaba caminando y orando,
diciendo: "Dios, te agradezco por el
sueño.
-
Gracias por el Ronald que iré a él.
-
Voy a conocer a la persona de paz.
Te agradezco por este sueño, Dios.
-
Gracias porque Tú estás en control.
-
Y yo estaba caminando y orando en un
pequeño camino.
-
Y luego un hombre con un perro vino
enfrente de mí.
-
Y cuando vi ese hombre y al perro yo
estaba como:
-
Quiero estar solo. Pero ellos estaban
caminando a la misma velocidad que yo.
-
Así que tuve un pensamiento de pronto:
normalmente caminas
-
y ve al camino grande>. Así que me alejé
del camino y fui al camino grande.
-
Caminé allí unos pocos metros.
-
Y luego me detuve.
Y luego miré alrededor.
-
Y pensé: <Nunca jamás he estado aquí
antes, en este camino.
-
Tal vez deba volver atrás ahora.
Ahora el hombre con el perro se ha ido
-
y puedo estar solo de nuevo y orar>.
-
Pero luego sentí como: <No. No.
Necesito ir aquí.
-
¿Por qué necesito ir aquí?>
-
Así que continué en ese nuevo camino
que nunca había caminado antes.
-
Y yo estaba caminando y diciendo: "Dios.
¿Por qué camino aquí en este camino?
-
Nunca he estado en este camino antes.
-
Yo estaba caminando allí. Necesitaba ir en
ese sentido y, de pronto, estoy caminando
aquí.
-
Dios. ¿Por qué debo caminar aquí?"
-
Y luego un auto vino y se detuvo.
-
Un hombre bajó una ventana y me llamó:
"¡Ven, Torben! ¡Ven, Torben!
-
¡Ven aquí! Necesito hablar contigo.
-
Y era un cristiano de otra iglesia. Y nos
habíamos visto el uno al otro unas pocas
veces.
-
Yo le dije: -"¿Cómo estás?"
Él dijo: -"Estoy bien".
-
Él estaba sentado en el auto y dijo:
"Estoy bien".
-
Le dije: "Tuve un sueño.
Voy a Copenhagen.
-
Tuve un sueño.
Tengo esta invitación".
-
Y empecé a compartirle este testimonio
a él, para crear fe.
-
Pero luego, de pronto, él me detuvo y él
me dijo: -"Torben. ¿Tienes tú algo de
dinero?"
-
-"Err...No...Err... Dios está en control".
Y continué compartiendo testimonios.
-
Y él me detuvo. -No, no. Detente, Torben.
Torben, acabo de sentir que debo darte
200 Danish Krone.
-
Que eso es alrededor de 300 dólares.
Le dije: -"¿Qué?"
-
-"Siento que debo darte eso".
-
-"Okay, si tú lo quieres".
-
Y él vino y él me dio los primeros 75
dólares y dijo: -"Aquí está el primer
dinero".
-
Le dije: -"Gracias". Y me quedé parado con
los 75 dólares en mi mano.
-
Y luego dije: -"De hecho, tengo una cuenta
que debe ser pagada hoy.
-
Casi 300 dólares. Y tengo que pagar esa
cuenta hoy.
-
Y ahora tú me estás dando 300 dólares,
así que ahora puedo pagar esa cuenta".
-
Y luego él miró a los 75 dólares que el
recién me había dado y dijo:
-
-"¿Dónde vives tú?"
-
Y le dije dónde vivo yo y él dijo:
-"Estaré en tu casa en tres horas.
-
Tú me darás la cuenta. Yo pagaré la
cuenta, y tú solo quédate con aquel
dinero".
-
-"Okay. Okay".
Él saltó en el auto y se marchó.
-
Y allí me quedé parado. "Solo". En el
camino. No había ningún hombre.
-
Ningún perro. Ningún hombre en el auto.
Solo con Dios,
-
en un camino en el que nunca había
estado antes.
