-
El llamado de Jesús
-
Bienvenidos a esta lección 14:
"No os paséis de casa en casa"
-
Estoy muy emocionado de continuar
avanzando en esta serie contigo,
-
en donde vamos a ver a lo que Jesús
nos ha llamado.
-
Hoy queremos continuar y hemos llegado
al capítulo 14
-
en mi libro "El llamado de Jesús":
"No os paséis de casa en casa".
-
Quiero empezar leyendo esto:
-
"Somos todos llamados no solo a predicar
el Evangelio y ver personas ser salvas,
-
sino que también a ayudar personas a
que crezcan para ser discípulos fuertes.
-
No deberíamos de ver una sola persona
ser salva aquí y allí,
-
deberíamos de ver casas completas
(familias) venir a Cristo".
-
Y eso es tan verdad. Nosotros, tú y yo,
somos llamados
-
no solo a predicar el Evangelio y no solo
a ver una persona ser salva aquí y allí,
-
sino que somos llamados a hacer
discípulos, y somos llamados
-
como leemos una y otra vez, en el libro
de los Hechos,
-
para ver hogares completos venir a la fe.
-
Y necesitamos, realmente, cambiar nuestra
mentalidad. Necesitamos renovar
nuestra mente.
-
Necesitamos apartarnos de la oración
del pecador.
-
Necesitamos apartarnos de esa
mentalidad que
-
solo debemos guiar a una persona a
Cristo aquí y a una persona allá,
-
y luego seguimos adelante.
-
No. Necesitamos hacer discípulos.
-
Necesitamos predicar el Evangelio
completo.
-
Y necesitamos ver hogares venir a la fe.
-
Y necesitamos hacerlos madurar.
-
Y necesitamos verlos volverse
fuertes en Cristo.
-
La verdad es, muchas de las cosas que
hacemos en las iglesias hoy...
-
no las encontramos en la Biblia.
-
Y muchas de las cosas que encontramos en
la Biblia, no las hacemos hoy.
-
Y necesitamos estar listos para cambiar.
-
Necesitamos parar de hacerlo a nuestra
manera, como he dicho muchas veces,
-
y luego hacerlo de la manera en la que
Jesús nos ha llamado a hacerlas.
-
Y yo verdaderamente creo en el llamado
que Jesús nos ha dado.
-
¿Por qué? Porque Él nos ha llamado
a hacerlo,
-
y porque ahora estamos empezando a ver
asombroso fruto.
-
Nosotros, los últimos años, hemos visto
hogares venir a la fe.
-
Y esto es solo el principio.
-
Pero te necesitamos allá afuera.
-
La cosecha está verdaderamente lista,
pero los obreros son pocos.
-
Te necesitamos a ti.
-
Hasta ahora, hemos estado viendo
diferentes cosas en Lucas capítulo 10.
-
Hemos visto cómo la cosecha está lista y
los obreros son pocos,
-
y debemos de orar al Señor de la mies
para que envíe obreros,
-
y espero que estés orando eso.
Dios, envía obreros.
-
Pero, entonces, Él también nos envió como
corderos en medio de lobos,
-
para ir afuera a encontrar a esa persona
de paz.
-
Y cuando encontramos a esa persona de paz,
que está lista para recibir,
-
debemos comer y beber lo que ellos sirvan,
como vimos la última vez.
-
Y luego debemos quedarnos ahí.
-
Porque esta es la siguiente cosa que Jesús
está diciendo en Lucas 10:7.
-
Cuando encuentres a la persona de paz,
Él dice esto:
-
"Y posad en aquella misma casa, comiendo
y bebiendo lo que os den;
-
porque el obrero es digno de su salario.
-
No os paséis de casa en casa".
-
Así que, Jesús no solo nos ha llamado a ir
afuera y encontrar una persona de paz,
-
y a sentarnos y comer y beber lo que
ellos sirvan,
-
sino que Él nos ha llamado a quedarnos
allí y a no ser tan rápidos para movernos
de allí.
-
¿Por qué? Porque nuestro trabajo no es
solo predicar el Evangelio.
-
Nuestro trabajo no es solo decir: "¡Hey!
