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[David Brooks, artista]
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[Primer plano de Nueva York]
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Bueno, crecí en una pequeña ciudad.
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Brazil, Indiana.
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Vine a Nueva York a mediados de
los 90
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para ir a la escuela de Copper Union.
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["David Brooks sobre el asfalto"]
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Al ser skater, podía recorrer
toda la ciudad.
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Así que iba a los museos
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con mi monopatín
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y lo dejaba en el guardarropas.
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Era un poco retraído.
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Solo un año antes había visto
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mi primera obra de arte histórica
en persona.
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Recuerdo claramente
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ir al Museo Metropolitano de Arte
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y descubrir los totems ancestrales
de la región de Nueva Guinea.
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A primera vista, son muy exóticos.
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Pero cada una de esas caras
es una persona real.
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Y cuando descubrí la historia
que había detrás,
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destrozó las ideas preconcevidas que tenía
sobre lo que era el arte.
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Estaba la vida en torno a la obra,
mientras se hacía.
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La vida en torno a la obra
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y cómo funcionaba en la sociedad.
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Y una vida en torno a la obra
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sobre cómo llegó a los Estados Unidos.
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Entonces, hay vida detrás de la obra
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y hay verdad contenida en ella,
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esto es realmente extraordinario
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y va más allá de lo que aparenta.
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Hay una obra que hice para el PS1
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donde planté unos cincuenta árboles.
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Es más que eso,
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como una sección transversal
del Amazonas.
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Y luego vertimos, bombeamos y rociamos
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unas veinte toneladas de hormigón
en todo el bosque.
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[RISAS]
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Es más una demanda
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que una composición
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o un objeto.
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Es horrible
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y a la vez tiene algo de belleza.
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Con el tiempo el bosque volvió a crecer
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a medida que atravesaba el hormigón.
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Y tuvo un ciclo de vida que
duró un año y medio.
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Estamos muy inmunizados
contra la violencia,
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tanto en términos de entornos
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como culturales.
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Lo que busca este proyecto
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es intentar de encontrar una forma
de fijar esa realidad.
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Es como patinar.
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No hay ideología en caerte
contra el suelo.
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Solo estáis tú y tu cuerpo
golpeando el suelo,
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en una forma de golpe de realidad.
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Empecé a patinar...
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yo era muy pequeño
y era bastante malo patinando.
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Y recuerdo que mi hermano
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se burló de mí una vez.
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Me decía: "has patinado mucho
y todavía eres muy malo".
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Pero hubo un punto de inflexión,
cuando cumplí trece años,
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me volví muy disciplinado
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y tenía una cosa donde aprendía
un truco al día.
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Solía escabullirme de la casa
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sobre las dos de la madrugada,
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y me dirigía a Chicago o a...
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[RISAS]
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o a Louisville.
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Para mí patinar era lo más gratificante
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cuando quería descubrir nuevas situaciones
en un contexto urbano
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y piensas en formas diferentes de hacerlo.
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Me impulsaba a querer salir
a explorar el mundo.
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[EL CLUB DE EXPLORADORES]
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El Club de exploradores es un club privado
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que fue fundado en 1904
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por ciertas personas que se embarcaban
en este tipo de iniciativas
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y necesitaban un centro
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donde pudieran reunirse
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para tener lo que ellos llaman
un "fumadero"
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donde se reunían y discutían sobre
las expediciones que habían hecho.
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Era un sitio para difundir información.
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En la época de su fundación,
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había personas en expedición a los polos
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norte y sur,
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o intentando llegar a la cima más alta
de La Tierra,
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el Monte Everest
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O también llegar a la Luna.
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Estas personas luchaban
por ser los primeros,
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estaban dipuestos a pasar toda su vida
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en el camino.
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Por lo que creo que hemos devenido
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en un entendimiento totalmente diferente
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de cómo percibimos
la definición de exploración.
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Ahora son las pequeñas cosas,
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los aspectos más nimios de la vida,
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lo que realmente forma nuestro mundo.
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Una cosechadora es una herramienta
de maquinaria agrícola
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que corta el maíz,
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saca los granos de la mazorca
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y luego criba y raspa las mazorcas
y los tallos.
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Pero también limpia el grano.
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La exposición desmonta estas piezas
de las máquinas
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en miles de piezas.
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Lleva un tiempo recorrerla
y verlo todo.
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Es como un ecosistema,
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no puedes solo echar un vistazo
y experimentar.
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Es realmente un número de procesos que,
con el tiempo,
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comprendes, experimentas
y los vuelves a reunir.
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Descompone lo macroscópico
en detalles microscópicos
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que componen esa cosa
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que además realiza muchas operaciones
a la vez.
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Hay un número infinito de variaciones
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de cosas que puedes hacer
con un monopatín.
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Y nunca terminan,
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por lo que hay que seguir adelante
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cuanto más te involucres en ello.
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Pensaba que en algún momento
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me convertiría en un patinador profesional
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Pero una chica me rompió el corazón
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y empecé a hacer arte
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muy intensamente.
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Y me di cuenta de que era mejor
haciendo arte
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que patinando.
Art21