-
La cuenta iba a ser pagada y tenía
75 dólares en mi mano.
-
No era totalmente suficiente para ir a
Copenhagen y volver,
-
pero podía ir allí.
-
Y yo estaba como: <75 dólares y
la cuenta fue pagada>.
-
Y caminé todo el camino a casa, mirando
aquel dinero en mi mano.
-
"¡Wow! Jesús prometió lo que Él dijo.
-
¿Qué fue lo que dijo?
-
Vayan, hagan discípulos. No tomes una
bolsa extra con dinero contigo.
-
¿Por qué? Porque Él va a encargarse de
nuestras necesidades.
-
Él va a proveer para nosotros.
-
Yo vine a casa. Él vino tres horas
después. -"¿Dónde está la cuenta?"
Le di la cuenta.
-
Y luego le dije: -"Gracias". Él me dio 300
dólares más y se fue.
-
Así que ahora tenía 375 dólares en mi
mano y la cuenta se había ido.
-
Más que suficiente para ir a Copenhagen
y de vuelta.
-
Y este es un testimonio que no vas a
experimentar si te sientas y no haces
nada.
-
Pero cuando empieces a dar un paso afuera
en el llamado de Jesús, experimentarás
esto.
-
Tú vas a experimentar lo que he estado
hablando acerca en las últimas 20
lecciones aquí.
-
Tú vas a experimentar esto.
Esto es real.
-
Nosotros, unos pocos días después, tomé
a un amigo conmigo, nos subimos a un
auto y fuimos a Copenhagen.
-
En el camino hacia allá estábamos orando
y, de pronto, una palabra vino a mí.
-
Romanos 1:11-12, en donde Pablo dijo:
"Porque deseo veros, para comunicaros
-
algún don espiritual, (o darles el don
espiritual, el Espíritu Santo)
-
a fin de que seáis confirmados..." (eso es,
que tú y yo podamos ser mutuamente
alentados
-
por la fe del otro).
-
Y esta palabra vino a mí en el auto.
-
Como, voy a ir allí a darles el Espíritu
Santo, el don espiritual,
-
de modo que podamos ser alentados
en la fe del uno del otro.
-
Y esa palabra realmente, realmente vino
a mí muy poderosa.
-
Fuimos a esa casa. Conocí a ese hombre
que me había escrito:
-
Ronald Benson. Tú puedes ver una
foto de él aquí.
-
Fue la primera vez que lo vi.
-
Y yo no hablé con él por el teléfono.
-
Yo solo recibí el correo electrónico
y escribí: "Te veré".
-
Así que fuimos. Nos sentamos
en la casa.
-
Ellos habían preparado una cena para
nosotros. Un montón de comida.
-
Y estábamos sentados allí, comiendo en
una casa, con ellos.
-
Y ellos estaban parados y mirándonos
a nosotros mientras comíamos.
-
Ellos tienen una cultura un poquito
diferente, de Pakistán. Y estábamos
sentados allí.
-
Y su madre estaba allí.
Su hermano estaba allí.
-
Y le dije a su madre: "¡Hola! ¡Hola!
Gracias por dejarnos venir.
-
¿Quién eres tú? ¿Son ustedes cristianos?"
Yo no sabía nada.
-
Y ella dijo: -"Sí, lo somos. Pero, yo
pregunté: -"¿Qué tipo de cristianos?
-
¿Qué hay acerca del Espíritu Santo?
¿Tienen ustedes el Espíritu Santo?"
-
-"No. Pero ese es el porqué tú
estás aquí".
-
Y yo estaba como: <¡Wow! Este es el
versículo que Dios me entregó>.
-
Yo estaba allí para darles el Espíritu
Santo.
-
Pero ellos eran muy como...
religiosos en su cristianismo.
-
Ellos no se habían, realmente,
arrepentido, también no habían sido
bautizados y el Espíritu Santo...
-
Así que estábamos comiendo, los llegué
a conocer y tuvimos comunión.