¡Felicitaciones! ¡Tú eres salvo! ¡Adiós!"
-
No. Nuestro trabajo es obedecer a Jesús.
-
Y es hacer discípulos.
-
Formarlos, verlos volverse fuertes y...
-
ver al hogar completo venir a la fe.
-
Y esa es la cosa.
-
Cuando tú vienes y encuentras a la persona
de paz y tú ves a una persona entregar su
vida a Dios,
-
esa una persona, si tú trabajas con
él/ella, tú puedes más, más fácil y
bastante rápido
-
no solo verlo a él/ella venir a la fe,
sino que a todo su hogar venir a la fe.
-
Pero necesitas ser consciente de eso.
-
En el comienzo, cuando empecé a
evangelizar,
-
estaba a menudo afuera, y conocía a una
persona allí, que se salvaba...
-
y "adiós" y yo seguía adelante.
-
Y yo no pasé el tiempo con él y no usé sus
relaciones, de alguna forma,
-
para alcanzar a toda su casa.
-
Pero ahora lo hago y veo mucho más fruto.
-
Y yo era muy rápido para seguir adelante,
así que no los formaba para que se
volviesen fuertes.
-
Y otra cosa. No reconocía los cinco
ministerios.
-
Tal vez tú has oído un montón de
enseñanzas, desde ya, acerca de los
cinco ministerios,
-
los apóstoles, profetas, evangelistas,
pastores, maestros.
-
Pero, casi te garantizo, mucho de lo que
has oído: no está correcto.
-
Oí un montón de enseñanzas acerca de esos
dones/ministerios, años atrás,
-
pero estaban solo equivocadas. Estaban
puestas en una caja. Era como...
-
el evangelista decía: "No, no. No necesito
hacer un seguimiento (espiritual) de las
personas.
-
No soy un pastor". Y el pastor decía:
"No necesito evangelizar
-
porque no soy un evangelista.
Y el maestro decía:
-
"No necesito cuidar de las personas,
porque ese no es mi don/ministerio".
-
No era así como debía de ser.
-
No. Somos todos llamados a obedecer
a Jesús. Así de simple.
-
Somos todos llamados, como discípulos,
a obedecerle a Él.
-
Y si hay una necesidad, hacemos algo
acerca de esa necesidad.
-
Así que, no digas: "¡Hey! Soy un pastor.
No necesito encontrar a la persona de
paz".
-
No. Si tú eres un discípulo, necesitas
obedecer a Jesús. No importa cuál sea
tu llamado.
-
Una vez dicho eso...
-
Dios ha dado diferentes llamados para
ayudar a equiparnos mutuamente,
-
de modo que juntos nos volvamos fuertes,
de modo que juntos veamos más fruto
-
en lo que Jesús nos ha llamado.
-
Efesios 4:11-16: "Y él mismo constituyó a
unos, apóstoles;
-
a otros, profetas; a otros, evangelistas;
a otros, pastores y maestros,
-
a fin de perfeccionar a los santos para la
obra del ministerio,
-
para la edificación del cuerpo de Cristo,
hasta que todos lleguemos a la unidad
de la fe
-
y del conocimiento del Hijo de Dios,
a un varón perfecto,
-
a la medida de la estatura de la plenitud
de Cristo..."
-
Así que, aquí leemos que Cristo mismo
ha dado apóstoles, profetas, evangelistas,
-
pastores, maestros. Personas que tienen
diferentes ministerios.
-
Su don/ministerio es equipar a los santos,
de modo que todos podamos hacer
ministerio,
-
de modo que todos podamos ser edificados
y volvernos maduros en Cristo.
-
Si esos dones no están funcionando de la
manera en que se suponía que funcionaran,
-
y trabajando juntos...
-
no vamos, de la misma manera, a hacer
nosotros nuestro ministerio.
-
No vamos, de la misma manera, a crecer
y a volvernos maduros,
-
porque esos dones/ministerios no están
funcionando.
-
Si vemos a las iglesias hoy,
-
en muchas iglesias hoy no vemos esos
cinco ministerios funcionar,
-
y trabajar juntos.
