Más allá de ganar | Janet O'Shea | TEDxUCLA

¿No sería genial si pudiéramos hacer algo que nos enseñara a trabajar juntos? El juego cinético, los deportes, los juegos físicos y otras actividades en las que interactuar con cada uno es fundamental para la experiencia, puede unirnos y mostrarnos cómo no estar de acuerdo respetuosamente. Pero hay una trampa: centrarse demasiado en ganar transforma los deportes de juego a trabajo; centrarse demasiado en ganar puede ser estresante y puede promover el engaño e incluso la violencia. En esta presentación, la autora, profesora y artista marcial Janet O’Shea nos muestra cómo el juego físico nos enseña a competir sin necesidad de ganar y cómo estar en desacuerdo respetuosamente.

La autora, artista marcial y neurocientífica aficionada Janet O’Shea es autora de "At Home in the World: Bharata Natyam on the Global Stage" y coeditora de "The Routledge Dance Studies Reader" (segunda edición). Habiendo recibido recientemente una Subvención Transdisciplinaria de Semillas de la UCLA para estudiar artes marciales y función cognitiva, actualmente está trabajando en un manuscrito titulado "Risk, Failure, Play: What Martial Arts Training Reveals About Proficiency, Competence, and Cooperation". Sus ensayos han sido publicados en tres idiomas y en seis países. Además de la escritura académica, ha publicado no ficción general, periodismo de danza y ficción corta. Es profesora de artes y culturas mundiales / danza en la UCLA.

¿No sería maravilloso
si pudiéramos hacer algo

que nos enseñara a trabajar en equipo?

¿Algo que nos mostrara
cómo estar en desacuerdo respetuosamente?

¿No sería mejor si ese algo
nos diera la experiencia de la maestría

mientras nos recordase
que está bien fallar?

¿Y no sería aún mejor
si ese algo fuera divertido?

Ese algo del que hablo es el juego físico,

juegos cinéticos, deportes
y otras actividades

donde la interacción con el otro
es el punto central de la experiencia.

Puede sonar utópico,

pero quiero sugerirles
que el juego físico puede unirnos,

enseñarnos a respetar las diferencias,

y enseñarnos a llevarnos bien
aunque no estemos de acuerdo.

¿Cómo sé que el juego físico
puede hacer esto?

Porque lo he experimentado.

En el momento de mi vida
que podría identificar como mediana edad,

me lancé a entrenar artes marciales,

pateando, forcejeando, y luchando
con personas muy hábiles,

algunas de los cuales
tenían la mitad de mi edad.

Lo que aprendí durante este proceso
cambió mi vida.

Y quiero compartir eso con Uds.

Me viene a la mente
un momento en particular.

Era una tarde de sábado

en la Academia Inosanto
de Artes Marciales, donde entreno,

y estaba en una clase de kick-boxing.

Llegó la hora del combate,
y allí estaba con mi compañero,

pateando, golpeando, esquivando
y recibiendo golpes, unos cuantos.

Paré de pelear luego de unas rondas,

me quité los guantes,
mi protector bucal, y pensé:

"Amo a esta gente".

De golpe me di cuenta
de que apenas conocía a esas personas.

Y de que habíamos estado intentando
darnos patadas en la cabeza.

Además de ser una artista marcial,

soy profesora de Estudios de Danza
aquí en UCLA.

Y pensando en movimiento,

lo que puede ser, lo que hace
y lo que significa,

es esencial para mi profesión.

No podía abandonar esta idea

de que la competición, de hecho,
el contacto de combate entre personas

podría dar este extraordinario sentido
de buena voluntad y comunalidad.

Y entonces me puse a pensar:
"¿No sería asombroso

si todos pudieran experimentar
lo que me pasó aquel sábado?".

De lo que me di cuenta,
es de que todos pueden,

pero muchos de nosotros no.

Déjenme preguntarles algo:
"¿Cuántos de Uds., de niños,

practicaron algún tipo de juego físico,

como kickball, fútbol, o solo correr
jugando a la mancha con sus amigos?

Veamos quiénes levantan la mano.

¿Cuántos de Uds. practican
algo similar actualmente,

como un partido de baloncesto
o ciclismo con amigos?

¿Cuántas personas hacen eso a menudo?

Si fueron una de las personas
que levantaron la mano

en respuesta a la primera pregunta,
pero no lo hicieron en la segunda,

no están solos.

Solo un 25 % de adultos estadounidenses
practican deportes regularmente.

Del 75 % que no participa en atletismo,
la mayoría practicaron deportes de niños,

y muchos se definen
como fanáticos del deporte.