-
Hablamos acerca de la comida.
Es tan importante de que te relajes
-
y puedas llegar a conocer el uno
al otro.
-
Luego ellos dijeron: "Vamos a un
departamento al lado, en donde nuestra
hija está viviendo".
-
Así que fuimos al siguiente departamento.
Llegamos a una pieza pequeña.
-
Y cuando llegué adentro, habían sobre 20
personas reunidas,
-
de Pakistán. Siete de ellos eran
musulmanes, el resto: cristianos
religiosos.
-
Yo estaba parado detrás de la puerta,
porque casi no había espacio para mí.
-
Había un chico sentado en el piso
tocando un tambor.
-
Y yo estaba sentado y mirando a todas
esas personas.
-
Una cultura diferente de la mía.
-
Y yo estaba pensando: <¡Wow!
Qué pescado más curioso>.
-
¡Wow! Una semana antes, dos semanas
antes tuve un sueño muy fuerte
-
que yo estaba pescando y pescaba algunos
muy curiosos, diferentes pescados de
colores.
-
Y ahora, una semana después, estoy en una
casa con 20 personas que yo nunca había
visto antes.
-
Casi me recuerda de lo que leemos con
Pedro y la casa de Cornelio,
-
cómo él tuvo una visión y cómo él fue
guiado a la casa de Cornelio.
-
La única diferencia aquí es que Pedro
caminó y le tomó unos pocos días.
-
Yo recibí un correo electrónico y yo tomé
el auto, y fue más rápido.
-
¿Por qué? Porque estamos viviendo en un
tiempo diferente,
-
en donde tenemos aviones y autos y
teléfonos y correos electrónicos y
todo eso,
-
pero el Espíritu es el mismo.
-
El Espíritu es el mismo.
-
Y allí, esa noche, en ese hogar
¡oh, aleluya!, vimos a Dios.
-
Vimos a Dios.
-
Oré por personas. Un chico por el que oré
se cayó. Él se levantó y él dijo que vio
-
una visión de una nube, y una mano
descendía de esa nube y lo tocaba
-
y luego él se cayó, y cuando él se levantó
un tumor se había ido en su costado.
-
Otra mujer se cayó en la puerta y tú
podías, casi, ver un demonio en su rostro.
-
El demonio la dejó y ella recibió el
Espíritu Santo.
-
Personas fueron sanadas, personas fueron
liberadas. Vimos el poder de Dios en esa
casa.
-
Fuimos afuera como a las 12:30, en la
noche, y bautizamos a 7 personas.
-
Allí, en el océano.
-
Las personas vieron visiones allí afuera.
Ángeles. Tuvimos una noche poderosa.
-
Fue tan poderoso. Es una tarde que nunca
voy a olvidar.
-
Luego Jesús dijo:
"No os paséis de casa en casa".
-
Esta es una de las cosas que yo, también,
hablaré más tarde,
-
pero ya he hablado un poco acerca de eso.
-
Así que ¿qué hicimos?
-
Fuimos a casa, pero volvimos unos pocos
días después o una semana después,
-
para estar con ellos de nuevo.
-
Esta vez más personas vinieron y
7 personas más fueron bautizadas.
-
Un chico, él recibió el Espíritu Santo muy
poderosamente. De pronto oí a alguien...
(habla en lenguas)
-
Y fui adentro de la pieza y él estaba
sentado como esto: ... (habla en lenguas),
con su dedo.
-
Y él nos contó después, que cuando alguien
oró por él, el Espíritu Santo vino sobre
él,
-
pero él luego vio una mano descender
y escribir en la pared,
-
y cuando él leyó lo que la mano estaba
escribiendo, él estaba hablando en
lenguas.
-
¡Aleluya!
-
Este... Ronald Benson aquí,
él es mi buen amigo.
-
Su familia es mi familia.
-
He estado en su casa muchas veces.
-
He estado con ellos.
-
Esta es mi familia de Pakistán en
Copenhagen.