-
Y, por lo tanto, vemos una iglesia hoy
-
que es muy inmadura, vemos a una
iglesia hoy
-
en donde muchas personas nunca vienen
al ministerio. ¿Por qué?
-
Porque no usamos el don/ministerio de la
manera que Jesús nos lo ha dado,
-
y no lo usamos de la manera correcta.
-
Así que, somos todos llamados a seguir
a Cristo.
-
Somos todos llamados a obedecer el llamado
que Él nos ha dado.
-
Pero, somos diferentes.
-
Y para algunas personas, encontrar a una
persona de paz, es mucho más fácil
-
que para otros.
-
Para algunas personas realizar el
seguimiento en una persona de paz
-
les es más fácil que para otros.
-
Para algunas personas entregar doctrina
y enseñanzas se les hace más fácil
-
de lo que se les hace a otros.
-
Y si nosotros juntos, como personas con
diferentes dones/ministerios, equipamos
a los santos,
-
y juntos hacemos lo que Jesús nos ha
llamado a hacer,
-
va a ser tan poderoso.
-
Va a ser tan poderoso y vamos a ver
muchísimo más fruto.
-
En nuestra escuela de entrenamiento de
Lucas 10 que tenemos, siempre hablamos
de los cinco ministerios.
-
Y lo que frecuentemente hacemos ahí,
para ilustrar cómo pensamos diferente,
-
y cómo este ADN es diferente en nosotros,
-
es que le pedimos a las personas que se
sienten en donde ellos piensan que
ellos pertenecen.
-
Así que, aquellos que son profetas se
sientan allí.
-
Aquellos que se ven a si mismos como
evangelistas se sientan allá.
-
Pastores y maestros, se sientan en
diferentes lugares.
-
Y luego les hago una pregunta.
Si les pregunto a los profetas:
-
"¿Qué es la cosa más importante que
necesitamos hoy en la iglesia?"
-
Ellos, a menudo, dirán: "Oh. Escuchar
la voz de Dios.
-
Necesitamos ser guiados por el Espíritu
Santo. Escuchar la voz de Dios".
-
Y eso está correcto.
-
Si le pregunto a los evangelistas lo
mismo: "¿Qué es lo más importante en la
iglesia hoy?"
-
"Oh. Necesitamos alcanzar a los perdidos.
Necesitamos alcanzar a los perdidos.
-
Las personas allá afuera están
perdiéndose. Necesitamos salir de
la iglesia
-
y alcanzar a los perdidos".
Y eso está correcto.
-
Si le pregunto a los maestros: "¿Qué es
lo más importante en la iglesia hoy?"
-
"Oh. Necesitamos sana doctrina.
Necesitamos sana doctrina.
-
Necesitamos formar a la gente, darles
sana doctrina,
-
de modo que estén construyendo sobre
la Palabra de Dios.
-
Y necesitamos ser cuidadosos con las
enseñanzas erradas.
-
Sana doctrina. Sana doctrina".
-
Si le pregunto lo mismo a los pastores:
"¿Qué es lo más importante en la iglesia
hoy?
-
¿Qué es lo que más necesitamos?"
-
"Nos necesitamos el uno al otro.
Necesitamos cuidarnos el uno al otro
-
y cuidar de aquellos que están luchando.
-
Necesitamos unirnos y ayudarnos el uno
al otro y ser fuertes juntos".
-
Si vemos a esos cuatro allí:
los necesitamos todos.
-
Los necesitamos todos. Intenta imaginar
si esos dones/ministerios
-
pudieran todos trabajar juntos.
Juntos con el apóstol,
-
quien puede hacer un poco de todo,
e intenta unirlos.
-
Si podemos trabajar juntos, seremos
fuertes.
-
Intenta imaginar que tienes un equipo
con el que caminas,
-
y uno de ellos, en ese equipo, él era muy,
muy evangelístico,
-
él puede fácil y rápidamente ir y
encontrar a esa persona de paz e ir a
esa casa.
-
¡Aleluya!
Pero...