Hemos delegado el juego físico
a los expertos.

Lo hemos relegado a un período
determinado de la vida.

¿Por qué?

Para comenzar a entenderlo,
podemos observar los deportes de niños,

porque los mismos se han vuelto
cada vez más competitivos,

se han enfocado cada vez más en ganar.

Los niños son bastante claros
en su motivación por los deportes.

Juegan en la escuela primaria,
cuando es divertido,

cuando se trata de interactuar
con otros niños,

explorar su entorno y ser inventivos.

Pero tienden a abandonar
en la escuela media y la secundaria

cuando se centra más en ganar.

Y esto tiene un motivo;
porque cuanto más importa ganar,

más estructuradas tienden a ser
nuestras interacciones,

y nos volvemos menos creativos.

Además, centrarse demasiado en ganar

reduce los muchos beneficios
que los deportes deberían darnos.

Centrarse demasiado en ganar
puede ser estresante.

Puede animar a hacer trampas.

Y puede incluso promover la violencia.

Centrarse demasiado en ganar transforma
los deportes de juego a trabajo.

Esto explicaría porque tenemos
un problema de participación.

Pero ¿qué hacemos al respecto?

Para encontrar una solución,

primero tenemos que entender
cómo funciona el juego competitivo.

Tomen mi ejemplo del combate.

Si intentas darme una patada,
e intento darte un puñetazo,

estamos en desacuerdo
a un nivel fundamental

en cuanto a lo que queremos
de esa interacción.

Pero concordamos en cuanto a
los términos de la interacción,

y muy a menudo en cuanto a su contenido;

cuán fuerte luchamos,
cuán rápido nos movemos.

Al final, chocamos guantes,
nos damos la mano, nos abrazamos

y a menudo lo hacemos en serio.

Salimos del ring y seguimos siendo amigos.

Además, en el combate, a diferencia de
en las peleas de competencia,

aunque es una prueba de habilidad,

nadie declara un ganador,
nadie tiene en cuenta el marcador.

A veces, el único espectador
es el entrenador.

Entonces estas dos ideas

de competir sin la necesidad de ganar
y de estar en desacuerdo respetuosamente

no son exclusivas de las artes marciales.

Son comunes en los deportes
y actividades físicas de muchos tipos.

Y también son ideas que podemos tomar
de los deportes y usar en nuestra vida.

Competir sin necesidad de ganar:
es contradictorio ¿verdad?

Lo es.

Es una contradicción porque los deportes
son una extensión de los juegos,

y los juegos son una paradoja.

En un juego, tenemos un objetivo,
pero hay reglas que dificultan alcanzarlo.

Seguimos las reglas
para mantener el estado de juego,

porque es el estado de juego
lo que se disfruta.

Igualmente, en un juego
vamos contra otro jugador o equipo,

pero a veces evadimos una victoria fácil
solo para seguir jugando.

En otras palabras, no vamos con el fin
de derrotar a los niños en las damas,

no nos enfadamos si nuestro amigo
nos gana un partido de ajedrez,

y no deberíamos jactarnos
de ganar en un juego de cartas.

El juego cinético es particularmente útil

para recordarnos la importancia
tanto del proceso como del resultado,

porque el juego cinético es inmersivo,
nos pone definitivamente en el momento;

y por ello, el juego cinético
puede producir importantes beneficios.

Puede hacernos más resilientes,
más inventivos.

Puede enseñarnos a aceptar los fracasos.

Puede enseñarnos sobre nosotros mismos
y darnos ejemplo para trabajar en equipo.

Así que ¿cómo sería un mundo en el que
jugáramos sin necesidad de ganar?

¿Nos comunicaríamos mejor?

¿Nos sentiríamos más conectados
con los demás?

¿Mejorarían nuestras habilidades
para resolver problemas?

¿Sería nuestro debate público
más respetuoso?

Es posible.

Para llegar a ese punto, no es suficiente

cambiar nuestras actitudes
hacia la competencia,

aunque eso puede ayudar.

También necesitamos trabajar juntos,

deducir cuándo nos presionarnos
y cuándo aprender el uno del otro.

Así que este es mi desafío para Uds.:

¿Qué oportunidades pueden crear
para Uds. mismos y para otros

donde sea posible competir
y colaborar al mismo tiempo?

¿Pueden acercar a las personas
a esas oportunidades?

¿Pueden crear un espacio para jugar?

¿Y pueden invitar a otros a unirse?

Gracias.

(Aplausos)