-
Ellos ahora se han mudado a Suecia
y han iniciado una congregación allá.
-
Ellos han iniciado una congregación
en Pakistán.
-
Y yo he visto tantísimo buen fruto
de esa tarde.
-
¿Por qué? Porque esto es a lo que Jesús
nos ha llamado.
-
Y puedo compartir otros testimonios
como este,
-
pero me gusta este, en donde tú ves todas
las cosas en su lugar.
-
Por supuesto que se ve diferente de
un tiempo al otro,
-
pero quiero decirte a ti:
esto es tan simple.
-
Esto es tan bíblico.
-
Pero también muestra cuán lejos hemos
llegado del llamado de Jesús,
-
cómo la cristiandad es tan diferente
hoy en día,
-
de la vida que leemos acerca en el libro
de los Hechos y el llamado que Jesús nos
ha dado.
-
Pero también creo que, cuando la iglesia
empiece a ver esto
-
o empieza a obedecer esto,
-
veremos cientos, miles de nuevas
congregaciones,
-
como aquí con Ronald, surgir por todos
lados.
-
Como vemos con Ronald Benson,
como vemos con otras personas,
-
como leemos en la Biblia.
-
Recuerda la profecía que recibí algunos
años atrás, ya la he compartido,
-
que debemos establecer un ADN en una
nueva generación.
-
Y este ADN en esta nueva generación,
ellos van a ver hogares
-
y ciudades enteras venir a la fe.
-
Y esto es lo que estamos viendo empezar
a suceder ahora.
-
Estamos viendo el cumplimiento
de esta profecía.
-
Y cuando tú obedezcas a Jesús y lo que Él
está diciendo,
-
empezarás a ver lo mismo.
-
Lo que yo he experimentado;
tú lo puedes experimentar.
-
Y realmente te incentivo a ir en
este sentido.
-
Otra persona de paz, si tú quieres ver
más acerca de ello,
-
ve nuestra película: "La Última
Reforma: La Vida".
-
La encontrarás en TLRmovie.com.
Allí, en "La Última Reforma: La Vida",
-
puedes ver cómo conocí a Lou Bega aquí
y fui a su casa.
-
Puedes ver cómo me siento y como y
bebo con ellos.
-
Puedes ver cómo predicamos el Evangelio,
sanamos a los enfermos y echamos fuera
a los demonios,
-
cómo bautizamos a toda su casa en agua.
-
Y él es fuerte hoy, él continúa adelante,
y más personas están viniendo a la fe.
-
Esto está creciendo y creciendo
y creciendo.
-
Así que, tengo más historias como esta.
-
¿Por qué comparto estos testimonios?
-
Para construir fe en ti.
-
Y para confirmar que lo que Jesús está
diciendo en Lucas 10,
-
lo que los discípulos hicieron en Hechos,
-
es lo mismo que nosotros podemos
experimentar hoy.
-
No construyas tu vida en tu experiencia.
-
No construyas doctrinas basadas en
tu experiencia.
-
Especialmente cuando tu experiencia va en
contra de lo que la Palabra está diciendo.
-
Mira lo que la Palabra está diciendo.
Lo que Jesús está diciendo.
-
Arrepiéntete, nace otra vez,
empieza a obedecerlo,
-
y luego tu vida se verá como como lo
que leímos allí.
-
Así que, quiero compartir más testimonios
luego.
-
Ve los otros vídeos.
Ve las películas.
-
Mira el link que pondré en la descripción.
-
Y luego te veo más tarde.
-
Vive esta vida. Empieza a obedecer.
Empieza a hacer.
-
Y luego comparte tu testimonio conmigo
y con otras personas.
-
Y yo puedo compartir tus testimonios
también,
-
de modo que más y más personas puedan
ser alentadas
-
y empiecen a obedecer el llamado que Jesús
nos ha dado.
-
¡Dios te bendiga!
¡Chao, chao!
-
El llamado de Jesús