-
Si él es muy fuerte evangelísticamente,
él necesita a alguien a su lado
-
que le ayude a poner un fundamento, que le
ayude a quedarse y nutrir
-
a esas personas y a formarlos y se quede
allí por un tiempo más largo,
-
de modo que ellos puedan formarse y
volverse fuertes.
-
Vemos esa relación en la Biblia,
en Hechos 8, vemos que Felipe,
-
el evangelista Felipe, fue a Samaria.
Él estaba predicando el Evangelio,
-
él estaba echando fuera demonios,
él estaba sanando a los cojos,
-
y muchas personas fueron sanadas.
Y personas vinieron y lo oyeron
-
y muchas personas se arrepintieron y
fueron bautizadas.
-
Y era hermoso.
-
Pero, cuando los apóstoles, cuando los
otros ministerios escucharon acerca
de eso,
-
ellos fueron allí a ayudar a Felipe.
-
Ayudar a Felipe en donde él faltaba.
-
Y eso le dio a Felipe la libertad para
seguir adelante,
-
de modo que Felipe pudiera ir al eunuco
y hacer lo que él necesitaba hacer allí.
-
Y esa es la cosa. Si nosotros, como
creyentes, podemos reconocer los
diferentes ministerios/dones
-
y podemos trabajar juntos, nosotros nos
liberaríamos el uno al otro.
-
Aquellas personas que son muy fuertes
evangelísticamente,
-
ellos pueden ir y encontrar a esa persona
de paz.
-
Pero ellos no necesitan hacer su
seguimiento (espiritual) y tomarse mucho
tiempo para nutrirlos,
-
para echar fundamentos, para enseñarles
a todos. ¿Por qué?
-
Porque hay otras personas que pueden
hacer eso.
-
Así que, eso hace al evangelista libre
para continuar adelante.
-
Y eso hace que aquellas personas que
fueron alcanzadas por el Evangelio,
-
ahora serán formadas y se volverán
maduras en Cristo,
-
como leemos acerca de ello en Efesios 4.
-
Y yo verdaderamente, verdaderamente creo
eso. Y esto ha estado en mi corazón por
años.
-
Pero ahora estoy empezando a verlo
suceder.
-
El 18 de octubre de 1999, ahora es eso
más de 20 años atrás,
-
20 años atrás recibí una muy, muy
fuerte profecía
-
y quiero compartir esto contigo,
porque esta profecía
-
impactó mi vida, pero esta profecía no es
solo para mí.
-
Es para todos nosotros allá afuera.
-
Esta es la palabra que recibí:
-
"Tú vas a echar afuera demonios.
Tú eres un evangelista.
-
Tú vas a derribar fortalezas en las mentes
de las personas y a enseñar mi Palabra.
-
Yo voy a enseñarte a enseñar mi Palabra,
dice el Señor.
-
Tú vas a aprender y desarrollar planes
sobre cómo liberar a las personas.
-
Te voy a entrenar.
-
Tú vas a ir afuera de Mi cuerpo y volverás
a Mi cuerpo.
-
Muchos evangelistas se han hecho
independientes, pero tú caminarás con un
equipo apostólico.
-
¿Recuerdas a Felipe y a su relación con
los apóstoles y cómo las personas se
salvaban diariamente?
-
Experimentarás milagros, y te moverás
hacia adelante como una gran hacha
oscilante.
-
Tú vas a ganar hogares y ciudades enteras
para el Evangelio,
-
y experimentarás el poder del mundo
por venir".
-
Esta es una muy, muy fuerte palabra que
recibí en aquel tiempo, 20 años atrás.
-
Y en aquel tiempo, cuando la recibí,
nunca había sanado a los enfermos,
-
nunca había echado afuera un demonio,
nunca había guiado una persona a Cristo.
-
Nunca habíamos guiado a un hogar a Cristo.
-
Nunca habíamos hecho lo que estamos
viendo hoy.
-
Hoy, hemos visto un montón de milagros.
-
Hemos echado fuera a un montón de
demonios. Hemos sanado a un montón de
enfermos.
-
Hemos bautizado miles de personas.
-
Hemos visto hogares venir a la fe.
-
Estamos empezando a ver...
-
de lo que realmente se trataba esa
palabra.
