The Surprising Effect of Mammogram Recommendations (Amy Finkelstein, MIT)

[Amy] ¿Cuáles son los costos
y los beneficios de los mamogramas?

¿Cómo medir, por ejemplo,

los ahorros potenciales y los costos
de la asistencia médica

contra el potencial de vidas salvadas,

contra el aumento
de los costos de salud mental?

Todos ellos son problemas muy difíciles.

♪ (música) ♪

LOS ECONOMISTAS EN EL MUNDO REAL

Mis colaboradores y yo hemos estado
investigando recientemente

en el área sumamente controversial

de las recomendaciones
de si hacerse el mamograma

y cuándo hacérselo.

Hay una preocupación
por la gran cantidad de mujeres

que no se hacen el mamograma.

[Tamar] Este es un tema de gran relevancia

para muchas mujeres.

Una de cada ocho mujeres
es diagnosticada con cáncer de mama

a lo largo de su vida;

por eso, se recomienda que se hagan
las pruebas anuales desde los 40 años.

[Amy] Es preocupante también
que muchas mujeres que se hacen la prueba

resultan ser falsos positivos...

[Abigail] ...que es
cuando se detecta un tumor

y se trata,

pero si se hubiese dejado sin tratar,
no hubiese habido problema.

El sobrediagnóstico es un problema

porque se generan muchos costos

que no debieron haberse ocasionado.

Si a las personas
se les diagnostica con cáncer,

les causa mucha ansiedad

y, por eso, queremos de verdad
reducir el sobrediagnóstico.

[Tamar] Entonces, preguntamos:
¿Cómo se diferencia una persona

que responde a la recomendación;
en este caso, para mamogramas,

de una persona que no se realiza la prueba

o de una persona promedio de la población.

DISEÑO DE INVESTIGACIÓN

[Amy] Obtuvimos datos sobre personas
a las que se les hizo el chequeo,

así que pudimos ver las tasas
de chequeos por edad.

[Abigail] Antes de los 40,

un 10 % de las personas se hizo la prueba.

Después de los 40, aumentó bruscamente
en aproximadamente un 35 %.

[Amy] La porción de personas
que se hizo mamogramas

subió drásticamente a los 40,

pero la porción de personas
que se hizo mamogramas

y que resultó positiva
para cáncer disminuyó.

Pero eso solo nos dice

cómo se diferencian las personas
que responden a la recomendación a los 41

de las personas que se hace mamogramas

sin recomendación a los 39 años.

Esto no nos dice
lo que realmente queríamos saber,

que es: ¿Cómo se diferencian las mujeres
que se hacen mamogramas a los 41,

cuando este se recomienda,

de las que no se hacen mamogramas?

Ese es un problema muy difícil de resolver

porque lo que se necesita son
los datos del cáncer subyacente

de las personas que, por definición,
no se hacen el estudio.

Ahí es donde los biólogos
y los médicos clínicos entran en escena.

Ellos desarrollaron modelos

de la incidencia subyacente
del cáncer de mama

en, digamos, una población
aleatoria de 25 años de edad

y también, muy importante
para nuestro propósito,

observaron cómo progresaba
en ausencia de tratamiento.

[Tamar] Esto es,
creo yo, un caso excelente

donde la comunidad médica
tiene tanto que dar

y luego la comunidad
de economistas puede tomar esto

como base.

[Abigail] Este modelo nos dio
el nivel de cáncer subyacente

y, usando esto, pudimos saber
cuál era el nivel del cáncer

para las personas
que nunca se hicieron la prueba.

Es como suponer que se tiene
un cuarto lleno de personas.

Hay diez personas y se sabe
que la mitad de ellas tiene cáncer,

pero no se sabe quién.

Entonces, se escogen cinco,
se les hace la prueba

y solo una de ellas tiene cáncer;

entonces, sabemos que, de las otras cinco,

cuatro tienen cáncer, aún y cuando
no se hicieron la prueba que lo demuestre.

LOS HALLAZGOS

Entonces, encontramos que las personas
que siguen la recomendación

están de hecho más saludables
que la gente que no la sigue,

son menos propensos a tener cáncer,

y, si se les diagnostica con cáncer,

es más probable que lo tengan
en una etapa temprana

o que tengan un cáncer pequeño
que es menos peligroso.

Queríamos estudiar qué tipos
de mujeres se hacen mamogramas

para ver si son el tipo de mujer
que se beneficiaría más.

Hoy en día, parece ser
que las recomendaciones

llegan a las personas
que en su mayoría son saludables;

quizás, porque siguen otras
conductas preventivas

y, tal vez, les va bien,

pero no estamos llegando a las
que están más agobiadas por el cáncer.

Así que nos gustaría ver la forma

de cómo llegar mejor a esas personas.

[Amy] Al final, para ser claros,

nosotros no resolvemos
y tampoco intentamos resolver

la pregunta que, en cierto sentido,
motiva a toda la literatura,

que es: ¿si se debe recomendar hacerse
la prueba a los 40, 45, 50 o 35...?

En vez de eso, todo lo que hacemos es
agregar otra pieza al rompecabezas.

[Tamar] Nuestro artículo académico
agrega una dimensión adicional

que debe ser considerada,

hasta cierto punto,
al diseñar estas políticas.

[Amy] Uno debe preocuparse más

por las personas
a las que les estás llegando,

y si ellas son quienes tienen
mayor o menor riesgo

de contraer cáncer,

que por las personas escogidas
aleatoriamente en la población.

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