-
Pero quiero admitir algo.
Cuando yo escuché esa palabra...
-
Pensé para mi mismo: <¡Wow! ¡Asombroso!
¡Seré un super evangelista!
-
Voy a ser un super evangelista que se
para en una plataforma
-
y le predicaré a miles y miles de
personas>.
-
Eso fue lo que pensé en aquel tiempo.
-
Porque yo no vi el cuadro completo.
-
Pero ahora, 20 años después,
veo el cuadro completo.
-
Y veo que todo se junta.
-
De hecho, hace unos pocos años atrás,
recibí esta palabra profética:
-
"Tú vas a asentar un ADN en una nueva
generación,
-
un ADN que va a ir de generación en
generación.
-
Tú vas a levantar personas de la nada a
gigantes espirituales,
-
y ellos van a ganar hogares y ciudades
enteras para el Evangelio".
-
¡Aleluya!
¿Lo puedes ver?
-
Ahí las cosas comienzan a juntarse.
-
No. No soy yo. No es acerca de un
super evangelista
-
quien lo va a hacer, porque un hombre no
puede hacerlo solo.
-
No. Yo iba a ser usado, entre otros,
para asentar este ADN
-
en una nueva generación,
levantar a personas
-
desde la nada a gigantes espirituales,
-
y ellos van a ganar hogares y ciudades
enteras para Dios.
-
No yo. No una persona.
Sino que este ADN.
-
Esta enseñanza que te estoy dando:
el llamado de Jesús,
-
lo que estamos compartiendo aquí,
este ADN,
-
cuando elijes obedecerlo,
-
no cambiará solamente tu vida, sino que
a las personas alrededor de ti.
-
Y juntos podemos ver hogares venir
a Cristo.
-
Y muchos hogares hacen a una ciudad,
y vamos a ver ciudades venir a Dios.
-
Así que, ahora lo veo.
Ahora vemos el fruto de ello.
-
Y una cosa que es muy, muy importante es
que necesitamos aprender a trabajar
juntos.
-
Necesitamos a aquellos diferentes
ministerios/dones trabajar juntos.
-
De otro modo no lo vamos a ver.
-
Recuerdo que muchos años atrás, en
Dinamarca, conocí a una joven chica que
tenía problemas en su rodilla.
-
Ella no podía jugar fútbol.
Oré por ella y ella fue sanada.
-
Me la encontré después. Su madre vino y el
resto de la familia.
-
Y esa chica fue bautizada y recibió el
Espíritu Santo y su vida cambió.
-
Su madre seguía en la iglesia luterana,
ella no había nacido de nuevo todavía
en aquel tiempo,
-
pero ahora ella estaba abierta, porque
ella vio a su hija sana y su vida
cambiada.
-
Así que le pregunté a la mamá: Hey...
¿podemos ir a tu casa?
-
Reúne amigos y familia, iré a tu casa,
-
y nos sentaremos y vamos a compartir
cómo tu hija fue sanada,
-
y vamos a compartir el Evangelio y
oraremos por ellos.
-
Pero esa mujer, que había sido un miembro
de la iglesia luterana por muchos años
dijo:
-
"No, no. Nadie quiere venir a mi casa.
-
¿Por qué? Porque por años he invitado a
mis amigos a la iglesia y nadie ha
querido ir.
-
Y yo dije: "Entiendo el porqué nadie ha
querido ir.
-
Si tú me invitaras a mi a una iglesia
luterana, yo tampoco querría ir.
-
Pero ahora no hemos invitado personas a
la iglesia. Invitamos personas a tu hogar.
-
Un hogar en donde ellos han estado muchas,
muchas veces antes.
-
Así que, para ellos ir a ese hogar una
vez más no hará una gran diferencia.
-
Así que ellos vendrán.
-
Y ella le dio una chance. Ella escribió un
correo electrónico a 17 de sus amigos.
-
Les invitó una tarde,
en donde yo estaría allí,
-
y les contaríamos acerca de cómo su hija
había sido sanada, y entonces oraríamos
por ellos.
-
De esos 17 amigos, 16 vinieron y ella
estaba tan sorprendida.
-
Ella estaba como:
"¿Cómo pudo eso pasar?"
-
Y ahora fuimos a su hogar.
-
Persona de paz. Lo vemos.
Nos sentamos ahí, comiendo y bebiendo.
-
En la sala de estar empezamos a predicar
el Evangelio. Vimos a Dios venir.
-
En un tiempo oré por una chica que fue
llenada con el Espíritu Santo,
-
cayó y un demonio la dejó.
Y yo estaba sentado en el piso
-
echando afuera al demonio: "¡Sal fuera!
¡Sal fuera en el nombre de Jesús!"
-
Todos estaban sentados así y mirando.
Fue tan poderoso.
-
Y todos vieron a Dios esa noche.
Dios vino.
-
Muchas, muchas, muchas cosas sucedieron.
Y fue una asombrosa tarde
-
que nunca voy a olvidar.
-
Y de esto es lo que he estado hablando
acerca, en el libro.
-
Encuentra a una persona y, de pronto,
estás en un hogar con un montón de gente.
-
Pero, después de esa tarde, fui demasiado
rápido. Seguí adelante.
-
Habían otras cosas que necesitaba hacer.
-
Así que, seguí adelante y nunca se volvió
lo que Dios quería que se volviese.
-
Estaba muy ocupado. Estaba trabajando
solo. Si hubiese sabido en aquel tiempo
lo que sé hoy,
-
hubiésemos visto muchísimo más fruto
de ese hogar.
-
Lo que debí haber hecho, en vez de hacerlo
solo,
-
debí de haber traído otras personas con
ministerios/dones, otras personas conmigo,
-
que pudiera ayudarme a hacer el
seguimiento (espiritual).
-
Y, ya estando allí, programar una junta
para unos pocos días después,
-
y una junta unos pocos días más tarde,
de modo que pudiéramos empezar a
seguir a aquellas personas.
-
Pero yo estaba como: "¡Adiós! ¡Chao,
chao!" Y ya me había movido a otro hogar.
-
No sabiendo que Jesús dijo que debía
de quedarme allí.
-
Si hubiese sabido en aquel tiempo lo que
sé hoy, hubiésemos visto muchísimo más
fruto.
-
Y eso es por qué hablamos acerca de los
cinco ministerios, porque necesitamos
esto.
-
Tú lo necesitas.
Necesitamos a todos allá afuera.
-
En mi libro aquí: "El llamado de Jesús",
hablo mucho más acerca de los cinco
ministerios,
-
y quiero hablar más acerca de eso después,
en donde voy, en el final de esta serie
de vídeos,
-
a juntarlo todo y hablar acerca de cómo
funciona.
-
Pero si nosotros podemos trabajar juntos,
si tú no solo obedeces al llamado de
Jesús,
-
sino que encuentras a alguien a tu
alrededor, encuentras personas a tu
alrededor,
-
quienes sean fuertes en esas áreas
en donde tú no eres fuerte,
-
y, entonces, háganlo juntos, tú que eres
muy, muy fuerte evangelísticamente,
-
tú que sabes cómo ir afuera y encontrar a
esa persona de paz,
-
necesitas llevar a personas contigo, que
tengan alguno de los otros
ministerios/dones,
-
que puedan ayudarte a hacer el
seguimiento, que puedan ayudarte a asentar
un fundamento.
-
Nos necesitamos el uno al otro,
y si podemos juntarnos y trabajar juntos,
-
obedecer a Jesús juntos, no solo guiaremos
a una persona a Cristo aquí y allí,
-
sino que guiaremos a una persona a Cristo,
luego iremos a la casa de él o a la casa
de ella,
-
luego reuniremos amigos y familia,
como yo lo hice,
-
luego compartiremos el Evangelio,
sanaremos a los enfermos,
-
echaremos afuera demonios,
veremos a personas arrepentirse,
-
y ser bautizados en agua y en el
Espíritu Santo. Pero eso no lo es todo.
-
Luego tendremos personas que allí,
en sus casas,
-
serán capaces de continuar reuniéndose
con ellos,
-
quienes continuarán dando leche a aquellos
quienes ahora han nacido de nuevo,
-
de modo que ellos puedan crecer y
volverse fuertes.
-
Quienes puedan ayudarles a escuchar de
Dios, quienes puedan ayudarles a leer la
Palabra,
-
quienes puedan ayudarles a alcanzar a
otras personas.
-
Y si lo hacemos así, no solo veremos a
una persona ser salva.
-
Veremos hogares ser salvos.
-
Y aquellos hogares, aquellas personas
seguirán adelante
-
y alcanzarán nuevos hogares, y ellos
continuarán adelante y alcanzarán
nuevos hogares.
-
Y en el final no solo tendremos muchos
hogares que han venido a Cristo,
-
veremos ciudades completas venir a Cristo,
exactamente como Dios habló acerca,
-
como lo vemos en la profecía.
-
Así que, quiero incentivarte...
-
sí, somos todos diferentes. Sí, tenemos
diferentes ministerios/dones
-
y sí, nos necesitamos el uno al otro. No
solo necesitamos a un super evangelista.
-
Necesitamos a todos que quieran
obedecer a Jesús.
-
Te necesitamos a ti que estás más en la
Palabra y amas enseñar.
-
Te necesitamos a ti, que eres más del
tipo pastor/a,
-
que amas sentarte y cuidar de la gente,
y ayudar a la personas.
-
Te necesitamos a ti, que puedes oír de
Dios. Necesitamos a todos los
ministerios/dones,
-
sin importar cuán viejo o joven tú eres:
necesitamos a todos ustedes allá afuera.
-
Y cuando tú y yo hagamos esto...
-
¡Aleluya! Vamos a ver un fruto asombroso.
-
Como dije antes, más tarde hablaré más
acerca de los cinco ministerios,
-
voy a ponerlo todo junto. Y te incentivo,
también, con esto:
-
lee mi libro, si tú puedes.
-
Si tú no tienes el dinero, manda un correo
electrónico y te enviaremos un código
-
y podrás leer el libro gratis,
porque en el libro,
-
cuando hablamos acerca de los cinco
ministerios, comparto muchísimo más,
-
tengo muchos más ejemplos de cómo
se ven, y así en más.
-
Así que, este ADN, como hemos estado
hablando acerca, este ADN que leemos en el
llamado de Jesús,
-
creo yo que es de Dios. Y creo que
vamos a ver hogares completos
-
venir a la fe. Así que, te incentivo,
empieza donde estás.
-
Empieza a orar a Dios para que envié
más obreros.
-
Empieza a ir afuera tú mismo,
como corderos en medio de lobos.
-
Empieza a encontrar a una persona de paz,
pero también, intenta llevar a personas
contigo,
-
que son diferentes a ti.
Lleva a personas contigo.
-
Si tú no eres fuerte evangelísticamente,
encuentra a alguien que es fuerte
evangelísticamente.
-
Si tú eres muy fuerte evangelísticamente,
entonces encuentra a otras personas que
no son tan fuertes
-
en esa área, pero fuertes en otras áreas.
-
Porque ninguno de ustedes está llamado
a solo salir y
-
"ver a personas salvadas", ver personas
pedir a Jesús en sus corazones,
-
e incluso arrepentirse, ser bautizados y
recibir el Espíritu Santo, y luego seguir
adelante.
-
Ese no es el llamado que Jesús nos dio.
-
El llamado que Jesús nos dio es hacer
discípulos,
-
verlos crecer y volverse fuertes en Dios.
-
Así que, realmente te incentivo, a ti que
estás viendo esto,
-
que eres, tal vez, muy rápido para
seguir adelante:
-
deja de hacerlo.
-
Toma personas contigo.
-
Toma a personas contigo que tienen esos
ministerios/dones que tú no tienes.
-
Y, luego, no solo continúes adelante,
sino que ve a una comunidad empezar,
-
ve una nueva congregación en los hogares
empezar,
-
ve cómo ellos crecen y se vuelven fuertes,
-
y cómo esto irá de generación en
generación.
-
¡Dios te bendiga!
¡Nos vemos la próxima vez! ¡Chao, chao!
-
El llamado de Jesús